jueves, febrero 24, 2011

Vorín

La enfermera les hizo pasar a la sala de espera y el joven matrimonio tomó asiento en un sofá de cuero, sin soltarse las manos, en silencio. Hacía ya año y medio que duraba la enfermedad de su hijo Vorín. Empezó de forma imperceptible, con unas caídas que en modo alguno hacían presagiar lo que vendría después. Vorín se desplomaba inesperadamente y, durante unos segundos, perdía la consciencia; luego, volvía a levantarse y seguía correteando y jugando como si nada hubiese ocurrido.
—¿Qué te ha pasado? —le preguntaban.
Pero él les miraba y daba a entender que no sabía de qué le estaban hablando.
—Le faltan vitaminas —decía la madre en la oscuridad del dormitorio.

Le llevaron al médico, seguros de que le recetaría algún reconstituyente o algún antibiótico o cualquier otra cosa capaz de solucionar el problema en cuatro días, pero nadie parecía saber qué era lo que le ocurría al niño. Las caídas siguieron y se alargó la duración de los periodos de inconsciencia. Le sometieron a infinidad de pruebas, pero ningún resultado fue concluyente. Un estudio llevaba a otro. Los médicos ponían cara de circunstancias.
— ¿Y si no se salva? —preguntaba a veces la madre.
Su marido se negaba a considerar siquiera esa posibilidad.
—Se salvará, cueste lo que cueste.
Fue el Dr. Boix quien diagnosticó por primera vez la enfermedad y explicó la sucesión de síntomas y su posible desenlace. Se trataba de una encefalitis poco común, de origen viral, cuya curación se desconocía por el momento.
Ahora, Vorín estaba postrado en una cama, con la mirada fija en el techo, una mirada que, a fuerza de expresar el miedo, se había quedado triste.

La enfermera entró en la sala y les dijo que el doctor les recibiría enseguida. Lo dijo intentando sonreír. Ellos le dieron las gracias. Avanzaron despacio por un estrecho pasillo adornado con un papel pintado de flores azules. Se abrió una alta puerta de madera y entraron en el despacho del eminente psiquiatra, el doctor Zuala, quien les invitó a tomar asiento.
El padre comenzó a hablar. Le expuso el motivo de su visita mientras el médico le atendía con una expresión que daba a entender que no era la primera vez que tenía que escuchar tonterías. Un documental que habían visto en televisión aseguraba que se estaban llevando a cabo ciertas investigaciones relacionadas con la posibilidad de regenerar células cerebrales y, si tenían éxito, se podrían curar infinidad de enfermedades mentales. Por eso estaban allí, porque si de verdad se estaban llevando a cabo tales experimentos, ellos estaban dispuestos a permitir que se experimentase con su hijo, que lo utilizaran como conejillo de indias a cambio de una esperanza.
Cuando cesó su desordenada y entrecortada explicación, el Dr. Zuala se apoyó con los codos sobre el escritorio.
—Miren —dijo—, su hijo era pero ya no es. Es así de simple. No hay solución milagrosa. No hay esperanza y deben aceptarlo. Quien haya dicho eso en la televisión es un mentiroso y un charlatán. Se tienen que hacer a la idea de que tendrán que arrastrar a su hijo en un carro de ruedas el resto de su vida. Nunca volverá a ser el mismo. Se ha ido y la ciencia no puede traerlo de vuelta. Su enfermedad, por desgracia, es incurable. No hay nada que hacer. Nada. ¿Lo entienden?

La madre apretó el brazo de su marido y se echó a llorar. El padre, por su parte, intentó responder pero no quería que le flaquease la voz delante de aquel hombre, así que se limitó a mirarle fijamente.
—Cuanto antes lo acepten será mejor para todos.
La enfermera les puso la mano en la espalda con suavidad. Los sacó de aquel despacho y les acompañó hasta la puerta. El padre no pronunció ni una sola palabra, se limitó a andar muy recto. Las manos le temblaban.
Vorín sobrevivió cinco años en estado de coma profundo, alimentado por sondas nasales, constantemente atendido por su madre. Algunas tardes ella se sentaba a su lado y charlaba con él y le contaba cómo transcurrían las cosas y le decía que no debía preocuparse por nada, que no debía tener miedo porque era un niño muy valiente, le decía que tanto ella como su padre le protegerían siempre y nada malo podría ocurrirle.

