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jueves, 7 de diciembre de 2023

NOVELAS PIRAÑA #4: Ventisca de Marie Vingtras

Idioma original: francés

Título original: Blizzard

Año de publicación: 2021

Traducción: María Teresa Gallego y Amaya García Gallego 

Valoración: recomendable

Ventisca se desarrolla, no cabe esperar sorpresas, durante una tormenta de nieve, en este caso  en Alaska, en medio de ninguna parte, por lo que dicha ventisca bien puede acabar con la vida de cualquiera que se quede expuesto a la misma. Más aún si se trata de un niño, que es quien se ha perdido en esta novela, cuyos protagonistas, por tanto, se lanzan a buscarlo: los adultos responsables del chaval, Bess y Benedict, y sus vecinos, Cole y Freeman. La narración va alternando el punto de vista y los pensamientos de estos cuatro personajes, de tal forma que no sólo se va ordenando, poco a poco, una historia que en un principio resulta más bien enigmática, sino que nos permite enterarnos de los secretos que guarda cada uno de ellos y las motivaciones que les han llevado hasta allí, puesto que, salvo Benedict, que es oriundo de la zona, el resto ha llegado a Alaska huyendo de un pasado escabroso y de la culpa que les acarrea.

Es ésta una de esas novelas que engancha no sólo por su argumento y trama, sino por el modo en que se van encajando las piezas del rompecabezas, como un cubo de Rubik que vemos pasar de un colorido desorden a la restauración de su integridad original, pasando por diversas fases (que no puedo detallar porque nunca he sido capaz de resolver uno). De ahí que la presidenta del jurado que concedió a esta novela el Premio de las Librerías de Francia en 2021 dijera que "raras son las novelas tan bien estructuradas tanto en la construcción como en el trabajo sobre personajes y lugares" (deberíamos contratarla como reseñista). Nada mal para tratarse de una ópera prima, además.

En conclusión, una novela corta perfecta para pasar la tarde (mejor si es borrascosa, y no digamos nevada) absorto/a en sus páginas porque, además, tiene el aliciente de permitir una lectura muy ágil -sin que eso suponga un menoscabo de la calidad literaria-, con capítulos muy cortos y, como ya he mencionado, un cambio constante del punto de vista entre cuatro personajes, lo cual siempre ayuda a no caer en el tedio. Imposible en este caso, por lo demás...

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Ismael Martínez Biurrun: Solo los vivos perdonan

Idioma: español 

Año de publicación: 2022

Valoración: entre recomendable y está bien

Antes que nada, debo decir que la cubierta de este libro me encanta; de hecho, debió de incluirse en la entrada de las mejores cubiertas del 2022 y sólo un error puede disculparme por no haberlo hecho. Dicho lo cual, ¿puede que me haya decidido a leer esta novela sólo por su cubierta? Pues... en gran medida, sí, lo confieso, aunque no sólo; también me intrigaba lo que desvela la sinopsis del libro, que sugiere una narración híbrida entre el drama, el género fantástico y el thriller. Para ello, la novela incorpora elementos variopintos y, en un principio, difícilmente conjuntables: un atentado de ETA, un cuarentón en crisis, un niño con un tumor cerebral, el fósil de un anfibio del Paleozoico, una historia de fantasmas, un comunicador estrella de la derecha mediática, una presencia, más que sobrenatural, supraterrenal... En fin, toda una serie de ingredientes que parecen más que difíciles de casar, pero que Ismael Martínez Biurrun consigue articular en una narración del todo coherente; tal vez, incluso, la armazón que compone sea demasiado cerrada, un artefacto que funciona demasiado bien, sin dejar holguras o resquicios, momentos más relajados que dejen aposentarse la historia y, aunque pueda sonar contradictorio, ayuden a cimentar su verosimilitud (aunque cualquiera que lea esta novela me podrá replicar que la verosimilitud no es, precisamente, lo que más importa en una historia que mezcla aspectos más o menos realistas, pese a las muchas casualidades que, de hecho, articulan la narración, con otros fantásticos, sobrenaturales u oníricos. Sí, de acuerdo, pero, aún así, es obligación de todo narrador buscar la famosa "suspensión de la incredulidad", incluso en las narraciones más fantásticas o disparatadas que pueda pergeñar. O más aún en éstas, si cabe).

No quiero dar una impresión equivocada: en absoluto es ésta una novela fallida o desnortada -al contrario, si algo se puede aducir es que resulta un tanto "forzada", dicho sea con todas las comillas del mundo y en el sentido de que todos los componentes de su trama están atados y bien atados con nudos marineros de doble vuelta-; es más, al meritorio y a veces complicado ensamblaje de todos los elementos que he mencionado -y alguno más- hay que añadir un exhaustivo trabajo de composición de los personajes y la consecución de algunos momentos bastantes brillantes (por ejemplo, y perdón si adelanto demasiado de la trama a alguien, ciertas apariciones fantasmales, que a mí me supieron a poco; ojalá la novela hubiera explorado más ese territorio).

Además, la prosa de Martínez Biurrun resulta no ya irreprochable, sino que muestra una tendencia constante a elevarse por encima de lo meramente funcional; quizá su estilo, no obstante, de la impresión, al igual que la armazón de la novela, de encontrarse demasiado controlado y se agradecería , en algún momento, que su autor se hubiera "dejado llevar" en mayor medida... pero, en fin, estas son objeciones un tanto difusas e incluso febles: no se le puede reprochar a nadie escribir demasiado bien. En todo caso, es ésta una novela notable, que no decepcionará a los amantes de las historias intensas en las que se combina lo real con lo fantástico ni de los giros imprevistos en las mismas. Amén de los interesados en la literatura de buena factura y que explora caminos poco trillados, claro está.

domingo, 5 de noviembre de 2023

Laird Koenig: La chica que vive al final del camino

Idioma original: Inglés   
Título original: The little girl at the end of the road
Traducción: Jon Bilbao 
Año de publicación: 1973
Valoración: Recomendable

Aunque La chica que vive al final del camino, de Lair Koening, es fácilmente adscribible al "thriller" de misterio o al gótico americano, también es una novela de formación y romance muy "sui generis". 

Su oscura premisa me ha recordado bastante a Matemos al tío de Rohan O'Grady: dos niños, menos indefensos de lo que uno pueda imaginar, deben hacer frente a un adulto intimidante. ¡Incluso hay un policía de por medio en ambas propuestas! Eso sí, la de Koening es más psicológica, tensa, madura y realista que la de O'Grady.

¿De qué trata? Rynn acaba de cumplir trece años y lo celebra sola en su casa de alquiler. Nadie sabe mucho de ella; sólo que proviene de Inglaterra, apenas habla, es desconfiada, da esquinazo a las visitas inoportunas y cobra cheques de viaje. Hace tiempo que su padre no se deja ver por el pueblo, y los vecinos empiezan a hacer preguntas. Un día conocerá a Mario, un niño cojo al que le gusta hacer magia. Juntos plantarán cara a Frank Hallet, un pedófilo local que, gracias a la influencia de su madre, es intocable.

Entre las muchas virtudes de La chica que vive al final del camino, destacaría las siguientes:

  • Mezcla acertadamente diversos géneros.
  • Se estructura en capítulos tan breves como adictivos. 
  • Su historia transcurre con una fluidez sorprendente, pero en todo momento sabe cuándo debe realentizar el ritmo. 
  • Koening dosifica acertadamente la información, expande el misterio, juega con las expectativas del lector, te encariña con los protagonistas y logra que ciertas escenas impacten emocionalmente. 
  • La caracterización de Rynn (madura, inteligente, calculadora, de gustos refinados, pero sin por ello dejar de ser una niña) está muy lograda. También me ha convencido su eventual desarrollo, que nos es transmitido de manera orgánica y creíble.
  • Mario, que es un poco mayor que Rynn, la complementa a la perfección, e incluso ejerce de contrapunto que cataliza su arco de crecimiento.
  • Frank Hallet consigue erigirse como un personaje siniestro y amenazante, cuya plausibilidad da miedo.   
  • Los diálogos, llenos de batallas dialécticas, ambiguedades, dobles sentidos, sarcasmo, etc..., resultan entretenidos a la par que avanzan la trama y caracterizan a los interlocutores.
  • Hay un par de escenas brillantes en lo que a tensión u horror respecta.
  • Puntadas irónicas radiografían la sociedad de la época (sobre todo su corrupción, clasismo y racismo); también las diferencias entre Inglaterra, EEUU y sus respectivos habitantes dan bastante juego al autor.
  • Su final es técnicamente abierto, en el sentido de que no insulta a la inteligencia del lector, pero al mismo tiempo cierra la novela. 

Solamente le pondría un par de pegas a La chica que vive al final del camino:

  • En determinados momentos hay que suspender la incredulidad para aceptar ciertos acontecimientos. Por ejemplo, que tanto Rynn como Mario sean tan espabilados y resolutivos, o que puedan engañar a un policía que ha demostrado ser extremadamente competente y atento.
  • El romance que presentan estas páginas me parece algo forzado.

