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sábado, 23 de noviembre de 2024

Edward Carey: Los secretos de Heap House (Trilogía Iremonger, libro I)

Idioma original: inglés

Título original: Heap House

Año de publicación: 2013

Traducción: Lucía Barahona Lorenzo

Valoración: Más que recomendable

Metemos en una coctelera un buen chorrazo de narrativa dickensiana con regusto a distopía steampunk, una medida de Georges Perec y media de Harry Potter. Un par de chorritos de Gerald Durrell y de Roald Dahl (un poco más de éste. si se quiere). Unas gotas de Michael Ende y un destilado de novela de terror, para darle aroma (me refiero a Grady Hendrix, no hay que pasarse y poner, por ejemplo, de King). Se agita todo bien (o se mezcla, yo qué sé, que tampoco soy James Bond...) y después se empapa bien de Downton Abbey o del más añejo Arriba y abajo un terrón de Wodehouse para que se deshaga sobre la mezcla. Sírvase el combinado en vaso largo, adornado con una peladura de Tim Burton para darle color (negro, en este caso) y un par de guindas: una de amor adolescente y otra de crítica social. Paladear con delectación pero sin demasiada demora, porque este cóctel no se puede tomar solo, sino acompañado de otros dos. Eso sí, el disfrute para quien lo beba está garantizado...

En fin, yo casi que dejaría la reseña aquí, pero entiendo que puede ser difícil comprender a qué viene tanta gansada elegir esta forma de hacerla. Así que, para todos y todas ustedes, fieles lectores de ULAD, aquí va el preceptivo resumen resumido: La Heap House del título y donde transcurre esta novela es una inmensa mansión victoriana -no en vano estamos en 1875- situado en una aún mucho más inmensa extensión cubierta de desechos, Iremonger Park, a las afueras de la siempre jubilosa Londres. En ella vive casi la totalidad de  a familia Iremonger, que han construido su fortuna, desde el humilde oficio de chatarreros de sus lejanos antepasados, haciéndose con los residuos de la cercana pero a la vez lejana metrópoli. Porque casi ninguno de los Iremonger sale en toda su vida de la mansión, donde viven con toda clase de comodidades aquellos que se consideran de pura sangre -de pura sangre Iremonger, se entiende, pues tienen la costumbre de casarse entre primos-, atendidos por un innumerable ejército de criados y sirvientas, también parientes, pero más lejanos. La división entre las dos castas, que viven, respectivamente, en la parte superior e inferior de la gran mansión parece inquebrantable hasta que llega para servir de criada la huérfana Lucy Tennan, poco dispuesta a aceptar las reglas sin más ni más. Y que encuentra su reflejo en el inseguro Clod Iremonger, joven miembro de lo más selecto de la familia que vive con el tormento, desde su nacimiento,de ser capaz de oír lo que dicen los objetos... Algo sumamente incómodo y hasta perturbador en esa casa, no sólo porque se yergue en mitad de un extenso basurero -de hecho, la propia mansión se compone de partes de otros edificios, recogidos aquí y allá- sino porque en esa peculiar familia a cada nuevo miembro se le asigna un objeto personal del que no pueden separarse jamás; el de Clod, por ejemplo, es un tapón de bañera universal. Los objetos son en gran medida, como puede verse, el alma, la médula de este libro; mi aplauso, por cierto, a la traductora, que sospecho habrá tenido que consultar un sinfín de diccionarios para poder ofrecernos la nomenclatura correcta de tan variado utillaje.

Con todo esto que he contado creo que ya es suficiente para animar a cualquiera a leer esta novela. Pero es que además puede encontrar un sinfín de personajes peculiares, espacios laberínticos, peligros insólitos, aventuras y romance... Quizás a alguien le pueda alejar la apariencia de novela juvenil que tiene, pero, en mi opinión, no lo es o no sólo (porque también puede resultar, sin duda una estupenda novela juvenil); en todo caso, garantizo, como ya he explicado antes, que se trata de un libro totalmente disfrutable. Su única pega: que estamos ante la primera parte de una trilogía. Ahora mismo ardo en deseos de leer las otras dos...      

Nota final: se me olvidaba comentar que en el libro hay multitud de ilustraciones, sobre todo retratos de muchos personajes, realizados por el propio autor de la novela. Todo un plus, creo yo.       

lunes, 18 de noviembre de 2024

Amor Towles: Mesa para dos

Idioma original: inglés
Título original: Table for Two
Traducción: Gemma Rovira Ortega para Salamandra
Año de publicación: 2024
Valoración: recomendable


Diré ya de entrada, que de Amor Towles me apetece leer todo lo que publica. Más allá de si la historia me despierta más o menos interés, la calidad de su escritura trasciende el argumento planteado. Es sabido ya de entrada que una historia puede atraparte más o menos, pero raramente decepcionará si lleva la firma del autor estadounidense.

En este curioso libro, y digo curioso por su planteamiento al constar de seis relatos (de unas cuarenta páginas cada uno) a las que le sucede una novela corta, el autor deja plasmada su variedad argumental e incluso estilística, aunque en todas sus narraciones el aura que las rodea es una sensación de que para Towles no hay buenos o malos, sus personajes tienen una variedad de matices y rasgos identitarios que los conforman en protagonistas realmente humanos y creíbles. Y, de igual modo, sus historias siempre tienen el mensaje que se vislumbra en el trasfondo de que las cosas no ocurren porque si, sino que el destino de sus personajes se va trazando en cada una de sus decisiones tomadas confirmando que el libre albedrío es esa arma poderosa que mueve los hilos de la vida de cada uno. 

No voy a desgranar aquí el argumento de cada relato, pues me llevaría muchas páginas y probablemente desvelaría en exceso su desarrollo, aunque sí diré que el enfoque varía mucho de un cuento a otro, de manera que nos podemos encontrar una historia de campesinos rusos que, tras constatar que la vida no cambia en exceso si uno no hace nada para remediarlo («las guerras vienen y van, los gobernantes ascienden y caen, las creencias populares se instauran y menguan, pero un surco siempre será un surco») deciden marchar a Nueva York buscando una vida con la que mejorar su condición. En este relato el autor habla de la lucha por mejorar y el contraste de mentalidades entre el marxismo de su vida en Moscú y el capitalismo imperante en la sociedad estadounidense. También en otro cuento el autor trata sobre la ambición y la honestidad, dos características a menudo contrapuestas y que sitúan a su personaje en encrucijadas de las que no siempre elige la mejor opción. Podemos encontrar también, en otro relato donde habla sobre el amor, la perseverancia y la redención, un cálido retrato sobre las amistades fugaces que se tejen en momentos inesperados y las vidas que cada uno llevamos y que raramente se pueden conocer des de fuera sin profundizar en la relación. En otro texto, el autor muestra su habilidad en crear personajes cálidos y encomiables, en una historia que se centra en lo que aparentamos y lo que realmente somos, lo que necesitamos en la vida y lo que escondemos y la necesidad que tenemos cada uno de mostrarnos tal y como somos, aunque sea a escondidas de nuestros más allegados. También el autor nos habla de la importancia del arte y sobre el precio que tienen las obras en otro de los cuentos, así como, en el último texto corto, el autor nos devuelve, en una gran narración, a los grandes escenarios de la clase alta estadounidense y nos hace un retrato sobre la honestidad, sobre las intenciones y sus resultados, y el amor hacia la belleza de la música y la compañía con la que la disfrutamos. Grandes escenarios que el autor trata perfectamente en su último cuento, el más extenso con diferencia con sus más de doscientas, en el que el autor nos retorna el personaje de Eve (a la que ya conocimos en «Normas de cortesía») que protagoniza este último relato, un relato en el que al autor cambia nuevamente de registro y nos embarca a una historia de intrigas e investigaciones policiales, alta sociedad y corruptelas si bien es verdad que, a pesar (y lamentablemente) de ser la más extensa, el relato se disfruta principalmente por el trazo firme de Towles y por el aura que rodea su narración, no por un argumento que uno no sabe muy bien hacia dónde va ni qué pretende hasta llegar a casi la mitad de relato.

Por ello, curiosamente, y al contrario de lo que uno imaginaba, el libro está mucho mejor en los relatos cortos que en la nouvelle ya que esta, sin dejar de lado la sobriedad siempre existente en los textos de Towles, no deja de ser una novela de detectives sin mucho a destacar ni que no hubiéramos leído antes. Sí he disfrutado mucho con los relatos cortos, por la variedad argumental pero también por el enfoque y mensaje subyacente en cada uno de ellos. Por ello, y después de leer varios de los libros del autor estadounidense, se hace evidente que Towles tiene un estilo muy marcado y constante a lo largo de su trayectoria: un estilo sobrio y elegante (a la par que la mayoría de sus personajes) que le permite recrear a la perfección las situaciones en las que sus protagonistas desarrollan la acción a la vez que hace un gran retrato de cada uno de ellos, manteniendo siempre un aura de elegancia y savoir faire imbatible. 

domingo, 17 de noviembre de 2024

Scott Spencer: Despertar a los muertos

Idioma original: Inglés
Título original: Waking the dead
Año de publicación: 1986
Traducción: Ce Santiago
Valoración: Muy recomendable (y mucho recomendable, que diría M.R.)