miércoles, febrero 16, 2011

Llenad la Tierra


La carrera literaria de Juan Carlos Márquez se va consolidando paso a paso. Ha ganado importantes premios y participado en diversas antologías. Tras “Norteamérica profunda” y “Oficios”, sus anteriores libros, la editorial Menoscuarto nos ofrece ahora “Llenad la Tierra”, una colección de relatos que dejan claro tanto la valía literaria de Márquez como sus intereses y preocupaciones.
“Llenad la Tierra” es un libro que explora temas como la familia y la relación con los demás, observa y retuerce las situaciones que nos presenta para proporcionar una experiencia lectora llena de imaginación, de humor, de historias sorprendentes y de imágenes poéticas que nos transportan a un paisaje a mitad de camino entre el sueño y la cotidianidad. El autor juega con la forma, con el enfoque, con la voz narradora, con la extensión, provocando giros, tanto estructurales como formales que dificultan la catalogación del libro, siempre dispuesto a escapar de los límites impuestos por cualquier intento de acotarlo. Así, encontramos relatos de unas pocas páginas alternados con otros más extensos, algunos limitados a meros diálogos, otros con forma de monólogo, otros divididos en pequeños capítulos, incluso uno narrado al compás de unos recibos bancarios. Esto convierte la lectura de “Llenad la Tierra” en una aventura que no da tregua al lector, que no le deja acomodarse.

Encontramos relatos meramente descriptivos, como “Es sólo un hombre”, “El progreso” (casi un poema en prosa), “Subterfugios” o “Un relieve verdoso”; en contraposición a los que se componen únicamente por líneas de diálogo: “Mamá recitando a Neruda”, “El orden integral”, “Sopla”, “Cuántica” o “Mecánica popular”, todos ellos muy divertidos; y tramas más complejas que anticipan una particular forma de mirar el mundo. Encontramos casos en los que el surrealismo irrumpe como algo previsible y normal que a nadie extraña, como ocurre con ese padre que llega a casa con su corazón en la mano, en “El corazón de mi padre”; o ese hombre que ha empeñado a su mujer y a su hijo en “La meteorología”; o ese peculiar taxidermista del relato “La eternidad”. También encontramos historias más realistas, como “De peceras y trenes”, “Llegado el momento” o “Restos”, que podemos calificar incluso de hiperrealista. Por último, en algunos de estos relatos se produce una simbiosis perfecta entre el elemento fantástico, casi onírico, y lo que podemos entender por normalidad, como en “La vida discontinua”, con esa niña que juega de un modo inquietante con unos ojos de pescado, o en “Papá, mírame”, “Belgrado 1976”, “Hacer lo necesario” o “Las preposiciones de Blint”, en los que los elementos surrealistas son aún más sutiles. Y es sobre todo en estos casos en los que Márquez demuestra que estamos ante un escritor al que hay que seguir de cerca.
“Llenad la Tierra” es un libro que se lee con interés, que desborda sentido del humor, muy cuidado estilísticamente, y que ofrece grandes dosis de imaginación. Un libro en el que Juan Carlos Márquez escarba en la realidad, en su lado menos amable, y nos lo presenta bajo un prisma distinto, ligeramente deformado, para que podamos asomarnos entre las costuras que lo conforman.


Extracto:
Una sirvienta me guió por un laberinto de pasillos hasta el umbral del dormitorio de Isabella y, sin siquiera anunciarme, se retiró con discreción a sus quehaceres. La soprano estaba en la cama, recostada sobre una torre de almohadas. Tenía la clase de belleza irresistible para un necrófilo. Pálida y huesuda, una nube de aristas con el cabello muy corto y los labios de color cereza. Su camisón negro me pareció un gato dormido sobre las sábanas.