Originalmente, Koenig concibió La chica que vive al final del camino como obra de teatro; después de su éxito literario, también la guionizó. Sin haber visto la aclamada adaptación cinematográfica, me atrevo a decir que probablemente no aporta gran cosa a quienes hayan leído la novela. Además, la película protagonizada por Martin Sheen y una jovencísima Jodie Foster toma un par de decisiones, según tengo entendido, que diluyen el malrollismo y la perversidad que emanaba su contraparte literaria.

domingo, 17 de septiembre de 2023

Reseña + Entrevista: Lo que quedó de nosotras, de Ángel Alonso

Idioma original: Español 
Año de publicación: 2022
Valoración: Entre recomendable y está bien

Lo que quedó de nosotras es un "thriller" sencillo pero eficaz. Ojo: con el adjetivo sencillo no pretendo desmerecer la novela de Ángel Alonso, sino decir que, si bien no presenta una fórmula excesivamente original, cumple su función, está bien urdida y trabaja correctamente los ingredientes que emplea. Puede que no sea muy memorable, pero lo mismo sucede con otras obras adscritas al género que, aun así, reivindicamos por las cotas de entretenimiento y tensión que alcanzan. 

De modo que la novela de Alonso funciona. A ratos, da incluso un pelín más de lo que promete. Por ejemplo: su argumento se desvía ligeramente del típico "rape and revenge"; cuando empieza el juego del gato y el ratón, los roles fluctúan y son menos inequívocos de lo habitual; y la voz narrativa engalana ciertas escenas con un toque poético.

En fin: me ha gustado especialmente la estructura de Lo que quedó de nosotras, pues martillea al lector con capítulos tan breves como adictivos, va incrementando la angustia paulatinamente y entrega orgánicamente nueva información. 

También aprecio el tono realista del conjunto (otro autor se hubiera decantado por uno más efectista), la caracterización de sus personajes (quienes, pese a no ser extremadamente complejos, poseen rasgos físicos, emocionales y psicológicos distintivos), lo intimidante que resulta el antagonista, el ingenio de los diálogos y los "plot twists" que salpican el argumento (siempre sorprendentes y, sobre todo, verosímiles). 

Ah, una última cosa: cómo olvidar un par de logradas descripciones de tinte onírico, escatológico o "gore", a cual más fascinante, pavorosa o repugnante. 

En el lado menos positivo, criticaría la prosa de Lo que quedó de nosotras. Aunque generalmente utilitaria, a menudo se pierde en detalles o divagaciones innnecesariamente minuciosos. Esto no sólo provoca que el libro sea excesivamente largo; asimismo, realentiza la acción y le resta intensidad a determinadas escenas. 

La implicación de Esqueleto Negro, por su parte, acusa algún problemilla. En primer lugar, la tipografía que emplea es tan chiquitita que puede llegar a ser una tortura para la vista del lector. A eso hay que sumarle que se le han colado un puñado de erratas en el texto (laísmos, mayúsculas que no deberían serlo, tildes omitidas, puntuación discordante...). Sea como fuere, quiero felicitar a la editorial por el diseño de su cubierta, que a mi juicio supera holgadamente el de la gran mayoría de su catálogo.    
       
Poco más que añadir: si acudes a Lo que quedó de nosotras con las expectativas adecuadas, te encantará. Creo sinceramente que el "thriller" de Alonso puede caminar con la cabeza bien alta entre propuestas afines salidas de la pluma de colosos literarios como Stephen King o Dean Koontz y que, si cayera en las manos de un director competente, podría convertirse en una película notable.


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A continuación adjuntamos un pequeño cuestionario que Ángel Alonso ha respondido con suma amabilidad:

ULAD: En tu cuenta de Instagram (@sr_oxymoron) se evidencia que amas el género de terror. Y, según he leído, lo prefieres cuando tiene los pies en la tierra. ¿Al parir Lo que quedó de nosotras no tuviste en ningún momento la tentación de rebasar el realismo y añadir algún elemento sobrenatural?

A.A.: Desde el momento que establecí el tono de la novela, en la fase inicial de escritura, tracé una línea roja: evitar cualquier elemento sobrenatural que alejara la trama de la realidad sucia y descarnada en la que se mueven los personajes. 

ULAD: En Lo que quedó de nosotras introduces una serie de "leimotivs". Algunos, como, la mención recurrente y temáticamente pertinente del concepto serendipia, son claramente deliberados. Otros, en cambio, aparecen menos, pero siempre orgánicamente. ¿También éstos eran planificados, o a medida que escribías la novela se te ocurrió implementarlos?

A.A.: Todo lo que aparece en la novela es fruto de la planificación. A veces son conceptos definidos desde el principio, por ejemplo, el propio concepto de serendipia o la figura del «pájaro» y todo lo que simboliza, para bien y para mal, algo que se introduce desde el primer capítulo. Otras veces se fueron incorporando en las revisiones como un juego sutil, un detalle oculto, para que funcionara como alegorías que permanecen en el subconsciente a fin de dar sentido a otras partes de la novela.

ULAD: De todos los personajes de la novela, quizá el más destacable es Bosco. ¿Te inspiraste en alguien real para crear a ese antagonista tan despiadado, calculador e imponente como, a su extraña manera, carismático y sensible?

A.A.: Me encantan todos los adjetivos con los que has definido a Bosco. ¡Ese era el objetivo! Bosco es un personaje de grandes contrastes y disfruté muchísimo en su construcción psicológica. No me inspiré en nadie, de manera consciente. Estoy seguro que toda la literatura consumida, así como cine y música, ha ejercido una gran influencia, por lo que nuestro querido amigo compartirá rasgos con personalidades de sobra conocidos. El único problema que tiene Bosco, a mi modo de ver, es justamente ese torrente de carisma. Eclipsa al resto de personajes, y todos son muy jugosos. De hecho, Bosco tiene su contrapunto en Elián, con la que comparte características; buenas y malas.

ULAD: ¿Cuál es tu opinión acerca del ser humano? Lo digo porque hay mucha oscuridad en estas páginas. Una oscuridad verosímil, que empieza mostrando cómo los amigos se engañan unos a otros y acaba por arrojarnos a una hoguera de crueldad y rencor. Incluso cuando amagas con un pequeño arco de redención la cosa se tuerce.

A.A.: Opino que no existe el mal absoluto ni, por supuesto, el bien absoluto. Nos movemos en un amplio rango de grises. Bien es cierto que los personajes de la novela, por las circunstancias personales que han vivido y sufrido, escoran hacia una zona de oscuridad mayor que lo que nos podemos encontrar en nuestro día a día. También, a efectos narrativos, es una opción que ofrece mucho más juego y disfrute.

ULAD: ¿Cómo ha sido la experiencia de publicar tu obra? ¿Darías algún consejo a otros autores que deseen que les editen sus manuscritos?

A.A.: Mi experiencia está siendo brutal. Desde el día que salió la novela hasta ahora no he parado de recibir respuestas sensacionales. Si soy sincero, no me lo esperaba. Sabía que tenía algo bueno entre manos, pero, a juzgar por las críticas y reseñas, me había quedado corto.
 
Respecto a los consejos, podría ofrecer muchos, fruto de mi experiencia personal, a pesar de ser una voz minúscula en este maremágnum de publicación. Sin embargo, permíteme que lance, no uno, sino dos. El primero es fundamental: reescritura. Un buen manuscrito necesita de un proceso concienzudo de reescritura en el que se debe incluir un adecuado periodo de reposo de cara a enfrentarse al texto con una mirada crítica. Un manuscrito bien elaborado ayudará a abrir puertas. El segundo consejo, es más personal: no tener prisa por publicar. Es mejor pasar un tiempo (en mi caso fueron años) de aprendizaje y perfeccionamiento que nos brinden de las herramientas adecuadas de cara a construir una gran historia.

ULAD: ¿Te verías capaz de escribir un guion cinematográfico sobre Lo que quedó de nosotras? En caso afirmativo, ¿crees que deberías modificar sustancialmente algún apartado de la novela para adaptarla al nuevo formato?

A.A.: La osadía me anima a responder afirmativamente al tiempo que la sensatez me recuerda que carezco de los conocimientos necesarios. Dejemos en manos profesionales la elaboración del guion. Por mi parte, disfrutaré del resultado, haya o no cambios sustanciales.

ULAD: ¿Estás trabajando en algo ahora mismo? ¿Te planetas incurrir otra vez en la narrativa larga a corto plazo?

A.A.: Estoy en pleno proceso de escritura de una nueva novela. Solo puedo comentar que se trata de un "thriller" psicológico con toques de "body horror". Quiero darme todo este año para finalizarla y ya, de cara al siguiente, comenzar el proceso de publicación.

martes, 25 de julio de 2023

Ledicia Costas: Infamia

Idioma original:
gallego
Título original: Infamia
Traducción: Ledicia Costas
Año de publicación: 2019
Valoración: Muy recomendable

(Aviso: He leído este libro en el gallego original, por lo que no puedo opinar sobre la traducción).

En esta novela negra, de suspense, thriller, o como quieran llamarlo, nos metemos en la piel de una joven profesora que llega al pueblo de Merlo para una sustitución en la universidad; allí será conocedora de un crimen sucedido hace veinticinco años y se relacionará con los involucrados en la tragedia.

Infamia es una novela coral, con narrador omnisciente, pero en la que nuestra historia se ciñe a lo vivido por Emma, la protagonista principal – aunque, como en tantas buenas obras, la protagonista no es una persona, sino algo más abstracto: en este caso, quizá, la tragedia en su sentido más amplio, no me refiero a una desgracia en concreto, si no en su concepto; todos los personajes arrastran traumas por experiencias pasadas -. La narración comienza con la llegada de Emma a Merlo y concluye con su partida; esto deja algunos cabos sueltos que me gustaría tratar más adelante.

