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viernes, 26 de mayo de 2017

XXIII Velorio Poético de Almería


Organizado por el colectivo Poetas del Sur, se celebró la noche del pasado miércoles el XXIII Velorio Poético de Almería. El acto, que estrenaba nuevo emplazamiento -el restaurante Dos Culturas- fue presentado por María Ángeles Lonardi, Diego Alonso Cánovas, Alonso de Molina, Rocío Andrés Granados y Perfecto Herrera Ramos, y, durante el mismo, se homenajeó a Juan Ramón Jiménez a través de la voz de la actriz Gloria Blanco. Después, fuimos leyendo nuestros poemas Alfonso Berlanga Reyes, Javier Anisa Prior, Pepe Jesús Sánchez Marín, Gloria Langle Molina, Rocío Andrés Granados, Berta Maldonado y yo mismo. La velada estuvo amenizada por la música de Sensi Falán -siempre sublime- y hubo -cómo no- varios reporteros gráficos a los que agradecerles su presencia y su trabajo desinteresado: Antonio Almécija, Pepe Criado y Alberto Herrera. Agradezco a Poetas del Sur su invitación y el trato recibido. Fue, sin duda, una noche para el recuerdo. Para mi recuerdo.

viernes, 5 de mayo de 2017

El instante de dilapidar un sentimiento

Feria del libro de Almería: homenaje a la obra de  Pilar Quirosa Cheyrouze.


Buenas noches. Es un placer estar aquí, con todos vosotros, en este acto de la Feria del libro de Almería. Un placer que le debo a una nueva llamada de Pilar, una más de las innumerables muestras de confianza y afecto que siempre he recibido de ella, de esta poeta almeriense que todavía se pregunta en su último libro, Memorial shadow, cuánto queda de aquella niña que se asustaba de las monjas en un colegio de Tetuán. Desde allí, desde ese lejano continente que tenemos a la vuelta de la esquina, llegó a esta tierra de luz meticulosa, y es aquí donde Pilar se estableció para desarrollar la mayor parte de su trayectoria poética.


No es un capricho de este poeta caprichoso el situar a Pilar, en primer lugar, en un espacio geográfico concreto, porque me atrevo a afirmar que la obra de Pilar Quirosa Cheyrouze sería completamente diferente si el destino no le hubiese reservado un encuentro con Almería. El contexto determina la obra de cualquier creador y esta tierra se ha convertido en un escenario natural sin el que no se entenderían el lirismo, la cadencia y el aroma de los versos de Pilar. A nuestra poeta, por esta confluencia irrenunciable de espacio vital y espacio poético, se le acumulan versos de esta calaña:

Y, sin descanso, costea mi frente el mar.

Ese Mediterráneo antiguo, con su rito incansable del agua, que empapa nuestros mejores recuerdos, que fluye en la intensidad de los días azules, llegando a nosotros a través del oleaje de la memoria. Un mar que refresca este presente a veces ingrato, tan rutinario, acostumbrados, como estamos, a bañarnos en la bajamar de cada día.


Porque la poética de Pilar zarpa desde las desavenencias con la rutina, como un barco de versos que, para encontrar la perspectiva adecuada, tuviese que surcar, a diario, las aguas de nuestra bahía; un barco pilotado por una mujer que es capaz de edificar un mundo nuevo a partir de los restos del naufragio; un barco cargado de futuro pero capaz de transportar las mercancías del pasado; un barco que avanza sobre el mar deformando el reflejo caprichoso de los astros, de ese cosmos que tanto fascina a Pilar; un barco cuyo rumbo se pierde en el devenir borroso de la línea del horizonte, del mismo modo que se van perdiendo lentamente las siluetas de todos cuerpos celestes al amanecer.
Y, desde la cofa, Pilar anota versos en su libro de presas, versos que son, ante todo, un brindis a la luna, versos que nos guían entre las lecturas recurrentes, las músicas compartidas, los nombres de las hijas que no tuvimos, los territorios amados del pasado, los lugares que no habremos de volver a pisar aunque sigamos codiciándolos entre preguntas, rabia y nostalgia. Es la suya una poética de momentos inolvidables, de palabras atrapadas por la tela de araña del recuerdo, de preguntas retóricas para las que no hallaremos respuesta ni falta que nos hace, porque nadie necesita saber por qué es tan triste la memoria de los recuerdos felices aunque se lo pregunte a diario.


