Último acto al que asisto en el Hay Festival de Segovia. Una figura mítica de las letras. Muy cerca de mí se encuentran sentados Laura Restrepo y Vikram Seth. El lleno es absoluto. La expectación, total. El salón de San Juan de los Caballeros está abarrotado. Siento un hormigueo de excitación en el estómago.
Por fin aparece Doris Lessing acompañada por Marianne Ponsford, que es la directora de la revista cultural "Arcadia". Lleva el pelo recogido, blanco, y viste un traje azul de una sola pieza, sencillo. Lleva una bufanda colgando del cuello.
Marianne Ponsford nos dice que la escritora no quiere que la presenten. No quiere elogios.
La charla no tiene desperdicio. Doris Lessing va desgranando su pensamiento, sus ideas.
Hizo una defensa de África. Habló del comunismo y de la desilusión que produjo. Ahora, lo políticamente correcto ha sido superado por la histeria políticamente correcta. Tenemos un nuevo enemigo: el Islam. Y todo le recuerda a lo que ocurrió cuando la guerra fría. Se puede ver la misma histeria que rodeó entonces al comunismo. Dice que a la gente le gusta tener enemigos, pero hemos de esforzarnos en no verlos como enemigos.
Dijo que no creía que el Holocausto hubiera sido lo más grave que ocurrió en la II Guerra Mundial. Stalin mató a más personas que Hitler. Ya nada nos parece una barbaridad. Estamos insensibilizados.
No somos libres, nos conformamos de aspectos que nos han impuesto la sociedad, la familia, los otros...
Marianne Ponsford preguntó si la tragedia tenía más valor literario que la felicidad. "La felicidad es cursi", dijo Lessing.
La entrevista parece difícil. La escritora se muestra rebelde y poco condescendiente. Cada vez que le preguntan algo del tipo "usted ha dicho que..." ella responde "yo no recuerdo haber dicho eso". Esto se produjo varias veces. Ponsford sólo tenía, a mi juicio, que haber cambiado las preguntas. En vez de "usted ha dicho que..." debía haber dicho "¿cree usted que...?", y asunto arreglado. Pero no ocurre esto. A veces Marianne Ponsford replica: "lo ha dicho usted en una entrevista" o "figura en uno de sus libros". Pero Doris Lessing se mantiene en su postura de no creer que aquello hubiera sido dicho por ella o, en algún caso, admitir que en una entrevista a veces se dicen cosas que no se han meditado lo suficiente.
Doris Lessing dijo que ahora que está escribiendo su autobiografía comprueba que algunas de sus escenas de ficción tienen más fuerza que otras escenas basadas en acontecimientos que realmente ocurrieron.
Dijo que muchos de sus amigos ya no están y que vive rodeada de fantasmas.
Contó el episodio en que intentó experimentar con la locura, sin dormir ni comer durante tres días. Se volvió loca. Se dio cuenta que muchas cosas que había leído sobre la locura eran ciertas. Le vino a la mente una especie de criatura terrorífica que la odiaba. Tardó seis semanas en deshacerse de esa criatura. Aconsejó al público presente que nunca intentase algo así. "Yo lo hice aposta. He conocido a gente que se ha vuelto loca. Los estrechos de mente se vuelven locos muy fácilmente, sólo hay que mirar a nuestro alrededor, aunque es cierto que cuando un estrecho de mente se desmorona y luego consigue curarse, mejora mucho".
Dijo que cuando uno envejece puede verse con cierto distanciamiento. No hay por qué estar sumergido en las emociones. Admitió que se casó demasiado pronto y que no se tenía que haber casado. Abandonó a su marido y a sus hijos y se marchó de Rodesia a Inglaterra, donde contrajo matrimonio con otro hombre. Fue siempre una mujer rebelde e independiente. "Corríamos en cosas que ya hemos visto que son estúpidas: el comunismo, el fin del racismo... ésas cosas", comentó con ironía.
Ahora está estudiando el sofismo, pero no quiere hablar de ello. Dice que si se leyeran todos los libros sagrados, la Torá, el Antiguo Testamento, el Corán... todos, uno detrás de otro, como dijo haber hecho ella, nos daríamos cuenta de que todo hace referencia a una misma religión. Son los mismos personajes, las mismas historias.