En lo que al argumento concierne, Infamia es la historia de personas condenadas a vivir acarreando las consecuencias de su pasado; algunos lo llevan mejor, como Rubén (este personaje es quizá el peor retratado de la novela por su “maldad absoluta”, junto con el comisario: la verdad es que lo tienen todo para ser despreciables, en ese sentido sí que están muy bien dibujados); otros, como Emma, Sara, o, incluso, en algún aspecto Noel y Salva, no fueron las causantes de sus respectivas tragedias, pero deben aprender a convivir con ella – pequeño destripe y posterior divagación (perdónenme): ninguno lo ha conseguido, ¿quizá sea este el mensaje de la novela? ¿hay sucesos tan terribles, tan trágicos, tan determinantes para nuestra propia vida, que no nos podemos deshacer de ellos, ni siquiera podemos aprender a compatibilizarlos con una “existencia normal”, sea lo que sea eso? -; y, finalmente, aquellos a los que les corroe la culpa y arrastran una existencia – más o menos, según el caso – penitente, lánguida, como en tercera persona, personajes secundarios en la historia de una vida ajena – entre estos incluyo a los anteriormente mencionados Salva y Noel, así como a Lucas, hombre sensible y poeta torturado  -.

Por todo ello, Merlo es, en resumen, una gran telaraña donde sus vecinos viven atrapados,  sobreviviendo como pueden mientras se degradan bajo el peso de la tragedia, la verdadera “culpable” de todo.

Quizá en algún momento haya unos comportamientos demasiado exagerados o incluso “peliculeros”, como el encontronazo en el pasillo de la facultad entre Emma y el comisario, o los excesos del cura y el sacristán; si fuesen un poco más comedidos sería más creíble, pero tampoco son tan desmedidos como para desligarnos de la narración. Lo que sí que no me gustó por fantasioso y fuera de lugar es el “futuro” de Blanca, si ustedes leen el libro me entenderán.

Ayuda mucho a la ambientación el ambiente sobrenatural de niebla y lluvia que tan bien encaja en el paisaje gallego; es una novela que, al igual que pasa con cierto tipo de música, no se disfruta igual en verano que en invierno, de día que de noche. Al leerla en verano, al son, he conseguido que no me afectara tan profundamente como, intuyo, podría suceder con un contexto invernal en consonancia con el clima de la novela. Ustedes, potenciales lectores, decidirán cuándo leerla (¡pero léanla!).

En cuanto a la duración, es bastante breve, lo cual no es necesariamente bueno: me hubiera gustado que fuera más larga, pero no para atar esos cabos sueltos a los que aludía antes, sino para permitirnos profundizar más en varios aspectos: a bote pronto, se me ocurren la relación entre Lucas y Emma, otro posible encontronazo de esta y el párroco, conocer más a Sara... lo malo que sucede con un libro tan bien escrito es que uno se queda con ganas de más.

Ledicia Costas  - flamante ganadora de la medalla Castelao – escribe muy bien, con figuras literarias muy afortunadas y preciosistas, lleva un ritmo que hace muy ligera la lectura y salta de un escenario a otro sin que se acuse falta de continuidad; es una lectura muy llevadera.

Por último en par de breves apuntes: se nos da a conocer al malogrado poeta Félix Francisco Casanova, muy presente en toda la narración, y qué buen acierto es la elección del título del libro: La palabra “infamia” representa una injusticia no cobrada, una impunidad mal entendida y una impotencia abrumadora en las víctimas. Así, breve, rotundo, funciona como un resumen muy eficaz.

miércoles, 14 de junio de 2023

Grady Hendrix: Grupo de apoyo para final girls

Idioma original: inglés

Título original: The Final Girls Support Group

Año de publicación: 2021

Traducción: Víctor García de Isusi

Valoración: recomendable (sobre si todo si no buscas una historia de terror "pura")

Estoy seguro de que muchos de nuestros lectores y lectoras habituales no lo necesitan porque son personas con un excelente formación cultural, tanto en lo que se refiere a la llamada "alta cultura" como a las variantes más friki-pop de nuestra época. Pero pensemos que es muy posible que lea esta reseña alguien que haya descubierto ahora este ubérrimo blog y, deslumbrado por el despliegue de conceptos y conocimientos que se encuentra aquí a diario, no tenga claro a qué se refiere eso de las "Final Girls" (tú sí, Oriol, ya lo sabemos...). Expliquémoslo, pues, antes que nada, en atención a ese hipotético, aunque probable, nuevo lector o lectora: 

-Final girl: dícese de, en las películas slasher, la última chica que sobrevive a la matanza causada por un ominoso asesino múltiple y que, además, consigue acabar con él (o cree hacerlo, hasta su siguiente reencarnación).

¿Cómo, que eso del slasher tampoco os suena (sí, Oriol, ya sé que a ti sí). Bueno, vale, ahí va:

-Slasher: dícese del subgénero de cine de terror en el cual un asesino, habitualmente enmascarado, va matando poco a poco a una serie de adolescentes, por lo general con medios un tanto rudimentarios (es decir, utilizando hachas, machetes, ganchos de carnicero...) hasta que sólo queda una Final Girl.

¿Y qué puede hacer una chica cuando se ha convertido en una Final Girl, pasando de ser una sencilla alumna de instituto a alguien que ha conocido los más terribles abismos del alma humana? Pues es difícil seguir adelante y es necesaria ayuda para ello... ¿Y quién va a entender mejor a una Final Girl que otras Final Girls? Por eso hay varias que llevan años reuniéndose en el sótano de una iglesia de Los Ángeles, formando el grupo de apoyo más peculiar -y exclusivo- que existe. Varias mujeres ya no tan jóvenes que tienen muy poco en común, aparte de haber sobrevivido a monstruosos asesinos. Pero la muerte de una de ellas trastorna aún más la dinámica de grupo y hace que Lynnette, la más paranoica y obsesa de la seguridad -y eso que no es una Final Girl "real"... o quizás por eso mismo- sospecho que alguien está tratando de acabar con ellas una a una...

A partir de aquí, Grady Hendrix nos mete en un carrusel de situaciones peliagudas y emociones extremas, en una huida desesperada llena de plot-twists que nos mantienen pegados a las páginas hasta el final. Debo decir que se trata más de un thriller con un punto paródico que de una novela de terror puro y duro, por más que haya algún que otro episodio -como la visita de Lynnette a la casa de otra Final Girl aún más perturbada que ella- que resulta bastante inquietante. No obstante, me parece una novela muy disfrutable para los amantes del género, entre otras cosas por el juego metaficcional presente en todo momento, aunque más que con otras narraciones escritas, con el cine del subgénero slasher; para empezar, por las propias historias de las protagonistas, de las que no cuesta mucho encontrar las películas que le sirven de inspiración...

Por otro lado, algo muy interesante de la novela es la reflexión que hace (tal vez sería más exacto decir que mueve a la reflexión) sobre las mujeres como principales víctimas de crímenes, tanto en la ficción como en la vida rea, y que me ha traído a la memoria una entrada que publicaron nuestras compañeras de blog el 8 de marzo de hace algunos años (y que enlazo aquí). Es cierto que el señor Hendrix es un hombre y por ello el posible mensaje feminista y la apelación a la sororidad que trasluce esta novela quizás haya que tomarlos con cierta reserva (o no, que tampoco soy yo la persona más indicada para determinarlo), pero, al menos, supone un cambio a mejor en la habitual representación de la mujeres en éste o estos géneros (me refiero también a la novela negra) como simples víctimas de atrezzo o compañeras del protagonista masculino.

También de Grady Hendrix y reseñado en Un Libro Al Día: Horrorstör

viernes, 26 de mayo de 2023

Dolores Redondo: Esperando al diluvio

Idioma: español

Año de publicación: 2022 

Valoración: bordeando el recomendable

No he leído ninguno de los anteriores y muy exitosos libros de Dolores Redondo (debido, más que nada, a mis reticencias hacia la "mitología" y leyendas vascas), pero resulta que ésta su última novela cuenta con un argumento que llamó mi atención: en el verano de 1983 un asesino en serie escocés, que se pensaba había ya muerto o, en todo caso, dejado de matar, es localizado por un policía, Scott Sherrington, que le persigue hasta Bilbao, nada menos, justo antes de las graves inundaciones que aquel año sufrió la capital vizcaína. Por una parte, me resultó interesante la utilización o, mejor dicho, recreación de la figura de un serial killer auténtico, que actuó en Escocia a finales de los años 60, al que llamaron John Bible (es decir, Biblia-) lo cual, reconozcámoslo -y guardando el máximo respeto a la memoria de sus víctimas, por supuesto-, es de los mejores nombres posibles para un asesino en serie. Por otro lado, me atrajo la idea de trasladar la caza de este tipo a la babilónica Bilbao de los 80, ciudad -o villa, más bien- por la que, por razones que no vienen al caso, guardo no poco afecto.

Esperando al diluvio se desarrolla, pues, entre Escocia y Bilbao -con una paradita en Francia- y, en el caso del Botxo, sobre todo en el Casco Viejo y el entorno de la ría, por entonces muy diferente a la actualidad; el trasfondo es el de los conflictos políticos de aquellos años, el terrorismo, el ambiente de la Aste Nagusia y una banda sonora con canciones de Mocedades y Nick Kershaw (interesante cóctel, sin duda). Y, claro está, la amenaza del inminente diluvio. Por ahí se mueve el policía Noah Scott Sherrington -el nombre de pila no es casual-, en una persecución contrarreloj del asesino, con la asistencia de in joven ertzaina (policía autonómico vasco, para quien nos lea desde otras latitudes), una psiquiatra y un ayudante un tanto peculiar.

