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6.12.12

Conversación con León Ferrari


(María Laura Blanca y Jorge Quiroga)
Diciembre, 2000


JQ: ¿Cómo te iniciaste en el arte?

LF: Mi padre era artista. Era arquitecto y estudió arquitectura porque el padre lo obligó, pero cuando terminó se puso a estudiar pintura. Después me pasó lo mismo a mí. A pesar que él decía de que a causa de los gastos de mantener a la familia había tenido que dejar la pintura y volver a la arquitectura inicial. Entonces, nos decía que no convenía hacer arte por el problema de orden económico, la vida que lleva el artista, y es difícil mantenerse con el arte y mantener una familia. Entonces yo estudié ingeniería. Trabajé como ingeniero durante treinta o cuarenta años, pero en determinado momento, cuando tenía treinta y cinco años empecé a hacer alguna cosa de arte con cerámica. Empecé a tomar lecciones de cerámica y me gustó tanto ese asunto de la arcilla que hice todo lo posible para abandonar la ingeniería y hacer arte nada más. Pero no pude, seguí trabajando como ingeniero y eso me vino bien porque creo que es una alternativa. Si uno trabaja en algo y se gana la vida, tiene absoluta libertad para hacer lo que quiera en arte. Si no estás dependiendo, cosa que a mí me parece razonable, que si pretendés vivir del arte y vender tus cuadros, no pretendo hacer una crítica, pero me parece que si tenés otros ingresos te liberás de este asunto de hacer tus cosas, venderlas y en cierto modo, sujetarte a la venta. Aunque no te des cuenta, es muy humano, si tenés que pagar el alquiler a fin de mes que trates de vender tus dibujos. Bueno, así empecé.

JQ: ¿Cuál es la relación entre el arte y la política en la Argentina?

LF: Yo creo que el arte es una cosa muy amplia y difícil de definir. Es muy difícil bajar reglamentos. Es decir, no estoy de acuerdo con, por ejemplo con mucha gente que dice hoy que cualquier preocupación social que el artista ponga en su obra perturba, contamina la obra. Eso salió publicado, y hace poco otro amigo mío también habló contra el arte de las ideas. Las ideas en el arte, en una especie de combate contra el conceptualismo, que puede no ser político y contra el arte político. A mí me parece que esa posición la podríamos llamar de arte restringido. Restringen el arte a un corralito donde están sus ideas y lo que está afuera no. Mi idea es completamente distinta. Yo creo que no se puede juzgar el arte antes de ver el cuadro. Vos no podés decir “no podés pintar de colorado, no podés meter el comunismo, no podés meter la religión”, no. Vos cuando ves el cuadro, colorado, religioso, o anti religioso, lo que fuera, entonces lo podés juzgar, pero a priori no podés determinar cuáles son las materias primas. Las materias primas para el arte son todas, absolutamente todo lo que rodea, lo que tenés en la cabeza, las luces, la caca. Yo trabajo mucho con caca de paloma. De modo que no podés decir “no, colorado no”. Esa era una idea de Romero Brest. Hace treinta o cuarenta años. Ahora lo repiten y lo repien: arte por el arte. En fin, yo creo que lo que ellos hacen puede ser, hay algunas cosas lindas, pero lo que está mal es encerrarte en un corralito.

MLB: Estamos en un momento en donde las luchas de resistencia avanzan. ¿Tiene impacto eso en el arte?

LF: ¿La lucha popular hoy?

MLB: El avance de las luchas, cuando las luchas avanzan. Si eso se refleja en el arte hoy, ¿cómo se da?

