Un
año más se celebró el Hay Festival de Segovia. Contaré brevemente los actos a
los que acudí, por no faltar a mi cita, aunque debo reconocer que percibo
cierto desgaste. Creo que faltan propuestas nuevas, que algunos invitados ya
han repetido varias veces, tal vez demasiadas, y que falta más presencia de
escritores internacionales. La oficina de entradas del Festival ha sido
trasladado a un edificio próximo a la iglesia de San Martín. La mayor parte de
los actos siguen ubicándose en la IE University, campus de Santa Cruz La Real,
por lo que la dispersión es mayor y a veces llegar de un acto a otro a tiempo
resulta complicado. También se echa en falta un papel más relevante de las
librerías de la ciudad. Recuerdo que un año hubo una pequeña Feria del Libro
montada en la plaza Mayor, ¿por qué desapareció esta interesante iniciativa?
Llegué
a la charla de Ana Gavín con el escritor Antonio Muñoz Molina. El autor habló
de las ciudades en las que ha residido y del modo en que percibimos esos
lugares. Uno debe entrenarse cuando visita una ciudad y aprender a observarla,
a fijarse en lo que la define. Dijo que iba a instalarse con su mujer en
Lisboa, que era una ciudad que todavía conservaba su esencia y que respetaba la
historia de sus rincones, de sus comercios. En Madrid ha habido un afán por
modernizarlo todo, por transformar la ciudad con urgencia. También habló de sus
inicios como escritor, de su primer viaje a Madrid siendo un muchacho y lo que
le costó adaptarse.
Uno
de los actos que más esperaba era la charla de Jeanette Winterson. pensé que
iba a ser una conversación con Peter Florence sobre sus influencias literarias,
pero la escritora se plantó en medio del escenario, sola, de pie, y pronunció
un discurso de cuarenta y cinco minutos sobre Shakespeare, sobre "Cuento
de invierno" y su nueva versión en los escenarios, sobre el amor, sobre su
juventud, sobre la época que vivió en un coche. Sin guión, sin ningún apoyo, como
si lo llevara aprendido de memoria. Me pareció fascinante.
En
el Palacio Quintanar se celebrara una charla con los escritores Juana Adcock y
Manuel Astur, ambos elegidos como dos de las "Diez Nuevas Voces de
Europa" por Literature Across Frontiers. La charla la moderaba la
escritora Marifé Santiago y se centró en la obra de los dos autores,
principalmente en su poesía. Hubo también lectura de algunos de sus textos. Me
hubiera gustado que comentaran cómo estaban viviendo la experiencia de formar
parte de esas Nuevas Voces, pero no entraron en esa cuestión. Tuve que irme un
poco antes de que finalizara para poder llegar al acto siguiente.
La
charla de Javier Marías estaba llena, no cabe duda de que es un autor que
interesa a la gente. Su discurso es ameno y se centró en su último libro,
"Berta Isla". Se podría decir que fue una presentación de libro en
formato gigante. Habló también de su método de trabajo, de su manía por seguir
escribiendo a máquina, de los borradores de sus novelas…
Uno
de los puntos fuertes del festival este año era la presencia de Richard Ford.
Creo que había levantado gran expectación, pero el acto se suspendió cuando el
autor norteamericano decidió no viajar a España después de los atentados de
este verano en Las Ramblas de Barcelona. Así que, en su lugar, fui a ver la
charla con Fernando Aramburu y es posible que saliera ganando porque fue
realmente interesante. Aramburu se mostró cercano, sencillo y contó con
sinceridad todo lo que le estaba suponiendo el éxito de su novela
"Patria", de la que desveló algunas claves.
Por
último pude ver al fin el interesante documental "Vida y ficción",
realizado por José Ovejero y Edurne Portela, en el que varios autores hablan de
cómo entienden la escritura, entre otros Marta Sanz, Hipólito G. Navarro,
Antonio Orejudo, Sara Mesa, Luisge Martín, etc.
En fin, el año que viene más. O no.