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jueves, 6 de febrero de 2025

Reseña + Entrevista: The Machine Stories, de Jared Roberts

Idioma original: Inglés
Año de publicación: 2024
Valoración: Recomendable (aunque no para todo el mundo)

Jared Roberts es uno de mis escritores de creepypastas favoritos. Su prosa no es la más cuidada, ni sus personajes los más complejos. Pero su obra, publicada originalmente en su mayoría en el foro nosleep de Reddit, es creativa y personal (pues mezcla elementos weird con terror y ciencia ficción), además de desconcertante y desasosegante de un modo único e inimitable. Ah, y tiene algunos planteamientos, ideas y giros extremadamente alocados. 

Así que, cuando supe que Roberts había publicado The Machine Stories, la compré sin pensarlo un segundo. Quería apoyar a tan talentoso autor, e incluso estaba dispuesto a hacerlo a pesar de que su antología la imprimiera y distribuyera Amazon, adoleciera de una cubierta horrenda hecha con IA y compilara algunos relatos que yo ya conocía, pues los había escuchado locutados en YouTube.

¡Y cuánto me alegro de haber adquirido The Machine Stories! Al fin y al cabo, es un festín para los incondicionales de Roberts; también es una toma de contacto inmejorable para todo aquel que quiera adentrarse en su universo surreal y enigmático, o una buena adquisición para los amantes de la literatura extraña que no le teman a la complejidad y la ambigüedad. 

Los doce textos compilados en The Machine Stories tienen una calidad bastante homogénea. El único que no me ha gustado, pues me ha parecido muy pobre en su simpleza y linealidad, ha sido "More Channels". "Push the Blue Botton", por su parte, tiene un planteamiento interesante, pero no lo desarrolla de forma convincente y recuerda vagamente a una parte de La ciudad de Mario Levrero mucho más lograda. "The Arkansas Sleep Experiments", la interpretación de Roberts de uno de los subgéneros fundacionales de los creepypastas, resulta efectivo, pero se queda corto en impronta autoral e intensidad argumental cuando lo comparamos con otras obras del escritor.

De los demás textos, insisto en que todos ellos muy dignos, destacaría si acaso, por su absoluta genialidad, la novela corta "The Hidden Webpage", por su protagonista, "The Trees Are Not What They Seem" y, por su atractivo formato (se concibió para ser narrado en un podcast) y sus giros, "Sunburn".

Los textos de The Machine Stories parten de la misma premisa: personas corrientes con vidas anodinas se ven súbitamente envueltas en una serie de eventos bizarros. En ellos hay también una serie de elementos recurrentes: memorias de las que no te puedes fiar o directamente alteradas, angustia existencial y universos paralelos. Además, todos desdibujan la realidad con tanto éxito (o quizá es que la percepción de los protagonistas es errónea) que, al terminarlos, resulta imposible saber qué ha sucedido realmente. 

Teniendo este contenido y estética unificadores en cuenta, uno podría pensar que, leídos de corrido, los textos de The Machine Stories se antojarían reiterativos. Sin embargo, la inagotable inventiva de su autor convierte a cada uno de ellos en una experiencia distinta.

Dejad que os hable un poco de mis favoritos: 

"The Hidden Webpage" inaugura el volumen. Es, sin duda, un clásico de los creepypastas. Uno extremadamente original, capaz de apilar detalles extraños (aparentemente interconectados pero cuya lógica interna somos incapaces de establecer) con suma facilidad, erigir una atmósfera muy lograda e incrementar la tensión paulatinamente. Uno que se apropia de una imagen tan ridícula como lo son dos hombres disfrazados de abeja y hace que ésta te provoque un escalofrío. 

"The Trees Are Not What They Seem" es creativo, intenso y atmosférico. Ciertamente, resulta menos original que "The Hidden Webpage", y su manera de amontonar detalles extraños sin dar tregua al lector o a los personajes no fluye tan orgánicamente como en esa genialidad inspirada. Aun así, me parece un relato muy recomendable, y tiene la particularidad de que su protagonista es más proactivo y tiene una personalidad más marcada de lo habitual en la obra de Roberts.

"Sunburn" cierra la antología. Y lo hace por todo lo alto, con una historia redactada a modo de guion que sabe llevar su premisa hasta límites insospechados. Roberts en estado puro, señores.

Ahora permitid que liste algunos pasajes del libro:

«If you've been on the internet long enough you learn that. There's evil out there. Not the child porn or torture videos. Something deeper. Something hidden in all the code and connections.» ("The Hidden Webpage", página 10)

«When something dies, (...) there’s just this emptiness there. I think sometimes that emptiness can get filled with something else. Maybe that might look to us like a ghost. It’s nothing we should have anything to do with.» ("An Old-Fashioned Ghost Story?", página 128)

«(...) natural selection has nothing to do with with truth and everything to do with survival. It’s as reasonable to think we survive by being constantly deceived as to belive we survive by knowing reality as it is. Maybe we were naturally selected to detect the world all wrong.» ("We Built a Machine that Told Us Everything We Wanted", página 137)

Poco más que añadir. The Machine Stories no gustará a todo el mundo. Al fin y al cabo, los textos que compila son, al igual que la mayoría de Roberts, sumamente desconcertantes (incluso diría que herméticos), y suelen cerrarse con finales abiertos que pueden frustrar a cierto tipo de lectores. 

Aun así, esta antología autopublicada hará las delicias a los amantes de la literatura de lo extraño. Porque Roberts es uno de sus mejores cultivadores, y no sabéis lo afortunados que somos de que mucha de su obra se pueda leer o escuchar en internet de manera totalmente gratuita. Ojalá saque otro libro pronto para poder seguir apoyando su carrera; evidentemente, lo compraré sin pensarlo dos veces, aunque me gustaría que en esta ocasión el autor cuidara la edición (¡si hace falta hago yo la ilustración de cubierta!), no se decantara tanto por los elementos de ciencia ficción e incluyera más textos inéditos.


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A continuación adjuntamos un pequeño cuestionario que Roberts ha respondido con suma amabilidad:

ULAD: ¡Hola, Jared! ¿Cómo estás? Soy un gran admirador de tu obra y me hace mucha ilusión poder entrevistarte. En primer lugar querría preguntarte cómo te definirías en tanto que autor. ¿A qué género te adscribes y a qué público quieres llegar?

J.R.: Definir mi obra me provoca ansiedad, pues al hacerlo corro el riesgo de gafarla. Como cuando notas que las cosas están yendo bien y luego dejan de hacerlo. O cuando descubres que eres un escritor de terror e inmediatamente no puedes escribir nada que dé miedo. Así que intento no darle muchas vueltas. 

Escribo situaciones que nacen de sentimientos, fantasías y percepeciones de experiencias propias. Quiero captar sentimientos para que podamos hablar sobre ellos. Creo que a todos nos interesa la vida interior, especialmente la oscura. Supongo que el éxito de A24 prueba que mi público no es tan de nicho como en un inicio llegué a pensar. La gente busca complejidad, honestidad y sombras.

ULAD: ¿Qué obras te inspiran? 

J.R.: Miro muchas películas. Sobre todo de terror. Y dramas lentos y sombríos, como Paterson y Manchester by the Sea. También me gusta la TV. Twin Peaks. Y esa serie de los 90 llamada Millennium.

En cuanto a literatura. Thomas Bernhard supuso una revelación la primera vez que lo leí. También me gusta mucho John Updike. Y esa novela extraña titulada A Voyage to Arcturus es una gran influencia.

El misticismo católico también me inspira. Estuve a punto de convertirme en un monje benedictino. Cuando tenía 18, leí a Teresa de Ávila, Teresa de Lisieux, Juan de la Cruz, Pseudo-Dionysus, Augustine, Evagrius Ponticus, Ángela de Foligno, etc... Ahora soy ateo, pero católico al mismo tiempo.

ULAD: ¿Cuál es tu trayectoria como escritor?

J.R.: No tengo mucho bagaje como escritor. Estudié filosofía. Dirijo una PMO (Oficina de Gestión de Proyectos). Escribo porque lo necesito, porque es una pasión, un propósito.

ULAD: ¿Qué ha supuesto autopublicar The Machine Stories, tu primer libro? ¿Tienes algún otro proyecto en mente, literario o de otra índole?

J.R.: No me ha gustado publicar The Machine Stories. Supuso una capitulación, porque nunca quise autopublicar. Sin embargo, suspendieron mi cuenta de Reddit por un tiempo (ya la he recuperado) y pensé que debía preservar de alguna manera las historias que subí ahí por si acaso. 

Estoy trabjando en múltiples proyectos. Es uno de mis defectos. Estoy enfangado con tres guiones. Uno de ellos, sobre "The Hidden Webpage". Un talent manager de Hollywood me lo pidió hace ocho años, pero la cagué. Por entonces no estaba preparado. También estoy escribiendo una novela, que ya tengo a medias. Y otra antología. ¡Eres el primero en saberlo, sin contar a mi mujer! Asimismo, querría montar un podcast con las últimas historias que he escrito. Y tengo listo un ensayo monstruoso basado la historia y cultura de una de mis pasiones, los estudios de internet.

