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jueves, 25 de mayo de 2017

Oso vs. Tiburón, Chris Bachelder

Bienvenidos al espectáculo del siglo.


Me llegó esta novela a la librería y la devoré en un par de días. No he hablado antes de ella porque necesitaba digerirla. Desde ya, y junto con La casa de arenas movedizas, una de las novelas de este año.

Oso vs. Tiburón es una despiadada, brutal, durísima, muy divertida, y en ocasiones tierna y triste, sátira sobre una sociedad mediatizada hasta límites absurdos sobre un combate entre un oso y un tiburón (en condiciones ideales) que se celebrará en Las Vegas. Desde la experiencia directa de una familia (los Norman) que viaja al combate asistimos a un desfile de personajes, situaciones, narradores, voces, etc. que teje un retrato despiadado de una sociedad que vive por y para un combate que realmente creen imprescindible, una sociedad enferma de entretenimiento, de pasarlo bien, de disfrute para ocultar terribles vacíos e incógnitas.

El señor Norman vive un viaje inconcluso por su propia vagancia, de descubrimiento de ciertar verdades sobre el mismo, su familia y la sociedad. Ideas revolucionarias como apagar el televisor o amar libremente a un tiburón. La promesa eterna de una felicidad aun mayor en la siguiente área de servicio, el siguiente programa de entretenimiento, el siguiente combate. La señora Morgan mirando continuamente su teléfono para saber qué tiempo hace por el sitio por el que están pasando ya que el que dice la tele es más real que el que se ve a través de la ventana.

Una sátira que remite a David Foster Wallace (al que se cita tres veces), a Calvino, a DeLillo, a los clásicos ingleses del XVIII, a los recursos de la telecomedia como realidad alternativa y la omnipresencia de la televisión.

La novela es del año 2001 y resulta terriblemente actual y, en cierta forma, en esa sociedad consumista de diversión nos vamos convirtiendo. Imagino la novela escrita ahora con la presencia de las redes sociales. ¿Qué discusiones podrían tener los fanáticos del oso contra los fanáticos del tiburón por twitter? La eterna conectividad a un teléfono.

Es triste, eviscera una momento de la cultura americana (y casi por extensión del mundo occidental), deprimente, pero a la vez terriblemente divertida. Es una novela en la que te ríes. Mucho. Sobre todo en su primera parte y cuando entran en acción los medios. Quizá en alguna parte resulte algo obvia en su intento de dejar claro de qué va el mensaje, pero es algo que no molesta. Por lo menos a mí no. No es perfecta (y quizá por eso me gusta más), pero me resulta irresistible como lector. Frases cortas, rapidez de acción, concentración de la información lo que exige atención al lector. Una novela ideal para una relectura y para clubes de lectura donde se busquen novelas que polaricen entre amores y odios.

Automática sigue creando un catálogo muy interesante del que soy muy seguidor. Mucho y buenos títulos con alguno imprescindible y un puñado de obras maestras. ¿Cuáles? Para mí...



 Como lectores (y libreros) necesitamos este tipo de editoriales.

domingo, 21 de mayo de 2017

Qué leo, qué reseño. Resumen de cómo va el tema

Ha pasado algo más de una semana y faltan pocos días para acabar el tema y vamos con un pequeño resumen de cómo está el tema.

Ha sido divertido volver a hacerlo y verme atrapado en la maraña de lecturas que me pide la gente. Aunque la participación es baja que en la ediciones que montaba en el blog de juvenil, lo que es normal ya que este blog es bastante menos popular que aquél, el entusiasmo de los que han participado es contagioso. Para bien y para mal. Para buenas lecturas y para ensañarse con el caído.

Hay veintitantas propuestas.

De momento hay tres claras ganadoras.


Como podéis ver, van a hacer daño.
Mucho daño.
A alguien que es un sol y más bueno...
Que es padre de una niña preciosa de quince meses. ¡Cómo podéis hacerle esto a un padre!... ¿o es demasiado rastrero jugar esta baza?

 Pero no son definitivas.
Aun se puede evitar que lea ciertas cosas. Y estaría muy agradecido una conspiración para evitar que perdiera mi tiempo leyendo libros que ya sé que no me van a gustar. Pero a lo mejor te llevas una sorpresa, dice un optimista. No lo creo. Mi instinto cargado de prejuicios e ideas preconcebidas pocas veces me falla y, por otra parte, ¿habéis visto las portadas?

Todavía queda tiempo hasta el viernes para otras propuestas y votaciones que varíen ese ranking del infierno. Podéis dejar las propuestas y votos en esta entrada o en la anterior.

Sed buenos... y si es necesario recurrir al soborno, adelante, decidme vuestros precios.