De hecho, si algo sorprende en la novela es la facilidad con que se mueven tanto el policía como el asesino en un entorno que no les es familiar: resulta que, ¡oh, sorpresa!,  ambos hablan un castellano prístino (de euskera supongo que andan más flojos, pero tampoco les hace falta) y se adaptan enseguida tanto a la peculiar geografía bilbaína como a las costumbres locales (bueno, al txikiteo y a la fiesta, que a eso se adapta todo el mundo). Es esta rápida aclimatación de los protagonistas, así como el recurso a varias casualidades y corazonadas -literalmente, de hecho- en la trama lo que más "canta" en la novela, por más que se trate de una obra de ficción. tampoco sé si era necesaria la inclusión de una historia de amor que, si bien no molesta, no resulta demasiado verosímil (y tampoco parece corresponder demasiado a la idiosincrasia vasca... aunque siempre hay excepciones).

A pesar de estas objeciones, debo reconocer que nos encontramos ante un thriller policíaco bastante bien llevado, puesto que, si bien no se asienta en la investigación de la identidad del asesino, que se conoce casi desde el principio, sabe conducirnos sin perder interés a lo largo de sus 500 páginas hasta un clímax especialmente dramático. Además, y por suerte,  John Biblia se sale del arquetipo del serial killer a lo Hannibal Lecter, absolutamente frío y calculador, y su antagonista, Scott Sherrington despierta, sin duda, la empatía del lector, pues sus especiales circunstancias dotan de una creciente humanidad al policía obseso, perfeccionista y algo repelentuzco que se presenta en un principio. Pero, sobre todo, ésta es una novela que da lo que promete y promete lo que da, con honestidad y buen oficio. Lo cual, hablando de literatura y más aún (aunque no sólo) en el caso de la literatura más comercial, no es poca cosa, me parece a mí...

Más novelas de Dolores Redondo reseñadas en Un Libro Al Día: El guardián invisibleLegado en los huesosOfrenda a la tormenta

jueves, 20 de abril de 2023

Paul Tremblay: La cabaña del fin del mundo

Idioma original: inglés 

Título original: The Cabin at the End of the World 

Año de publicación: 2018

Traducción: Manuel de los Reyes 

Valoración: recomendable 

A una cabaña perdida en los bosques de Nuevo Hampshire donde pasan unos días la pequeña Wen y sus padres llegan cuatro extraños portando unas no menos extrañas armas, comandados por el enorme y aparentemente benévolo Leonard, con el objeto de hacerles una insólita y aterradora propuesta. O con el objetivo de que la acepten de una manera u otra, en realidad, pues no dudarán en recurrir a la violencia para conseguirlo... Así comienza esta singular novela de home invasion en la que los asaltantes pondrán sus vidas en juego en la misma medida que los asaltados y... bueno, no debo contar más para no desvelar las sorpresas que guarda esta historia, aunque sí puedo decir que en ella destacan un ritmo y una organización narrativa que mantienen al lector pegado a sus páginas desde el comienzo al final.

Lo que sí puedo decir es que no sé hasta que punto podemos considerar ésta como una novela "de terror", por más que su autor sea uno de los más eximios representantes del género, a día de hoy. Desde luego que La cabaña... sabe crear inquietud y, sobre todo, tensión, incluso cómo causar cierta impresión con el recurso a una violencia casi -bueno, sin casi- gore, pero no estoy seguro de que los aficionados más acérrimos o puristas al terror queden totalmente satisfechos tras su lectura. Por otro lado, y aunque ya sea un tópico mencionar la influencia de Stephen King al hablar de esta clase de novelas (yo mismo, al menos, ya lo he hecho en varias ocasiones), pero en esta ocasión resulta inevitable, pues ésta es la que más me ha recordado a las novelas del Rey en mucho tiempo. Quizás no a uno de sus grandes libros de terror, los que le han servido para convertirse en el principal referente del género y, en gran medida, quien ha establecido un nuevo canon en el mismo (o, cuando menos, un nuevo patrón a la hora de contar este tipo de historias), pero sí una de sus obras "menores", de ésas que incluso han acabado siendo más populares, a raíz de su adaptación cinematográfica (ya veremos que ocurre, en este caso). Más allá de la ambientación en Nueva Inglaterra, la atención a los detalles cotidianos o domésticos y la introspección psicológica de los protagonistas son herencia suya, sin duda.

Releyendo los párrafos anteriores, temo dejar una impresión desdeñosa sobre esta novela, cuando en realidad ocurre todo lo contrario: no sólo me parece un thriller muy bien llevado, sino además una novela una novela que puede mover a la reflexión (si se quiere, claro) sobre ciertos temas que han devenido desinterés en este siglo XXI que muchos esperábamos de otra manera, como la prevalencia creciente de una visión religiosa e incluso agónica del mundo, frente a la racionalidad agnóstico, la importancia que debemos concederle a los conspiranoicos e illuminati varios sin que nos arrastren tras ellos a su marasmo de estulticia o el papel de la libertad e incluso el interés individual frente al colectivo, corresponda éste a una realidad o no...

No quiero acabar la reseña sin comentar un par de aspectos de la novela que, en cierto modo, quizás puedan ser considerados como spoilers, así que quien no quiera conocerlos tal vez debería detener su lectura aquí: por una parte, la forma de narrar de Tremblay, que no sólo va cambiando el punto de vista, según los personajes, sino que, en la última parte de la historia, alterna la tercera persona del narrador omnisciente con la primera del plural, incluso en el mismo párrafo. Esto puede parecer una elección arriesgada, más o menos vanguardista y que también obtiene un resultado más o menos logrado, hasta que al final de la novela se entiende la razón.

Algo parecido ocurre con la elección de los protagonistas, una pareja homosexual, Andrew y Eric, que puede que alguien interprete como una mera concesión al convencionalismo woke. Sin embargo, a mi modo de ver es una elección muy acertada por parte de Tremblay y según transcurre la narración y, sobre todo, al final de la novela, se entiende el por qué. Y ya está, no os doy más la brasa ; )

sábado, 14 de mayo de 2022

You-jeong Jeong: El buen hijo

Idioma original: coreano

Título original:

Año de publicación: 2016

Traducción: Luis Alfredo de los Frailes

Valoración: está bien

¿Qué haríais si, siendo epilépticos y no recordando nada después de un posible ataque, os despertarais completamente cubiertos de sangre  -que además, según parece, no es vuestra- y con huellas por todas partes de haber sido responsables de un horrible crimen? ¿Jodido, no? ¿peliaguda situación, no? Pues eso es lo que le ocurre al protagonista-narrador de esta novela, el joven coreano Yu-Jin, que vive con su dominante madre en un dúplex de una localidad costera de reciente -y aún inacabada, en verdad- edificación. Durante las horas y días que siguen a este turbulento despertar, Yu-Jin se afana por recordar y dar sentido a lo ocurrido la noche anterior, al tiempo que debe asumir el peso de la tremenda tragedia que se cierne sobre él.

De esta manera, éste thriller policiaco de la también coreana You-jeong Jeong (1) adquiere en principio la forma de un peculiar whodunit, para luego convertirse en una novela psicológica y aún en un dramón familiar y personal de no te menees... Todo , con apaenaas un puñado de `personajes: Yu-Jin, su madre, su hermano adoptivo He-Jin, su tía la doctora Hye-Won...- , en una localización más o menos limitada y en un tiempo determinado... casi dese diría que, en cierto modo, la novela tiene un aire teatral. Lo que dificultaría su posible representación sobre un escenario (no así en el cine o televisión) es la gran cantidad de analepsis, tanto en forma de flashbacks como por medio de la lectura de cierto diario, que encontramos en esta novela y que, en gran medidas son las que hacen avanzar la trama o, al menos, explicarnos y explicar a su protagonista, qué es lo que ha ocurrido. Claro que también es un recurso que, en algunos momentos, ralentiza el avance de la trama y que incluso puede llegar a despistar al lector (bueno vale, a ESTE LECTOR, que, ya lo confieso, tiene sus limitaciones...) cuando se enlazan varios flashbacks seguidos... También encontramos algunos recursos típicos de este tipo de novelas, como los giros en la trama, algún que otro cliffhanger... pero que nadie se engañe: El buen hijo tiene más que ver con, salvando todas las distancias, Dostoyevski que con, yo qué sé, Dan Brown o James Patterson, por poner algún ejemplo...  También, puede servir de partida para reflexionar sobre la maternidad, la responsabilidad individual, el libre albedrío y otros temas de mayor trascendencia...eso, si el baño de sangre le deja a alguien con ganas de hacerlo.

Como suele ser habitual, a esta autora la califican algunos como la "Stephen King de su país"... En fin, yo no diría tanto, aunque sí es cierto que esta novela, al menos tiene cierto interés. pero creo que sobre todo para los aficionados al género criminal o incluso de terror, pero veo difícil que pueda gustar o al menos llegar a todo el público lector. Algo que "el Monstruo de Maine" (2) sí que ha conseguido, en general...