Marinera en un barco hacia la nada. Pero también maestra. Maestra de poetas -amiga, Pilar-, maestra de compañeros en esta locura de la palabra, porque eres el más claro ejemplo de que los verdaderos poetas no conocen el divismo. Me refiero a esos poetas que sin pretenderlo nos orientan y enriquecen al resto, los poetas que dan ejemplo porque saben perfectamente que ser un espejo para los demás no es la mejor manera de influirles sino más bien la única.

Hay, además, por último, algo que me encandila de la escritura de Pilar: Pilar escribe con la rebeldía de quien no acata el destino, tal vez porque está harta de que el tiempo se lo lleve todo. Hasta tal punto que, en su último libro, ha querido regalar la actualidad a sus instantes más preciosos, esos instantes que pelean por no desprenderse de su memoria, y lo ha hecho puliendo su estilo y su escritura, llegando a la conclusión de que, si los verbos son acciones en el tiempo, su ausencia, por tanto, concedería a la narración la plena atemporalidad, la vigencia más absoluta: matar el verbo para detener el tiempo. Cuánta lucidez, amiga. Por eso, por todos estos recursos de poeta rebelde que Pilar maneja con soltura -aunque Luis Antonio de Villena afirme que tu poesía se nutre del dolor-, leyéndote uno acaba convencido de que la Poesía puede vencer a la enfermedad, al desamor y a la muerte, de que tus palabras conservan el poder suficiente como para hacer que los versos, aunque sean oscuros en ocasiones, no nos oscurezcan el pensamiento ni el porvenir. No hay peligro con Pilar. Uno cierra sus libros con una sonrisa, porque se percibe mucha claridad entre sus sombras. Tus poemas constituyen el perfecto “habitáculo de los instantes que regresan”. Leyéndolos, uno descubre que Pilar tiene la virtud de decir las cosas con la sinceridad que otros ya vamos perdiendo y, por su boca eternamente joven, nos preguntamos:

Cómo escribir un poema
esperando el regreso de la luz,
la única estancia habitada”.


Amiga Pilar, ya se acaba el mes de abril, ese mes que todos quisiéramos robar para guardarlo en casa, a nuestro lado, entre nuestras cosas más preciadas y nuestras preocupaciones más inoportunas, y yo imagino que tú lo despedirás desde tu torre vigía, esa habitación iluminada por el retorno perecedero de los recuerdos, donde aguardas “el sol de la medianoche” para atraparlo en una hoja en blanco, la hoja donde quedarán por siempre tu espera, tu memoria y tu palabra. Gracias a estas tres cosas que pueden parecer insignificantes, a estas guaridas inexpugnables del poeta, siempre te anticiparás a todos los naufragios que habrán de llegar, porque no en vano viajas en un barco que surca la bahía dejando una estela de versos tan infalibles como éste:

Ésta es la hora
así lo han querido los astros,
el instante de dilapidar un sentimiento.

martes, 4 de abril de 2017

El diario del día antes

Compañero del alma. Texto de Juan Herrezuelo publicado en La Voz de Almería el pasado 30 de marzo de 2017.

El día 31 de marzo, robé un periódico. Además, lo hice delante de mi hija que, naturalmente, me pidió unas explicaciones que no acerté del todo a darle. Estaba manchado de aceite, un tanto decrépito, arrinconado entre tazas y vasos en la esquina de la barra. Se trataba de un ejemplar del día anterior y había muerto demasiado rápido, en tan sólo unas horas, como se mueren, a diario, todos los periódicos que dan con sus huesos en un bar. Y allí lo encontré. Allí, en portada, armado con su pipa, estaba Miguel Naveros y, en las páginas interiores, sus ojos de poeta me miraban sostenidos por las palabras de mi amigo Juan Herrezuelo. Pocas veces un robo estuvo más justificado, porque, como intenté explicarle a mi hija, en este caso el mayor delito hubiera sido el olvido.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Memorial shadow

Memorial shadow, de Pilar Quirosa Cheyrouze (Editorial Nazarí, 2016).