LF: Yo creo que por lo menos en alguna parte, ¿no? Lo que se ve ahora en el campo cultural es que hay una actividad muy fuerte. Es decir, mientras la actividad económica se va a la mierda, la actividad cultural es fuertísima: teatro, cine, festivales, exposiciones. Está más ajustada en presupuesto pero la gente sigue trabajando.
Una parte de esa gente refleja lo que está pasando en el país y lo que está pasando afuera que es gravísimo, lo que pasa con Bush, que está ahí de gran jefe de la mafia internacional. Y hay gente, yo no estoy yendo ahora pero fui al principio, que está yendo a algunas manifestaciones frente a Tribunales. Conozco gente que en San Telmo, Magdalena Jitrik por ejemplo, la hija de Noé,  que participó de en eso. Hicieron una suerte de monumento ahí en el Atlético, en el chupadero. El Atlético que están excavando, ahí en Paseo Colón y la autopista. Voltearon en el chupadero, la casa, e hicieron una osa pero dejaron el sótano. Entonces ahora está sacando, es impresionante de ver, son cuatro o cinco pisos ahí abajo. Es impresionante el recuerdo.

JQ: ¿El arte anticipa las luchas o va junto a ellas?

LF: Yo creo que las puede anticipar, pueden andar juntas y pueden andar en contra. Es decir, una buena parte del arte occidental está en contra de las luchas populares. El arte occidental más admirado, que es todo el arte religioso, Miguel Ángel, el Renacimiento, estaba en contra, a mi criterio, de la lucha popular, desde el momento que ellos están publicitando o apoyando una religión del castigo, de la crueldad, del infierno, de la tortura, y eso es en contra.
Es decir, a veces se dice que el arte combate el poder. No es cierto. A veces lo combate pero la mayor parte del arte occidental lo apoya.

MLB: La ruptura estética, ¿hace avanzar al arte?

LF: Explicame qué significa esto de ruptura estética. Si por ruptura estética entendés que se rompe con cierta forma de hacer arte. Por ejemplo, la figuración y después viene la abstracción que rompe. Yo creo que sí, cualquier renovación en el arte se puede decir que hace avanzar, por lo menos lo hace más amplio, le da otro territorio. Avanza sobre nuevas formas de expresar. El arte es una forma de expresar lo que estás contando en la obra o es una forma de comunicación. Y bueno, estas distintas escuelas que van naciendo son nuevas formas de comunicar y es interesante porque cuando uno dice una cosa en forma tradicional, por ejemplo: la gente tiene hambre. Vos decís “la gente tiene hambre” y nadie te da bola, ya es algo común aunque sea terrible. Ahora, si vos encontrás la forma en un cuadro, una escultura, en una música, de hacerle entender a la gente lo que significa tener hambre, bueno, eso puede ser una nueva forma de arte. Una nueva forma de expresión.

JQ: ¿Vos trabajaste mucho con materiales no convencionales, no?

LF: Es lo que te decía, pienso que los materiales para el arte son todos. Que con todo podés hacer arte. A veces te sale, a veces no. No sólo yo, actualmente hay mucha gente que no es nueva que usa otras cosas: las luces, el movimiento. Además tenés el entrecruzamiento entre las distintas formas de arte, como el teatro, la música, y ya no se sabe, y no hay por qué saberlo, dónde están los límites. Yo trabajé con algunas cosas no convencionales, por ejemplo la caca de pájaro, como te decía. A mí me impresiona mucho que esta cultura nuestra, occidental, que se cree el máximo, marche de una cosa. La cultura occidental se apoya en la amenaza de los que no comparten sus ideas, el cristianismo, ¿no? El cristianismo tiene por una parte algunos versículos de ideas comunistas, comunitarias o como quieras llamarlas. Y al mismo tiempo tiene ideas estanilistas. Es decir, cuando Jesús dice: “Bueno, repartamos entre todos los pobres”, pero después dice: “El que no está conmigo se va al infierno”, eso es estalinismo. Lo mismo que dice San Pablo. San Pablo hizo una suerte de comunidad. La gente vendió sus propiedades y las ponía en la comunidad. Me parece positivo. Ahora, hubo una pareja que se llamaban Heremías y Sátira, que vendieron su propiedad pero en vez de decir: “saquemos cien”, dijeron: “saquemos ochenta”.  Entonces fueron y le dieron ochenta, ahí nomás cayeron muertos, los mató, che. Eso cuenta la Biblia. Alguien me preguntó: Pero ¿quién los mató? No sé, pero fue cuando le dijeron eso a San Pablo.
Me parece que cuando se dice esto del cristianismo, a mí me parece bien que los curas del tercer mundo usen la religión para hacer política, y que además tomen sólo un pedacito y se olviden de lo demás. Se olvidan de que gran parte de la humanidad ellos creen que merece ser torturada. Eso es la religión católica. Algunos dicen: “Bueno, León, este es el evangelio”. Ahora si querés cambiar el evangelio cambiale el nombre, sacalo.