LLENAD LA TIERRA
Juan Carlos Márquez
Menoscuarto Ediciones
1ª edición: 2010

domingo, febrero 13, 2011

World Press Photo 2011



Aisha, 18 años, afgana, de la provincia de Oruzgan.
No aguantó el maltrato de su marido y lo abandonó. Se fue a casa de su familia.
Esta gran ofensa fue castigada al más puro estilo talibán.
Su marido le cortó la nariz y las orejas. Luego la abandonó.
Ahora vive en EE.UU.
Su retrato, realizado por la fotógrafo Jodi Bibier, ha merecido el premio World Press 2011.

martes, febrero 08, 2011

Más allá de la vida



Vivimos de espaldas a la muerte. La gente se aferra a las pequeñas cosas como si ignorase el hecho de que algún día dejará este mundo, tal vez de un modo inesperado. Preguntarse por el más allá, por la posibilidad de que exista un plano de existencia diferente después de la muerte, es un tema que no parece siquiera que deba ser considerado. Y es, probablemente, el tema más importante sobre el que podemos reflexionar.
Clint Eastwood se ha atrevido, en su última película, a indagar en este asunto, a esbozarlo siquiera, pero se lo perdonarán por ser quien es, aunque no pueda evitar que le den unos cuantos azotes, que digan que es su trabajo más flojo, que es sentimental, que no plantea el asunto desde un punto de vista objetivo, que no habla de otras religiones, que le ha salido un producto New Age y otras lindezas por el estilo, algunas justificadas. Pero yo tan sólo diré que la película me emocionó.

La historia presenta a tres personajes: un hombre con la capacidad de comunicarse con los muertos, lo cual vive como una maldición que le impide llevar una vida normal; una periodista francesa que está a punto de morir ahogada a causa del tsunami que azotó el sudeste asiático; y unos hermanos gemelos, de los cuales uno fallece trágicamente dejando al otro totalmente desamparado y ávido de respuestas. Estas historias abordan el asunto desde tres perspectivas que se complementan y que, obviamente, terminarán confluyendo. Tres personajes que representan experiencias que parecen inexplicables. Las visiones que dicen tener quienes han estado clínicamente muertos, las sensaciones que se pueden producir al experimentar una pérdida importante y los inexplicables médiums que realmente parecen poseer algún tipo de conexión con seres ya desaparecidos. Éstos últimos son pocos, pues en esto como en tantas otras cosas proliferan los charlatanes y los estafadores, pero parece haberlos. De hecho, el personaje interpretado por Matt Damon recuerda al protagonista de la película “La puerta del Mas Allá”, un film que se basaba en las experiencias de James Van Praagh. Y también encontramos ecos de otro film, “Dragonfly”, que planteaba la misteriosa conexión que experimentaba un hombre con el espíritu de su esposa fallecida. También me llamó la atención el personaje de una científica que investiga el fenómeno de la muerte, directamente inspirada en la doctora Elisabeth Kübler-Ross, cuyos libros transmiten un mensaje presente en el film: las similitudes entre lo que cuenta la gente que ha vivido una experiencia cercana a la muerte son tan grandes que no puede tratarse de meras coincidencias.

La película se inicia con las impactantes imágenes del tsunami, excepcionalmente rodadas, y se toma su tiempo en presentar a los personajes y sus tragedias y dudas. Tres ejes que avanzan hacia un final tal vez un poco forzado que pretende manifestar la fuerza de las pasiones humanas para seguir viviendo. No hay respuestas, no es una reflexión filosófica, es tan sólo una película que esboza la cuestión de si hay algo después de la muerte. Nadie lo sabe, cada cual piensa lo que le parece, pero existen señales que escapan a nuestra lógica, o eso parece decirnos Eastwood en esta película.

domingo, febrero 06, 2011

Presentación de "Perversiones"



El próximo martes día 8 de febrero se presenta el libro "Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas", a las 20:30 en la libreríaTipos infames, San Joaquín 3, Bajo Izq. El acto estará a cargo del editor, José Antonio López, del escritor Oscar Esquivias y de aquellos antologados que puedan acudir y se animen a participar.

