martes, 2 de diciembre de 2014

Lo que les pasa a los niños malos (II)

Lo prometido es deuda.
En mi anterior entrada, ya intuía que de aquella macabra lección del viejo Hitchcock podía nacer un poema. Pero no podía ser un poema cualquiera. Tenía que ser un poema que no encontrase explicación para las paradojas de un mundo con escaparates y trastiendas, el mundo en el que las lágrimas continúan adueñándose de la lluvia.
Pie de foto: Colombia, in the eternity of sorrow”. Álvaro Ybarra Zavala. Getty Images.

Álvaro Ybarra Zavala

6 comentarios:

  1. Hitchcock y Peppa Pig tenían que encontrarse de una vez y para siempre. Gran reflexión.

    Un saludo, José Luis.

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  2. Qué sería del mundo sin poesía y sin poetas...

    Besos desde el aire

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