(1) En la edición española de este libro y también en otros idiomas como el inglés, italiano o portugués, la autora de esta novela aparece como You-jeong Jeong, siguiendo el sistema onomástico occidental de nombre propio + apellido; sin embargo, en otras ediciones, como la francesa o la turca, se respeta el sistema coreano, y por tanto la transcripción de su nombre aparece como Jeong You-jeong (siendo el primer Jeong el apellido o nombre de familia y el segundo jeong, el nombre propio que comparten los hermanos o primos de la misma generación y que, en este caso, coincide con el apellido). lo comento, sobre todo, por si queréis leerlo en turco, para que no os liéis...

(2) Lo de "Monstruo" lo digo en el sentido taurino de la palabra, no porque sea feo, que no lo es: tiene el atractivo que nos caracteriza a los miopes simpaticones... (Bueno, por lo menos, él sí que es simpaticón).

domingo, 1 de mayo de 2022

Niklas Natt och Dag: 1794

Idioma original: sueco

Título original: 1794 

Año de publicación: 2019

Traducción: Portus Sánchez

Valoración: recomendable  (si no eres un espíritu sensible)

Después del uno va el dos y después del 1793, pues... 1794, claro (y luego 1795, pero de eso ya hablaremos), así que de esta previsible manera se titula la segunda entrega de las novelas policíacas escritas por el sueco Niklas Natt och Dag y ambientadas en el Estocolmo -no sólo- de finales del siglo XVIII. Como la primera entrega no me disgustó, aunque tampoco es que me volviera loco, decidí atreverme con la segunda. Adelanto ya que viene a ser  más de lo mismo; quizás un pelín mejor...

En esta ocasión encontramos al mismo protagonista o al menos a uno de ellos,  el guardia manco Mickel Cardell, acompañado esta vez no por el abogado Cecil Winge, sino por su hermano pequeño Emil, de gran parecido físico, pero idiosincrasia y circunstancias bastante diferentes. Aparece también otra hermana de ambos, la hermosa y distinguida Hedvig, aunque como personaje secundario, digamos. Y, en una trama paralela, pero que da continuidad a la novela anterior, los lectores  de ésta se reencontrarán con la valerosa y decidida Anna Stina, pasando mayores apuros,  si cabe, que en 1793.

El "caso policíaco" del que se encargan Cardell y Winge II es desentrañar lo ocurrido con el joven heredero Erik Tres Rosas y su flamante esposa en su noche de bodas. He entrecomillado lo de "caso policial" porque el intríngulis del caso no resulta tanto desentrañar los pormenores del crimen como neutralizar al malo de la película... quiero decir, de la novela, que es hacia lo que se dirigen los afanes de la pareja detectivesca, y evitar que este personaje antagonista-un tanto "jamesbondiano", si se me permite-, salga de rositas, como parece ir a suceder...

La trama de esta historia transcurre en su mayor parte, como en la novela precedente,  en Estocolmo, la "ciudad de los puentes", y alrededores, pero, más aún que en el caso anterior, muchos de los escenarios son marginales dentro de la misma y de la sociedad occidental en su conjunto: manicomios, orfanatos, burdeles, la cárcel de mujeres, incluso un bosque donde encuentran exiguo refugio las personas sin hogar... Pero, además, su primera parte se desarrolla en un escenario aún más periférico respecto a la metrópoli sueca: la isla caribeña de San Bartolomé, un conveniente "patio trasero" en el que el reino de Suecia, por aquella época, sacaba pingües beneficios con el comercio de esclavos. En esta isla es donde ante el lector comienza a desplegarse el catálogo de atrocidades que irá encontrando a lo largo de la novela.. Porque uno de los temas de fondo y forma de la misma es la crueldad y hasta el sadismo -en el sentido más estricto del término; no se trata de una metáfora- que puede mostrar el ser humano... No es éste un libro para espíritus delicados,  advierto. También  -o sobre todo- trata de la locura, el perdón, el remordimiento... aunque, eso sí, sin detenerse en excesivas elucubraciones porque, antes que nada,  1794 es, al igual que su antecesor,  un thriller histórico o, si se prefiere,  una novela histórica  en forma de thriller, ya que, aparte de la cuidada ambientación  (es de suponer), están muy presentes las circunstancias políticas de la época en Suecia, la del gobierno autoritario y muermo de Reuterholm (baste decir que se llegaron a prohibir tanto el consumo de café como las vestimentas de colores llamativos, durante el reinado de Gustavo IV Adolfo. Pero, ante todo, y al igual que en 1793 (y sospecho que igual pasará en la entrega venidera, es de suponer que titulada 1795) lo que están muy bien retratadas son las estrecheces y aun la miseria en que vivía la población sueca ( y no sólo sueca) en aquel turbulento final  del siglo XVIII.

Por terminar, se puede decir lo mismo de ésta que de su predecesora: se trata de una novela muy bien escrita y, sin duda, entretenida, con descripciones y personajes  perfectamente dibujados, que resultan incluso memorables. Ahora bien, su crudeza y hasta truculencia pueden no llegar a agradar a todo tipo de lectores, así que, como en el caso anterior, yo aviso: léase bajo propia responsabilidad. 


También del amigo Niklas y reseñado en Un Libro Al Día: 1793

sábado, 19 de marzo de 2022

Iván Ledesma: Tres días en la calle del Ciprés

Idioma: español

Año de publicación: 2022

Valoración: recomendable

Siempre resulta complicado reseñar un thriller o una novela policíaca, por aquello de tener que contar lo suficiente del argumento pero sin destripar la trama a posibles lectores. Más aun cuando, como en este caso, se trata de una novela bastante breve, para los estándares del género: apenas 150 páginas. Y todavía más si la trama contiene alguna que otra vuelta de tuerca decisiva para la resolución y comprensión de la historia (y pido perdón si alguien considera que desvelar esto también es un spoiler).

Sin embargo, el argumento de esta novela tampoco parece, a priori, muy complicado: un tal inspector Barto se dispone a interrogar a los vecinos de la calle del Ciprés, una calle apartada, de casa unifamiliares, en una de las cuales vivía, hasta que fue abatido por la policía, un pavoroso asesino en serie llamado "el Lienzo". No hay dudas sobre su identidad ni la autoría de los asesinatos, pero Barto pretende rematar ciertos flecos que han quedado en el caso y, para ello, durante tres días se relaciona y pregunta a los vecinos del Lienzo, las típicas personas que en los reportajes de la tele aparecen diciendo que el asesino "siempre saludaba". Se trata de un vecindario compuesto por personas de diversa edad, condición social, etc. en el que, como suele suceder, menudean los líos, las trifulcas más o menos soterradas, los rencores... A través de todo este ramaje deberá desenvolverse Barto para tratar de dilucidar la verdad de lo ocurrido o, mejor dicho, la parte de verdad que no ha salido a la luz...

Aparte de su carácter de por su carácter de thriller policíaco -un tanto atípico, eso sí-  la estructura por medio de capítulos muy cortos y, sobre todo, la diáfana y exacta prosa de Iván Ledesma  hacen que la novela no se lee, sino que se beba y casi de un trago... Aquí no hay nada que sobre ni que resulte insuficiente y eso se agradece sobremanera en tiempos de novelas kilométricas, por una parte, pero también de otras engordadas a base de paja autoficcional. Aquí no hay nada de eso, sino que va al grano, sin que tampoco deje la sensación de una escritura telegráfica o minimalista; simplemente, es una historia que no necesita más de tres días para desarrollarse. Tres días que viviréis con intensidad, eso, os lo puedo prometer...


Otro títulos de Iván Ledesma reseñados en Un Libro Al Día: La vampira de Barcelona

sábado, 16 de enero de 2021

Jo Nesbo: Macbeth

 Idioma original: noruego

Título original: Macbeth

Año de publicación: 2018

Valoración: Disfrutable

 

Como muchos de ustedes sabrán, y yo ignoraba hasta hace poco, (no por prejuicios, bueno, quizás un poco sí, pero sobre todo porque bebo de fuentes distintas), Jo Nesbo es un apreciado autor noruego especializado en novela negra desde su primera incursión en la escritura allá por 1997, más conocido hasta entonces por liderar un popular grupo musical. Aquella primera novela inauguró la serie del inspector Harry Hole compuesta hasta ahora de doce títulos, aunque existen otras dos series más, una de ellas de carácter juvenil, y otro puñado de obras independientes del que forma parte una cuyo título coincide con el publicado por un tal Shakespeare hace ya varios siglos, no sé si les sonará de algo.

Leo por ahí que los libros protagonizados por Hole han tenido más repercusión que los del también escandinavo Stieg Larsson. Me sorprende pero probablemente sea así, lo que sí he constatado es que sus lectores sufrieron una decepción con Macbeth porque no pertenece a la susodicha serie, es decir, porque el tal Harry no hace acto de presencia. Y, mira por donde, cuando estaba a punto de escribir estas líneas apareció casualmente en mi pantalla de televisión El muñeco de nieve, primera película basada en una de estas novelas y para la que se eligió una nómina de profesionales de primera línea. Ni que decir tiene que la vi con todo el interés, aunque me pareció una más entre las muchas de ese tipo que pueblan las salas, programaciones y plataformas. Luego he leído que el propio director reconoce los fallos achacándolos a la premura y falta de medios.