martes, febrero 01, 2011

Prohibido prohibir

La ley del tabaco me parece intransigente, culpabilizadora, excluyente y, encima, se condimenta con la recomendación al ciudadano de que denuncie a los infractores. Todos contra todos en nombre del bien común. Debo reconocer que me indigna. Me pregunto qué problema hay en que un señor que ha montado un bar permita que se fume en su interior. No lo entiendo. ¿Por qué no pueden existir bares para fumadores? ¿Los no fumadores sentirán entonces unas ganas locas de entrar en esos locales? ¿De pronto un no fumador querrá charlar con un amigo en uno de esos bares para fumadores y se sentirá en peligro? ¿La gente no será capaz de respetarse y de encontrarse en lugares en los que todos estén a gusto? En el caso de que unos amigos sean fumadores y deseen charlar entre cigarros y cafés, no pueden hacerlo, está prohibido. Es más, les pueden denunciar. Sus propios vecinos incluso. ¿A nadie más le asusta esto? Ahora pienso en el grito de Mayo del 68, “Prohibido prohibir”, y sólo veo gente que habla de tolerancia cero.
A veces se habla de los empleados. El camarero del bar de fumadores es un no fumador y se sentirá agredido. ¿Por qué tiene que ser el camarero no fumador el que trabaje en un bar de fumadores? Se podría contratar en estos locales sólo a personal especializado, es decir, fumadores. Si la salud del trabajador es importante, que lo es, deberían desaparecer también otras profesiones de tanto o más riesgo, como la minería, por ejemplo.
Se pueden establecer medidas de seguridad. Que los bares de fumadores no se encuentren en edificios colectivos, no sean bares de empresa o de hospitales; y que adviertan en la entrada con carteles gigantes y luces de colores que se puede fumar en su interior. Vale, las advertencias que se quieran. ¿Pero por qué se prohíbe esto tan tajantemente, y más cuando hace apenas unos años se obligó a los bares a acondicionar zonas de fumadores y algunos tuvieron que realizar importantes inversiones? Yo no lo entiendo, la verdad, y me indigna. Me indigna que se excluya y culpabilice a una parte de la población y que no pueda haber sitio para todos. Tal vez habría que pensar en pedir indemnizaciones. A fin de cuentas, fumar es un hábito que se ha impuesto culturalmente por diferentes cauces. No sé, creo que buscando un bien nos hemos encontrado con un disparate.
Llegados a este punto se argumenta que ya se ha hecho en otros países. Ah, bueno, pues entonces no he dicho nada, ustedes perdonen.

jueves, enero 27, 2011

Narrativas 20


La revista Narrativas llega a su número 20. Esta publicación, que se puede descargar gratuitamente, se va consolidando con el tiempo como una apreciable plataforma para muchos autores. Está coordinada por el escritor Carlos Manzano, autor de varios libros, como “Fósforos en manos de unos niños”, “Vivir para nada” o la última, “Sombras de lo cotidiano”, que por cierto estoy leyendo en este momento y tengo que decir que es de esos libros que enganchan y lo recomiendo encarecidamente.
El Consejo Editorial de la revista Narrativas está compuesto en la actualidad por María Dubón, Emilio Gil, Nerea Marco Reus y Luisa Miñana.
Este número 20 corresponde al primer trimestre y estoy seguro de que seguirá creciendo y cumpliendo números. No la pierdan de vista. Además, es un espacio abierto, que acepta colaboraciones, tal como ellos mismos explican:

La revista Narrativas versa sobre diversos aspectos de la narrativa contemporánea en español. Está estructurada en tres bloques fundamentales: ensayo, relatos y reseñas literarias. En cualquiera de estos campos, toda colaboración es bien recibida. Las colaboraciones deberán enviarse por correo electrónico como archivo adjunto en formato DOC o RTF. En su momento, los órganos de selección de la revista decidirán sobre la publicación o no de los originales recibidos. No se fija ninguna extensión máxima ni mínima para las colaboraciones, aunque se valorará la concisión y el estilo. Se acusará recibo de cada envío y se informará de la aceptación o no del mismo. Los autores son siempre los titulares de la propiedad intelectual de cada texto; únicamente ceden a la revista Narrativas el derecho a publicar los textos en el número correspondiente.

Pueden descargar la revista haciendo clic en la imagen.