No me ando por las ramas: Despertar a los muertos es un novelón. Por varios motivos: por el manejo del ritmo narrativo, por la agilidad y credibilidad de los diálogos, por la amplitud y variedad de temas tratados, por cómo (d)escribe (sobre) las relaciones familiares y de pareja, por su plena vigencia, etc.

Yendo a lo argumental, Despertar a los muertos es la historia de Fielding Pierce, un joven abogado de origen humilde "predestinado" a la vida política que vio cómo, unos años atrás, su pareja (Sarah) fallecía en un atentado mientras ayuda a exiliados políticos chilenos. 

Obviamente, la vertiente política de la novela es fundamental. Por un lado, su engarce con el cine político de los años 70 es claro pues la novela está ambientada entre los años del Watergate y la Operación Cóndor, los últimos coletazos de la Guerra de Vietnam y el final del mandato de Nixon y resulta imposible no ligarla, al menos en parte, con películas como Desaparecido, Los 3 días del Cóndor o Í de Ícaro; por otro, hay también una clara crítica a un sistema en el que los que mueven los hilos se esconden tras rostros como el de Fielding, quien a la larga resulta un paria convertido en centro de atención, un pez entre tiburones que se verá enfrentado, entre otras, a la dicotomía ideal / realidad. En este sentido, también son dignas de mención las referencias a la "clase media aspiracional", al "ascensor social", etc. Y, last but no least, no es casual la localización de la novela entre Nueva York y Chicago  (los Chicago Boys y demás familia, you know)

Pero quedarnos con lo político sería hacer una lectura reduccionista de la novela y quedarnos con las referencias al cine político setentero sería quedarme corto. Y es que la novela no deja de ser la historia de una obsesión ya que, a medida que Fielding intenta "construir" su carrera política, la presencia de Sarah se hace cada vez más presente, hasta el punto de terminar persiguiendo una luz (¿o una sombra?). Por lo tanto, Fielding frente a sus propias contradicciones, Fielding frente a la culpa y Fielding frente a su pasado y frente a su planeado futuro a través de la continua presencia de Sarah. ¿No os recuerda un poco a cierta película de cierto calvo regordete genial?

Otro aspecto que quisiera destacar de la novela es el aporte de los personajes secundarios, todos ellos bien construidos e importantes en el desarrollo de la trama, todos ellos necesarios para poner continuamente a Fielding frente al espejo. Especialmente reseñable es el papel de las mujeres y de la relación de Fielding con ellas. 

Por último, es imprescindible mencionar, aunque sea solo de pasada (no vamos a destripar nada), el final de la novela. Se trata de un final abierto y ambiguo que deja abiertas las puertas a una relectura en la que encontrar posibles nuevas claves. Ahí lo dejo.

En fin, 525 páginas de una muy buena novela con la que Scott Spencer consigue mantener el ritmo y la tensión gracias a una trama en la que mezcla, en dosis justas, amor, poder, política y otras hierbas.

También de Scott Spencer en ULAD: Amor sin fin

P.S.: Releo ahora la reseña que escribí de Amor sin fin y veo que lo que destaqué como puntos fuertes en aquella se repite en Despertar a los muertos. ¿Será casualidad?

martes, 12 de noviembre de 2024

Anónimo: Vidas de santos

Idioma original: inglés

Título original: Live of Saints

Traducción: Nuria Parés

Año de publicación: 1953

Valoración: Interesante

 

Sí, es exactamente lo que parece, hagiografía pura y dura.

Aunque ahora se reduzca a ser Halloween, lo cierto es que en el mundo católico el reciente 1 de noviembre siempre fue el Día de Todos los Santos. Así que, aunque con unas fechas de retraso, dedicaremos la reseña de hoy a algunos de esos personajes que llenaban viejos calendarios con nombres que en muchos casos evocan como mínimo a bisabuelos con bigotes. Todos o la mayoría de esos Serapios, Paulinos y Rigobertos que andaban o andan por el mundo están, ellos o sus ancestros, relacionados con viejas onomásticas religiosas.

En este extraño y generoso volumen no consta autor, aunque una prosa bastante uniforme apunte a una única pluma, quizá la de un tal Walter J. Black que aparece en los créditos, y podría ser una versión reducida de algunos santorales anteriores que se remontan por lo menos al siglo XVIII. Como santos los hay a montones, se agradece que nos seleccionen a una élite de alrededor de cincuenta, a unas páginas de semblanza para cada uno, cribado que hace el libro más asequible, quizá a costa de perdernos alguna extravagancia de las muchas que sospecho debe haber por ahí. En todo caso, parece que tenemos a los más famosos, lo que me parece claramente suficiente.

Reconozco que, aun después de leer el libro y quizá por situarme algo lejos de ese pío entorno, sigo sin saber muy bien qué es un santo, ni si tienen que cumplir unas condiciones o si se trata de algo más o menos discrecional o movido por criterios que cambian con el tiempo. Entonces quiero verlo como el título honorífico de Sir, una distinción que alguien, sea la Corona inglesa o la Iglesia católica, otorga por entender que hay merecimientos de algún tipo para que el personaje sea ponderado de una manera especial, elevado a los altares en nuestro caso. A la luz de la lectura, me voy a permitir un intento de caracterizar algunos grupos de personajes tipo que, según lo que dice el libro, se ganaron la entrada en ese amplio panteón de ilustres:

  • Los mártires: mérito bastante generalizado en los primeros tiempos del cristianismo, cuando sus apóstoles intentaban extenderlo por el Este y Sur del Mediterráneo encontrando desde luego una oposición bastante feroz en muchos lugares
  • Los defensores de la ortodoxia: otro buen puñado de nuestros héroes se distingue por haber sido látigo frente a las sucesivas herejías, que fueron numerosas. Como si se tratase del Komintern, la Iglesia puso todo el empeño en evitar cismas, algunos de los cuales no obstante prosperaron y de qué manera  
  • Los estudiosos: los que creo que se llaman doctores de la Iglesia, tipos sesudos a los que hoy quizá llamaríamos teólogos, dedicados a estudiar e interpretar las Escrituras y extraer sus enseñanzas
  • Los misioneros y evangelizadores, algunos de los cuales también terminaron de mala manera por llevar la Buena Nueva al mundo pagano, incluidos diversos países de Europa que todavía no habían conocido la Palabra. Incluiríamos aquí a religiosos que, sobre todo a partir del siglo XVII, trabajaron por extender la educación en especial a los sectores más desfavorecidos, dejando nombres que hoy siguen luciendo en multitud de colegios que todos conocemos.

Hay que subrayar que una proporción muy elevada, casi la totalidad de los que aparecen en el libro, se distingue por haber llevado una vida de sencillez y austeridad en ocasiones incluso obsesiva y desproporcionada, renunciando a sus bienes y a todas las comodidades, a veces para retirarse a la vida contemplativa del ermitaño, otras para vivir de la limosna y compartir las penalidades de los pobres. Este desapego de lo material parece uno de los méritos más valorados, en contraste con tantos comportamientos que son bien conocidos.

Un último grupo del que casi me olvidaba es el relacionado con el misticismo. Todos nuestros santos parecen haber escuchado de alguna manera llamadas del más allá para cumplir ciertas misiones, pero a veces las cosas van mucho más lejos, de manera muy especial, y siento tener que decirlo, en el ámbito femenino: voces, arrebatos, éxtasis y visiones se hacen presentes en la vida de unas cuantas santas junto con comportamientos que personalmente me dan bastante mal rollo. Por citar solo el caso que me pareció más turbio, Catalina de Siena, que  tenía como veinte hermanos (lo que quizá explique algunas cosas), con quince años se azotaba tres veces al día con una cadena, y además de todas esas peculiares experiencias místicas parece que tenía estigmas que solo ella podía ver. Algo así como la santa que cantaba Parálisis Permanente. Por lo visto su cuerpo reposa separado de su cabeza, cada parte en un lugar diferente, lo que entre santos tampoco es algo tan excepcional como parece, y para colmo se le reconoce, no sé por qué, como patrona de Europa (ups).

Pero vamos, por ir terminando, salvo excepciones son gente claro está muy devota pero que parece bastante normal. Otro tema es que hicieran milagros, que creo que sí es condición sine que non. Curiosamente, en el libro solo se hace a esto alguna alusión muy de pasada y precedida de se dice, se cuenta y cosas parecidas. No sé, puede ser el origen anglosajón del libro, que en un determinado momento reconoce ‘cierta tendencia a embellecer las tradiciones de los mártires para que así no fueran nunca olvidados’. Una conclusión bien sencilla que tampoco requiere mayor explicación.