ULAD: He visto que, entre tus referentes, citas a Robert Aickman, John Carpenter y David Lynch. ¿Puede que, en tu literatura, también haya algo de Philip K. Dick, y de escritores de terror contemporáneo (ya sea de otros cultivadores de nosleep y creepypastas o de autores como Thomas Ligotti o Michael Wehunt)?

J.R.: Realmente sólo he leído una novela de Philip K. Dick, Valis. Fue hace años, y me gustó mucho. En esa novela, Dick retrata eventos e ideas cósmicos al hacer que afecten la vida de un tipo corriente. Eso me impresionó sobremanera, aunque no lo consideraría una influencia. Pero corrígeme si me equivoco, ¡no dejes que me autoengañe! 

Sobre los otros autores. No he leído a Thomas Ligotti, y no conocía a Michael Wehunt. ¿Te suena el concepto alemán del zeitgeist? Quizá nuestras similitudes se deban a ello. Distintas personas llegarán a los mismos sentimientos e ideas, y acabarán reflejándolos en obras similares, pues la época y el contexto geográfico lo propician.

ULAD: Tus ficciones dejan entrever una visión del mundo y del hombre muy específicas. Hablan de universos incognoscibles y hostiles, llenos de eventos y conexiones que tus protagonistas apenas pueden asimilar o comprender, en los que gobiernan fuerzas aterradoramente poderosas. ¿Esta aproximación existencial es meramente literaria o, al igual que la de H. P. Lovecraft se nutría del materialismo y miedo a lo desconocido del autor, la tuya tiene raíces en creencias personales?

J.R.: Bueno, en la mayoría de mis historias abordo la memoria. A grandes rasgos, la memoria construye nuestro mundo. Si recuerdas a tus padres como abusivos, incluso si no lo eran, esto tendrá consecuencias en tu vida. Yo mismo he tenido memorias de cosas raras que otra gente niega que hayan sucedido. No sé. Todo esto se coló en mis historias. Algunas están más interesadas en plasmar la extrañeza y la liminalidad. Nada de lo que he escrito es puramente litetario.

ULAD: Ya que he mencionado a Lovecraft, me gustaría saber si te sientes influenciado por él de algún modo. Superficialmente, creo que vuestra obra no tiene nada que ver la una con la otra. Sin embargo, al menos en mi opinión, compartís temas y recursos narrativos. Uno de dichos temas sería la representación de un universo hostil hacia el ser humano repleto de fuerzas que escapan a nuestra comprensión. Y un recurso narrativo, el usar protagonistas con poca personalidad y proactividad para acentuar su universalidad e indefensión.

J.R.: Hmm, bueno, ciertamente disfruto sus historias. Me gusta bastante, por ejemplo, Dreams in the Witch House, donde los ángulos de la habitación no tienen sentido matemáticamente. ¿Qué es más inherente al orden del universo que las matemáticas? El protagonista atraviesa un mal ángulo o algo así, y luego se concatenan una serie de imágenes delirantes que te obligan a forcejear para darles sentido. Así que supongo que Lovecraft me influye en cierto modo. 

Me gusta cómo rompe las reglas. No le importa la narrativa convencional. Exploraba, ante todo, sus sentimientos. Antes de él, la gente ya sentía el horror cósmico. Más inmigrantes de lo habitual llegaban a ciudades históricamente insulares. Einstein nos descubría cosas nuevas sobre el universo. El universo devino enorme y complicado y abrumador. Las historias de Lovecraft transmutan los sentimientos de su mundo provinciano y de sus intereses siendo opacados por la inmensidad del universo. 

A pesar de que mucha gente a día de hoy la disfruta superficialmente, su obra nos permitió crear un vocabulario para un sentimiento concreto, el del horror cósmico. Y estoy seguro de que muchos de sus lectores identificarán sus propios sentimientos gracias a su obra. Esto es lo que pretendo lograr yo. Querría enriquecer el entendimiento de nuestra vida interior al imbuirlo en mis historias.

Y es cierto que mis protagonistas son poco proactivos (exceptuando el de "The Trees Are Not What They Seem", que tiene mucha personalidad). Quizá esto es algo en lo que emulo a Lovecraft. 

ULAD: He notado que muchas de tus historias están contextualizadas por una mitología propia y comparten elementos, aunque de una manera tan críptica que al lector le cuesta hacerse una visión panorámica nítida. ¿Tienes muy trabajado ese universo englobador, o te limitas a interconectar superficialmente tus ficciones?

J.R.: En la mayoría de casos, establezco esas conexiones según me parece. A veces tengo una noción más clara de cómo conectan las cosas, como en "The Trees Are Not What They Seem". Pero, al contrario que J. R. R. Tolkien, no dibujo mapas ni establezco genealogías antes de empezar a escribir. ¡Eso me volvería loco!

ULAD: Se puede extraer una lectura simbólica a tus textos. A "The Hidden Webpage", por ejemplo, el cómo internet puede absorver nuestra vida por completo; a "Remember that David Lynch movie, Dune? About that", "How to Lose Friends and Terrify People" o "Three Visits to a Hidden Tribe", el cómo familiares o amigos devienen irreconocibles. ¿Sueles tener en cuenta un núcleo temático alrededor del cual desarrollar tus historias?

J.R.: Yo forcejeo más bien con impresiones y sentimientos, que supongo que son similares a un tema. Pero señalar ese tema, o mejor dicho, buscar la palabra que lo defina, es trabajo de los críticos literarios. A ellos se les da bien. 

Mis temas provienen de la sección de mi paisaje interior que en ese momento quiera explorar. Me gusta pensar que otras personas tienen pensamientos y sentimientos similares a los míos, porque si no, todo es en vano. Todos tenemos pensamos y sentimos cosas que no sabemos cómo definir o expresar. 

O sea, ¿sabes lo que es el ASMR? Yo sentí eso toda mi vida, pero hasta que se popularizó en YouTube no fui capaz de ponerle un nombre. Durante dos décadas estuve intentando transmitir a otros ese cosquilleo placentero sin éxito alguno.

ULAD: Me ha parecido que tu antología The Machine Stories, aunque adscrita como la mayoría de tu obra dentro del género de terror, se decanta bastante hacia la ciencia ficción. En ella no hay solamente otras dimensiones y entidades cósmicas, sino que también tecnología futuristas y experimentos imposibles. ¿Fue el toque de ciencia ficción un criterio a la hora de seleccionar varios de los relatos que la compondrían? ¿Cómo decidiste qué historias la conformarían y en qué orden las situarías?

J.R.: No me gusta recurrir a lo sobrenatural en mis historias, quizá porque no creo en ello. Pero sí que creo que el mundo natural es inmensamente más complejo de lo que suponemos, y que el poder de la tecnología será cada vez más aterrador. Así que la tecnología misteriosa sustituye a demonios y fantasmas para mí. The Machine Stories agrupa historias con máquinas que distorsionan la realidad, nunca para bien. A veces de forma maliciosa, y otras no tanto, aunque siempre como las entidades amorales del Gran Colisionador de Hadrones de Lovecraft.

ULAD: Hay personas a las que tu literatura no les atrae. La consideran demasiado hermética. Tampoco les gusta que les obligue a estar atentos a múltiples pistas y detalles, ni que tenga finales abiertos y ambiguos.¿Por qué decidiste abanderar ese tipo de ficción? ¿Cómo la reivindicarías ante gente reticente?

J.R.: ¡Hermética! Me encanta esta palabra. 

A ver, ninguna obra de arte gustará a todo el mundo. Scorsese odia el cine de Marvel. A mí me encanta Deadpool y en cambio jamás miraré The Irishman. Mi película favorita del año pasado fue Hundreds of Beavers, pero poca gente se tragará  una comedia de dos horas grabada como una película muda.

Por mucho que disfruto las historias bien atadas y con un desenlace definido, no me siento cómodo escribiéndolas, porque al hacerlo siento como si estuviera jugando con figuras de acción. Movamos este juguete de plástico aquí y este otro allá y hagamos que peleen y fin. Cuando yo escribo historias misteriosas y ambiguas, me siento confiado en lo que hago. Estoy hablando de la realidad en toda su escurridiza gloria. No de plástico. Aunque entiendo que, a veces, demasiada vaguedad puede ser frustrante y pretenciosa. Yo mismo fui incapaz de terminar Skinamarink.

lunes, 20 de enero de 2025

Neil Gaiman & Shane Oakley: Esposas prohibidas de siervos sin rostro en la mansión secreta de la noche del aciago deseo

Idioma original: inglés

Título original: Neil Gaiman's Forbidden Brides of the Faceless Slaves in the Secret House of the Night of Dread Desire

Año de publicación: 2017

Traducción: José Torralba

Valoración: no podemos recomendar este libro, aunque, en otras circunstancias, lo merecería...