JQ: ¿Vos estás siempre con esa historia?

LF: Esa historia, no es que yo sea un antirreligión. Yo estoy en contra de la tortura, es sencillo, como lo estamos todos, ¿no? La única diferencia es que a mí me preocupa que gran parte de la humanidad piense que la tortura, en la tierra no pero…
Yo tengo una carta que le hicimos al Papa. Porque hicimos un club. El club se llamaba Club de herejes, infieles, ateos, agnósticos, blasfemos. Firmaron muchos, todos los amigos. Hicimos dos, la primera fue para que se suspendiera el Juicio Final. Nosotros le decíamos que no era justo que después de haber sufrido toda la vida los castigos del padre, porque el padre castiga en vida, ¿no? Dios padre te castiga en vida, te morís y la muerte es parte del castigo. Después viene el hijo y te resucita, y te vuelve a juzgar. Entonces le pedimos que anule el juicio final, porque es inconstitucional. Se la mandamos pero no le contestó.

JQ: ¿Le habrá llegado?

LF: La anuló. Después, le mandamos otra del infierno.

MLB: ¿Lo que hiciste fue reproducir cuadros del Medioevo?

LF: No, después le agregaba algunas cosas.

JQ: Empezaste con cerámica a trabajar. ¿Y después cómo seguiste?

LF: Entonces después hice escultura en cerámica, algunas formas. Tenía la necesidad de ir cambiando, entonces hice cosas en cemento, en madera, y después empecé a hacer cosas con alambre. Este fue el 55 y la primera muestra la hice en el 60.

MLB: ¿Cómo se te ocurrió lo del Cristo?

LF: Yo estaba haciendo cosas en alambre y de repente aparecieron las cosas en los diarios sobre la guerra de Vietnam. [Abre la computadora] Estas son las cerámicas, este es el taller que yo tenía en Roma en un viaje que hice por Italia. Estas son las cosas de cemento, de madera.

JQ: Fuiste probando materiales.

LF: Claro, digamos, desde el 59. Después, los alambres. Éste [señala la pantalla] lo tenía Peralta, ¿lo conocías?

JQ: Es un humorista, ¿no?

LF: Sí, acá están los alambres.

JQ: Con Peralta, ¿qué hacías?

LF: Nada. Se los regalé. Éste [señala la pantalla] está en el Museo de Arte Moderno. Después, hice estas botellas en el 64.

JQ: ¿Las rellenaste?

LF: Estaban llenas de cosas. Pero eran cosas sin ninguna intención. En cambio, cuando empezó la guerra, cuando estaban peleando, la hija de Johnson, que era el presidente que estaba haciendo invasión, primero fue Kennedy. La hija de Johnson, que era protestante, se convirtió al catolicismo. Entonces la bautizaron y yo hice esto que era el regalo para Lucy Johnson. Pero no se lo mandé.
Bueno, después hice estos manuscritos.

JQ: ¿Cuándo los empezaste a hacer?

LF: En el sesenta y cuatro.

JQ: Todavía estaba el Di Tella.

LF: Con palabras. Escribía con palabras que sacaba del diccionario, un vocabulario del diccionario. Con palabras que no entendía, después las usaba de acuerdo al sonido. Así que hay una cantidad de cosas escritas que no sé qué significan, pero están todas bien claritas. Al contrario de otras cosas que hacía.

MLB: ¿Las escribías en tinta china?

LF: Sí, estaba escrito con pluma y tinta.
Después hice estos dibujos que no tenían nada. Eran nada más que dibujitos. Después entonces hicimos el bombardeo, se llamaba “La civilización occidental y cristiana bombardea las escuelas de…” y había como cinco o seis nombres de pueblos.
Bueno, después hice el avión, ¿no? Entonces dejé de hacer todo lo otro.