Está claro que leerse la vida (aun sin milagros) de cincuenta y tantos santos puede resultar una idea algo extraña. Pero habrá que reconocer también, y leyendo el libro se ve muy claro, que independientemente de las convicciones de cada uno, nuestra cultura tiene una indudable raíz cristiana, y lo que encontramos en el texto, aparte de las peripecias particulares de cada personaje, es la historia misma de Europa: desde su penetración en el Imperio romano, la vertebración del continente cuando se produjo la caída de aquel, las luchas derivadas de las distintas escisiones o la influencia decisiva en los Estados que se fueron formando. Algo que podría continuar hasta la actualidad, cuando no sé si se siguen añadiendo más santos, y cuando la religión en general ha perdido relevancia y el poder de la Iglesia ha quedado reducido a poco más que lo simbólico.


jueves, 7 de noviembre de 2024

Philip Fracassi: Los chicos del valle

Idioma original: inglés 

Título original: Boys in the Valley

Año de publicación: 2021

Traducción: José Ángel de Dios

Valoración: recomendable 

Por alguna, razón, (quizás porque los tiempos politicos que estamos viviendo parecen llenos de endemoniados) las historias de posesiones diabólicas gozan últimamente de gran popularidad, tanto en el cine como en la literatura. Tal es el caso de dos narraciones que tuvieron un considerable predicamento el año pasado (sí, ya sé que voy con retraso) entre los aficionados al género del terror, al menos en España: Acércate de Sara Gran y esta Los chicos del valle de Philip Fracassi, autor cuyo apellido no debe llevaros a engaño, porque su novela ha sido todo un éxito (vale, un chiste penoso. Prometo que no lo haré más...).

Resumen resumido: el valle del título es uno casi aislado en el estado de Pennsylvannia en el que, a principios del siglo XX, se erige el orfanato de San Vicente, llevado por curas católicos y los chicos en cuestión son, como es de suponer, los huérfanos acogidos allí. La historia de un orfanato llevado por curas ya sería bastante terrorífica de por sí y, en parte, Los chicos del valle va por ahí, pero, no pareciéndole suficiente, Fracassi mete un elemento ya definitivo: la aparición del maligno o de uno de sus adláteres, cuando menos -de muchos, porque ya se sabe que son legión-; una noche, cuando el invierno ya amenaza el valle, llegan al orfanato un grupo de hombres que traen a alguien digamos, un poco perjudicado... (aviso que a partir de aquí puede haber spoilers, pero es que resulta difícil explicar el libro sin ellos). A partir de ahí la "infección" se extiende rápidamente por el orfanato, como era de prever y la cosa acaba como el rosario de la aurora... y nunca mejor dicho.

La narración alterna los episodios contados en primera persona, desde el punto de vista de chicos como Peter -el protagonista de la historia, en gran medida- o David y la del clásico narrador omnisciente. Además de un estilo que busca la eficacia, sin caer en el simplismo, cabe destacar la panoplia de estupendos personajes que nos ofrece el autor: aparte de los huérfanos ya mencionados, marcados, sobre todo en el caso de Peter, por la tragedia, la dureza devsu situación y la lucha interna de cada cual,  tenemos a los curas -el tiránico Poole, el comprensivo padre Andrew- o al Hermano Johnson, un ex-convicto convertido en el brazo ejecutor de Poole...

La novela resulta eficiente y contundente. Como novela de terror, obviamente (y sin duda satisfará a los aficionados al género que no la hayan leído aún, como ya lo ha hecho a los que sí), pero no sólo, de hecho, es un terror que puede ser desagradable en algún momento, pero no más que el que aparece en muchas películas mainstream, sin ir más lejos; además de que la historia particular de algunos personajes tiene más profundidad de lo que puede parecer. Sin embargo, en mi opinión no resulta demasiado sorprendente; de hehcho discurre por caminos ya transitados y previsibles. Es cierto (y a partir de aquí, insisto, va a haber SPOILERS) que en cierto momento abandona la senda de El exorcista para transcurrir por lo que podría ser de igual modo una novela de zombies o infectados, u otras como El juego de los niños (clásico español del terror que se adelantó a Los chicos del maiz y que habría que reseñar algún día) o incluso El señor de las moscas... pero, aún así, no creo que haya alguien que se pueda llamar a engaño sobre lo que va a pasar en San Vicente. Para empezar, porque situar una historia de posesiones diabólicas en un orfanato aislado ya predispone bastante al lector sobre lo que se va a encontrar y después la narración discurre no sólo por los cauces habituales del terror y sus tropos, sino también del thriller en general. Por último, y quizá sea lo más interesesante de la novela, podemos considerar a ésta como profundamente cristiana; católica, de hecho. No sé si porque refleja las creencias de su autor o porque es necesario que sea así para contar una historia con presencia demoníaca convincente. pero tranquilo todo el mundo: no es necesario ser creyente en la fe católica para disfrutar de la lectura de este historia que, también hay que decirlo, de transcurrir en un orfanato laico resultaría mucho menos verosímil.

En suma, una novela de terror satisfactoria, aunque menos original de lo que las expectativas (hablo de las mías, claro está) prometían. Buena lectura, pues, para pasar un rato inquietante y entretenido, pero tampoco para hacerse popó de miedo; al alcance de todos los públicos, por decirlo así...

domingo, 27 de octubre de 2024

Susie Boyt: Amada y perdida

Idioma original: Inglés
Título original: Loved and missed
Traducción: Magdalena Palmer
Año de publicación: 2021
Valoración: Recomendable (o algo más)

La delgada línea roja no es solo la película de Terrence Malick. En literatura vendría a ser la frontera que separa el melodrama lacrimógeno y sensiblero del drama, el alambre del cual te despeñas con todo el equipo si das un paso en falso. Digo esto porque Susie Boyt bordea el peligro en varias ocasiones, parece que está a punto de perder pie pero, como una buen funambulista, recupera el equilibrio, esquiva la caída y lleva la novela a buen puerto.

Y es que los ingredientes, ya de entrada, parecen un poco de "telefilme de Antena 3 los domingos por la tarde": tres mujeres (abuela, madre e hija / Ruth, Eleanor y Lily), drogas y abandono. Por suerte, esto no cae en manos de un guionista cutre y cae en manos de Susie Boyt, quien acierta con el tono general de la novela y con la construcción de personajes y relaciones entre ellos, alcanzando momentos realmente notables. Así, vergüenza, arrepentimiento, compasión, dolor, culpa, sororidad, anhelos de intimidad y familiaridad recorren una novela con tres partes bien diferenciadas en lo argumental. 

La primera de ellas, y la más destacada en mi opinión, está más centrada en la relación maternofilial: qué hacer, cómo afrontar una situación como la que ha de encarar Ruth, cómo vivir con una cotidianeidad en la que se mezclan una tristeza infinita con pequeños rayos de esperanza, etc. El enfoque que Boyt da al tema y el personaje de Ruth, tratados ambos con mucha sensibilidad por parte de la autora, hacen de las primeras 150 páginas algo muy recomendable.

El problema, para mi, es que hay un momento en la novela en que Eleanor sale prácticamente del foco y la acción se centra en Ruth y Lily, adquiriendo un toque sensiblero que hace que esté a punto de descarrilar. La anterior indagación en la relación Ruth / Eleanor pasa a segundo plano y deja con la sensación de camino desaprovechado.

Afortunadamente, una nueva vuelta de tuerca en las páginas finales, un último giro que vuelve a poner en primer plano las relaciones maternofiliales (aunque sea desde otro punto de vista) hace que la novela remonte y uno acabe, pese a su crudeza, con buen sabor de boca.

Así que resumiendo, una novela muy british en tono y ambientes, extremadamente dura, con buenos personajes, narrada con sensibilidad, sin sensiblerías (al menor en su mayor parte) y sin caer en reduccionismos absurdos. Un buen libro, sí.

jueves, 24 de octubre de 2024

Eva Illouz: La vida emocional del populismo

Idioma original: inglés

Título original: The Emotional Life of Populism

Traducción: Alejandro Katz
Año de publicación: 2023.
Valoración: bastante recomendable.

Atentos al subtítulo del libro: "Cómo el miedo, el asco, el resentimiento y el amor socavan la democracia". Atentos también a la autora, socióloga de moda que, espero no equivocarme pues las consultas en internet pueden llevar a equívoco, es nacida en Marruecos, residente en Israel y escribe este ensayo en inglés. A priori, semejante mezcla de ascendientes culturales debería aportar un plus de credibilidad, pero ya se sabe en qué tiempos vivimos y nada más lejos que la verdad absoluta cuando se afrontan ciertos temas, y mucho más todavía, en estos tiempos inestables y apasionantes. Porque este libro, para empezar, se escribe antes del 7-10-2023 que es, para el pueblo israelí, su particular recreación del 11-9-2001. Cifras que se marcan a fuego en la memoria porque representan finales de era para sus naciones. Úsese el término que uno prefiera, aunque los más usados suelan ser grandilocuentes y con múltiples facetas: ataques al corazón de las naciones, profanaciones de suelo, y un largo etcétera de términos que, usados de manera abierta o subliminal, acaban ejerciendo la misma reacción hipnótica en la masa: se nos ha atacado, debemos defendernos, esa es una reacción natural.