- ¿Neil Gaiman? ¿NEIL GAIMAN? -me espetaron en el Consejo Supervisor de Reseñas de Un Libro Al Día cuando fui a solicitar el permiso para ésta-. ¿Tú estás loco? No podemos reseñar a Neil Gaiman.

- ¿Cómo? ¿Por qué no?

- ¿No te has enterado? Está canceladísimo...

- ¿Y eso? -pregunté, del todo estupefacto.

- Por lo visto, le acusan de hacerle guarrerías muy feas a varias chicas. Hasta J. K. Rowling le ha puesto a caldo... y, como comprenderás, no vamos nosotros quedar peor que J. K. Rowling...

- Pues vaya con Neil; si parecía más majo que las pesetas...

- Ya ves... Esos son los peores.

Reflexioné un instante. Yo había publicado varias reseñas de libros de Neil Gaiman y bastante elogiosas, además. No podía arriesgarme a que alguien pudiera relacionarme de alguna manera con un cancelado... Pero, por otro lado, caramba, la reseña ya la tenía escrita y no me apetecía tirarla a la papelera...

- Bueno, en realidad tampoco es que sea exactamente un libro de Neil Gaiman. Se trata de un cómic dibujado por Shane Oakley basado en un relato de Gaiman.

- ¿Sale su nombre en la cubierta o no?

- Sí, pero...

- Pues no hay más que hablar. Reseña no autorizada. No nos vamos a meter en líos por un simple tebeo.

- ¡Pero es que no es un simple tebeo! -vislumbré una rendija en la que podía meter las uñas y agrandarla-. Se trata de una historia de carácter irónicamente metaliterario sobre un escritor de novelas góticas que incluyen todos los tópicos del género. Para empezar, hay una bella y turgente joven en apuros...

- Uy, turgente... eso no lo puedes poner, si es de Neil Gaiman.

- Vale, dejémoslo... Se trata de un chica en verdad muy formal, una huérfana que va a trabajar como institutriz y en una noche de tormenta debe refugiarse en una siniestra mansión...

-Ya vemos eso de los tópicos del género.

- El caso es que Gaim... quiero decir Oakley se sirve de esta historia para, con gran sentido del humor, reflexionar sobre la creación literaria, los géneros la representación de la realidad en la ficción... Con la ayuda, además, de unas magníficas y expresivas ilustraciones, llenas de dramatismo gracias a unos encuadres originales, un teatral uso del claroscuro...

- Como si son obra del mismísimo Caravaggio. Lo sentimos, pero no choice... Gaiman está vetado en este blog.

Guardé silencio, mirando fijamente al comité. Me quedaba una última bala en la recámara y decidí usarla. Me acerqué a ellos y, bajando la voz, como si contara un secreto, les razoné:

- Pensad en la cantidad de visitas que atraerá el nombre de Gaiman, aunque sólo sea por morbo. Y más visitas al blog representan más ingresos para nosotros... que, al fin y al cabo, es lo que importa, ¿no?

-De acuerdo -la respuesta no tardó ni dos segundos en llegar, junto con la autorización debidamente cumplimentada y sellada-. Y publícala cuanto antes; tenemos que aprovechar el momento...


Más reseñas de libros de Neil Gaiman que serán eliminadas del blog en cuanto el Comité Supervisor lo decida: aquí

martes, 1 de octubre de 2024

Giorgio de Maria: Los veinte días de Turín

Idioma original: Italiano
Título original: Le venti giornate di Torino: Inchiesta di fine secolo 
Traducción: Óscar Mariscal
Año de publicación: 1977
Valoración: Recomendable (con matices)

Los veinte días de Turín estaba destinada a gustarme. En primer lugar, porque contiene muchos de los ingredientes que me atraen de una ficción: toques fantásticos y terroríficos, sucesos extraños, una atmósfera misteriosa y un tono angustioso, entre otros. También porque su factura, deliberadamente etérea, recuerda a la de algunos de mis autores predilectos: Robert Aickman, Algernon Blackwood o Walter de la Mare, por ejemplo.

Narra la investigación emprendida por un protagonista anónimo para esclarecer qué fue lo que sucedió diez años atrás en Turín. Y es que del 2 al 22 de julio, los conocidos como «veinte días», hubo una epidemia de insomnio que impulsaba a la gente a deambular abstraídamente por calles y plazas, ocurrieron sangrientas matanzas, se escucharon ruidos escalofriantes, el aire olía a vinagre, etc...

El protagonista pronto comprende que su empresa será harto difícil. Al parecer, los testigos de los «veinte días» no quieren hablar del tema, o no retuvieron gran cosa; las autoridades, por su parte, están empeñadas en ocultar información y enterrar lo sucedido; y unos sombríos antagonistas acosan y amenazan a quienes persiguen la verdad.

Así pues, en Los veinte días de Turín hay fuerzas oscuras de magnitudes desconocidas, conspiraciones y mucha paranoia (tanto individual como colectiva). También hay interesantísimos aromas kafkianos (los guardias del sótano, el clímax) y borgianos (la biblioteca que recopilaba diarios con confesiones íntimas de turineses).

Recomiendo la novela por la sutil aproximación al horror que esgrime (emparentada con la de Los sauces del anteriormente mencionado Blackwood o la de El Gran Miedo en la montaña de Charles-Ferdinand Ramuz), el desasosiego que provoca, su aterrador clímax (que me recordó vagamente al de El proceso de Franz Kafka) y la plasticidad de su imaginería siniestra.

Admito, eso sí, que no todos sus enigmas presentan el mismo nivel de sofisticación. Algunos, además, se antojan forzadamente interconectados o tramposos en su planteamiento. Sea como sea, balancea correctamente el dar explicaciones al lector sin pecar de obvio o sacrificar parte del misterio. La prueba es el críptico diálogo que mantienen el narrador y el abogado Segre hacia el final de la historia.
 
Resumiendo: Los veinte días de Turín es una joyita tan breve como intensa. Aunque inferior a propuestas similares, seguro que os seduce si, como yo, gustáis de la literatura de terror condimentada con misterios inexplicables, elementos extraños y mucha sutileza. 

La edición de Hermida es la primera que se hace de la obra en español. Tiene una ilustración de cubierta (creo que la misma que la publicación en italiano del 1977) extremadamente pertinente, no sólo por lo ominosa y perturbadora que resulta. 

Ah, la traducción de Oscar Mariscal hace justicia al texto original, aunque para mi gusto abusa demasiado de la palabra «verbigracia», la cual se me antoja forzada incluso para el registro culto y solemne por el que opta la novela.

martes, 13 de agosto de 2024

David Jasso: La silla

Idioma original: Español
Año de publicación: 2006
Valoración: Recomendable (o no)

La editorial Apache Libros ha rescatado lo mejor de David Jasso, autor español de terror que llevaba tiempo en mi lista de pendientes. Aprovechando tan propicia ocasión leo La silla, novela de culto que llevaba algún tiempo descatalogada.

Y lo cierto es que esta experiencia literaria no me ha decepcionado lo más mínimo; a fin de cuentas, La silla se devora de una sentada y resulta tan entretenida como inquietante. Aunque entiendo que no guste a todo el mundo; ni siquiera la disfrutarán aquellos amantes del género que no estén dispuestos a enfrentarse a un argumento lleno de crueldad.

En efecto, La silla es extremadamente cruel. En estas páginas, Jasso se transforma en un sádico demiurgo que hace sufrir lo indecible a sus personajes. A quien más atormenta (tanto en lo físico como en lo psicológico) es a Daniel, el protagonista de la historia.

Escritor de terror de cierto renombre, Daniel pide a su esposa Irene que lo ate a una silla con tal de documentarse para su próxima novela. Esta decisión se revelará particularmente desadortunada cuando una serie de acontecimientos le dejen inmóvil y amordazado en una casa aislada, con Irene muerta y su hijo Víctor, un bebé que no puede valerse por sí mismo, totalmente indefenso.

«La cosa tenía su gracia, tantos esfuerzos, tantos dolores, ¿para qué? (...) Sí, todo era una broma. Una broma enorme y desproporcionada. (...) Pasó un minuto, dos. Y seguí carcajeándome. Sin humor, sin alegría, cada risotada era un reto, un lamento. Tumbado boca abajo en el suelo, atado a una silla medio plegada. En el límite de la degradación humana. ¡Ja, ja! Risas violentas y ruidosas. No podía detenerme. Con mi esposa corrompiéndose en la cocina. Más carcajadas histéricas. Sí, era muy gracioso. Qué broma tan buena me habían gastado. Y había caído en ella como un pardillo. ¡Pfff! ¡Ja, ha! Y el hijo sufriendo una terrible agonía en el salón, eso si todavía vivía.»