El índice de este número es el siguiente:

● Ensayo
“Los males menores”: un punto de inflexión en la obra de Luis Mateo Díez, por Manuel María Morales Cuesta
La cuestión de la raza en “Otelo”, por Enrique García Díaz
Cibercepción, la dimensión literaria, por Luisa Miñana

● Relatos
Relatos, por Antonio Serrano Cueto
Vecinos, por Miguel Sanfeliu
Mujeres contundentes, por Vera Zieland
Golpearse los labios con un mediodía, por Javier Romano
La lectora, por Jesús Ortega
La I de Ïcaro, por Andrea Benavídez
Breve historia familiar, por Fernando Sánchez Calvo
Rigor vitae, curriculum mortis, por David Garrido
Bullying, por Esther Navarro
Los hombres alegres, por Carlos Montuenga
Príncipes ambulantes, por José Cruz Cabrerizo
A su servicio, por David Bombai
101 coños (fragmentos), por Salvador Alario Bataller
El hombre que se convirtió en el hijo de la estrella, por Diana Ferreyra
Sábanas grises, por Iván Teruel
El hombre que escribía historias de amor, por Carlos Ollero
Brígida, por Ramón Araiza Quiroz
Vergüenzas que afrontar, por Rolando Revagliatti
En tránsito, por Daniel P. Espinosa
Cuatro ojos, por Mari Carmen Moreno
Vol d’Ennui, por Carlos Sancho Torrubia
Espejos, por Alejandro Rosen
Portátil, por Luis Topogenario
Mossegar, por María Aixa Sanz
Sobredosis, por Manuel Ves
Relatos, por Pepe Pereza
La casa de mi vida, por Gustavo M. Galliano
Microrrelatos, por Daniel Sánchez Bonet
En 99 palabras, por Miguel Ángel Molina
Beth, por Emilio Jio Gil
El fetiche epistolario, por Roberto Strongman

● Novela
Capítulo de la novela en marcha “Pop-pins”, por Luisa Miñana

● Narradores
Patricia Esteban Erlés

● Miradas
La novela rural: Antonio Ansón, “Llamando a las puertas del cielo”, por Pablo Lorente Muñoz
Antón Pávlovich Chéjov, por María Dubón
Literatura con mayúscula, por Marcos Zocaro

● Reseñas
“Yo lloré con Terminator 2 (relatos de cerveza-ficción)” de Carlos Salem, por Pablo Lorente Muñoz
“La sopa de Dios” de Gregorio Casamayor, por José Luis Muñoz
“El espíritu de cristal” de Carlos Jover, por Pablo Lorente Muñoz
“Todo es silencio” de Manuel Rivas, por María Aixa Sanz
“Celos” de Catherine Millet, por José Luis Muñoz
“Agua quieta” de Gristina Grande, por Carlos Manzano
“Pájaros sin alas” de José Javier Abasolo, por José Luis Muñoz
“El otro mundo” de Hilario J. Rodríguez, por Miguel Sanfeliu
“La vía láctea” de José Vaccaro Ruiz, por José Luis Muñoz
“Cambio de planes” de Luis Borrás, por Angélica Morales
“Trece cuentos inquietantes” de Felisa Moreno Ortega, por José Luis Muñoz
“Los hábitos del azar” de Francisco López Serrano, por Luis Borrás
“Mujer abrazada a un cuervo” de Ismael Martínez Biurrun, por Oscar Bribián
“Verano”, de J.M. Coetzee, por José Luis Muñoz
“El horizonte” de Patrick Modiano, por María Aixa Sanz
“Hacia el interior” de pierre d. la., por Luis Borrás

● Novedades editoriales

domingo, enero 23, 2011

Muros

Hace tiempo que dejó de resistirse. Ahora, cuando él se presenta, ella le deja hacer, sin decir nada. Ni siquiera siente asco al verle babear y resoplar. Ni siquiera siente piedad al ver su piel envejecida y su pene debilitado. Es capaz de pensar en sus propias cosas, aún con él encima. Piensa en el miedo que sienten sus hijos cuando le oyen llegar, sin importarles que traiga comida, ropa y juguetes. No sabe cómo decirles que no deben tener miedo, que ella está bien, que no siente dolor. Los niños corren a esconderse debajo de la cama. Piensa en ellos mientra el hombre se mueve, allí escondidos, quizá tapándose los oídos y temblando de miedo. Desea que el hombre termine pronto para reunirse con los pequeños, para abrazarles y contarles, una vez más, cómo es el exterior, cómo serán sus vidas cuando por fin puedan escapar de allí.
—Papá —dice ella entonces—, ¿puedes traernos la próxima vez un libro con fotografías de paisajes?