A todo esto, para conmemorar el 400 aniversario de la muerte de El Bardo se puso en marcha una curiosa iniciativa editorial: actualizar algunos de sus argumentos para acercarlos a la mentalidad del s. XXI. Para ello se contó con escritores tan relevantes como Margaret Atwood que recreó La tempestad con el título La semilla de la bruja, con Nesbo, que eligió Macbeth, y con media docena más. Los resultados en forma de novela aparecieron a partir de 2015.

Después de leer a Nesbo he tenido que echar una ojeada al Macbeth original, que no había vuelto a leer desde la secundaria, y he constatado que, en efecto, el asunto principal (la ambición), los personajes centrales y la sucesión de hechos son exactamente los mismos. De eso se trataba, la dificultad –y principal mérito por parte del novelista– consistía en adaptar un clásico a la mentalidad y circunstancias de nuestros días, una obra dramática a novela, y una tragedia a artefacto del género negro. En mi opinión está más que conseguido: la tensión dramática no decae en ningún momento, el juego de personalidades y situaciones es idéntico al original a pesar de las abismales diferencias y, excepto algún momento algo estereotipado, resulta bastante convincente. Pero ¡claro! al menos hasta ahora, yo no soy fan de Harry Hole.

Naturalmente, aquí no encontraremos reyes, nobles ni palacios. La acción se sitúa en una ciudad oscura y brumosa, de cierta importancia aunque en cierto modo dependiente de otra mayor llamada Capitol. El suculento pastel del poder se reparte entre los que lo ejercen oficialmente: el alcalde y el jefe de policía local, por una parte, y las dos bandas de traficantes que lo usurpan, a saber, el omnipotente Hecate y los Norse Riders, un grupo de violentos motoristas. Al corrupto jefe de policía que acaba de morir le sucederá Duncan, segundo en el escalafón y con fama de insobornable. A su vez, Macbeth, hasta ahora respetado capitán de un cuerpo especial llamado Guardia Real, es ascendido sin previo aviso, hecho que le hace tomar conciencia de su valía, e instigado por su mujer, Lady, propietaria de un elegantísimo casino, pone en marcha un maquiavélico engranaje, primero para acceder al cargo vacante, y mucho más tarde para suceder al actual alcalde en las inminentes elecciones. Para lo primero hay que matar a Duncan y a alguno más de rebote, luego hace falta que esas primeras muertes sean tapadas por otras, y así sucesivamente en una escalada de terror que antes de trascender a la ciudadanía debe ser atajada por los propios agentes. Macbeth elimina a los motoristas ganando así la protección incondicional de Hecate, cuyas emisarias –trasunto de las tres brujas de Shakespeare– son además las expertas cocineras de la droga. Las sustancias que estas le proporcionan y la invulnerabilidad prometida por Hecate mantienen controlado a Macbeth, pero en medio de esa infernal cadena de crímenes varias víctimas consiguen escabullirse y formar un pequeño grupo que se confabulará para destruir al tirano.

Los que gusten de acción trepidante, confabulaciones a mansalva, componendas políticas y un ambiente muy, muy sórdido, se encontrarán en su salsa leyendo esta enrevesada trama, al más genuino estilo de su autor, cuyas más de seiscientas páginas nos deparan una sorpresa tras otra. Pero por encima de los rasgos propios del thriller encontramos un estudio de los caracteres humanos –abiertamente maniqueo, tal como exigen y exigían las convenciones de un género y otro– que se ha mantenido en estado de crionización desde el siglo XVI hasta ahora.

jueves, 10 de diciembre de 2020

John Verdon: El ángel negro

Idioma original: inglés

Título original: On Harrow Hill

Año de publicación: 2020

Traducción: Santiago del Rey 

Valoración: recomendable, sobre todo para fans del género

Hace algunos años leí las primeras novelas protagonizadas por el ex-policía Dave Gurney y escritas por John Verdon, un director creativo de publicidad en Manhattan (sí, amigos: un verdadero Don Draper ochentero; si os fijáis en la foto de la contracuebierta veréis que aún conserva la prestancia y, sobre todo, el PELAZO) que comenzó su carrera literaria tras retirarse al norte del estado de Nueva York. Lo mismo que su personaje, que tras una exitosa carrera como detective de homicidios en la gran ciudad, se retira a una casita con jardín y gallinas en las montañas Catskills. Aun así, el gusanillo de los crímenes (quiero decir de resolverlos, claro) no deja de picarle y se ve metido como asesor en varios casos de lo más enrevesados, incluso aparentemente fuera de toda lógica, hasta que él consigue desentrañarlos. 

Eso es lo que pasa en esta novela, cuando Gurney se presta a ayudar a un antiguo compañero del NYPD, que ahora ejerce como jefe de policía en Larchfield, una bucólica localidad cercana a su casa, también en el norte del estado. Allí ha sido asesinado en su mansión el hombre más rico, y casi amo y señor del pueblo, algo que desconcierta sobremanera a las fuerzas del orden porque el principal sospechoso del crimen, según todos los indicios, llevaba, cuando se cometió, más de un día metido en un féretro, en la funeraria local, tras haber muerto alcanzado por un rayo , previo a su ceída desde el tejado de una iglesia... Hay que señalar que el punto fuerte de las novelas de Verdon, o almenos las que yo he leído, es su carácter de whodunit o "novelas problema"; casi se podría decir que son una versión contemporánea de las de Conan Doyle o Agatha Christie...de hecho, incluso, o al menos en un principio, en El ángel negro tanto el escenario como los personajes se dirían sacados del subgénero cozy, con un pueblecito pintoresco con sus característicos habitantes... pero que nadie espere un St. Mary's Mead, o, en todo caso, uno al estilo norteamericano de la era Trump: encontramos aquí desde medios de comunicación sensacionalistas a fanáticos religiosos ultraderechistas o adoradores de Satán. Y sobre todo, armas, muchas armas y de todo tipo... 

Gurney tampoco es un detective más o menos excéntrico, tipo Holmes o Poirot, sino un investigador concienzudo y racional hasta el extremo, incluso -o más aún- cuando parece enfrentarse a lo irracional; como persona, resulta un tanto lacónico y hasta aburrido,en cualquier caso nada proclive a la extravagancia, aunque sin dua sería un vecino ideal. Ni siquiera aparece en esta un rasgo que sí lo hacía en sus primeras novelas, que era cierta tensión doméstica con su, por lo demás, adorable esposa Madeleine y que agobiaba baastante a Gurney (y también a este lector que ahora escribe o, cuando menos, resultaba un poco irritante, según recuerdo). Nada que estorbe aquí el seguimiento de la trama, que fluye sin problemas, aunque a través de muchos meandros y zonas pantanosas, hasta la resolución final del misterio, algo en lo que ayuda mucho también la excelente corrección de la escritura de este autor: aun sin andarse con florituras innecesarias, la novela está escrita con una prosa más elaborada que otros best-sellers de este género y no produce en absoluto el sonrojo que provoca el estilo ramplón de algunas de ellas. Verdon, además, es un escritor policíaco sumamente honesto, que proporciona los mismos datos al lector que al detective protagonista, para que podamos "competir con él", por así decirlo... con mayor o menor éxito, claro está.

En fin, que se trata de una lectura bastante entretenida e incluso absorbente para quien le gusten las novelas de misterio. Muy adecuada, además, ya que tampoco exige una atención agotadora, para pasar el rato en estas próximas fiestas navideñas y evitar así de paso, con la excusa de estar enganchado a su trama, tener demasiado trato con suegros, cuñados y demás parentela que solemos tener que ver por estas fechas. Aunque igual este año nos libramos de los cuñados y todo... no hay mal que por bien no venga ;  )

También de John Verdon y reseñado en Un Libro Al Día: Sé lo que estás pensando

viernes, 20 de noviembre de 2020

Stephen King: El Instituto

Idioma original: inglés

Título Original: The Institute

Año de publicación: 2019

Traducción: Carlos Milla Soler

Valoración: recomendable

Para celebrar que el único y verdadero rey del que, al menos yo, me siento súbdito  está de enhorabuena por la derrota de su Leviatán político (no creo que haga falta aclarar a quién me refiero, sobre todo porque, además, King le lanza más de una puya ya desde el comienzo de la novela), vamos hoy con la reseña de su, de momento, última novela... Aclaro lo de "de momento": para el año que viene hay anunciada otra de este prolífico autor, además de que en este 2020 ha aparecido también un libro de relatos.

Pese al título, El Instituto no se desarrolla en una high school donde, por ejemplo, una chica con poderes paranormales es humillada durante el baile de fin de curso y ella se venga de sus compañeros de una forma terrible (¿a quién se le podría ocurrir un argumento así?); no, aunque sí hay alguna conexión: el Instituto de esta novela es una instalación secreta en el norte de Maine -dónde si no-, en la que son recluidos, tras ser secuestrados, niños y adolescentes con ciertos poderes psíquicos, como la telepatía y la telequinesia, y allí son sometidos a diversas pruebas, tratamientos e incluso torturas, con vistas a prepararlos para un objetivo aún más oscuro... Pero un día el secuestrado es Luke Ellis, un chaval de doce años con alguna capacidad telequinésica, pero, sobre todo, muy inteligente. de hecho, se trata de un auténtico niño prodigio, y este hecho marcará la diferencia con todos los que han pasado por el Instituto durante los largos años de su existencia. Al mismo tiempo, en un pueblo perdido de Carolina del Sur un ex-policía de Florida de viaje hacia el Norte llamado Tim Jamieson es contratado como sereno, otro hecho determinante para esta historia; las trayectorias de estos dos protagonistas se cruzarán en algún momento, claro, así como las de otros muchos personajes, buenos y malos, amigos y enemigos, pero para saber cómo, cuándo y por qué habrá que leer la novela, me temo...