Así pues, angustia, desesperación y claustrofobia son algunas de las sensaciones que transmite la novela de Jasso. Porque estamos frente a una agónica carrera a contrareloj en la que Daniel debe salvarse a sí mismo y a su bebé; estamos frente a una historia de supervivencia y degradación humana, narrada con toda crudeza y visceralidad.

La silla recuerda (en más de un aspecto) a obras de Stephen King como Misery o El juego de Gerald. Y aunque no alcanza la calidad y tensión de éstas, sigue exhibiendo un envidiable nivel y cierta personalidad autoral. 

Entre sus muchas virtudes destacaría que:

  • No puedes dejar de leerla hasta terminarla.
  • Exprime correctamente a su limitados premisa, escenario y elenco.
  • Tiene pasajes "gore" o escatológicos bastante logrados.
  • Juega adecuadamente con las expectativas del lector (por ejemplo, al mostrar cómo muere Irene, quien era la mujer que esperaba fuera de la casa del protagonista al inicio de la historia y cómo actúa la desdichada madre cuyo hijo se suicidó presuntamente a causa de un relato de Daniel).

Por otro lado, de La silla no me han acabado de convencer:

  • Su duración. Las puntuales digresiones del argumento y el estilo recargado dilatan el conjunto.
  • Su ritmo. Pierde fuelle en el nudo y nunca logra reponerse del todo.
  • Su humor. Aunque bien integrado en determinadas ocasiones y deliciosamente cáustico en general, sabotea el tono de ciertas escenas y mengua la tensión o angustia que éstas evocan.
  • Su desenlace. En él, Jasso se decanta por un giro sobrenatural algo efectista. Éste no me convence ya que, dado que no había sido anticipado, se antoja gratuito y forzado; además, sus implicaciones restan crueldad al concepto global.

La edición de Apache Libros que he leído está hecha con reverencia, cariño y mimo por la obra de Jasso. Incluye, además de La silla, dos relatos bastante resultones de clara vocación abstracta ("La rueda del autobús", sobre el desencanto vital, y "Las palabras", sobre el bloqueo creativo); también presenta varios prólogos (demasiado entusiastas, a mi juicio, y que sólo cuentan batallitas de quienes lo firman con el autor), unos curiosos agradecimientos e incluso unas entrañables tomas falsas.

miércoles, 8 de mayo de 2024

Shirley Jackson: El reloj de sol

Idioma original: Inglés
Título original: The Sundial
Traducción: Maia Figueroa Evans
Año de publicación: 1958
Valoración: Recomendable (aunquen no para todo el mundo)

Cuando uno acude a las obras de Shirley Jackson ya sabe, a grandes rasgos, con qué va a toparse. A fin de cuentas, la pluma de la autora rezuma personalidad, y sus historias giran siempre en torno a los mismos temas, personajes y escenarios. 

Pese a esto, Jackson todavía depara sorpresas a sus lectores. A mí me maravilló, por ejemplo, con la apabullante originalidad de Siempre hemos vivido en el castillo, e hizo lo propio con la extraña unicidad de Hangsaman. Ahora vuelve a asombrarme con El reloj de sol, sátira cáustica donde las haya cuya premisa resulta de lo más curiosa.

¿De qué trata esta novela, preguntáis? Pues de un grupo de personas, parientes y conocidos, que conviven en una gran mansión. Una serie de circunstancias las llevarán a creer que el fin del mundo se avecina y que ellas se convertirán en los últimos seres humanos sobre la faz de la tierra. Mientras se preparan para semejantes acontecimiento, friccionarán en un ambiente asfixiante y disfuncional.

De las virtudes de El reloj de sol destacaría:

  • Su negrísimo sentido del humor.
  • Las interacciones entre personajes. Me gustan especialmente, por su oblicuidad, aquéllas que involucran a la señora Halloran, Essex, Julia o Fancy.
  • Ciertas escenas magistralmente narradas. Pienso, por su enfoque onírico y su factura expresiva, en la de la ¿visión? de la tía Fanny. Asimismo adoro, por el cinismo que desprende, aquella en la que los habitantes de la mansión se relacionan con algunos miembros de «los verdaderos creyentes» en el capítulo 5, o la perversa trampa que la señora Halloran tiende a Julia en el 9.
  • Su capacidad para crear microcosmos que se encajan los unos dentro de los otros cual matrioshkas (la casa donde transcurre gran parte de la historia, pero también la de las muñecas de Fancy, o el apartamento dentro de la mansión que ocupaba la madre de la tía Fanny).
  • Su clímax, cruelmente ambiguo.

Por otro lado, estos son los defectos que le encuentro a El reloj de sol:

  • Es una propuesta algo irregular. Aunque su idea global es harto interesante y ostenta pasajes brillantes, la novela llega a hacerse pesada o atascarse.
  • Tiene demasiados personajes. Al lector le cuesta ubicarlos a todos, y la autora no exprime a varios de ellos.
  • Su ritmo. Entiendo que es deliberadamente lento, pero por momentos lo es en exceso.

Resumiendo: El reloj de sol es una novela muy particular. Aunque a mí me ha encantado, no la recomendaría para iniciarse con Jackson. Sea como fuere, tampoco la descartaría, en caso de que la autora os guste y la premisa os llame la atención. A fin de cuentas, está perfectamente escrita, ostenta sinergias interesantes, tiene pasajes extraordinarios (de corte onírico o directamente extraño) y hace gala de un sentido del humor magnífico.


También de Shirley Jackson en ULAD: Aquí

miércoles, 6 de diciembre de 2023

NOVELAS PIRAÑA #3: El unicornio de Javier Tomeo

Idioma original: Español
Año de publicación: 1971
Valoración: Recomendable (aunque no para todo el mundo)

Menuda sorpresa, El unicornio. Porque esta novela experimental de Javier Tomeo es, además de interesantísima, una experiencia lectora exquisita. No me extraña que ganara el Premio Ciudad de Barbastro en 1971, dada su calidad y vanguardismo.

Creo sinceramente que roza la perfección. Si hubiera rebasado las 150 páginas, quizá resultaría pesada o reiterativa; si su apuesta innovadora no estuviera tan bien expuesta, habría podido caer en lo hermético. Afortunadamente, la obra es redonda, y sale airosa de cuanto se propone.

Podríamos considerarla una sátira del Poder. Sobre todo, una que arremete contra el totalitarismo y se mofa de los dictadores y sus secuaces, a quienes retrata como hombrecillos ridículos o conspiradores que solamente quieren medrar y salvar su propio pellejo.

Divide la acción en tres planos, que empiezan nítidamente separados y progresivamente van fundiéndose en uno solo, ya sea porque interactúan en lo físico o porque dialogan temáticamente. Los tres planos son: 1) Una representación teatral ambientada en el reino de Vandalia, gobernado por el esperpéntico duque Tancredo IV. 2) Los nueve espectadores que la están observando (a los que fuerzas invisibles y un acomodador que sigue órdenes mantienen prisioneros en sus localidades). 3) Varias calles más abajo, un hombre y una mujer intentan amarse infructuosamente en un cuarto que pasa de «rojo» a «camaleón», «multicolor» y «de todos los colores del mundo».

Las únicas cosas que se le podría reprochar a El unicornio son que su argumento está, por momentos, algo desconyuntado, y que introduce demasiados personajes como para profundizar en todos ellos. No obstante, la osadía de su planteamiento, la eficacia de su atmósfera, lo certero de sus denuncias y sus aromas kafkianos hacen que las mentadas limitaciones apenas lastren al conjunto.

Así pues: una premisa sumamente original ejecutada con pasmosa solvencia, narraciones simultáneas, personajes extravagantes, diálogos delirantes, mucho simbolismo, paletadas de humor y audaz crítica social. Esto y más, mucho más, encontraréis en la joyita de Tomeo, la cual no será del gusto de todos los lectores pero hará las delicias a los amantes del absurdo que valoren el riesgo formal y la intencionalidad artística.
 

También de Javier Tomeo en ULAD: Aquí

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Natsume Soseki: El caminante

Idioma original: Japonés
Título original: Kōjin
Traducción: Yoko Ogihara / Fernando Cordobés
Año de publicación: 1912
Valoración: Recomendable (con matices)

El caminante es una novela muy japonesa. Su formato, registro, tono, enfoque temático, ambientación y personajes así lo acreditan. No es para menos; la escribió Natsume Soseki, considerado el padre de la literatura moderna nipona, en su madurez.

Personalmente, la he gozado muchísimo. Sin embargo, creo que no es accesible para el público occidental poco habituado a este tipo de obras. Y es que la sensibilidad japonesa presente en estas páginas es, como sugería antes, abrumadora. Por lo tanto, un lector que demande una estructura familiar de inicio, nudo y desenlace, o requiera de acción y dramatismo, abandonará la ficción de Soseki con toda seguridad.