MLB: El avión de atrás es de plástico, ¿no?

LF: Lo hice con un carpintero amigo. En realidad lo hicimos en el taller de él.

MLB: ¿El Cristo es de yeso?

LF: Es parte cartón. Las alas son de cartón grueso, esto es parte poliéster, en fin, tiene de todo un poco. Y el Cristo lo compré en una santería. Ojos de vidrio me dijeron que tiene.
Bueno, después de eso, entonces, yo dejé de hacer todo lo que fuera arte así. Hicimos la muestra de Vietnam en el sesenta y seis, participaron como más de doscientos cincuenta artistas. Después hicimos la muestra de Rokefeller en el sesenta y nueve. En el sesenta y ocho “Tucumán arde”. Después publiqué un libro, Palabras ajenas, que es un collage literario, era un paralelo entre Dios, Johnson y Hitler. Porque estaba Johnson invadiendo Vietnam, Hitler invadía Europa y la Unión Soviética y Dios invadiendo Palestina. Lo que cuenta el Antiguo Testamento de la invasión a Palestina es horrible. Entonces, hablan entre ellos, noticias de los diarios y recortes de la Biblia, tiene como ochenta páginas. Me hizo unas líneas muy lindas Juan Gelman.
Bueno, hice la presentación del libro y esa obra la puso Aschini en el teatro. Entonces leían, la obra tiene una cantidad de personajes.

JQ: ¿Vos transcribías y modificabas?

LF: No, yo no escribía nada. Lo único que hacía era pegar los recortes. Bueno y después resulta que pasó todo lo que pasó y en el setenta y seis me tuve que ir a Brasil. Nos fuimos con la familia, sin ninguna posibilidad de trabajar, entonces me puse a hacer el mismo arte que hacía antes, es decir, las cosas de alambre. Me puse a hacer cosas de alambre y trabajaba mucho, tenía un lindo taller.
Después retomé el asunto de la Iglesia, entonces empecé a hacer collages y cosas sobre la religión.

MLB: Estaba mirando recién la figura que tenés allá arriba con estampitas.

LF: Se llama “Devoción”.

MLB: Las palomitas también son de I.C.C.

LF: Algunas, esas no. Eran como si cagaran arriba de imágenes religiosas. En vez de hacer la paloma viva que tenía que darle de comer, dije, vamos a hacer una cosa menos trabajosa. Imaginate tener todas esas palomas ahí.

JQ: En Brasil, ¿te las rebuscaste con las esculturas?

LF: Sí, bueno, vendí una casa que me había dejado mi viejo y bastante bien. Les fue muy bien a mis hijos, los dos que fueron conmigo. Ellos ya se habían recibido acá, una era Licenciada en Psicología. Y en Brasil nos trataron muy bien, les dieron becas a los chicos, los dos se doctoraron. El chico se quedó allá, es profesor en la Facultad y le va muy bien.

MLB: ¿No volviste a trabajar más como ingeniero?

LF: No, me olvidé completamente, no me acuerdo de nada. (Risas.)
Los alambrecitos eran buenos porque eran una especie de terapia. Tenés que estar soldando con el soplete, alambrecito y soldadura. Después dejé de hacerlo, prefiero hacer otras cosas. Después hice unas cosas para una muestra lúdica. Era una cosa de madera fuerte abajo y unos fierros que se movían. Entonces después hice una música con estas cosas porque hacen un ruido de puta madre. Y ves los chicos cómo juegan, es muy divertido.

MLB: Pasaste por todos los materiales.

LF: Sí, me gusta experimentar. Buenos, son cosas sobre la religión. Este es un collage grande que hice, es un collage con Miguel Angel y Durero. Tiene como tres metros. Acá lo puse en la imprenta de Andrada.

MLB: Pero eso lo mandaste a hacer.