domingo, enero 16, 2011

Canino


Nos encerramos, nos aislamos, presumiblemente para protegernos, sentimos la necesidad de defendernos de los peligros que nos amenazan. La sociedad actual vive asustada y obsesionada con la seguridad. Una seguridad que se alcanza, al parecer, de un modo incuestionable, en el propio hogar, pasando por alto los conflictos y dramas que en dicho hogar se generan. Estas ideas conforman una especie de histeria colectiva. Wole Soyinka, en el recomendable libro “Clima de miedo” explica que la histeria “en su forma más efectiva surge como fruto de una comunicación unidireccional que logra cegar a sus seguidores ante las realidades que les rodean al tiempo que los encierra en una comunidad de convicción”. Pues eso exactamente es lo que encontramos en la película “Canino”, del director griego Yorgos Lanthimos.

Un matrimonio mantiene encerrados a sus tres hijos adolescentes en una confortable casa rodeada por un muro. Los muchachos nunca han salido al exterior, de hecho, sólo se puede salir al exterior sin peligro cuando se caen los dientes caninos. Los teléfonos no existen, es más, “teléfono” es un recipiente donde se guarda la sal. Y “coño” (¿dónde has escuchado esa palabra?) es una especie de lámpara. Los aviones son juguetes que caen en el jardín. El padre protege la casa y no duda en sumergirse en la piscina en busca de un monstruoso animal acuático. Todo transcurre en una aparente calma y armonía que se va tornando asfixiante.

La claustrofobia, la crueldad, la distorsión y la violencia son examinados de una forma desapasionada y distante, con cierta frialdad que torna más angustioso el ambiente enrarecido, las particulares normas que, pretendiendo preservar de los peligros del mundo, terminan por volverse contra sí mismas. Y es quizá esta mirada aséptica de la locura lo que ha provocado que a Lanthimos se le compare con Michael Haneke, e incluso se vean ecos del cine de David Lynch en su particular enfoque de la lógica que rige la realidad. Su gradual modo de provocar intranquilidad y ansiedad en el espectador, disfrazado con una medida dosis de humor y una estética casi minimalista, convierten este film en una peligrosa carga de profundidad, perturbadora e incómoda, no apta para todos los estómagos.

lunes, enero 10, 2011

Sexteto de Madrid y otros cuentos



Al leer “Sexteto de Madrid y otros cuentos”, de José Manuel Benítez Ariza, me he encontrado con una prosa y un tono que me han arrastrado por estas historias despertando una curiosidad inevitable. Se trata de un libro que se lee con agrado, narrado con un estilo impecable, de esos que soportan una lectura en voz alta. Se divide en dos partes: la primera está compuesta por seis cuentos ubicados en Madrid; y la segunda, bajo el título “Y otros cuentos”, agrupa trece relatos ambientados en lugares distintos, pero que se hermanan gracias a la voz narradora, al tono pausado y el enfoque realista.

Historias urbanas, centradas en episodios cotidianos, en encuentros breves, en aventuras aparentemente intrascendentes. Los recuerdos pasados, los amores, las oportunidades perdidas o encontradas, la resignación o la incertidumbre ante lo que sucede. Episodios en los que lo más importante son los personajes. Así, encontramos a una esposa y la mujer por la que fue abandonada cuando se conocen en el velatorio del marido; un hombre que en Nochebuena sale de casa con la excusa de que no aguanta el discurso del Rey; un hombre que consigue reencontrarse con un viejo amor; un joven matrimonio que se instala en su piso nuevo, en un edificio sin acabar; la historia de un hombre que va a formar parte del jurado de un premio literario o un paseo por Madrid que es casi un recorrido vital.

Relatos que componen estampas de esas aventuras nimias que nos van ocurriendo día a día. Breves apuntes de la vida cotidiana que conllevan una reflexión sobre la soledad, la comunicación, las relaciones de pareja o la vida literaria.