Pero insisto que La vida emocional del populismo no contempla esos hechos, por apenas unos meses, aunque curiosamente leer este ensayo metido de lleno en sus inciertas repercusiones no hace más que sobreexcitar la sensibilidad del lector. Redacto esta reseña sin que se haya producido aún la respuesta israelí al ataque iraní, pequeño detalle que puede condicionar absolutamente cómo se lea esta reseña por parte del lector.

Illouz empieza el ensayo con una extensa introducción, hasta la página 31 no afrontamos el texto en sí y, aunque parezca que el tema vaya a afrontarse de una manera global, la perspectiva va centrándose y prácticamente el texto acaba hablando sobre la situación política de Israel, concretamente todos los resortes políticos y sociales que han acabado convirtiendo a Netanyahu en una especie de líder venerado e incuestionado ante la masa (local y global), cómo se han usado (por parte de él, pero también por la de sus aliados puntuales o más o menos frecuentes) para, a través de la manipulación de los resortes emocionales, erigirse en una suerte de tercer potencia capaz de decidir la suerte planetaria. Un texto claro, estructurado, algo cautivo de las condiciones particulares de la sociedad israelí, pero ejemplar si uno extrapola su influencia y es capaz de trasladarlo a las confrontaciones básicas de nuestra época: Zelenski/Puti, Trump/Harris, etc.

Y sucede lo que pasa con todo ensayo. Al margen de lo lógico y necesario, que es empujar al lector a la reflexión, quien converja más con lo expuesto, Illouz es bastante crítica, sobre todo por las trampas y el apoyo de los medios que ayudan a Netanyahu, encontrará la lectura imprescindible. Incluso percibo que una crítica favorable o desfavorable defina ideológicamente a quien la suscriba. Leed el libro, cuadrad las fechas, ejerced la opción de la duda razonable, buscad las terceras vías, pues el confrontamiento es el territorio favorito de los extremos. 

miércoles, 23 de octubre de 2024

David Mitchell: La casa del callejón

Idioma original: inglés

Título original: Slade House

Año de publicación: 2015

Traducción: Laura Salas Rodríguez

Valoración: está bien

Clasicazo de la narrativa de terror es el recurso de las casa encantadas, de las que podemos encontrar para todos los gustos, desde la de la clásica y consabida La maldición de Hill House, hasta ejemplos más recientes, como la que aparece en Carcoma o, rizando el rizo irónico, la de Cómo vender una casa encantada de Grady Hendrix. En La casa del callejón encontramos también una, Slade House, situada, qué sorpresa, en el escurridizo Slade Alley, un callejón en los suburbios de Londres o alguna localidad cercana. Una casa encantada habitada por ¿fantasmas? ¿Vampiros? ¿Brujos? Bueno, pues digamos que todo eso a la vez y ninguna de esas cosas... De hecho, ni siquiera podemos afirmar que Slade House sea una casa encantada sensu stricto, sino más bien se trataría de una ¿casa?¿Espacio? ¿Ente? que ofece a quien se qaventura tras sus muros aquello que más está ansiando, ya sea un niño algo rarito y solitario, un policía tirando a viva la Virgen, una joven acomplejada por su peso u otra que busca a su hermana desaparecida. Todos, y algún personaje más, enredados en una trama enrevesada y que se dilata alo largo de diferentes momentos en el tiempo, que ocupan a su vez diferrentes capítulos. 

Novela, pues, con un gran componente fantástico, quizás más que de terror puro y duro, aunque sí que nos puede proporcionar algún que otro momento bastante inquietante. La explicación final sobre lo que sustenta toda la trama me resulta, sin embargo, demasiado prolija y, por tanto, poco satisfactoria, pues siempre he considerado que en este género es conveniente mantener el misterio en todo aquello que se pueda y dejar cierto margen para la sugestión y la imaginación del lector. Cierto es que esta novela corta está, al parecer, emparentada con otra bastante más extensa del mismo autor, Relojes de hueso y tal vez (pues no la he leído) haya querido hacer aquí un epílogo para la misma-o de ambas-; en todo caso, lo mismo que hay detalles muy interesantes y sugerentes, creo que hay otros elementos que juegan en contra del efecto que se pretende conseguir. Por ejemplo, la dinámica entre cierta pareja de gemelos, que recuerdan al Team Rocket de los dibujos de los Pokémon...

En resumen y conclusión: estamos ante una novela fantástica o de terror "suave" que, por las  características de su trama y estilo -más que correcto, pero sin muchas complicaciones- creo que puede ser sobre todo del agrado de los lectores más juveniles (esos que ahora llaman "jóvenes adultos") o de cualquiera que guste de pasar un rato entretenido y algo asustado, pero no mucho. Adictos a las emociones más fuertes, mejor abstenerse.

Otros títulos de David Mitchell reseñados en Un Libro Al Día: Black Swam Green, Escritos fantasma, El atlas de las nubes

lunes, 14 de octubre de 2024

Zoom: El vampiro de John William Polidori

Idioma original: inglés 

Título original: The Vampyre

Año de publicación: 1819

Traducción: en esta edición no consta

Valoración: imprescindible para fans del género. Para los demás, está bien

Les presento, damas y caballeros al primer y genuino vampiro, el que ha dado lugar a todos los que en la literatura, el cine o incluso los dibujos animados  han sido, el original e inimitable vampiro imaginado por John William Polidori, médico de Lord Byron, aquella legendaria noche del 18 de junio de 1816, "el año sin verano", en la Villa Diodati, a orillas del lago Leman, y que también vio nacer a otra mítica criatura de manos de Mary Wallstonecraft Godwin (aún por entonces), el llamado monstruo de Frank... ¿Cómo? ¿Que no? ¿¡Cómo que no!?

Pues no. O no del todo así, al menos. Para empezar, el de Polidori no es el primer vampiro que aparece en la literatura, aunque sí el arquetipo vampírico que más éxito ha tenido: el vampiro seductor, fascinante, de modales e incluso títulos aristocráticos, subyugador de mujeres y dominador de hombres... ¿A alguien le suena esta descripción?

En segundo lugar, no está tan claro que este relato surgiera aquella famosa noche, cuando Lord Byron propuso a sus compañeros la escritura de sendos cuentos de terror,-al parecer, tras la estimulante lectura del libro Fantasmagoriana, de gran éxito por entonces-; por lo visto, Polidori escribió o al menos pergeñó otro cuento y fue con posterioridad a esa noche cuando compuso El vampiro, a partir de una idea lanzada... por el propio Byron. Porque esa es otra: a pesar de que la primera edición se publicó con la autoría del poeta romántico por excelencia -¿artimaña de los editores para vender más ejemplares, quizá?- no hay duda de la autoría por parte de su médico personal -por breve tiempo-, Polidori. Pero asi la idea original pudo deberse a Lord Byron o no, lo que sí está claro es que él fue la inspiración `para el vampiro de la historia, un noble que causaba sensación en los salones y demás reuniones sociales, especialmente entre las damas, a las que seducía, "utilizaba" (esto suena un poco antiguo, ya lo sé) y luego dejaba tiradas como a un kleenex... más o menos, de lo que se acusaba a Byron en su época (aunque no llegara a beber la sangre de sus "víctimas", que se sepa). Más aún: incluso el nombre del vampiro, Lord Ruthven es una alusión directa a Byron, pues es el nombre que éste recibía en Glenarvon, un roman à clef escrita por Caroline Lamb, amante despechada de éste y parecida ese mismo año. Siguiendo su ejemplo, parece que lo que Polidori escribió fue, ante todo, una venganza contra su eventual patrón, con quien no se llevaba demasiado bien.

Ahora bien, ¿a quién le importa todo esto? Si el infeliz Polidori se ha llevado la gloria por haber creado a todo un arquetipo clásico no ya del género de terror, sino de toda la literatura y lo hizo como una invectiva contra su antiguo jefe, eclipsando, si no la fama de su nombre, sí la de su obra, bien está, después de las burlas y desdenes que hubo de soportar de Byron y sus amigos pijos. Y con esop, además, ya es bastante, porque la novelita en sí -relato largo, más bien- tampoco es que dé para mucho: en ella, el tal Lord Ruthven, después de fascinar a la sociedad londinense, se embarca en un viaje por la exótica Europa continental junto con un joven más bien pánfilo llamado Aubrey -exactamente igual que hicieron Byron y Polidori, casualmente- ; pánfilo y todo, Aubrey acaba descubriendo, aunque sea tarde, que su compañero de viaje no es sino un infame vampiro.... y no os cuento más porque, pese a que, como ya digo, la novela es breve, aún hay algún que otro plot-twist interesante.