Porque El caminante presenta una prosa lánguida, un argumento lento y unos personajes que callan más que dicen. Porque no suceden acontecimientos extraordinarios en esta historia, salvo alguna gesta de la naturaleza. Porque el autor se toma su tiempo a la hora de aclarar quién es el protagonista y concretar conceptos relevantes como el de la religión. Porque su final es totalmente abierto.

Pero bueno, ¿de qué trata esta novela? A Ichiro (un profesor universitario muy inteligente y sensible, primogénito de su familia), le angustia la existencia. La gente de su alrededor (su hermano soltero Jiro, narrador de la historia, su mujer Nao y otros familiares, amigos y conocidos) lidia con él como puede. 

De las muchas virtudes de El caminante, destacaría las siguientes:

  • Su capacidad para dotar a la cotidianidad con una textura marcadamente literaria. Como muestra, un botón: la convalecencia de Misawa, amigo de Jiro, es mundana, pero también bella y triste. 
  • La morosidad de su prosa.
  • Sus personajes son sumamente complejos y, por si esto fuera poco, su caracterización se expande constantemente.
  • Las interacciones entre personajes brillan en su oblicuo resplandor. Por ejemplo, resaltaría el tenue amor que parece sentir Jiro por su cuñada.
  • Explora sus temas con una profundidad y desde un ángulo exquisito: el egoísmo, el afecto ambivalente, la soledad, la incomunicación con el otro, la tradición erosionada, las tensiones entre sexos, las idiosincrasias familiares...
  • Desribe ciertas escenas magistralmente, como esa en que Jiro y Nao deben pasar una noche juntos en un hotel por culpa de una tormenta.
  • Su sutileza y ambigüedad incitan al lector a rellenar los huecos o interpretar determinadas cuestiones. 
  • Abunda en reflexiones enjundiosas. Esa en que Ichiro habla de la victoria a largo plazo del amor natural, o esa en que Nao lamenta la dependencia de las mujeres, o esa en que el señor H. medita sobre si merece la pena aliviar el sufrimiento de un individuo dotado a cambio de anular su aguda percepción de la vida.

Por otro lado, le reprocharía a El caminante que:

  • Subdivide de forma algo arbitraria ciertos capítulos.
  • El estilo es, en ocasiones, redundante.
  • La historia se podría podar, si nos pusiéramos quisquillosos. Aunque admito que todo lo narrado contribuye, en mayor o menor medida, a descubrirnos recovecos psicológicos, ampliar las perspectivas, espesar el tono o alimentar el ritmo pausado y melancólico.  
  • Introduce personajes que apenas tienen relevancia. Con esto no quiero decir que participen poco en la trama, lo cual no tiene por qué ser negativo, sino que aportan poco al conjunto.
  • Los personajes postergan constantemente el momento de hablar de algo, lo cual se antoja frustrante e incluso poco verosímil. 

    En fin: El caminante es una novela cuyas virtudes eclipsan holgadamente a sus minúsculos defectos. No obstante, puede llegar a intimidar a quienes no sean amantes de la literatura japonesa, ya que la representa impúdicamente.    


    También de Natsume Soseki en ULAD: Aquí

    martes, 26 de septiembre de 2023

    Esquilo: La Orestíada

    Idioma original: griego antiguo
    Título original: Ορέστεια 
    Traducción: Fernando Segundo Brieva
    Año de publicación: 459 a. C.
    Valoración: Recomendable (o no)

    La sensación que uno siente ante una obra escrita hace 2500 años (¿2500 años? ¡2500 años!) es de un profundo respeto y, cómo no, distanciamiento. ¿Qué nos puede unir a dos humanos tan separados, autor y lector, por un abismo de tiempo – y distancia – difícilmente mesurable?

    Analistas mucho más preparados y capaces que yo han estudiado la obra de Esquilo y – gracias desde aquí a todos ellos – la han traducido, editado, masticado, digerido y casi regurgitado para gozo y placer de todos nosotros, legos en la materia, pero curiosos y atrevidos lectores. Será este el perfil de mi reseña: cómo un lector actual y casual, más o menos omnívoro y obsesivo, puede disfrutar de una obra como esta;  no es mi intención abarcar más allá, no dispongo de tales capacidades.

    Pues bien, lo primero que debo decir es que en mi bonita edición de las tragedias completas se nos informa de que La Orestíada es la obra que nos ha llegado más completa a nuestros días: en un principio, al parecer formada por cuatro partes diferenciadas (Agamenón, Las coéforas, Las euménides y Proteo, esta última perdida en el tiempo) y, esto es importante, autoconclusivas. Es esta la razón por la que me he limitado a reseñar La Orestíada y no las tragedias en conjunto; si ya es complicado dirimir aquí algo tan fundamental en la narrativa de nuestros días como introducción, nudo y desenlace, no digamos cuando faltan partes íntegras de la trilogía.

    Historias que tratan de celos, venganza, asesinatos, dramas interfamiliares, dioses presentes y falibles como humanos, justicia conceptuada de una forma que hoy en día nos puede chocar, y redención (redención precristiana, entendida a la manera de los clásicos), no es sin embargo una lectura fácil ni ágil; para algo más ligero me permito recomendarles las comedias de Plauto o Aristófanes. En este tipo de lectura deberemos acostumbrarnos a interminables soliloquios, monólogos repletos de referencias mitológicas y geográficas (indispensable hacerse con una buena edición repletita de apuntes a pie de página), y, concretamente, a la participación protagonista del coro y a sus tremendas divagaciones.

    La acción transcurrirá en su absoluta totalidad fuera del escenario, y habitualmente nos enteraremos de los hechos acaecidos a través de algún mensajero o heraldo que nos irá informando de las novedades.

    En un esquema repetitivo, los personajes suelen ser protagonista y antagonista, coro y corifeo, y el anteriormente mencionado mensajero, que será el que dé inicio propiamente a la trama introduciendo la información necesaria. Tradicionalmente, el héroe impondrá su voluntad con la fuerza de los dioses y el coro acabará cantando sus alabanzas.

    Bien, pues, ¿cómo enfrontarnos a la valoración? ¿es esta una lectura que valga la pena para alguien sin pretensiones, con afán de pasar un rato agradable de lectura? 

    Me temo que no. Sin lugar a dudas, es una obra maestra de la literatura y ejemplo de las cotas más altas que pudo alcanzar la humanidad en un pasado ya remoto (y muchísimas cosas más que no voy a listar aquí) pero no lo puedo recomendar sin más para cualquiera.

    Aquellos cuya curiosidad lectora sea grande acabarán por leerlo igual; quedan avisados de que no será entretenido. Aquellos otros que solo buscan un rato agradable de lectura harán bien en buscar algo más actual y con lo que puedan sentirse más identificados o empatizar mejor.

    Para finalizar, las obras de Esquilo nos hablan de un mundo pasado ya desaparecido y no es buena idea adentrarse en esas espesuras sin guías; una vez más, si uno se va a atrever con estas lecturas, recomiendo encarecidamente una buena edición anotada. Sin ella correremos el riesgo de no enterarnos de absolutamente nada.


    También de Esquilo en ULAD: Prometeo  encadenado

    miércoles, 19 de julio de 2023

    ULAD hace Historia #3: La fortaleza de Meša Selimović

    Idioma original: Serbio
    Título original: Tvrđava
    Traducción: Miguel Roán
    Año de publicación: 1970
    Valoración: Recomendable (aunque no para todo el mundo)

    La fortaleza es un clásico de la literatura yugoslava y, junto con El derviche y la muerte, la obra más representativa y lograda de Meša Selimović. Nos traslada al Sarajevo otomano del siglo XVIII, así que puede considerarse una novela histórica; personalmente, también la encasillaría dentro de la narrativa existencialista y filosófica.

    Sigue los pasos de Ahmet Šabo, un profesor que acaba de regresar de la guerra. Una noche, el joven se enemista con las autoridades locales, las cuales le cerrarán puertas a nivel social y laboral. Sobrellevará su vida condenada al ostracismo y la pobreza gracias a una dignidad tambaleante y un amor incondicional hacia su esposa, Tijana.

    Entre las muchas virtudes que le he encontrado a esta obra, destacaría las siguientes: 

    • Su factura demuestra madurez, inteligencia y sensibilidad. 
    • Su ritmo, por lo general pausado e introspectivo, permite que la acción se afianze y las meditaciones de Ahmet calen.
    • Las citadas meditaciones, junto a las disertaciones y los diálogos, barajan ideas interesantísimas. Ideas que, pese a su nivel de sofisticación, jamás se hacen pasar por verdades universales, ya que tanto el argumento como el propio protagonista las cuestionan a menudo. A excepción, claro, de algún que otro aforismo difícilmente rebatible, como, por ejemplo, «El dolor y la reflexión nos privan de la risa despreocupada».
    • La ambientación es exquisita. Sin recurrir apenas a descripciones ni requerir más que un puñado de notas del traductor, logra situar al lector en un lugar y una época lejanos.
    • Abunda en escenas conmovedoras que plasman el egoísmo e hipocresía humanos, la pobreza, la fuerza de la amistad y el amor, los abusos del poder, la religión, etc...
    • Los personajes están muy bien caracterizados. Todos se sienten complejos, contradictorios y, por tanto, verosímiles.
    • Nunca se endulzan las interacciones entre los personajes; éstas se abordan con sus luces y sus sombras. 

