Creo que en algún momento ya he comentado que esta serie me provocó uno de los mayores ataques de risa que he tenido. Ayer me vi un par de capítulos mientras A. hacía sus clases de dibujo y manualidades y, la verdad, es tan buena como la recordaba. Un humor grosero, violento, histérico, bruto, cronometrado, perfeccionista y con una precisión envidiable en el gag. Me gustan estas series de humor cafre y cabrón donde los protagonistas son seres odiosos y egoístas a los que no les importa nada lo que pueda provocar sus acciones. Es licito robar una pierna ortopédica para jugar a las carreras, aprovechar el viaje de novios de un amigo o si te rechaza una mujer tras otra, no es porque seas un grosero y un baboso, si no porque ellas son lesbianas. Mis desgracias son siempre culpa de los demás.
En su exageración, me parece una serie terriblemente realista. Las reacciones estúpidas y egoístas de los dos protagonistas y de la panda de desechos que los rodean me parece un retrato muy acertado de nuestra sociedad donde la culpa siempre es de los demás y nosotros no nos equivocamos. Lo podemos ver estos días en los casos de corrupción política y en nuestro día a día. Si un libro llega equivocado la culpa es del cliente que lo pidió mal y para él, es culpa mía porque no hice bien mi trabajo.
Y como esta serie, otras. Pienso en la excelente It's always sunny in Philadelphia (me niego ni siquiera a pensar en el título que le han puesto en España)
donde la descripción de lo que es un grupo de amigos es de precisión quirúrjica: un grupo de gente que se soporta porque comparte una igual visión egoísta y estúpida de la realidad. Ya sé que habitualmente el espectador quiere pensar que ellos y sus amigos están reflejados en las bienintencionadas historietas de Friends o New girl, gente simpática, sana y maja que se equivoca, pero reacciona y en el fondo, son buena gente. Creo que eso es lo que nos gustaría ser, pero que en verdad somos como ese quinteto que vive en Philadelphia encerrados en su pequeño mundo, pero creyendo que es amplio.
A veces, no mucho, me pregunto por qué me siento tan atraído por este tipo de humor y este tipo de personajes. Por qué prefiero la causticidad o el humor bronco y desagradable (ahora pienso en la fundamental The league of gentelment) a un humor más blanco (que también sé apreciar, claro). Pero lo que de verdad me hace reír es esto... Puros cabrones, puro egoísmo.