El estilo, como cabe suponer en una obra literaria de hace doscientos años, por gótica que sea, resulta hoy en día un tanto relamido y no menos enfático, pero se deja leer con facilidad y aun gusto por un lector actual estándar (yo mismo, por ejemplo). En cualquier caso, el libro se lee en un ratillo...Así que no sé a qué estáis esperando para echarle un ojo: recordad que antes que Bram Stoker, antes que Anne Rice y antes, claro, que Stephen King, estuvo John William Polidori, quizá no el primero, pero desde luego no el último de los creadores de vampiros.

¡Ah, y esta edición cuenta con un prólogo de Mariana Enriquez, que no me negaréis que es un plus!



Como la cubierta de la edición que he leído es bastante sosa, reproduzco aquí también la de la primera vez que se publicó la novela, en la que los cucos editores atribuyeron la autoría a Lord Byron. En honor a la verdad, éste de inmediato negó haberla escrito, pero, dadas sus palabras poco amables, cabe sospechar que más porque se daba cuenta del dardo sátirico que lanzaba contra él que por fair-play entre escritores...

domingo, 13 de octubre de 2024

Kate Folk: Ahí fuera

Idioma original: Inglés


Título original: Out there
Año de publicación: 2022
Traducción: Inga Pellisa
Valoración: Está muy muy bien

Me la juego. Quedan más de 2 meses para que termine el año, pero me atrevo a decir que Ahí fuera estará en mi lista de lo mejor de 2024, al menos en la categoría de relato. Y es que el primer libro de Kate Folk ha sido toda una sorpresa: relatos con arriesgados y originales puntos de partida, con comienzos de esos que te agarran por la solapa, con buen desarrollo de las tramas y subtramas y finales a la altura. 

La casa necesitaba humedad. Eso le dijo a Karl (comienzo de La casa húmeda)

Tengo la idea esta de meterme en el bosque y que me peguen un tiro (comienzo de Ojos de cierva) 

Por la noche, los huesos se nos disuelven en la sangre como azúcar en el te (comienzo de El pabellón óseo)

Quince son los textos que componen Ahí fuera, un volumen en el que se aprecia unidad temática y estilística, algo que no siempre ocurre en los libros de relatos. Temas como la soledad, el amor (o la búsqueda de amor), la inseguridad, la incomunicación o el dolor recorren la práctica totalidad de unos textos protagonizados, en su mayoría, por mujeres de unos 30-40 años que viven en mundos aparentemente distópicos (¿quién no se enamoraría de un blot, eh?) pero terriblemente reales, mundos grotescos y absurdos que no dejan de ser la otra cara (¿o tal vez la misma) de mundos interiores en derrumbe.

En el aspecto genérico, Folk juega con lo distópico, lo terrorífico y lo grotesco, si bien comenzando casi siempre con toques de humor negro. Pero la sonrisa inicial se va borrando a medida que avanzamos en los textos y da paso a una sensación más bien desasosegante, por la tristeza infinita que van dejando a su paso. 

Como ocurre con toda colección de relatos, la valoración de la misma vendría a ser algo así como una media aritmética. En el caso de Ahí fuera, creo que los textos más extensos tienen un nivel general superior a lo más breves. Pese a que las 10 páginas de Ojos de cierva  o que las 4 páginas de Tu novio el sonámbulo resultan impactantes en sus diferentes exploraciones sobre la búsqueda de sentido y resultan notables, los textos que rozan (o alcanzan) el sobresaliente son aquellos en los que la autora opta por un mayor desarrollo de los personajes, por la introducción de diferentes capas, por la utilización de contextos y subtextos tan importantes como los más "visibles".

Así, Kate Folk consigue con Ahí fuera y El Big Sur (me gusta esa circularidad del libro), El refugio, El pabellón óseo o La esposa del viento esas atmósferas turbias y extrañas que, sea o no de forma imperceptible, nos rodean y condicionan.

Para terminar, y por si alguien necesita referencias, tres son los autores que me vienen a la cabeza: Shirley Jackson, Mariana Enriquez y Edmundo Paz Soldán. ¿Podéis imaginar los motivos?

viernes, 27 de septiembre de 2024

Hanif Kureishi. El regalo de Gabriel


Idioma original: inglés
Título original: Gabriel's gift
Traducción: Mauricio Bach
Año de publicación: 2001
Valoración: recomendable

Exponiéndome a que esta reseña merezca el subtítulo de lamento de boomer, habrá que reconocer que el modo de vida rock, tal como podía concebirse en 2001, ya no digamos en 1973, ahora nos resulta caduco y envejecido. A pesar de los denodados esfuerzos por mantener su espíritu vivo (aunque sólo sea eso), la actitud hacia la vida, contemplada como influencia del fenómeno, se encuentra en un receso absoluto e indisolublemente unida a algunas generaciones que ya han empezado a perder influencia en la dominación  global. El tiempo ha sido un canalla, por supuesto, pero también las costumbres y, en general, el modo de vida ya no occidental sino global, la urgencia, la oferta de entretenimiento, la pérdida de influencia anglocéntrica, las diferentes ambiciones, todo ha evolucionado de forma que el estereotipo, algo ingenuo y romántico, ha quedado desfasado. Por supuesto, la voracidad del capitalismo a la hora de asimilar y fagocitar aquello que puede ser explotado dentro de límites controlados. Creo que ya he mencionado en alguna ocasión esa banalización manifiesta a través de camisetas de Ramones, de Nirvana, de Guns'n'Roses. La admiración por un estilo musical reducida a una fase de la post adolescencia.

El regalo de Gabriel es una novela cuyo trasfondo es ya este escenario en decadencia. Gabriel es hijo de una pareja de viejas glorias, un adolescente que sueña con ser cineasta mientras convive con su madre, rodeada de hombres de poco fiar que vienen y van, separada de su padre, bajista de rock en paro tras un accidente en escena, pero que conserva, a pesar de su clara función de segundón, contactos con lo más granado del star system. Como Lester Jones, obvio trasunto de David Bowie o Marc Bolan, ése sí una gloria de alto nivel que regala a Gabriel un dibujo suyo, en una visita que este le hace junto a su padre. Para la pareja en desmoronamiento, saber de ese regalo representa una posibilidad de hacerse con algo de dinero, y la pugna patética por hacerse con el dibujo y poder venderlo como obvio fetiche de coleccionista los lanza a una inesperada carrera por hacerse con la atención del menor, que acumula no solo sus propios problemas, sino alguna situación curiosa: se comunica con su hermano gemelo ya fallecido.

Kureishi brega con un planteamiento algo forzado y cuyo recorrido se define demasiado pronto, con lo que su resolución no es exactamente el objetivo del libro. Como testimonio de esa generación a la que el nihilismo o los excesos parecen representar una justificación para todo un recorrido vital, hay que decir que El regalo de Gabriel acusa el paso del tiempo y nos sitúa en un universo de mitomanía y culto a un estilo de vida que hoy nos parece extemporáneo. Incluso desde una coartada de novela psicológica (la imagen del hermano fallecido solo puede explicarse así), la hipotética brecha generacional donde el hijo parece el más maduro del triángulo familiar no acaba de convencerme. En todo caso, su lectura desprende cierta calidez ligeramente nostálgica por la que no puedo sentir repulsa. Simplemente, el mundo ya no es así.

Sobre Kureishi en ULAD: aquí

sábado, 21 de septiembre de 2024

Nita Prose: El huésped misterioso

Idioma original: Inglés 
Título original: The mistery guest
Año de publicación: 2023
Traducción: Ángela Esteller García
Valoración: Está bien

50 Phil Ochs fans can´t be wrong. Esta frase aparecía en la contraportada del disco de grandes éxitos de Phil Ochs y lo hacía como homenaje (sui generis, eso sí) al disco de Elvis Presley 50.000.000 Elvis fans can´t be wrong. 

Extraño comienzo para una reseña, ¿no? No tanto, amigos, porque uno no puede dejar de sentirse "bicho raro" cuando ve en la faja de El huésped misterioso que la novela se ha llevado el Premio Goodreads al mejor libro de misterio y que ha tenido más de 2.000.000 de lectores en todo el mundo (añado que tiene 104.314 "ratings" y 11.802 "reviews" en Goodreads). ¡Y yo en mi burbuja de yugoslavos raros y argentinos modernitos! Toca "bajar al barro", quitarse las gafas de pasta y mezclarse con el populacho lector para ver si la cosa es o no para tanto.

