Alto, con traje a medida, serio. Unos cincuenta largos y con pinta de ser uno de esos tipos expeditivos que saben lo que quieren y que lo consiguen con cuatro gritos a un subalterno. Se planta en medio de la librería y espera que alguien se dirija a él. Lo que hago.
- Buenos días - digo con mi mejor tono de librero congestionado por una mortal mezcla de resfriado y alergía.
- Buenos días - efectivamente, una voz grave acostumbrada a mandar y a que de ella dependan miles de destinos.
- ¿Le puedo ayudar? ¿Busca algo?
- Sí - contesta -. Estoy buscando el libro que ha escrito mi primo hermano.
Silencio.
Él cruza los brazos esperando que le acerque el libro de su primo hermano y yo me quedo esperando que me diga de quién se trata. Dos fuerzas titáticas enfrentadas en la librería. Y segundo de silencio que se alargan y amenazan con perpetuarse.
Mientras tanto en el universo, durante esos segundos de silencio, un imperio ha alcanzado su más alta cota de esplendor e inicia su inevitable decadencia, miles de seres acaban de nacer y algunos de morir, pasan coches por la carretera, un tipo parado en un semáforo consigue arrancarse uno de esos mocos duros que molestan, pero que se resisten a su destino de acabar pegados en la parte más ignota de la guantera, alguien ha acabado de escribir el libro que podría cambiarlo todo y lo guarda en un cajón, unos cuantos esfínteres dejan caer su carga, por todas partes personas, criaturas, seres, conos de energía, hormigas gigantes y seres indescriptibles en este idioma por falta de consonantes, se enamoran, piden créditos, abordan cargueros espaciales, entran en foros con seudónimo para spoilear las últimas novedades holográficas, un tipo que escribe un blog se levanta un momento para servirse otro café, a alguien le faltan cinco céntimos para llegar a pagarse un bollo con canela, se pone música, alguien canta, alguien canta mal, los zotrones consiguen los planes de la base secreta de los milentos e inician un contraataque que les llevará a la victoria y que conducirá a un sector de la galaxia al oscurantismo hasta que el elegido nazca, pero para eso sus padres todavía tienen que conocerse y al principio se odiarán a muerte, pero ya sabemos todos como acaban estas historias, se nace, crece, reproduce, fosilizita, explota, conduce y muere. Segundos que son vidas enteras en rincones inexplorados, que contienen todo lo mejor y lo peor que puede dar cualquier critatura viva. Segundos que se perderán, que cambian dimensiones, que resultan fundamentales para algunos universos y que son el momento de más tedio en algunos estudiantes.
Segundos fundamentales, que en una librería de Igualada dos personas que se veían por primera vez y que seguramente no volverían a encontrarse, los invirtieron en contemplarse en silencio. Uno esperando el libro de su primo hermano y el otro preguntándose quién coño es ese primo hermano.
Al final, el silencio se hace insoportable.
- ¿Y su primo hermano es...?
- ¡Pues Fulanito Menganito Chochopito! ¡El que ha publicado hace unas semanas un libro! Deberías saberlo. Es tu trabajo saber quién publica un libro y quién no.
Y quien es familia de quien, sí, tiene razón.
Le doy el libro, pregunta si hay algún descuento por ser familia directa del autor, lo paga enfurruñado (no, no hay descuento) y se va.