Dice Benítez Ariza en una Nota Final: Para hablar de determinadas cosas no es del todo necesario haberlas vivido; basta con haberlas anticipado, o presenciado, o temido. Seguramente, la verdadera materia personal está en los detalles, o en determinadas menciones.
SEXTETO DE MADRID y otros cuentos
José Manuel Benítez Ariza
Editorial Hipálage - Sevilla

miércoles, diciembre 29, 2010

Feliz 2011

En el mes de Marzo, Pepe Cervera colgó en su blog un video protagonizado por el personal del Providence St. Vincent Medical Center de Portland. Lo filmaron como campaña contra el cáncer de mama y quiero que sea mi último post de 2010, con su permiso.





También encontré una secuela, en la que aparecen otros centros y gente que ha superado la enfermedad.





Os deseo unas Felices Fiestas y un Feliz Año Nuevo.

jueves, diciembre 23, 2010

Standdart 3


Ya salió el número 3 de la revista Standdart. Un número con el que el proyecto empieza una nueva etapa, ya que también sale en papel. Puedes enterarte de cómo conseguir Standdart haciendo clic sobre la foto de la portada. Y además descargar gratis los dos primeros números.

lunes, diciembre 20, 2010

Cinco libros entretenidos

Me pasa Antonia Romero el testigo de un meme, una lista, un juego. Se trata de recomendar los cinco libros más entretenidos. Ya en este punto se da uno cuenta de lo imposible del encargo y de la subjetividad que inevitablemente tendrá dicha lista. Pero el caso es que se ve uno pensando en qué libros de los que se han leído podrían destacar por haber sido, en su momento, los más entretenidos. Y se elabora una relación que va cambiando día a día, porque se recuerda otro título o algún detalle.
Mi lista de cinco libros más entretenidos configura una especie de proceso de formación. Cada uno de estos libros me ayudó a pasar a un nivel diferente, a explorar nuevos temas y autores.
Podría decir, parafraseando a Groucho Marx: Esta es mi lista, si no les gusta tengo otras.

Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain. Este fue un libro que me enganchó sin remedio. Recuerdo que estaba deseando llegar a casa para continuar su lectura.

La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela. Una lectura demoledora, una prosa hipnótica y una historia terrible.

La metamorfosis, de Franz Kafka. Un mundo extraño en el que lo más fantástico resulta posible. El reflejo de una sociedad que no se inmuta por nada.

El extranjero, de Albert Camus. Me fascinó la voz de este personaje insensible y aturdido.

Alguien voló sobre el nido del cuco, de Ken Kesey. Un deslumbramiento. Trágico y divertido a partes iguales.

Bueno, no sé si serán los más entretenidos pero sin duda son cinco libros imprescindibles.

Premio Audaces 2011

Revista de Libros convoca el premio Audaces 2011

Cada participante deberá enviar un solo texto de cien palabras como máximo, contando una situación, preferiblemente real, en la que se muestre cómo en un momento en el que todas las circunstancias parecían estar en contra, luchó por un sueño o un proyecto personal, profesional, colectivo o artístico, y salió adelante.

Las bases aquí.

miércoles, diciembre 15, 2010

Un poema de Óscar Hahn





¿Por qué escribe usted?

Porque el fantasma porque ayer porque hoy:
porque mañana porque sí porque no
Porque el principio porque la bestia porque el fin:
porque la bomba porque el medio porque el jardín
Porque Góngora porque la tierra porque el sol:
porque San Juan porque la luna porque Rimbaud
Porque el claro porque la sangre porque el papel:
porque la carne porque la tinta porque la piel
Porque la noche porque me odio porque la luz:
porque el infierno porque el cielo porque tú
Porque casi porque nada porque la sed
porque el amor porque el grito porque no sé
Porque la muerte porque apenas porque más
porque algún día porque todos porque quizás

domingo, diciembre 12, 2010

Una foto terrible


Esta es la foto más estremecedora que he visto en los últimos días, una de las más estremecedoras que he visto nunca. Se trata de un estuche escolar.
El estuche fue encontrado en el interior de una maleta, junto con los ejemplares de un cómic manga y el cadáver de un niño. Gracias al estuche se pudo identificar el cuerpo. Debajo de la goma de borrar, el niño había escrito sus iniciales. Se llamaba César. Su madre lo asesinó. Durante más de dos años, la mujer consiguió hacer vida normal y ocultar el delito.

lunes, noviembre 29, 2010

De libros


Oscar Esquivias publica un nuevo libro de cuentos. Con el anterior, “La marca de Creta”, obtuvo el premio Setenil al mejor libro de relatos 2008.
Este nuevo libro se titula “Pampanitos verdes”.