    Creo haber dado suficientes razones para animaros a leer La fortaleza, siempre y cuando no os amedentren su extensión, su ambientación exótica, la densidad de su contenido, su argumento pausado o los meandros de su prosa. Pero, por si acaso, quiero mostraros la belleza formal y la riqueza conceptual de uno de mis pasajes favoritos. 

    En él, Ahmet confiesa: «Cuando me sentía amedrentado, solo pensaba en ella y me animaba con su presencia. Cuando las cosas me iban mal, pronunciaba su nombre, como en una oración, y encontraba alivio. Cuando me sentía dichoso, corría a compartirlo con ella, agradecido, como si mi felicidad le correspondiera.» (199) Inmediatamente añade: «Esta mujer era todo mi mundo, la necesitaba para admirarla pero también necesitaba sentir mi poder sobre ella. La había creado, como un salvaje crea su ídolo, para que estuviera por encima del fuego de la cueva, la defensa contra el trueno, los enemigos, las fieras, la gente, el cielo y la soledad, para esperar lo ordinario pero también exigir lo imposible, sentir ilusión pero también indignación, para poder agradecer y discutir a la vez, siempre consciente de que, sin ella, los miedos serían insoportables, las esperanzas sin fundamento, las alegrías efímeras. / Gracias a ella, incluso la gente me parecía más cercana.» (200)

    Llegados a este punto, sólo quiero reiterar que La fortaleza es un novelón. Un novelón en el que se plasman con asombrosa lucidez la tragicomedia humana, los sinsabores de la existencia y la angustia que provoca la búsqueda de sentido en un mundo lleno de maldad cotidiana y desigualdades obscenas. Un novelón que igual no gustará a todos, pero hará las delicias a quienes amamos la literatura de gran calibre.

    jueves, 15 de junio de 2023

    Gyula Krúdy: El premio de las damas

    Idioma original: Húngaro
    Título original: Asszonyságok díja
    Año de publicación: 1919
    Traducción: Adan Kovacsics
    Valoración: Recomendable (aunque no para todo el mundo)

    El premio de las damas es una propuesta literaria tan clásica como moderna, tan solemne como desprejuiciada, tan hermosa como sórdida, tan entretenida como profunda. Francamente, resulta complicado hablar de ella, así que empezaré estableciéndola brevemente: novela de unas doscientas sesenta páginas, escrita por un insigne aunque casi olvidado autor húngaro, que narra la vida del respetado János Czifra, hombre ya maduro que posee una funeraria.

    De la multitud de virtudes que le he encontrado a esta obra, destacaría las siguientes:

    • La prosa. Derrocha exquisitez, precisión y expresividad.
    • El argumento. Nos lleva de un lado a otro con total naturalidad, pese a sus constantes cambios de registro y sus pasajes más densos.
    • Los personajes. En general son complejos e incluso hay algunos que experimentan un desarrollo la mar de satisfactorio.    
    • El escenario. Las minuciosas descripciones y la facilidad para retratar atmósferas de Krúdy le insuflan vida a Pest.
    • Las reflexiones. Destaco en especial aquellas que desmenuzan el erotismo, a los hombres casados o lo que significa ser humano.

    Por otro lado, hay un par de elementos que lastran a El premio de las damas, al menos de cara al lector llamémoslo "mainstream":

    • Su extensión, dilatada en exceso como consecuencia del detallismo de que hace gala Krúdy. 
    • Por momentos, la estructura del libro se antoja algo episódica. 
    • El acabado opaco del conjunto, a nivel conceptual o temático, puede llegar a desorientar. 

    En fin: El premio de las damas es una novela única. Quizá no gustará a todo el mundo, pero sin duda deleitará a aquellos que sepan paladear el lenguaje, sumergirse en una atmósfera lograda y encariñarse con personajes tan humanos que, antes que de tinta, parecen de carne y hueso.

    sábado, 31 de diciembre de 2022

    Pablo Katchadjian: Una oportunidad

    Idioma original: Español
    Año de publicación: 2022
    Valoración: Recomendable (con matices)

    Semanas después de terminar Una oportunidad todavía estoy decidiendo si es una genialidad o una mera "boutade" literaria. Sea como fuere, la obra de Pablo Katchadjian cumple con el que, supongo, es su propósito: entretener al lector e incitarle a reflexionar.

    Pero, ¿cómo definir Una oportunidad? Pues, la verdad, no estoy del todo seguro. Ciertamente, lo más cómodo sería encasillarlo como novela corta. Por otro lado, tampoco podemos ignorar que sería igualmente adscribible en la tradición de las alegorías. Incluso se podría decir que es un manual de autoayuda "sui géneris". 

    En cualquier caso, ¿importa la forma de designar a este artefacto inclasificable? Si podemos aceptar «la existencia de cosas que ocurren y no ocurren al mismo tiempo», también podemos aceptar que Una oportunidad es y no es una novela, una «alegoría» o un «manual de autoayuda».

    Llegados a este punto, permitid que aclare por qué Una oportunidad me ha gustado tanto. Primero, porque exhibe una prosa caudalosa, espontánea, que bordea el "stream of consciousness". Segundo, porque introduce un narrador-protagonista pasivo, cerebral y analítico, amén de contradictorio y mentiroso. Tercero, porque articula su argumento alrededor de una estructura errante y caprichosa («como no entiendo lo que pasó no puedo contarlo ordenadamente», explica el ya mentado narrador). 

    Asimismo, se barajan en estas páginas otros elementos sumamente atractivos; a saber: el retrato psicológico de alguien poco resolutivo, enredos ¿amorosos?, ocurrencias extravagantes cuya función es impulsar la trama, elementos fantásticos apenas insinuados, juegos metaliterarios, un simpático sentido del humor, etc... 

    En fin: Una oportunidad no es para todo el mundo (entiendo que haya quien considere que es pretencioso y amorfo), pero a mí me ha encantado. Lo recomiendo a aquellos que disfruten de las marcianadas. Lo recomiendo, igualmente, a aquellos que «sufren de embrujos similares al mío», es decir, a aquellos que sean poco resolutivos y sólo pretenden «acercarse a la zona de confort en las vidas corrientes, o en algo que parezca una vida corriente, en el sentido de convertir una vida corriente incómoda en otra vida corriente cómoda.»


    También de Pablo Katchadjian en ULAD: Qué hacer

    miércoles, 7 de diciembre de 2022

    Iury Lech: La divina probabilidad de los recuerdos extintos

    Idioma original: Español
    Año de publicación: 2022
    Valoración: ¿Recomendable?

    Bajo el precioso título de La divina probabilidad de los recuerdos extintos se esconde, al mismo tiempo, uno de los textos más extraños de este 2022 y uno de los más complicados de reseñar de los últimos años. A ver si consigo salir airoso.

    Porque este pequeño libro de Iury Lech es un poema en prosa protagonizado por Wolef, especie de Maldoror metafísico, más escéptico que nihilista, que trata de descubrir el sentido del vacío en un mundo no humano a través de un progresivo despojamiento. ¿Aclara esto algo? 

    Podríamos, así, etiquetar a La divina probabilidad de los recuerdos extintos dentro de la "ciencia ficción existencialista" (¿existe?) y de ahí que uno imagine a Wolef como uno de los astronautas de 2001, una odisea del espacio o como un feto flotando en líquido amniótico (¿Me estoy flipando?) mientras de fondo suena música de Karlheinz Stockausen o mientras Roger Wolfe (¿es casual esta coincidencia?) recita con su voz grave alguno de sus poemas.

    Es precisamente esa parte poética del texto la que más me ha interesado. Posee tal potencia sugestiva, tal fuerza evocadora y el uso del lenguaje acompaña de forma tan precisa el viaje interior de Wolef que cumple con los parámetros que toda buena poesía ha de tener: capacidad de remover, de sugerir, de impactar de una u otra forma al lector.

    El problema está en que esta parte poética es tan apabullante que acaba comiéndose, en cierta forma, a la parte narrativa. En mi caso, me resulta tan complicado separarme de aquella que no llego a disfrutar del todo de esta. Es este desequilibrio, además de su naturaleza extraña e híbrida, lo que hace que el libro no sea recomendable para todo tipo de lector. 