"No se asusten de lo que ven a su alrededor. No va a durar. Vivimos una época de cambios muy rápidos".
14 comentarios:
El experimento con la locura me pone los pelos de punta, de verdad. Esta es una grandísima escritora, ojalá la leyeran muchos más.
"Los estrechos de mente se vuelven locos muy fácilmente."
Nunca se me había ocurrido. Tan sencillo, pero al mismo tiempo tan cierto... ¡Qué gran verdad!
Compré hace tiempo "The golden notebook" y todavía lo tengo pendiente. Algún día...
El Hay Festival debería ser eterno, para poder seguir disfrutando de estas crónicas...
Miguel, esta es mi favorita de todas tus crónicas.
Doris Lessing es grande. Qué privilegio que pudiste estar ahí y escucharla.
Coincido con eso de que a la gente le gusta tener enemigos y de que estamos insensibilizados.
Excelente.
Me llegó esta mujer, fue el climax de tus crónicas.
Debo leerla.
Abrazos...
Uff...desde luego ha sido una sinópsis impactante y lo has transmitido a la perfección Miguel,te felicito por ello.De las varias e interesantes reflexiones de Doris Lessing,ratifico su opinión al afirmar que vivimos una libertad muy limitada a determinados aspectos,entendiendo que se refiere a las llamadas sociedades modernas.
Francisco, yo no conocía esta anécdota y también me dejó helado.
Sfer, llevo varios días rebuscando entre mis libros. Yo creía que tenía "El cuaderno dorado" pero no lo encuentro, y es muy difícil conseguirlo. Quizá en la biblioteca ¿no?
Conde-Duque, gracias por tu amabilidad.
Rosa, te puedo decir que soy consciente de que estuve ante una mujer excepcional. Me alegra que te haya gustado el texto.
Clarice, gracias.
Mart, sus opiniones no tienen desperdicio. Su mente funcionaba con plena lucidez.
Un saludo a todos.
Me recordó cuando en el 2003 fui a visitar a Sábato en su casa... estos viejos todavía tienen mucho por decirnos.
K, ¿visitaste a Sábato? Podias contarnos esa experiencia.
Un saludo.
Cuando vivía en Londres, Doris Lessing y yo éramos vecinos. En una esquina de Mill Lane había una "charity", una de esas organizaciones de ayuda social a la que los residentes de la zona donaban sus pertenencias que ya no encontraban de utilidad. Una mañana, encontré a Mrs. Lessing dejando allí un enorme montón de libros. Por supuesto, me hice con muchos de ellos. El simple hecho de ser "los libros que Doris Lessing ha desechado" ya los dotaba de valor. Increíblemente, algunos de ellos estaban dedicados. Se me viene a la cabeza uno al estilo de "la teoría de las supercuerdas al alcance de todos", cuyo ilusionado autor espero que no lea español, y no termine por conocer la historia de dónde acabó su ejemplar dedicado.
Lo cierto es que un escritor nunca abandona sus libros, de no tener una razón inexcusable. Imagino a Doris Lessing -como le ocurrió con sus cuarenta gatos en Persia, o con la terrible criatura de su locura inducida en la historia que nos refiere Miguel Sanfeliu- expulsada de su propia casa por una casi infinita legión de volúmenes duplicando las paredes, diezmando los metros útiles y venciendo los suelos del piso.
Doris Lessing tan lúcida como siempre!!!
Juan Jacinto, me parece muy curioso lo que has contado. Qué suerte encontrarte con esos libros.
Es cierto que los libros nos pueden ir comiendo el espacio de un modo implacable. Un saludo y gracias por tus palabras.
Alvy, desde luego que es una mujer a la que vale la pena escuchar. Te mando un saludo.
Hola. Estoy leyendo a Doris L y creo que esta frase condensa a su libro "Ben en el mundo": "No se asusten de lo que ven a su alrededor. No va a durar. Vivimos una época de cambios muy rápidos"... Después te diré algunos toques del artículo sobre ella.
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