También es destacable la publicación, en la editorial Menoscuarto, de “Llenad la tierra”, libro de relatos del escritor Juan Carlos Márquez.



La publicación de “Un general confederado de Big Sur”, de Richard Brautigan, por Blackie Books, es otro acontemiento editorial a tener en cuenta. Los libros de Brautigan resultan siempre sorprendentes y divertidos y este título estaba inédito en nuestro país.



También está a punto de aparecer un libro ilustrado de microrrelatos sobre perversiones eróticas, editado en la colección Vagamundos de la editorial Traspiés, y titulado “Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas”. La lista completa de autores e ilustradores es la siguiente: Andrés Portillo, Rafael Linero, Raúlo Cáceres, Ángel Olgoso, Antonio Dafos, Isabel González González, Manuel Moyano, Quim Pérez, Jorge Fornés, Vicente Muñoz Álvarez, Hugo Rg [pobreartista], Joaquín Torres, U! a.k.a Uriel A. Durán, Ginés Cutillas, Miguel Sanfeliu, Fusa Díaz, Cristina de Cos, Fco. Javier Pérez, Pablo E. Soto, Hugo García, Marina Guiu, David González, Pablo Gallo, Carlos Vitale, Manuel Rebollar, Ana Ayuso Verde, Isabelle López, Francisco Naranjo, Alejandro Santos, Rubén Little Nemo, Marina Baizán, Hilario J. Rodríguez, Elvis Gato, Juan Jacinto Muñoz Rengel, José Ángel Barrueco, Isabel Wagemann, David Guirao, Joan Ripollès Iranzo, El Bute, Eva Díaz Riobello, Salvador Moreno Valencia, Popá, Elías Moro, Martín Pardo, Carlos Manzano, Kikus, Nacho Cagiga, Felisa Moreno Ortega, Andrés Neumam, Juan Gonzalo Lerma, Manu Espada, Joaquín López, M. A. Cáliz, Pepe Cervera, Rita Vicencio, María Simó, José Ángel Cilleruelo, José Abad, Amanda Manara, Miguel Ángel Zapata, Federico Villalobos, José Cruz Cabrerizo, Esteban Gutiérrez Gómez, Oscar Esquivias, Pablo Ruiz, Carola Aikin, Raul Brasca.



Y esta entrega tiene que finalizar con la recomendación de los cuentos completos de Ana María Matute, merecidísimo Premio Cervantes de este año, editados por Destino con el título “La puerta de la luna”.

jueves, noviembre 25, 2010

Dos eventos

Dos presentaciones a las que no podré asistir, muy a mi pesar, y que me parecen de gran interés. Animo a todo el que pueda, a que no las deje pasar.

Este viernes, 26 de Noviembre, a las 20:30 horas, en la Sala Cultural Nueva Gala, sita en la calle Almona de San Juan de Dios, 15, de Granada, presentará Raúl Ariza su magnífico libro "Elefantiasis" (Ed. Pocarbonados).
Estará muy bien acompañado por Francisco Ortiz y José Abad.


Y el lunes, 29 de Noviembre, en Madrid, a las 19:00 horas, en la librería Rafael Alberti, de la que guardo un especial recuerdo y que se encuentra en la calle Tutor, nº 57, José Manuel Benítez Ariza presentará su nuevo libro "Vida nueva" (Ed. Paréntesis), acompañado por D. Luis Mateo Díez.

jueves, noviembre 18, 2010

Presentación del libro "Premonición"

El domingo, 21 de Noviembre, a las 19:30 horas, se presenta el libro de Pepe Cervera, "Premonición", en el café librería "Slaughterhouse" de Valencia, sito en la calle Denia, nº 22. Tendré el privilegio de acompañar al autor en dicho acto.