    Solo queda atreverse a entrar en el tratado lógico-filosófico wolfiano, en sus indagaciones metafísicas, en su conciencia y en sus recuerdos y dejarse llevar. Y que cada uno llegue hasta donde quiera y pueda. 

    domingo, 30 de octubre de 2022

    Kristopher Triana: Buscando al hombre del río

    Idioma original:
    Inglés
    Título original: Gone to See the River Man
    Traducción: Javier Martos
    Año de publicación: 2020
    Valoración: Recomendable (o no)

    La premisa de Buscando al hombre del río, novela de terror de Kristopher Triana, es la siguiente: Lori está obsesionada con un asesino de mujeres llamado Edmund. Ambos mantienen correspondencia mientras él cumple condena en prisión. Un día, Lori recibe unas instrucciones crípticas de parte de Edmund y, por supuesto, se aviene a cumplirlas.

    A mi juicio, varios son los apartados de Buscando al hombre del río a destacar: 

    • Su prosa. Aunque en general es bastante sencilla, funciona a la perfección; además, deslumbra, por contraste, cuando al autor le entra la vena lírica. 
    • Su argumento, moderadamente original y tremendamente adictivo.
    • Las revelaciones. Hay un par de "plot twists" estratégicamente ubicados.
    • La complejidad psicológica de la protagonista. Lori es fascinante en su odio, malestar, desesperación y turbiedad.  
    • El pavoroso diseño del hombre del río. No me ha parecido derivativo, lo cual tiene su mérito, habida cuenta de que el imaginario del horror cósmico tiende al reciclaje o saqueo de monstruitos lovecraftianos. 
    • Su mensaje. Dictamina acertadamente que la humanidad es intrínsecamente egoísta y malvada, y que basta apenas un pequeño empujón para que demos rienda suelta a nuestros peores instintos.

    Por otro lado, querría indicar los que, a mi juicio, son los aspectos menos logrados del conjunto: 

    • Hay en estas páginas algún tropo del género implementado de forma excesivamente obvia. 
    • Ciertos capítulos aportan poco a la trama. 

    En resumen: recomiendo Buscando al hombre del río. Si sois el público objetivo de esta ficción, la disfrutaréis de lo lindo. El resto de gente, mejor manteneos al margen. Aunque la novela se aleja del "splatterpunk" que caracteriza otros trabajos del autor, sigue siendo bastante indigesta para quienes tienen el estómago delicado. Y es que la salpican pasajes "gore", aborda temas tabú y la protagoniza un personaje que a medida que avanza la historia va pareciendo más irredimible a ojos del lector.

    jueves, 22 de septiembre de 2022

    Zoom: El instante, de Louis Aragon

    Idioma original: francés

    Título original: L´instant

    Traducción: Carmen Artal

    Año de publicación: 1928

    Valoración: Recomendable con reparos


    Parece mentira que un opúsculo de apenas cincuenta páginas pueda dar para muchas reflexiones, pero El instante sí que da, ya verán. Por ponernos en situación, la obrita se escribe en 1928, esa época de entreguerras en la que Aragon desarrolló la parte más intensa de su actividad política, formando parte del gran grupo de intelectuales comprometidos contra el nazismo. Como es sabido, el poeta parisino ya estaba en la vanguardia de la creación literaria, habiendo participado tangencialmente en el movimiento Dadá y, sobre todo, como fundador del colectivo surrealista. El instante es en realidad un fragmento de una novela más extensa que se iba a llamar La Défense de l´infini, finalmente destruida por el rechazo de los surrealistas, y que todo parece indicar que tendría un alto contenido sexual, de hecho el otro fragmento conservado y luego editado era El coño de Irene, relato de voltaje bastante elevado.

    El erotismo, por llamarlo de alguna manera, constituye en efecto un elemento importante de este cuento. Pero dentro de su extraña y seguramente caprichosa estructura el único punto de conexión es el Metro. En el Metro se desarrolla la primera escena, que consume más o menos la mitad de las páginas: frotamientos y excitación desbordada en el vagón lleno de gente. No sabemos quién ha empezado a arrimarse a quién, el hombre o la mujer anónimos que viajan de pie, el contacto comienza quizá por casualidad, y la ebullición se extiende a otra pasajera que observa atentamente desde un asiento, aunque apenas puede ver más que algún gesto aislado. Imágenes puede que algo cuestionables, que Aragon relata con sencillez y sinceridad, sin ahorrarse detalles y sin que lleguemos a saber tampoco si cuenta algo que ocurre (en la ficción, se entiende) o es una ensoñación o un deseo.

    Nos olvidamos del magreo ferroviario y, sin abandonar el Metro, Aragon se lanza a narrar la tragedia de Couronnes en la que, debido a un incendio, un apagón y varias casualidades, decenas de personas murieron aplastadas y asfixiadas. La descripción del desastre da paso a reflexiones sobre las víctimas, casi todas ellas trabajadores que habían terminado su turno, y a comparaciones con sucesos similares, como el incendio del Bazar de la Charité. En este caso los muertos fueron en su mayoría mujeres de buena posición reunidas en un acto de beneficencia. El paralelismo resulta repulsivo. Todo lo que en el relato de Couronnes era dolor se convierte en sangrante ironía, sarcasmo describiendo a las damas intentando saltar una tapia para huir, rezando resignadas por sus vidas, la aristocracia convertida en cenizas, cosas así.

    Tocamos una vez más los límites de la literatura. ¿Es lícito regodearse en una escena que bien pudiera asociarse (aunque no necesariamente) al acoso sexual? ¿La crítica social habilita para una mofa despiadada ante personas que pierden la vida? Con autores así, desprejuiciados y tal vez jubilosos de hacer un regate a la ética, es difícil saber hasta qué punto estos dos momentos son o no una mera provocación al lector. Personalmente creo que no, o al menos no del todo. La transgresión en general, y el derribo de tabúes sexuales en particular eran algo muy del gusto de los surrealistas, como lo han sido de todas las vanguardias, y no en vano el relato se ha publicado junto con el otro fragmento de la novela inacabada-desechada, más otro pequeño cuento, también muy procaz, titulado Las aventuras de Don Juan Lapolla Tiesa. Se diría que en esa época Aragon debía estar en plena combustión, y no solo literaria, todavía lejos de dedicar poemas mostrando el amor a su esposa Elsa como haría más tarde. La sensibilidad social tampoco era exactamente la misma de hoy en día, y por tanto el petting (y su propagación posterior) quizá habría que verlo con alguna condescendencia. Más difícil de tragar es a mi juicio el relato de las tragedias del suburbano. Ni siquiera la sólida conciencia política del autor puede redimirle de la crueldad que se deja ver de forma indisimulada.

    Como fragmento que es, el relato no tiene realmente mucho sentido. Al final, alguna clave se puede encontrar en las tres o cuatro páginas que sirven de enganche entre las dos narraciones, y que son algo parecido a una reflexión en torno a la literatura. La brecha entre la vida y el arte, tema inagotable, se plantea al observar qué ocurre cuando las cosas no se desarrollan de la misma forma en la vida y en la novela. Aragon parece estar pensando en los finales felices, en las relaciones propuestas y aceptadas, en todo aquello a lo que la ficción abre la puerta y la realidad con frecuencia hace imposible. Si estas elucubraciones (en todo caso un mero boceto, nada elaborado) queremos aplicarlas a los dos relatos que componen el librito, puede que sea un sano ejercicio de lectura creativa. En caso contrario, puede uno contentarse con conocer este extraño texto, que no deja de ser original, seguramente provocativo, curioso y, desde luego, escrito con talento.


    sábado, 3 de septiembre de 2022

    Rayne Havok: Venganza extrema

    Idioma original: Inglés
    Título original: Killstreme Casey's Vengeance
    Año de publicación: 2021 / 2022
    Traducción: Albert Kadmon
    Valoración: A mí es que este tipo de cosas me gustan    

    Rayne Havok es una escritora reconocida en los circuitos minoritarios de la literatura de terror. Venganza extrema compila dos relatos suyos, a cada cual más gore. Ambos han sido censurados en múltiples plataformas. 

    Primero nos encontramos con "Killstreme". Cuenta cómo un grupo de amigas graba una película snuff. Su víctima: un tío al que le molaba visionar a mujeres siendo violadas, vejadas, torturadas y asesinadas.  
     
    Alguna de las voces de esta historia no acaba de cuajar; asimismo, su argumento presenta ciertas incongruencias. Sea como fuere, da lo que promete; la escena del calcetín, por ejemplo, es deliciosamente repugnante.

    A continuación tenemos "Casey's Vengeance", la precuela de "Killstreme". Relata cómo el novio de la protagonista abusa de ella, junto a sus amigotes, durante dos días. Poco pueden imaginar estos salvajes que serán cazados en plena fiesta de Halloween.

