La primera película que fui a ver solo al cine fue Rocketeer, de Joe Johston (director de la imprescindible y tontísima Parque Jurásico III que tanto hizo para enseñarme a disfrutar de casi cualquier cosa que apareciera en una pantalla de cien).
Fui a verla por unas fotos en una revista de cine donde aparecía un tipo volando, un malvado con bigote fino y una preciosa morena en vestido ceñido. Recuerdo que me gustó mucho. Una película de aventuras como las que veía los sábados por la tarde con un villano que parecía sacado de una película de Errol Flynn y que había visto haciendo de James Bond, nazis malvados con malvados planes, acción sin sentido, explosiones, sano sentido del humor... Vamos, que fue una gran tarde. La vi un par de veces más cuando salió en vídeo y me aprendí el nombre de la chica, Jennifer Connelly a quien no volvía a perder de vista. Y pasado el tiempo, la olvidé.
¿Y por qué pienso ahora en ella? Bueno, viene al recuerdo porque estos días ando algo saturado de ficción y narrativa. Y cuando me pasa esto me dedico a leer tebeos para desentumecer la mente y darle aire fresco. Y entre los tebeos leídos, está el The Rocketeer de Dave Stevens. El volumen con las historias completas que tan bellamente ha editado Norma.
No voy a lanzarme a un análisis del cómic porque otros ya lo hacen mejor que yo, pero sí que voy a dejar claro lo mucho que he disfrutado con su lectura. Porque los años que han pasado desde mi primer contacto con el tipo del cohete-mochila me permiten disfrutar mucho más de la acción, la aventura, el homenaje a unos ideales años treinta, los seriales, las historias de corte pulp, la maravillosa imagienería de Betty Page, el sentido del humor y de uno de los dibujos más perfectos y hermosos que he visto en un cómic.
Y sin jugar al pastiche o a simple juego de referencias.
Una lectura excelente sobre todo por el placer que produce cada una de las viñetas y por las preciosas páginas de bocetos y portadas que lleva como extras y que me han servido para ir aprendido a cuadrar una página y componer una escena (eso luego me lo llevo a mi terreno y listos).
El verano del pequeño San John
Hace 5 días