El tema estrella de la blogosfera educativa estos días es la Escuela 2.0, como no podía ser de otra forma. Incluso Microsiervos, el blog más importante en español, se ha referido al tema provocando una avalancha de visitas (merecidas) al blog de Anibal de la Torre y sus "claves para que los ZP-portátiles no terminen en fracaso".
Por si has estado fuera del país los últimos meses, la Escuela 2.0 se puede resumir así:
El plan prevé que en los próximos meses, 392.000 alumnos y 20.000 profesores, en más de 14.400 aulas completamente digitalizadas de toda España, dispondrán de un ordenador personal ultraportátil que podrán utilizar para formarse mejor. El presupuesto del programa, para este curso escolar 2009-2010, asciende a 200 millones de euros, cofinanciados al 50 por ciento entre el Gobierno de España y las Comunidades Autónomas. (Fuente: Ministerio de Educación)En Andalucía se esperan los portátiles para el profesorado a principios de octubre y para los chicos y chicas durante el mes de enero. El objetivo es que en 2012 todos los centros sean "centros TIC" y tengan ordenadores los estudiantes desde 3º de Primaria.
Este plan no es un invento español y podemos encontrar antecedentes en diversos países. Quizás el más conocido sea el Proyecto One Laptop Per Child, vinculado al poderoso MIT, pero hay otras experiencias que conocer: la Maine Learning Technology Initiative es una propuesta similar a la realizada por el gobierno español; Computers 4 Kids se centra en familias y estudiantes con necesidades económicas en Tennesee; en Kentucky, por otro lado, han optado por el "reciclado" de ordenadores dentro del Programa No Child Left Offline. En Uruguay podemos encontrar el Plan Ceibal y recientemente el Gobierno de Junín (Perú) entregó portátiles a profesorado y estudiantes (aunque en 50 de los 73 pueblos donde se hecho la entrega hay un "pequeño" problema: no hay luz eléctrica) [Gracias, Nila, por el enlace].
Parece evidente señalar entre los condicionantes del éxito factores como la formación y la participación del profesorado, la responsabilidad de la familia, la implicación de varias administraciones y de la empresa privada, la evaluación y mejora del programa o el acceso a la red y la calidad de la infraestructura. Sin embargo, saber si medidas de este tipo son útiles o no es un debate abierto: tenemos informes a favor que detectan una mayor tasa de graduación si se posee un ordenador y en contra si no hay implicación de la familia para una utilización académica (y no meramente lúdica) del portátil. En realidad, ningún proyecto complejo, prolongado y extenso puede evaluarse de manera simple: hay múltiples factores que inciden en el éxito o el fracaso del proyecto, que nunca será homogéneo en todas las comunidades, todos los centros, todas las aulas o todos los alumnos y alumnas.
En todo caso, ahora llega el tiempo de la imaginación. Aunque cada docente puede y debe tener su opinión crítica sobre el desarrollo de este proyecto, necesitamos en este momento poder aunar todas las experiencias y todo el saber hacer que hemos acumulado en los últimos años para conseguir que este plan sea una experiencia satisfactoria para nuestros estudiantes. En este sentido, la Consejería de Educación andaluza está trabajando en una "plataforma 2.0" llamada Colabora que quiere estar funcionando en breve tanto para la formación permanente como para convertirse en una red social donde podamos encontrarnos todos y compartir nuestro trabajo.
En fin, el reto de la Escuela 2.0 no es trabajar ni a favor ni en contra de un plan gubernamental; el reto es proporcionar a nuestros estudiantes una competencia digital que haga de la tecnología una herramienta eficaz para la vida hoy y en el futuro.
Salud