Aunque desde el principio supe lo que contenía, no abrí el paquete postal hasta la mañana siguiente. Por eso, cuando Memorial shadow (Editorial Nazarí, 2016) -el último y flamante libro de Pilar Quirosa Cheyrouze- emergió de entre los cartones, ya llegaban a través de la prensa digital los primeros rumores que anunciaban la muerte de Leonard Cohen. Cerré la web de elpais.com y abrí, como siempre hago antes de comenzar un libro, unas páginas al azar. Allí, en un verso premonitorio, estaba la respuesta a ese desangelado amanecer: la vida en un epitafio.


miércoles, 23 de septiembre de 2015

Valle de Lanz (II)

El próximo miércoles 30 de septiembre, dentro del programa Letras Capitales del Centro Andaluz de las Letras, Pilar Quirosa Cheyrouze leerá varios poemas de su último libro Valle de Lanz (Ánfora Nova, 2014). Será en la Biblioteca Pública Provincial Francisco Villaespesa a las 20:00 horas.
Pilar no pertenece a ninguna corriente, a ninguna generación (tiene la sana costumbre de transitar por todas a través de los años); Pilar no controla los medios, no echa las redes; Pilar no busca adeptos, simplemente disfruta de sus amigos; y, pese a ello, ha marcado la vida literaria de Almería durante los últimos lustros.
Yo, de ustedes, no me lo perdería.
Sitio web de la imagen: Veloz quietud del centro (Gentileza de Pepe Criado).

Recital poético de Pilar Quirosa:
Dentro del ciclo Poeta de Guardia en La Oficina Producciones Culturales, calle de las Tiendas, 26 (Almería).  Fue emitido en Candil Radio (87.6 FM) en el programa Malanoche.

lunes, 18 de mayo de 2015

"Reflejos de Al-Mariyyat"

El pasado viernes, se inauguró la exposición fotográfica de Blas Fuentes en el Centro de Interpretación Patrimonial de la Ciudad de Almería. La muestra incluye 16 fotografías que difunden los principales restos árabes que se conservan en nuestra ciudad. Cada instantánea está acompañada de unos versos alusivos escritos por autores almerienses y coordinados por la poeta Pilar Quirosa-Cheyrouze. Les enumero los escritores que hemos puesto letra a las fotografías de Blas Fuentes: Mario Sanz, Juan Pardo, Rafael Leopoldo Aguilera, Pilar Quirosa-Cheyrouze, Miguel Ángel Blanco, Alfonso Viciana Martínez-Lage, Juan José Ceba, Javier Irigaray, Andrés García Lorca, Yolanda Cruz, Jesús Muñoz, Manuel Gila, Juan Herrezuelo, Elodia Ortiz, José Luis Bretones y yo mismo. Las imágenes de Blas se merecen una visita. No se la pierdan si andan cerca de aquí.
Por otra parte, la muestra del fotógrafo almeriense ha tenido bastante reflejo en la prensa local. Les dejo algunos enlaces:

Pie de foto: Una de las imágenes incluidas en la exposición "Reflejos de Al-Mariyyat" de Blas Fuentes.

martes, 25 de noviembre de 2014

¿Un Cervantes para Níjar?