LF: Claro, yo hice el collage chiquito y después lo ampliaron.
Éste es Cristo predicando desde la muerte. [señala la pantalla] Es un Cristo del 1100, del Museo de Arte de Cataluña.
Esta es la Atómica [señala la pantalla]. Porque las amenazas apocalípticas de Jesús se parecen a la Atómica, ¿no?, que yo creo que en cualquier momento cae.

JQ: ¿Eso es un collage?

LF: Collage.

JQ: ¿El tema de Cristo y la Iglesia desde siempre te interesó?

LF: Yo fui a una escuela religiosa, gracias a Dios, porque por eso sé lo que es. Mirá qué material atractivo es la religión, si no la conocés no te das cuenta, es casi mejor que la caca de paloma.
Bueno, acá está el asunto de la caca de paloma que hice en el Museo de Arte Moderno de San Pablo. Se llamaba “Jucio Final”. Está el “Juicio Final” de Miguel Angel y la chapa tiene calada una cruz. Después hice otras, varias.
Ahí están los canarios y acá a medida que los canarios cagaban el “Juicio Final” yo los ponía en la pared. Era una colección maravillosa, la caca te da unas formas abstractas.
Después lo hice con la gallina, se llamaba “La Justicia”. Después, como me putearon mucho los ecologistas, que me decían que cómo tenía una gallina encerrada, entonces al año siguiente la hice embalsamar a la pobre gallina. Entonces expuse la gallina embalsamada con todas las puteadas que me habían dejado y además una carta de la Sociedad Protectora de Animales. Una carta donde pedían al Museo que sacara la gallina. Yo me preguntaba si estaba prohibido tener gallinas en los museos.

JQ: ¿Qué museo era?

LF: El Sívori de Recoleta. Y entonces la llemé para que no se enojaran los ecologistas “Autocensura”. La misma obra pero con la gallina embalsamada, si no se embalsama se la comen, ¿no?

MLB: ¿Eso es una planta de una iglesia?

LF: Es San Pedro. Esta es una propuesta también contra el Infierno. Una propuesta de hacer una especia de recinto, una torre muy alta con la forma de San Pedro y que fuera como un recinto blindado contra el tiempo y el Juicio Final. Lo hice en Brasil. Después hice estos Cristos que se llamaban “Mímesis”.

MLB: ¿Cómo los hiciste?

LF: Tiene un fondo de flores, una tela que compré. Después, una amiga pintó las florcitas en el Cristo. Le puse el Cristo encima.

MLB: Continuaste el dibujo.

LF: Este está revestido con cosas. [señala la pantalla] Porque yo creo que el antisemitismo es originado en el Evangelio. El odio de Jesús por los judíos que no creían en él. Toda la sangre derramada en la tierra caería sobre la cabeza de los judíos. Entonces está todo forrado con fotos de los campos de concentración. Tendría que haberlo hecho en el fondo también, pero no lo hice.
Este es de una campaña contra Cuarrachino. Este es el mal en un preservativo. Acá son todos preservativos.

JQ: Esta estética, ¿de dónde proviene?

LF: Son posturas que se fueron acumulando con los años.

JQ: Pero, ¿no podés contar su procedencia?

LF: Claro, esto viene de las erxperiencia del movimiento surrealista.

JQ: ¿Vos te planteás una cosa ética?

LF: Sí, yo lo que te digo es que no es necesario, no condiciona. No es una condición necesaria. Unos están en contra del poder y otros están a favor. Claro, el arte puede ser maravilloso aún siendo… Por ejemplo: el uso de la crueldad. Picasso usa la crueldad, pero la condena. En Guernica la condena. Miguel Angel usa la crueldad pero la apoya y la aplaude. Giotto, Bosco, que te muestran esas cosas terribles de gente torturada, pero ellos qué. Y Dante Alighieri, ¿no? Dante escribió esa cosa que dicen que es la maravilla de la poesía occidental, como arma evangelizadora. Y bueno, puede ser tan buena una cosa como la otra, o no, no tiene que ver. La gente piensa que porque es un buen cuadro es un buen tipo. No tiene nada que ver.



Publicado inicialmente en la revista LA BICICLETA, diciembre del 2000.