
martes, 9 de mayo de 2023
VV.AA.: Montemar

sábado, 16 de enero de 2021
Jo Nesbo: Macbeth
Título original: Macbeth
Año de publicación: 2018
Valoración: Disfrutable
Como muchos de ustedes sabrán, y yo ignoraba hasta hace poco, (no por
prejuicios, bueno, quizás un poco sí, pero sobre todo porque bebo de fuentes
distintas), Jo Nesbo es un apreciado autor noruego especializado en novela
negra desde su primera incursión en la escritura allá por 1997, más conocido hasta entonces por liderar un popular grupo musical. Aquella primera novela
inauguró la serie del inspector Harry Hole compuesta hasta ahora de doce
títulos, aunque existen otras dos series más, una de
ellas de carácter juvenil, y otro puñado de obras independientes del que forma
parte una cuyo título coincide con el publicado por un tal Shakespeare hace ya varios siglos,
no sé si les sonará de algo.
Leo por ahí que los libros protagonizados por Hole han tenido más
repercusión que los del también escandinavo Stieg Larsson. Me sorprende pero probablemente sea así, lo que sí he constatado es que sus lectores sufrieron una decepción con Macbeth porque no pertenece a la
susodicha serie, es decir, porque el tal Harry no hace acto de presencia. Y,
mira por donde, cuando estaba a punto de escribir estas líneas apareció
casualmente en mi pantalla de televisión El
muñeco de nieve, primera película basada en una de estas novelas y para la
que se eligió una nómina de profesionales de primera línea. Ni que decir tiene
que la vi con todo el interés, aunque me pareció una más entre las muchas de
ese tipo que pueblan las salas, programaciones y plataformas. Luego he leído
que el propio director reconoce los fallos achacándolos a la premura y falta de
medios.
A todo esto, para conmemorar el 400 aniversario de la muerte de El Bardo se puso en
marcha una curiosa iniciativa editorial: actualizar algunos de sus argumentos
para acercarlos a la mentalidad del s. XXI. Para ello se contó con escritores
tan relevantes como Margaret Atwood que recreó La tempestad con el título La semilla de la bruja, con Nesbo, que eligió
Macbeth, y con media docena más. Los resultados en forma de novela aparecieron a partir de 2015.
Después de leer a Nesbo he tenido que echar una ojeada al Macbeth original,
que no había vuelto a leer desde la secundaria, y he constatado que, en efecto,
el asunto principal (la ambición), los personajes centrales y la sucesión de
hechos son exactamente los mismos. De eso se trataba, la dificultad –y principal
mérito por parte del novelista– consistía en adaptar un clásico a la mentalidad
y circunstancias de nuestros días, una obra dramática a novela, y una tragedia
a artefacto del género negro. En mi opinión está más que conseguido: la
tensión dramática no decae en ningún momento, el juego de personalidades y
situaciones es idéntico al original a pesar de las abismales diferencias y,
excepto algún momento algo estereotipado, resulta bastante convincente. Pero ¡claro!
al menos hasta ahora, yo no soy fan de Harry Hole.
Naturalmente, aquí no encontraremos reyes, nobles ni palacios. La acción se
sitúa en una ciudad oscura y brumosa, de cierta importancia aunque en cierto
modo dependiente de otra mayor llamada Capitol. El suculento pastel del poder
se reparte entre los que lo ejercen oficialmente: el alcalde y el jefe de
policía local, por una parte, y las dos bandas de traficantes que lo usurpan, a saber, el
omnipotente Hecate y los Norse Riders, un grupo de violentos motoristas. Al corrupto
jefe de policía que acaba de morir le sucederá Duncan, segundo en el escalafón
y con fama de insobornable. A su vez, Macbeth, hasta ahora respetado capitán de
un cuerpo especial llamado Guardia Real, es ascendido sin previo aviso, hecho
que le hace tomar conciencia de su valía, e instigado por su mujer, Lady, propietaria
de un elegantísimo casino, pone en marcha un maquiavélico engranaje, primero
para acceder al cargo vacante, y mucho más tarde para suceder al actual alcalde en
las inminentes elecciones. Para lo primero hay que matar a Duncan y a alguno más de
rebote, luego hace falta que esas primeras muertes sean tapadas por otras, y
así sucesivamente en una escalada de terror que antes de trascender a la
ciudadanía debe ser atajada por los propios agentes. Macbeth elimina a los
motoristas ganando así la protección incondicional de Hecate, cuyas emisarias –trasunto
de las tres brujas de Shakespeare– son además las expertas cocineras de la droga. Las sustancias que estas le proporcionan y
la invulnerabilidad prometida por Hecate mantienen controlado a Macbeth, pero en
medio de esa infernal cadena de crímenes varias víctimas consiguen escabullirse
y formar un pequeño grupo que se confabulará para destruir al tirano.
Los que gusten de acción trepidante, confabulaciones a mansalva, componendas políticas y un ambiente muy, muy sórdido, se encontrarán en su salsa leyendo esta enrevesada trama, al más genuino estilo de su autor, cuyas más de seiscientas páginas nos deparan una sorpresa tras otra. Pero por encima de los rasgos propios del thriller encontramos un estudio de los caracteres humanos –abiertamente maniqueo, tal como exigen y exigían las convenciones de un género y otro– que se ha mantenido en estado de crionización desde el siglo XVI hasta ahora.
viernes, 1 de febrero de 2019
Homero: Ilíada y Odisea, el manga

