El pasado martes tuve el placer de inaugurar el
Primer Encuentro del profesorado de las Aulas de Enlace de la Comunidad de Madrid. No había tenido antes contacto con el profesorado de estas aulas y pude hablar con algunas profesoras y profesores sobre cómo les va. En general detecté mucha ilusión entre el profesorado, aunque también son conscientes de cuáles son sus problemas
(falta de recursos, falta de tiempo, falta de conexión con el aula de referencia) y están preocupados por resolverlos.
Por mi parte, les hable de plurilingüismo y de la importancia de prestar atención al español en y de la escuela, pero también a las lenguas maternas de los estudiantes. También hablamos sobre competencias básicas, porque por muy especiales que puedan ser estas aulas, también a ellas les afectan las competencias básicas: la escuela, en cualquier lugar y momento del sistema educativo, debe aspirar a que los estudiantes desarrollen sus competencias de manera integral y equilibrada y las aulas de enlace no están exentas de este principio.
Por último, por si a alguien le interesa mi opinión
(cosa que dudo con frecuencia jeje), mi apuesta decidida es por la escuela inclusiva - y así lo dije en Madrid. Las
aulas de enlace - o cualquier otra estructura que saque a los estudiantes del aula separándolos de sus compañeros y compañeras - generan más problemas de los que resuelven, y está por ver si verdaderamente permiten al estudiante, cuando se reincorpora al aula, alcanzar el éxito. Las aulas de enlace son un parche, y necesitamos transformar la escuela. En todo caso, sólo pueden ser el primer paso de una tarea que tiene después continuación en el centro y el aula de referencia de los estudiantes.
No obstante, admiro la labor que realiza el profesorado de las aulas de enlace
- o de las ATAL andaluzas, muy similares en el fondo. Estas profesoras y profesores dan lo mejor de si mismos en aras de la integración y el aprendizaje de los estudiantes, programando, diseñando materiales, inventando muchas veces donde no hay referentes ni tradición. Ahora falta que el resto del sistema haga simplemente lo mismo. En ese sentido, que este primer encuentro fuera fundamentalmente un tiempo dedicado al intercambio de experiencias me parece muy acertado; es más, es necesario que el intercambio no quede en el ámbito de las aulas de enlace, que digan al resto del profesorado cómo trabajar con la diversidad lingüística en el aula. Esa sería la mejor herencia de las aulas de enlace.
Salud