    La verdad es que "Casey's Vengeance" me parece mejor que "Killstreme". Además de querer epatar al lector, transmite un mensaje entre líneas, hace un cambio tonal bastante eficaz, convoca imágenes potentes e introduce personajes que alcanzan un mínimo de complejidad. 

    En el lado menos positivo, diría que a Havok se le puede reprochar que:

    • Su prosa está salpicada por pasajes cuya redacción es algo confusa.
    • Sus argumentos no logran dar foco a determinados elementos.
    • Sus subtextos acusan maniqueísmo al retratar las relaciones entre sexos o ingenuidad al abordar la sororidad.

    Creo que he dejado claro que Venganza extrema disgustará al lector estándar. Y es que estamos frente a un libro que toca temas incómodos; un libro desprejuiciadamente violento, depravado y escatológico; un libro que agita consciencias y revuelve estómagos.   

    Así pues, sólo recomiendo Venganza extrema a quien pueda interesarle: a enfermos sedientos de sangre como un servidor o a misándricas que se han cansado del Manifiesto SCUM. ¡Aprovechad ahora que se traduce por primera vez al español a Havok! ¡Aprovechad ahora que podéis echar una ojeada a un par de obras que no creo que tarden en ser censuradas de nuevo!

    domingo, 17 de julio de 2022

    Salim Barakat: Los sabios de la oscuridad

    Idioma original: Árabe
    Titulo original: فقهاء الظلام
    Año de publicación: 1985
    Traducción: Kamirán Haj Mahmoud / Jaume Ferrer Carmona
    Valoración: Recomendable (aunque no para todo el mundo)

    La mujer de un mulá da a luz a Bekas, un muchacho que crece a una velocidad pasmosa y antes de veinticuatro horas ha decidido casarse. Esta es la premisa de Los sabios de la oscuridad, primera novela del escritor kurdo-sirio Salim Barakat.  

    De esta obra destacaría:

    • Su naturaleza híbrida. ¿La encasillamos dentro de la ficción metafórica? ¿Del costumbrismo fantasioso, quizá? ¿Del realismo mágico? ¿Del absurdo y onírico cotidiano? 
    • La imaginación que derrocha su planteamiento.
    • La sensibilidad de su prosa.
    • La belleza descriptiva con que evoca su escenario, un Kurdistán regionalista y folclórico.
    • La elegancia con que baraja sus temas (la fe, las relaciones paterno-filiales, el amor y los desengaños que acarrea, el conflicto kurdo...).
    • La lucidez que emanan sus reflexiones.
    • Su elenco de personajes, todos ellos bien definidos, adecuadamente contradictorios y muy pero que muy humanos. 
    • La potencia de ciertos pasajes. Pienso, por ejemplo, en ese en que Bekas mantiene relaciones sexuales con su esposa.

    Resumiendo: Los sabios de la oscuridad es una novela portentosa. No gustará a todo el mundo porque su contexto resulta un tanto exótico, su argumento se cuece a fuego lento y la complejidad de su trasfondo no es fácil de aprehender. Aun así, la recomiendo encarecidamente a todo aquel que crea que la literatura, cuando es de calidad, se puede permitir exigirle al lector un esfuerzo extra a cambio de las recompensas más estimulantes.

    jueves, 14 de abril de 2022

    Flor Canosa: Pulpa

    Idioma original: Español  
    Año de publicación: 2018
    Valoración: Recomendable (con matices)

    Pulpa es un retorcido romance con trasfondo distópico. Narra la relación entre Irma, una joven masoquista, y Lunes, un ricachón sádico. Ambos personajes están alineados por una sociedad homogeneizada, de la cual intentarán emanciparse mediante el amor. 

    «Porque la única forma de existir y lo único que nos justificaba como mamíferos, era la existencia del otro. El resto del tiempo era irreal, la vida proyectada en una pared oscura, donde los contornos no se distinguen y el audio es en un idioma extranjero. Queríamos vivir en las pausas de esas películas, en el espacio entre un plano y otro, en el microsegundo donde hay oscuridad porque en la retina no persiste la imagen.»

    Llegados a este punto, querría listar las virtudes de Pulpa:

    • Su mezcla de géneros (ciencia ficción distópica, pornografía "weird", etc...). 
    • Su estructura fragmentaria. 
    • Los temas filosóficos que maneja.
    • Su "worldbuilding". No sólo es modestamente original, sino que también abunda en detalles y matices. Además, nos es comunicado mediante una labor de exposición satisfactoriamente orgánica. 
    • La potencia de ciertas escenas. Pienso, por ejemplo, en ésa en la que la protagonista descubre lo que es el dolor para, momentos después, tener la primera menstruación.  
    • Su humor negro.
    • Su parentesco con el erotismo malrollero y el "body horror" de autores como J. G. Ballard y David Cronenberg.

    Por otro lado, los defectillos que le he encontrado a esta obra serían los siguientes:

    • Su tono puede antojarse pretencioso por momentos.
    • Aunque las voces de los tres narradores presentan sutiles diferencias, en general se parecen bastante las unas a las otras.
    • Comprime tantas cosas en apenas ciento veinte páginas que al argumento y las caracterizaciones le falta cocción.
    • Las personas con estómagos delicados no podrán apreciarla.
    Ahora diseccionemos brevemente varias de las reflexiones que yo he extraído de Pulpa:
    • Los cambios sociopolíticos a peor no son, por paulatinos, menos alarmantes.
    • La libertad es una quimera inasumible. 
    • El diferente siempre será discriminado. 
    • El tabú tiene un encanto seductor. «Cualquier cosa que ames te mata, simplemente a veces se hace necesario elegir el verdugo con fe de fanático. Me llama la atención como el ser humano se las arregla para desviarse siempre, aunque sea unos metros, en una sociedad preocupada porque nada se salga de la ruta. Es una fase inherente a la raza. Todo lo que queremos es acercarnos a lo que está prohibido o, a lo sumo, transgredir dentro de la norma.»

    En resumen: pese a que Pulpa se lee del tirón, consigue alojarse en tu cabeza cierto tiempo. Si bien se le puede reprochar que tiene más "worldbuilding" y trasfondo teórico que trama, goza de una ambientación, imágenes y cavilaciones de una potencia inusitada.

    La argentina Flor Canosa se suma desde el vamos a la estela de escritoras perversas, lujuriosas y con mala leche a raudales que tan buenos ratos proporcionan a lectores como un servidor. ¡Bienvenida sea!

    domingo, 3 de abril de 2022

    Kurt Vonnegut: Desayuno de campeones

    Idioma original: Inglés
    Título original: Breakfast of Champions
    Traducción: Juan Carlos Silvi
    Año de publicación: 1973
    Valoración: Recomendable (especialmente para interesados), aunque harto irregular

    Desayuno de campeones es una de las novelas más celebradas de Kurt Vonnegut. Gustará sobremanera a los amantes del autor, porque reúne aquellos elementos que hacen irrepetible la pluma de éste. A saber: 

    • Una voz narrativa juguetona y carismática. 
    • Una prosa preñada de muletillas.
    • Críticas a la sociedad norteamericana. «Casi todos los mensajes que se enviaban y se recibían en su país, incluso los telepáticos, tenían que ver con la compra o la venta de alguna puñetera cosa.»
    • Un sentido del humor que oscila entre lo gamberro y lo cáustico. «A veces la gente agujereaba a personas famosas para ser al menos un poco famosa.» 
    • Humanismo desencantado. «Cuanto más me acercaba a mi quincuagésimo cumpleaños, más me desconcertaban e irritaban las decisiones estúpidas que tomaban mis compatriotas. Y de pronto empecé a compadecerlos, pues comprendí lo inocente y natural que era para ellos portarse de un modo tan aborrecible y con tan aborrecibles resultados.»  
    • Reflexiones en torno a la existencia, el trabajo, el arte, la guerra, las desigualdades sociales, el cambio climático, etc...
    • Referencias a la cultura popular.
    • Pinceladas de ciencia ficción.
    • Toques meta. «Jimmy Valentine era una persona inventada que se había hecho famoso en otros libros del escritor, igual que Kilgore Trout era una persona inventada que se había hecho famoso en mis libros.» «-Este libro que estás escribiendo es muy malo -me dije (...).» 
    • Simpáticas ilustraciones.

    En el lado menos positivo, podríamos achacar a esta obra:

    • Un argumento reiterativo y tendente a la dispersión. 
    • Un manejo de temas irregular.
    • Un elenco de personajes bastante planos. 

    Sea como fuere, Desayuno de campeones es un artefacto la mar de curioso. Quizá carezca de la genialidad de Matadero cinco, pero cumple sobradamente en tanto que texto cien por cien vonnegutiano. Además, debemos perdonarle sus defectillos, ya que son la consecuencia lógica de crear literatura en la que «Cualquier persona sería exactamente igual de importante que otra. Daría el mismo peso a todos los hechos. Nada se quedaría fuera.» 


    También de Kurt Vonnegut en ULAD: Aquí