miércoles, 16 de mayo de 2018
Fight Combo: La semilla de la bruja, de Margaret Atwood vs. La tempestad de William Shakespeare

Título original: The Tempest
Año de publicación:1611 (1ª representación)
Traducción/adaptación: José Hierro
Valoración: casi imprescindible
En segundo lugar, he de confesar que si el título de esta reseña doble induce a error, ha sido de manera premeditada por mi parte (algo tengo que hacer para conseguir que me leáis, concho, que yo no tengo followers ni haters ni nada, como mis compañeros...): aquí no hay ninguna lucha a muerte en Bangkok, ni esto se parece a una secuela de Freedy vs Jason o Alien vs. Predator, sólo que con caretas de Mrs. Atwood y del Inmortal Bardo de Stratford (me encanta esta expresión tan cursi). En realidad, lo que establecen obra de teatro y novela, o sus dos autores, si se prefiere, sería más bien un baile, un tango en el que el movimiento de uno está determinado por el movimiento del otro bailarín. Cierto que la obra de Shakespeare es cuatro siglos anterior, por lo que sería quien marcara la parte dominante del tango, la que llevaría a su pareja, aunque sus movimientos tendrían un menor sentido sin ésta. Porque si es evidente que la novela de Atwood no podría existir sin La tempestad, lo cierto es que la novela sirve para explicar la obra, la complementa y aporta muchas claves de interpretación para aquellos que no somos, ni de lejos, expertos en Shakespeare.
Sigamos guardando un orden: La tempestad se considera una de las comedias de William Shakespeare, más que nada porque la cosa no acaba en un baño de sangre, hay algún que otro amorío y algún pequeño lío argumental. De acuerdo; pero en cualquier caso, es una comedia más bien amarga, con un aire siniestro y poco festivo, pese a algún momento de humor chocarrero, a cargo de los borrachos Trículo y Esteban y el monstruo Calibán. Éste, que en un primer momento seguramente no pasaba de verse como un personaje chusco y risible, con el tiempo se ha convertido en el más interesante e incluso central de la obra. Calibán es hijo de la bruja Sycorax, único habitante de un islote al que llegan Próspero, duque de Milán y su hija Miranda, cuando son traicionados Antonio, hermano de Próspero, y Alonso, rey de Nápoles, y abandonados en un bote en alta mar. Próspero, gracias a su dominio de la magia, consigue que Calibán le obedezca y, lo que es más importante, también Ariel, espíritu del aire, quien provoca una falsa tempestad cuando se enteran que el barco que lleva a sus antiguos enemigos se acerca. Desembarcados éstos en la isla y también Fernando, príncipe de Napóles, Próspero urde su venganza, largamente esperada...
El tema más evidente de la obra es, como se ve, la venganza. Venganza que parece justa, frente a tanta ambición y traición (no es de extrañar que El conde de Montecristo también rumiara la suya aprisionado en una isla); ahora bien, también podrían vengarse Ariel y Calibán del propio Póspero -y de hecho, al menos uno de ellos lo intenta-, ya que los ha reducido a meros criados y esclavos de sus caprichos, igual que él y su hija Miranda son esclavos del destino, que les ha recluido en un islote perdido; y reclusos de las artimañas de Próspero y Ariel son el resto de personajes... ninguno en la obra, en verdad, puede actuar de acuerdo a su libre voluntad, constreñidos todos de una u otra manera. El tema subyacente, sería, pues, el de la libertad o la falta de ella, más bien... Claro que, ¿libertad de quién? Porque si hay algún personaje sojuzgado y humillado, ese es Calibán -en quién interpretaciones posteriores han querido ver una metáfora de los pueblos nativos americanos y africanos dominados y masacrados por Europa-, el único además que pretende revertir el orden establecido por medio de la violencia, aunque sea a costa de dejarse dominar por otro amo aún más fantoche -habría que ver por cuanto tiempo-, en una suerte de planteamiento prerrevolucionario. El contrapunto -también el complemento- a esta rabia subversiva lo pondría el viejo consejero Gonzalo, a quien le placería establecer en el islote una sociedad ideal, una utopía donde todo fuera armonía y buen rollito.
En fin, una novela que tal vez no será considerada entre de las mejores obras de Margaret Atwood, pero que sin duda resulta de lo más recomendable para leer. Y a Shakespeare, claro... ; )
Otras obras de William Shakespeare reseñados en Un Libro Al Día: Romeo y Julieta, Hamlet, Otelo
Porrón de reseñas de libros de Margaret Atwood en Un Libro Al Día: Aquí
domingo, 15 de abril de 2018
Zoom: Snowhite de Ana Juan