Quienes ya conozcan algo -o mejor, mucho-  de universo literario de King encontrarán aquí elementos que ya aparecen en otros de sus libros: personas con poderes paranormales, organizaciones que tratan de utilizarlos en su provecho, grupos de jóvenes amigos que se enfrentan juntos al peligro, héroes por accidente... Por decirlo así, El Instituto se puede considerar como una revisitación o incluso remozamiento de la anterior obra de este escritor (y un poco, también, de Philip K. Dick). La novela, en todo caso, se lee más como un thriller que como una historia de terror, si es que alguien espera sólo eso de cualquier libro del Rey. Huelga decir que éste domina a la perfección el tempo y los recursos narrativos, por lo que es un thriller que además, se bebe con la facilidad de un vaso de agua fresca en verano. Quizás, por poner un pero, esa misma facilidad, la facultad de King para que la narración fluya sin el menor obstáculo, en algún momento impide que el lector se detenga impactado por las tremebundeces de la historia -que alguna que otra hay-, algo que quizás un autor menos ducho habría remarcado con más énfasis. Pero, claro, a estas alturas tampoco le vamos pedir a Stephen King que no nos subyugue desde la primera página hasta la última, porque es lo que mejor sabe hacer.


Tropollón de libros de Stephen King reseñados: aquí

domingo, 11 de octubre de 2020

Elizabeth Brundage: La apariencia de las cosas

Idioma original: inglés
Título original: All Things Cease to Appear
Año de publicación: 2016
Traducción: Juan José Estrella González
Valoración: Más que recomendable

No sé quién, exactamente, decide en qué categoría clasificar o etiquetar un libro para su salida al mercado literario, si es alguien de la casa editorial, el propio escritor o escritora, su agente... o incluso un periodista o crítico, como parece ser el caso de esta novela, a cuya edición española le han plantado en su cubierta las palabras de alguien de The Wall Street Journal (tampoco sé si se le puede pedir mucha finezza a esta gente), calificándola como "thriller literario"... Sí, este concepto, aunque sé que existe, también me deja un poco epatado (hasta que uno recuerda que ahora también se utiliza el de "novela literaria", que ese ya te dejas patas p'arriba, ¿que no?). Ahora bien, ¿qué habrá de cierto en esta curiosa etiqueta? Pues en el caso de la novela que nos ocupa, en lo de thriller, algo, pero tampoco tanto: es verdad que se trata de una novela con crímenes -de hecho, comienza con uno-, pero si con thriller se refiere a una historia excitante, incluso trepidante, por ahí no va la coasa, ya lo advierto. Lo de "literario" sí que es más cierto, si se pretende con ello destacar la calidad de la prosa de Elizabeth Brundage, que es mucha, y sabe aplicarla con delicadeza en la descripción de sensaciones, sentimientos, estados de ánimo... así como de atmósferas y paisajes, que tienen no poca notoriedad en esta novela. 

La trama se desarrolla en un pequeño pueblo del estado de Nueva York, en la antigua granja lechera de los Hale, familia que debe abandonarla en 1978, debido a las deudas y a una tragedia que sucede allí. En la granja se instalan entonces George Clare, joven profesor de Historia del Arte, su esposa Catherine y su pequeña hija Franny; hasta que una tarde del invierno siguiente George vuelve a casa desde la universidad donde imparte clase para encontrarse a su esposa asesinada, aunque la niña está bien. Lo esperable, o al menos lo más habitual en una historia de este tipo, es que a partir del hallazgo del cadáver, la narración fuera siguiendo el proceso de investigación, descubrimiento de pistas, selección de sospechosos, interrogatorios, etc. Pero no: la autora lo que hace es ponernos en antecedentes sobre las familias protagonistas, los Hale y los Clare, y, con mayor detalle, sobre todo lo sucedido durante el año anterior al asesinato. Sólo después nos cuenta la investigación llevada a cabo por la policía del lugar.

En el libro encontramos pues, una novela policiaca sobre un crimen, unas crónicas familiares -también sobre las vicisitudes de otros personajes secundarios, aunque todos tienen su importancia en la historia-; una descripción de una zona rural en crisis y también de las interioridades de las universidades estadounidenses; una sembalanza psicológica -un poco a lo Highsmith, para entendernos- de un asesino psicópata (o sociópata, o ambas cosas, que uno ya no sabe...); un retrato generacional de esos que ahora llamamos "boomers", cuando aún eran jóvenes y no tenían problemas de próstata... y para terminar -aunque hay alguna cosa más, que no mencionaré- el siempre estimulante aporte de las historias de fantasmas... Tantos elementos en una sola novela podría dar como resultado un popurrí confuso y hasta ilegible, pero Brundage sabe no ya combinarlos sin que se estorben entre sí, sino incluso armonizarlos de manera que las distintas facetas de la historia se enriquezcan unas con otras. Pero, ante todo, lo que eleva la novela al nivel de la obra de los escritores/as más reconocidos de la literatura actual, como ya he mencionado, es la excelencia de la prosa de esta autora (quizá lo que hace que tanto eela como el libro no disfruten de más notoriedad sea el carácter "de género" de la novela, no sé...).

Una novela, ya digo, estupendamente escrita y de cierta originalidad en su planteamiento, aunque también aviso, impregnada de gran tristeza en casi todas sus páginas. No es una historia alegre -sobre todo para las mujeres que aparecen en ella- y da más lástima aún por el cariño que se le toma a la mayoría de los personajes, pero, aún así y sin duda alguna, merece la pena su lectura.

martes, 22 de septiembre de 2020

Lee Child: Mañana no estás

Idioma original:
Inglés
Título original: Gone tomorrow
Año de publicación: 2009
Traducción: Aldo Giacometti
Valoración: Placer culpable

Placer culpable, sí. Y no pongáis esa cara, joder. Que sí, que mucho Bergman, mucho Pasolini, mucha Agnes Varda, pero seguro que os lo pasáis en grande viendo "La jungla de cristal", "Viernes 13" o toda la saga de Sharknado (no hace falta que confieses, Juan). Pues esto es lo mismo: ¡no todo va a ser Proust o Cartarescu, no todo va a ser literatura que haya de perdurar por los siglos de los siglos!

Y es que este "Mañana no estás" que llega a España de la mano de dos editoriales argentinas con un catálogo de lo más interesante (Blatt & Ríos y Eterna Cadencia) ha sido, según la contraportada del libro, "número 1 en ventas en Estados Unidos e Inglaterra", tiene estética de best-seller y viene recomendado, entre otros, por Stephen King, Ken Follett o Patricia Cornwell. Por si esto fuese poco, y para que os hagáis una idea de la magnitud del fenómeno, el original de este libro tiene...¡88.000 valoraciones y 4.000 reseñas en Goodreads! 

Pues bien, fuera prejuicios, fuera ideas preconcebidas. Resultado: un libro adictivo, un relato vertiginoso en el que apenas hay pausas o zonas "puente" y en el que se mezclan geopolítica, secretos militares, mentiras, filtraciones, sospechas, pistas falsas, acción, etc. Todo ello protagonizado por el antiguo policía militar Jack Reacher, una bestia parda de unos 115 kilos de peso, un tipo descreído, sarcástico, psicólogo amateur y más chulo que un 8, que se ve envuelto en una trama con ramificaciones de lo más variadas que van desde un candidato a Senado de los Estados Unidos hasta la invasión soviética de Afganistán.

Estructurada en 84 capítulos de unas cinco o seis páginas de extensión, la novela podemos dividirla en dos partes: la primera de ellas podríamos calificarla como más "analítica" ya que la observación, el análisis psicológico y los procesos deductivos marcan los avances y retrocesos de Reacher; la segunda, en cambio, sería más "peliculera" ya que la narración pasa a estar dominada por peleas, huidas, disparos y encontronazos dejan sus buenos regueros de sangre. (Ojo que no son partes estrictamente separadas, sino que hablo del tono general). Ya puestos a elegir, me quedo con la primera parte. Me interesa más el cómo o el porqué de lo ocurrido que lo que eso desencadena, aunque he de reconocer que he disfrutado como un gorrino de las escenas de acción. 

Por terminar, destacaría el manejo de la información y los tiempos por parte del autor, su capacidad para jugar con el lector y mantener la tensión hasta el final, aunque sepamos de antemano que los malos acabarán perdiendo (¿o quizá no del todo?). En el lado negativo, algún que otro pequeño e inevitable cliché del género y una cierta sensación de uniformidad en muchos de los personajes. Vale que la inmensa mayoría son policías, militares o ex-militares, pero todos ellos hablan "demasiado parecido". Pese a lo anterior, ya digo que me lo he pasado bomba  con las idas y venidas de Reacher por la calles, avenidas y túneles de un NY post-11S, con toda su carga de trauma y paranoia.