En lo argumental, la premisa del libro es el fallecimiento, momentos antes de realizar un importante anuncio en el hotel Regency Grand, de un famoso escritor de novelas de misterio. Casualmente, allí trabaja Molly Gray, camarera, detective amateur y narradora de la historia, quien hará gala de una perspicacia que ríanse ustedes de Jessica Fletcher o Miss Marple (la referencia british no es baladí) para resolver el entuerto. Para ello, la autora se sirve de dos tiempos que permiten la introducción de variables temáticas ajenas, en apariencia, a la trama principal.

Estandarte del cozy crime contemporáneo (ya sabéis, asesinatos sin vísceras y con un ligero toque humorístico), Nita Prose sabe mezclar los ingredientes para hacer de su receta un best-seller instantáneo: un estilo sencillo y directo, ritmo ágil, diálogos y personajes por lo general aceptables, tensión sostenida e introducción de temas más o menos actuales que acompañan a la trama principal son los pilares sobre los que se sustenta una novela muy para todos los públicos (casi de 0 a 99 años, vaya) que, pese a evidentes debilidades, se sostiene con dignidad en lo literario.

Entre esas debilidades debemos citar cierta sobreadjetivación en las partes más descriptivas, algún que otro personaje demasiado estereotipado o las excesivamente empalagosas menciones a la relación de la narradora con su abuela o con su pareja.

Por tanto, El huésped misterioso es una novela que, pese a lo anterior, cumple con lo que promete: entretiene, engancha y sirve para pasar unas tardes de lo más agradable. Suficiente o no, eso ya es cuestión de gustos y lectores.

viernes, 20 de septiembre de 2024

Lola Olufemi: Feminismo interrumpido. Reventar el poder

Idioma original: inglés
Título original: Feminism, Interrupted: Disrupting Power
Traducción: Josefina Caball en catalán para Raig Verd y Laura Estefanía en castellano para Rayo Verde
Año de publicación: 2023
Valoración: recomendable

Siempre es interesante ampliar conocimientos acerca de las desigualdades existentes en nuestra sociedad ya sea en conceptos de racismo, feminismo, capitalismo, etc. Y, a menudo sucede, que todos estos conceptos van ligados, porque la opresión siempre va dirigida a las partes más vulnerables de la sociedad y acostumbra a ir de arriba a abajo en la escala social.

Este ensayo escrito por la feminista y activista Lola Olufemi parte de la idea de remover consciencias y hacernos reflexionar acerca de la sociedad que tenemos y la que podríamos conseguir. Ya la propia autora indica este propósito afirmando en la introducción que «este libro se dirige a cualquier persona que haya empezado a pensar de manera crítica (…) Espero que este libro os haga pensar en los límites de este mundo y en las posibilidades de los mundos que podemos crear conjuntamente». Así, esta mirada crítica que defiende y practica la autora, también la dirige hacia su propio movimiento, hacia el feminismo que de manera conceptual ella defiende, pero que choca de manera frontal con el racismo y las desigualdades entre etnias. Tal es así, que confiesa sin tapujos que «yo veía que las mujeres negras eran excluidas del concepto de feminidad, según la definición que hacía la supremacía blanca, y que las personas que quedaban al otro lado de estas fronteras sencillamente no existían a ojos del feminismo convencional. Empecé a entender hasta qué punto el espíritu rebelde y desafiante que me habían infundido las feministas que admiraba estaba determinado por factores de raza y clase». Esta denuncia sobre la corriente feminista dominante es algo que no siempre está en el debate pero que es importante destacarlo, y es algo que recuerda mucho a Nikki Kendall y su libro «Feminismo de barrio» donde este concepto era un tema central en su ensayo. Por ello, el libro está rodeado holísticamente de la interseccionalidad, «el prejuicio derivado de la intersección de las ideas racistas y otras formas de intolerancia, como el sexismo, el clasismo, el etnocentrismo o la homofobia» (parafraseando a Ibram X. Kendi en «Marcados al nacer. La historia definitiva de las ideas racistas en Estados Unidos»).

La autora critica de manera frontal el sexismo, un sexismo que va más allá de las conductas o pensamientos individuales pues está impregnado de manera estructural en los organismos y estructuras gubernamentales. Por ello afirma que «cuando las feministas tildan el estado de ‘sexista’, quieren decir que la provisión estatal, la asignación de recursos y la manera como se hace la supervisión refuerzan la opresión de género restringiendo la libertad de las mujeres». Este sexismo también está presente en la legislación que pretender combatirlo ya que, en cuanto a las leyes protectoras contra la violencia doméstica, la autora afirma que «la cuestión más urgente para las supervivientes no es que sus agresores vayan a la cárcel, sino que haya una red de protección de la cual se puedan fiar y que les permita salir de situaciones abusivas. Necesitan albergues, vías para una estabilidad económica y asistencia social adecuada». Así, no únicamente critica la mentalidad sino como esta rige el día a día, como las prioridades están en otra parte, acertando plenamente en su cuestionamiento sobre la utilidad de un estado en los que sus intereses no se dirigen hacia los desfavorecidos, preguntándose: «¿de qué sirve un país que se niega a situar las necesidades de la ciudadanía antes que el progreso capitalista?».

Otros focos del libro son su denuncia hacia las terfs y su falso feminismo, así como las trabajadoras sexuales y de cómo el sexo se utiliza como una forma de abuso de poder, la poca cobertura que tienen en cuanto a seguridad física y social y la necesidad de replantear el sistema penal y carcelario pues «creer en las prisiones presupone que son neutrales des del punto de vista racial (…) que ayudan a rehabilitar los delincuentes y a reparar el agravio sufrido por las víctimas». Así, aboga (mencionando a Angela Davis) por la abolición de las prisiones y por dedicar recursos y orientar la sociedad hacia cuestionar y cambiar aquello que empuja a las personas a delinquir, con la intención de «encontrar la manera de crear las condiciones para transformar las relaciones que son causa del delito». También la autora habla de la religión y de su influencia, así como de la crítica fácil que se hace desde fuera especialmente hacia las mujeres musulmanas pues «raramente son consideradas individuos el cuerpo de las cuales es necesario proteger, cuidar o tener en cuenta en los debates feministas. Se habla en nombre de la mujer musulmana, pero no se habla de ella: se lo imponen, la invaden, la diseccionan: raramente es tratada como un ser humano autónomo, la libertad de la cual merece ser comprendida en sus propios términos. Cuando en los medios de comunicación se habla de las mujeres musulmanas, son caricaturas vacías o víctimas que sufren bajo el control patriarcal del padre o los hermanos. Necesitan constantemente que las salven: de ellas mismas, las unas de las otras, de ‘países atrasados’».

Cabe decir que parte del libro tiene una mirada centrada en Gran Bretaña (país donde nació u reside la autora) por lo que en algunos casos los ejemplos planteados no coinciden en su totalidad con lo que sería aplicable en otros países y hace que en algunos casos la lectura pierda algo de interés, aunque, en cualquier caso, se trata de un libro interesante pues ayuda a ampliar la mirada sobre el feminismo, así como para recordar conceptos que en algunos casos ya conocíamos o intuíamos. 

Dice la autora que «si este libro os empuja a elegir algún otro o a mirar un documental, buscar en el archivo, coger un libro de poesía —si os enciende u os reaviva el interés por el feminismo—, habré conseguido mi objetivo». Y este es un sin duda un objetivo que, a través de esta reseña, comparto con ella.

domingo, 15 de septiembre de 2024

Iris Owens: Después de Claude

Idioma original: Inglés
Título original: After Claude
Año de publicación: 1973
Traducción: Regina López Muñoz
Valoración: Recomendable

La importancia de una primera frase (He dejado a Claude, la rata gabacha) y de las primeras páginas de un libro para agarrarte de las pelotas y para dar el tono de lo que encontraremos en las siguientes páginas. Sirvan dos ejemplos:
El taxista, con todo el odio de su corazón, pisó el acelerador y nos precipitamos Broadway abajo como si transportáramos una bolsa de plasma a una decapitación.

(...)  soy en esencia una persona desenfadada que trata de verle el lado cómico a este circo de engendros llamado vida (...)

Son solo dos ejemplos de la voz que dominará buena parte de una novela que tiene ecos, cómo no, de La conjura de los necios y de un Woody Allen puesto de ácido hasta las gafas. Porque Harriet es una narradora cáustica, desinhibida, hipocondríaca, afilada y malhablada que nos cuenta su versión de la relación y ruptura con la rata gabacha.

Pero cuidado que, aunque en el párrafo anterior hablo de novela, Después de Claude tiene mucho de obra de teatro, tanto por estructura (tiempos, escenarios, "escenografía", etc) como por la presencia e importancia de los diálogos.

Sea como fuere, la primera parte de Después de Claude tiene un ritmo endiablado. Diálogos punzantes y humor negro y absurdo se combinan para que vayan asomando risas y carcajadas que, con el paso de las páginas, quedarán congeladas ya que surgirán las dudas sobre la fiabilidad de la narradora, sobre posibles percepciones alteradas de la realidad.