Año de publicación: 2001
Valoración: recomendable
Y aquí llegamos, por fin (ya acabo), a la parte gráfica del libro... He de decir que a mí, en principio, no me entusiasma el estilo de Ana Juan, mórbido y redondeado, aunque es cierto que sus ilustraciones suelen encerrar más contenido del que se ve a simple vista y merecen una contemplación detenida. En este caso, además, las láminas en blanco, negro y grises se ven complementadas con pequeñas figurillas silueteadas en negro. Ilustraciones todas muy a tener en cuenta, además, porque en este libro no son un mero reflejo de lo escrito, sino que forman parte de la narración. Ilustraciones que van desde lo humorístico a lo terrorífico, de lo costumbrista a lo irónica y morbosamente erótico... En fin, un libro que, pese a su brevedad, merece sumergirse en él y explorar algunos aspectos turbios, pero fascinantes, de los cuentos que les contamos a nuestros hijos... y sobre todo a nuestras hijas. Quizás deberíamos contarles la versión de Ana Juan, para que vayan prevenidas, no sé.
lunes, 28 de diciembre de 2015
Rufus T. Firefly: El Gran Engaño

Título original : The Great Hoax. Trues and Lies in the Spanish Literature
Año de publicación: 2015
Valoración: sorprendente
Bajo la dirección de uno de los más destacados hombres de letras del momento (de los que quedaban vivos y en España, se entiende), el Bardo de la Patria, el insigne José María Pemán, un selecto grupo de profesores y literatos fieles al nuevo régimen victorioso -Firefly habla de Laín Entralgo o de un joven y ambicioso Cela- se dedicaron a reconstruir, cuando no directamente a mixtificar, desde el romance seminal de la épica patriótica hispana, el del Mío Cid -cuyo protagonista es, al parecer, de dudosa existencia- a la inverosímil Celestina; de la absurda metafísica calderoniana a la cursilería de las Sonatas de Valle-Inclán (escritor que, como tantos otros estudiados y a veces leídos por generaciones posteriores, nunca existió... en este caso, las fotografías que lo muestran son retratos tomados a un pintoresco chamarilero del Rastro madrileño, célebre por sus barbas y por estar un poco tocado del ala).
Estos prisioneros se ocuparon, además, de las falsificaciones e invenciones más llamativas y flagrantes, quiźa por su garantizada discrección, pues tendían a "desaparecer" una vez completada su misión; de los cruciales Episodios nacionales se ocuparon un historiador marxista y un ex-funcionario del Ministerio de Agricultura que escribía cartas para otros presos. El caso más llamativo, por supuesto, es el de El Quijote, obra, al parecer, de un profesor de Bachillerato de Tomelloso, Miguel Rinconete Cortado, que se limitó, en principio, a transcribir anécdotas de juerguistas y chascarrillos de un tío suyo de Campo de Criptana, apodado "el Cerbantana". Especialmente doloso es también el caso de la principal novela picaresca española, cuyo autor fue "desaparecido" antes de poder firmar el trabajo, por lo que se firmó como tal uno de los libros anónimos más famosos de la literatura universal...
¿Les resulta increíble toda esta historia? Motivos hay, desde luego... ¿Cómo pudo prosperar esta "estafa" sin despertar la alarma no ya de los estudiosos españoles -cómplices, exiliados o muertos- sino de los otros países europeos o amercanos? Bien, recordemos que en aquellos años 40 el mundo estaba pendiente de otros asuntos más acuciantes que la verosimilitud de la literatura española... En fin, el profesor Firefly promete aportar el grueso de sus pruebas -irrefutables, según él-, en próximas publicaciones. Veremos entonces hasta donde llega la verosimilitud de sus tesis, pero de momento, éstas ya han servido para remover hasta lo más profundo la historia de la literatura española, uno de los símbolos culturales y hasta políticos señeros de la España de los últimos 500 años.
miércoles, 24 de junio de 2015
J. M. Coetzee: Foe
Título original: Foe
Año de publicación: 1986
Traducción: Alejandro García Reyes
Valoración: está bien
miércoles, 19 de febrero de 2014
James Finn Garner: Cuentos infantiles políticamente correctos
Título original: Politically correct bedtime stories
Año de publicación: 1995
Valoración: está bien