Y ahora, me pongo las gafas de pasta y empiezo con toda la filmografía de Antonioni.

jueves, 13 de agosto de 2020

Reseña + Entrevista: Sobre la terra impura de Melcior Comes

Idioma original: catalán
Título original: Sobre la terra impura
Año de publicación: 2018
(edición en castellano: noviembre 2020)
Traducción: Carlos Mayor
Valoración: Recomendable





Sobre la terra impura se publicó en 2018 y fue objeto de varios galardones: Premi Creixells, Premi de la Crítica Serra d’Or, Premi Núvol y figuró entre las tres obras finalistas del Premi Òmnium. El éxito de este thriller a la mallorquina, entre críticos y lectores, ha suscitado su inminente edición en castellano con Navona Editorial. 

Resumen resumido: un escritor mallorquín afincado en Barcelona, con escasas perspectivas de éxito, recibe un encargo inesperadamente lucrativo: la biografía de una polémica actriz recién fallecida (Dora Bonnín), también madre de Leo Verdera, su mejor amigo de la infancia. Los secretos ocultos en los dietarios íntimos de Dora y el reencuentro con el excéntrico Leo, conformará el epicentro de una explosión en ciernes que revolucionará la vida del protagonista y pondrá en serio peligro el imperio de los Verdera, una de las familias más poderosas de las islas. 

Todos hemos leído alguna novela que retrata los claroscuros de una poderosa familia que adopta dinámicas propias de las organizaciones criminales. Son historias que, amparadas en el principio de conservación del clan, basculan entre el poder, el sexo y la muerte; le sumas una trama sólida e intrigante y un estilo solvente y ya tienes, como poco, un thriller que funciona. No es el caso de Sobre la terra impura, donde se traspasa el patrón clásico y los meros estándares del género. 

La crónica de los Verdera abarca desde que Nofre (el abuelo falangista) funda la primera fábrica de zapatos tras la guerra, hasta la actual expansión de la marca Belper en el mercado internacional. Pero la historia adquiere su verdadera esencia o sello gracias a la singularidad de los elementos que la integran: 
  • El territorio mallorquín como telón de fondo y atmósfera que envuelve a los personajes. Las descripciones de algunos lugares son como verdaderas fotos fijas que se proyectan sobre la mente del lector. La isla como ámbito familiar supuestamente protector que funciona a su vez como cerco confinante (y asfixiante). 
  • El lenguaje y el estilo se funden sólidamente en una narración fluida y (solo en apariencia) sencilla y espontánea. La inserción de expresiones genuinamente mallorquinas, lenguaje coloquial, tacos, etc… contribuye a la naturalización de las situaciones. Destacan los diálogos, muy depurados y a la vez expresivos y verosímiles, y el humor un poco cáustico que impregna toda la narración. 
  • La galería de personajes es muy amplia y variada. En el clan Verdera se percibe cierto destello de elementos ya vistos en una familia poderosa aunque cada personaje adquiere una consistencia propia. Solo hay uno que está más desdibujado al principio de la novela y que luego juega un papel esencial en la trama por lo que, en mi opinión, sus motivaciones no quedan tan justificadas. Sin embargo la constelación familiar del protagonista me parece verdaderamente genuina, tanto por sus personalidades como por los conflictos que se apuntan.
  • El argumento subyacente que, para mí, le da sentido a toda la historia: la relación entre el protagonista y Leo Verdera; dos tarambanas, cada cual a su manera, que se adoran y se pelean como si aún tuvieran doce años y cuya amistad es lo que está de verdad en juego. Ambos están muy bien retratados y los vaivenes de su relación fluctúa con naturalidad entre lo conmovedor y lo ridículo. 
La cuestión de si uno encaja o no en la familia que le ha tocado y si eso tiene o no solución, diría que es algo presente en toda novela. Por eso la relación entre Leo y el protagonista es central para la trama; ellos se entienden mejor entre sí que con sus respectivas familias y eso es motivo de fricción continua y, por tanto, un motor para la acción. 

Pero si hay algo verdaderamente destacable en Sobre la terra impura es la vuelta de tuerca en cuanto a factura literaria. Llega un momento, a media novela, en que el narrador y protagonista empieza a intervenir abiertamente en la construcción del relato frente a los ojos del lector, en la línea de la voz juguetona que ya ha esgrimido hasta entonces. Este recurso, 
(1) nos indica una inflexión en el protagonista, cuyo arco narrativo escapa de cualquier previsión pero sin faltar a la coherencia ni traicionar su esencia, 
(2) es un guiño al oficio de narrar en el que se muestran deliberadamente los mimbres de la historia propiciando espacios para el humor 
(3) nos confirma la condición de narrador no fiable y nos hace replantearnos el rigor u objetividad de sus percepciones, 
(4) abre la puerta a nuevos sentidos de la historia que se explica y
(5) desactiva cualquier intento de sugerir que los hechos o los personajes sean reales. 

Dicho juego meta literario se solapa con otro fenómeno: en el último tercio de la novela empezamos a conocer hechos del pasado que se superponen sobre el presente mediante la hábil alternancia de los diálogos que nos llevan de un momento a otro sin previo aviso y logrando un efecto multicapa de dos (incluso tres) momentos que orbitan alrededor del mismo secreto que se desvela. Es algo técnicamente muy complejo. Sé que algunos lectores se han quejado precisamente de esta parte porque se perdían; es cierto que quizá no son fragmentos para leer de pie en el metro con un codo ajeno asediando nuestras costillas pero, sin ser yo una lumbrera y basándome en mi propia experiencia, diría que basta con ejercer la lectura atenta. Vale la pena porque esos fragmentos son un festín de pericia e intensidad y nos ofrecen grandes momentos lectores. 

Por todo lo expuesto, Sobre la terra impura es una novela Recomendable, tanto por su vertiente lúdica, de lectura entretenida con bastantes dosis de humor, como por su buena factura y esa ambiciosa apuesta literaria capaz de sumergir al lector en una experiencia tan gratificante como inesperada.

Entrevista a Melcior Comes

Hemos dicho que «la isla» es un factor importante en la novela, pero no es la primera ocasión que tus obras tienen lugar en Mallorca ¿crees que cada vez que abordas literariamente el territorio mallorquín, evoluciona tu visión sobre él? ¿Qué estás explorando en él? 
Mallorca es un lugar maravilloso para escribir sobre él. Es una tierra con contrastes y desigualdades, que ha cambiado terriblemente en escasos años, y donde las fortunas y las aventuras no han dejado de darse desde hace siglos. La prensa local de la isla es una forma de realismo mágico. Con el tiempo he aprendido a ver todo esto. La verdad es que para verlo debes salir de la isla y dejar pasar los años. 

Los Verdera son un imperio de la industria del calzado ¿Qué te llevó a escoger ese negocio y no otro? En la novela el protagonista se fabrica un par de zapatos y el lector presencia el proceso con todo lujo de detalles ¿cómo te documentaste? 
Me crié en Inca, que era la ciudad del calzado. Durante mi infancia y adolescencia, muchos de mis amigos eran chicos y chicas cuyos padres trabajaban en esa industria. Para mí era algo normal. Pasaban por delante de muchas fábricas de pieles o tacones. El olor de la cola me llegaba a casa, igual que el ruido de las sirenas para entrar a trabajar o para salir. Para mí era algo muy cotidiano: algo tan normal que no se hizo presente hasta que desapareció con la crisis de los años ochenta. Entonces hubo huelgas, despidos, todo un mundo desapareció. 

Los juegos meta literarios que propones ¿son algo puntual de esta novela o forman parte de una evolución, de un proceso personal en el que sigues inmerso? ¿qué sentido tienen para ti como escritor? 
Toda novela es un juego con el tiempo y la perspectiva. Eso es lo que hace a la literatura algo apasionante y más divertido que la experiencia pura y simple. Aquí mezclo diversos puntos de vista, planos temporales, escenas que se dan al mismo tiempo en el relato pero que sucedieron en momentos alejados. Además, la novela tiene algo siempre de conjetura: el narrador es un escritor que imagina muchas de las cosas que leemos, porque no sabemos la verdad más que en las conclusiones o en los efectos que nos llegan, años después. Pero nunca en los detalles de cómo pasaron realmente las cosas. A veces la literatura, la imaginación, es el único método de llegar a todo eso. 

El humor y la ironía son un sello presente en toda la novela, ¿es también un sello propio de la escritura de Melcior Comes? ¿Qué alcance tiene el humor que no tiene cualquier otro recurso? 
Me gusta reír, y creo que la buena literatura siempre es capaz de motivarnos emociones profundas. Me gusta porque es difícil, también, abrir los ojos del lector a las cosas más simples y cotidianas, que bajo cierta perspectiva se vuelven únicas y maravillosas, y por tanto, graciosas y conmovedoras. El lector debe gozar con lo que le propones, y tu mirada debe ir acompañada siempre de valores que subviertan y hagan que lo narrado parezca nuevo. La risa nos libera; siempre digo que hay que escribir con una sonrisa, pero al mismo tiempo hay que llevar en la mano un bisturí. 

Ya para terminar, en Un Libro Al Día debatimos a menudo sobre la adecuación o la coherencia de los títulos de las obras. En este caso, ¿de dónde procede «Sobre la terra impura» y en qué sentido refleja la historia de la novela? 
La tierra impura, claro, es Mallorca, pero también cualquier entorno de pasiones y misterios, donde los hombres y las mujeres viven y aman. Es también lo que pisan los zapatos, la tierra sucia que creemos poseer, pero que en el fondo nos posee a nosotros. Son también unos versos muy famosos, de «El pi de Formentor», el célebre poema de Costa y Llobera, una de las cimas de la literatura catalana y un homenaje a un paisaje y a una actitud ante la vida y el destino.