La segunda parte, por contra, supone un cambio importante. No porque el ritmo decaiga sino porque el humor queda a un lado y Harriet se ve envuelta en una trama que trae a la cabeza a la simpática Familia Manson, medium jeta y psicodélico incluido, y que parece haber sido escrita por el William Vollmann de La familia real.

No diré que esta segunda parte sobre ya que forma un todo coherente, pero sí que el cambio en el tono es tan radical, sobre todo con las primeras 75-100 páginas, que si el libro hubiese terminado al concluir la primera parte de libro me habría quedado con otro sabor de boca.

sábado, 14 de septiembre de 2024

J.R.R. Tolkien: La historia de Kullervo

Idioma original: inglés
Título original: The Story of Kullervo
Traducción: Martin Simonson
Año de publicación: 2010 (escrito en 1914-15)
Valoración: Recomendable para interesados (pero muy interesados)


Aunque el título de la entrada indique otra cosa, este libro que tenemos entre manos no es exactamente La historia de Kullervo ni su autor es J.R.R. Tolkien. O, mejor dicho, no es solo ese relato, obra desde luego del afamado autor inglés, sino más bien un estudio, un ensayo de Verlyn Flieger en torno a ese texto, que lo incluye íntegramente para después analizarlo con mucho detalle desde distintos puntos de vista. Algo así como algunas ediciones de Cátedra, donde el análisis es tan amplio y exhaustivo que casi arrincona el propio texto original.

Por lo visto Tolkien escribió La historia de Kullervo entre 1912 y 1916, es decir con alrededor de veinte años. Por esa época Tolkien había conocido la colección de antiguos cuentos finlandeses conocida como Kalevala, compilada por un tal Elias Lönnrot (por cierto, ¿no hay un personaje de Borges con ese mismo apellido?), texto que le impresionó hasta el punto de intentar aprender el idioma para leerlo en el original. No parece que tuviera mucho éxito en esa empresa, pero lo que sí hizo el joven Tolkien fue reinterpretar la epopeya convirtiéndola en un cuento, que es justamente el que luce en el título.

Desde el punto de vista lector, el relato no tiene un interés especial. En una de esas tragedias familiares, el padre de Kullervo es asesinado por Untamo, el malvado tío del joven, que posteriormente lo esclaviza y le hace objeto de diversos ultrajes, de los que el protagonista sale victorioso merced a sus poderes sobrenaturales. Tras diversas vicisitudes, que incluyen un incesto involuntario, conversaciones con una espada mágica y un plan para vengar al padre, el cuento queda inacabado.

Como Tolkien es todavía un escritor un poco verde, la recreación del mito de Kullervo es más bien un ejercicio de estilo, como para irse fogueando en los ambientes míticos que más tarde iría creando. Lo más interesante es quizá la tipificación del personaje que, lejos del héroe esperable en una epopeya, es un individuo torvo, físicamente poco agraciado, violento e incapaz de un sentimiento elevado. Por lo que conocemos más adelante, esta caracterización es una de las aportaciones más significativas del autor a las leyendas originales.

El resto del libro, como digo, es un trabajo entiendo que bastante concienzudo en torno a este relato y su significado dentro de la obra del autor. Se incluye una segunda versión del mismo texto, así como dos conferencias de Tolkien sobre el Kalevala (también muy similares entre sí), y numerosas y muy detalladas anotaciones sobre los distintos personajes, su relación con el original, las variaciones introducidas o los parentescos con el quenya, lengua que inventaría tiempo después. Igualmente, buen número de referencias a posteriores obras del autor británico, en especial El Silmarillion (ver enlace abajo), que al parecer están directamente influenciadas por la lectura de las leyendas finesas y el trabajo previo sobre Kullervo. También sabemos que Tolkien echaba de menos una mitología propiamente inglesa, y así se decidió a crearla él mismo a partir de diversas fuentes geográficamente cercanas, hasta concebir el espectacular ciclo de la Tierra Media que todos más o menos conocemos.

De forma que al relato en sí seguramente no le encontraremos demasiado atractivo, ni tan siquiera como mero entretenimiento, y el trabajo de Flieger, no obstante su alto grado de detalle y su posible valor como estudio de la obra de tan famoso autor, difícilmente creo que llegue a satisfacer al lector estándar. Así que si no es usted un apasionado, o mejor, un completista de Tolkien, igual es mejor que opte por otra lectura.  

 
Las principales obras de J.R.R. Tolkien reseñadas en ULADEl Silmarillion, El señor de los anillos, El hobbit

martes, 10 de septiembre de 2024

Karen Russell: Donantes de sueño

Idioma original: inglés

Título original: Sleep Donation

Año de publicación: 2020 (como libro en papel; 2014 como e-book)

Traducción: Rubén Martín Giráldez

Valoración: entre recomendable y está bien

Vamos allá con otra distopía, que sé que es in género que os gusta mucho y del que no estáis hartos7as no nada... Bueno, tranqui todo el mundo, que no estamos ante la enésima versión de El cuento de la criada o Neuromante (ni siquiera de El edificio), sino ante la enésima versión de... ¡tachán!, La peste de Camus... por decir un título emblemático del género o subgénero, no sé de epidemias, pandemias y demás infecciones contagiosas, incluyendo los mordiscos de los zombies.

En este caso, la epidemia en cuestión resulta bastante original, porque se trata de una oleada de insomnio que asola los Estados Unidos (where else?) y que provoca la muerte de los afectados al cabo de no demasiados días sin dormir -menos de los que yo habría supuesto, aunque no dudo de la veracidad del dato-; ante tan peliaguda situación y, sobre todo, la dificultad de encontrar una cura o vacuna la solución pasa por hacer "transfusiones de sueño" a los afectados, de lo cual se encarga una organización sin ánimo de lucro, las Brigadas Duermevela. Éstas se encargan de reclutar donantes, obtener horas de sueño por medio de una sofisticada e imaginativa tecnología y distribuirlas entre quienes las necesitan. Así, la protagonista/narradora es Trish, una voluntaria captadora de donaciones de sueño especialmente eficaz debido a  es la hermana de Dori Edgewater, una de las primeras y más célebres víctimas de la epidemia. Además, Trish es quien consiguió la donación de la milagrosa Bebé A, cuyo sueño resulta no sólo ser de tipo universal, compatible con todos los enfermos de insomnio, sino incluso curativo en muchos casos.

La trama de la historia gira, pues, entorno a esta bebé y también de su antítesis, el Donante Y, pero se centra sobre todo en el conflicto interior de Trish, que se debate entre su intención de ayudar y los sentimientos de culpa que le causan tanto la utilización del fantasma de su hermana muerta como la manipulación de una inocente bebé y sus padres. De esta forma, la novela presenta más momentos reflexivos e incluso intimistas de lo que cabría suponer leyendo simplemente su sinopsis, lo cual, unido a los destellos casi líricos -o sin casi- del estilo que emplea Trish/Karen Russell para contarnos su historia,  provoca que la impresión que deja su lectura sea bien diferente a la que cabría suponer en un primer momento.

Por otro lado, es fácil suponer que esta novela no es sino la mera traslación , que apenas llega a metáfora, de la pandemia de coronavirus, más aún cuando fue publicada en 2020, si Russell se dio prisa en escribirla -la novela no es demasiado larga-, le dio tiempo... Ahora bien, resulta que  Donantes de sueño tuvo una vida anterior al papel como e-book, luego esta teoría se desmorona: no está basada en la pandemia del 2020. además, en realidad podría ser una alegoría de cualquier tipo de epidemia, incluso la del fentanilo, la del universo digital o del populismo de extrema derecha. O incluso -sería una interpretación traída por los pelos, pero no me diréis que no es más estimulante-, se trataría de una historia vampírica, pero vista desde el lado de los chupasangres... -chupasueños, aquí- ¿por qué no? Pues porque todas estas elucubraciones dan un poco igual: la idea de una epidemia de insomnio, del traspaso de sueños -y pesadillas  de unos donantes a los enfermos, la especulación sobre toda la subcultura de que se crea alrededor de esta letal falta de sueño es suficientemente potente y fascinante como para necesitar significar otra cosa. Y es perfecto que así sea.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Shane Stevens: Ciudad muerta


Idioma original:
 inglés

Título original: Dead City .

Traducción: Óscar Palmer

Año de publicación: 1973.

Valoración: muy recomendable.

Hacía un tiempo que no leía un Sajalín. Y aunque, personalmente y en lo literario, no sea un acérrimo seguidor de eso que se llama, dependiendo, género negro o novela criminal, hay que reconocerle a la editorial barcelonesa su enorme acierto en la recuperación de autores olvidados que, reconozco, hacen que uno se ponga las manos a la cabeza y piense ¿cómo se ha ignorado esto?
O también ¡qué visible la influencia! En cierto sentido, podríamos decir que es una editorial muy fiable  y, aunque este segmento literario pueda ser proclive a cierta hipérbole o incluso a la endogamia (autores que fueron periodistas o investigadores o directamente convictos, wow), sus sinopsis, los extractos de texto, los comentarios retrospectivos sobre sus libros que figuran en sus ejemplares suelen ser precisos y representativos. Cuestión de coherencia que les aporta una merecida credibilidad. 