Pronto supo que a Almería no se le puede desmoronar ninguna Pompeya. Corría el año 59 cuando Juan exploró una tierra sin Giralda ni Alhambra, una tierra que sintió desnuda y verdadera. Allí, algunas camadas de niños despojados le escoltaron en su camino y pudo encontrar, sin dificultad, fondas donde acodarse junto a la desesperanza. Como a otros que vinimos mucho después, el tiempo perezoso y la inmutable libertad del poniente le dejaron varado en estos campos alfombrados de ceniza.
Juan Goytisolo, cervantino de nacimiento, paseó por esta tierra inexplicable y, ahora, aquellos campos desnudos y verdaderos, aquellos niños despojados de niñez, las tascas en las que bebía una botella de tinto y comía frugalmente (como deberíamos comer todos los errabundos) participan de este premio que hoy, según sus propias palabras, hace al autor sospechar de sí mismo.
Pie de foto: Juan Goytisolo.
Sitio web de la imagen.

Juan Goytisolo, nuevo Premio Cervantes.

lunes, 1 de septiembre de 2014

El coraje, todavía (I)

III Encuentro Nacional de las Artes y de las Letras del Mediterráneo
Homenaje a Pilar Quirosa Cheyrouze

Nadie puede negar que Pilar Quirosa es nuestra poeta de Almería, aunque llegase aquí después de un cierto periplo vital. Nadie puede negarlo porque ha sido en esta tierra de luz meticulosa donde Pilar ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria poética. Y esta tierra, que es una madre severa moderada por la luz tierna de la historia, una pasión extrema en la que el sol asfixiante invita a desprenderse de todo lastre, se ha convertido en el escenario natural que determina el lirismo, la cadencia y el aroma de sus versos. Pilar que nos escribe “Y, sin descanso, costea mi frente el mar”. Ese mar antiguo, el rito inextinguible del agua, los tiempos ancestrales. El Mediterráneo empapando cada uno de sus recuerdos, fluyendo en la intensidad de los azules, llegando a nosotros a través del oleaje de la memoria. Y el presente que nos parece un baño de sal en la bajamar de cada día.
Pilar Quirosa es una de esas poetas de extensa producción que han sobrevivido, pese a todas las inclemencias sociales y culturales, a la desaparición de las clases medias literarias, y que continúan en la brecha en unos tiempos en que publicar un libro te puede salir muy caro. Y esto no es ninguna metáfora. Es, además, una persona que se ha implicado, desde siempre, en la vida cultural y social de esta ciudad, hasta tal punto que, con frecuencia, no resulta fácil discernir cuál es la vida cultural de Almería y cuál la de Pilar Quirosa.
Decidme si no es verdad: Pilar siempre nos recibe con una sonrisa inabarcable. Se diría que los verdaderos poetas no conocen el divismo. Y, a partir de ahí, todo resulta emotivo porque por fortuna todavía quedan personas como Pilar, personas a las que alguien les regaló esa chispa que prende la llama inefable de una emoción, el fuego alucinado de la Poesía. Para mí es un placer escucharla en cualquiera de sus vertientes: cuando nos presenta al autor de turno con devota admiración, en la mayoría de los casos, y, cómo no,  cuando es ella misma la que nos lee sus propios poemas (qué merito tiene leer bien un poema. No digo recitarlo. Hablo de leerlo bien. Leerlo como lo hace Pilar).
Pie de foto: Algunos de los participantes en el acto. Sitio web de la imagen.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Campos de Níjar

Pronto supo que a Almería no se le puede desmoronar ninguna Pompeya.
Corría el año 59 cuando Juan exploró una tierra sin Giralda ni Alhambra, una tierra que sintió desnuda y verdadera. Allí, algunas camadas de niños despojados le escoltaron en su camino y pudo encontrar, sin dificultad, fondas donde acodarse junto a la desesperanza. Como a otros que vinimos mucho después, el tiempo perezoso y la inmutable libertad del poniente le dejaron varado en estos campos alfombrados de ceniza.
La calamidad nunca debería ser un legado pero, si Juan Goytisolo regresase hoy a los campos de Níjar, aún podría hablar con la misma piedra callada y sorda y escribiría, probablemente, sobre gentes de miradas áridas que entretienen su destino entre los yates que siguen fondeando en el Sur.
Pie de foto: En el punto de mira. Martínez Clares, 2010.