De Ciudad muerta, obra de Shane Stevens -novelista estadounidense fallecido y de nula repercusión- se dice que “podría haber sido un anteproyecto de Los Soprano”. Y eso son palabras mayores. De hecho, el anónimo matón de la portada, en pose chulesca y de mirada bovina, podría pasar por uno de los figurantes de la emblemática serie, sentado ante un listado de delicatessen culinarias que podría pasar por ser el de Satriale’s.
Es decir, todo el packaging es perfecto y coherente con editorial y novela. Ciudad muerta define en sus cuatrocientas cincuenta páginas el submundo criminal de New Jersey, con las idas y venidas de criminales de medio pelo, con su fiel descripción de las jerarquías, un seguimiento en paralelo de sus vidas, que no dejan de ser un reflejo oblicuo e incómodo de la competitividad del no tan lejano mundo empresarial de la superficie, no en vano underworld es otro nombre que suele recibir la Mafia. Los soldados son puestos a prueba para evaluar su fiabilidad y su capacidad de progresar en las organizaciones. Son una mano de obra fiel, sumisa, y, por tanto, sacrificable e intercambiable. 
Aquí tenemos, entre muchos otros personajes de todo pelaje, a Joe Zucco y Alexis Machine, que pugnan por su territorio con sus distintas actividades ilícitas y sus respectivos entramados para ocultar y blanquear los resultados, a Charley Flowers y Harry Strega, jóvenes que, con escasas alternativas (algunas procuradas por el manejo de las armas en Vietnam), ingresan en el mundo del crimen como perspectiva más clara de estabilidad económica. Golpes entre las bandas, trampas, ajustes de cuentas, cambios de bando, sombríos personajes dedicados a hacer desaparecer cuerpos, todo en los escenarios habituales – bares, callejones, negocios tapadera, prostíbulos – y con la constante presencia de diálogos de suma credibilidad, incluso en su denodada traducción y, por supuesto, la marca del género, violencia cruel y gratuita a espuertas en una novela cuyo disfrute ya es objetivo e incuestionable, pero que, atendiendo a su fecha de publicación, 1973, sólo puede calificarse de influyente y seminal.

jueves, 29 de agosto de 2024

Cătălin Partenie: La madriguera dorada

Idioma original: inglés

Título original: The Golden Burrow

Traducción: Laura Fernández

Año de publicación: 2020

Valoración: Recomendable


En diciembre de 1989, poco después de la caída del muro de Berlín, Nicolae Ceaușescu fue detenido tras una rocambolesca operación, juzgado a toda velocidad y ajusticiado. Considerado durante años un rebelde en el bloque soviético, su gobierno derivó hacia la megalomanía y el culto a la personalidad, elemento este último que, tengo que confesar, me resulta especialmente repugnante, mucho cuando es estimulado desde el círculo del poder, aún más cuando es asumido por la ciudadanía, o parte de ella.

En aquellos estertores del régimen, algunos jóvenes rumanos, como en cualquier parte del mundo, se ven atraídos por la música. No hay muchas opciones, la censura solo permite música no contaminada por las modas occidentales, y apenas puede oírse a unos pocos grupos locales considerados inofensivos, e intuyo que muy malos. Los chavales consiguen hacerse en el mercado negro con algunos discos europeos o norteamericanos y compran baterías o guitarras cutres con las que aprender a tocar o, a lo sumo, actuar en algún hotel para turistas gracias a algún cómplice discreto. Se diría que estos jóvenes se sitúan por completo al margen de la realidad política y social, se encierran en su burbuja, solo atentos a copiar riffs de Deep Purple o a improvisar compases con las baquetas. Juventud no comprometida, aislada en su madriguera dorada con sus sueños musicales y sus pequeñas aventuras sexuales, ajena a la escasez de alimentos y a los vientos de la Historia. 

Así se va construyendo el modesto y amable relato de Cătălin Partenie, una narración ligera y simpática que dibuja ese mundo juvenil apenas importunado por las patéticos remilgos del poder establecido, asumidos como obstáculos naturales a los que hay que plegarse, o saltarse cuando se pueda, como si se tratase de prohibiciones parentales.

Pero ese entorno gris y relativamente asfixiante va poco a poco permeando en la vida de los jóvenes, y la narración se va llenando de sombras. La gradación resulta casi imperceptible y es uno de los valores destacables del libro: el carácter castrante de ese régimen ensimismado cala en primer lugar en los chicos de más edad, que empiezan a tomar decisiones arriesgadas. La opción no es luchar, ni siquiera mostrar desacuerdo, sino huir buscando las fronteras más próximas donde las restricciones se supone que no existen. La idea es simplemente escapar a donde se pueda escuchar y tocar la música que gusta, tan sencillo como eso aunque detrás haya mucho más contenido de lo que ellos mismos creen.

En ese proceso, visto desde la óptica todavía ingenua de un adolescente, se van abriendo paso los acontecimientos históricos, y de esta forma el pequeño relato de los jóvenes idealistas centrados en la música se convierte en una crónica indirecta del momento. Con lo que parece un componente autobiográfico importante, el libro gana peso sin desprenderse de la subjetividad del narrador, lo que da lugar a un contrapunto muy bien equilibrado que podría ser lo que mejor define al texto. El joven cuenta siempre lo que siente y observa pero, aunque ni siquiera sea consciente de ello, su campo de visión es cada vez más amplio y lo que le importa poco a poco se traslada desde sí mismo y su entorno más inmediato a la realidad social del momento histórico. Un dibujo convincente de cómo inevitablemente la ingenuidad de lo sueños juveniles termina por verse sacudida por el paso del tiempo.


lunes, 26 de agosto de 2024

Lydia Davis: Ni puedo ni quiero

Idioma original: inglés
Título original: Can't and Won't: stories
Traducción: Inés Garland
Año de publicación: 2014
Valoración: recomendable

Abriré la sub-sección de prensa rosa de este blog aportando cierta información: Lydia Davis fue la primera esposa del fallecido Paul Auster, y madre del también fallecido hijo común, Daniel Auster. No sé si (como la médica) la profesión literaria es dada cierta tendencia a la endogamia. Sé que cierto comentario recibido por Twitter llegó a contraponer el talento de Davis frente al de Siri Hustvedt, en todo caso fue suficiente para generar cierta curiosidad que este Ni puedo ni quiero ha saciado solo parcialmente. Ya ha pasado una década y Davis no ha publicado nada más, de hecho podría considerársela una especialista en el género corto ya que solo ha publicado una novela y dos ensayos, y percibo cierta unanimidad en las alabanzas a su obra en este formato.

Ni puedo ni quiero es una colección que abarca una centena de piezas que no pueden ser más variadas. De hecho, aunque el libro está dividido en cuatro partes, yo distingo cuatro partes que la estructuran en otro plano. Por una parte, relatos cortos, casi siempre de una sola página, que la autora señala como sueños y que parecen corresponder realmente con esta descripción, tanto en su estilo, llano y descriptivo, como en su contenido, casi siempre rozando lo absurdo o surrealista, sin una estructura de trama definida más allá, quiero suponer, que la mera exposición de una situación que puede resultar esquemática y lógicamente incoherente. El segundo bloque (insisto, en una estructura diferente a la secuencia establecida por la autora) lo conforma una serie de relatos que se etiquetan como relatos de Flaubert y que nos situan en una Francia decimonónica, con carruajes y plazas con guillotina, relatos con personajes y situaciones recurrentes aunque, en una segunda lectura secuencial, no he podido descubrir una trama al margen. Un tercer bloque lo conformarían algunos relatos largos, los pocos que superan las cinco páginas, que me han resultado el grupo más irregular, confirmando cierta percepción de que la autora se maneja mejor en el resultado corto, por cuanto los más largos (en especial Las vacas) se me han atragantado, aunque me ha gustado mucho la tonalidad ligeramente agridulce y crepuscular de Carta a la fundación. La cuarta parte la podríamos definir como miscelánea y contiene desde puros juegos de palabras hasta curiosas relaciones que muestran a Lydia Davis como una interesante experimentadora verbal, quizás esa condición remporal de última obra pueda manifestar intención resuelta y desinhibida, pero me da que en ese grupo está la esencia de la escritora: en relatos que son apenas un par de frases hasta relaciones, de obituarios, de filias y fobias, incluyendo alguna curiosa carta.

Más allá del interés que pueda suscitar por otras obras de Davis (quizás las que forman parte de la fase intermedia de su carrera) quizás mi opinión sobre Ni puedo ni quiero sea ambivalente. Agradezco y recrimino a la vez que su dispersión la muestre más como un catálogo de habilidades que como una obra sólida.