Una petaca de Ubrique, finales del siglo XIX
Familia Cabello Izquierdo
Por Esperanza Cabello
En Ubrique, nuestro pueblo, la palabra "petaca" es inusualmente habitual, incluso tenemos un amplio campo semántico autóctono que conocemos todos y que, a veces, los foráneos no comprenden.
Petaca, petaquería, petaquero, petaquera, petaquista, petacabra... todas estas palabras relacionadas con ese objeto que aquí en Ubrique, según la Real Academia de la Lengua Española, conocemos como:
2. f. Estuche de cuero, metal u otra materia adecuada, que sirve para llevar cigarros o tabaco picado.
En realidad, la petaca primitiva ubriqueña tenía un apellido, "petaca de cuarterón", porque, en realidad, servía para contener 125 gramos de picadura de tabaco, esa es la cantidad, también según la RAE, que pesaba un cuarterón (que era medida de líquidos y sólidos).
Pinchando en este enlace, podremos saber más de los cuarterones de tabaco.
Esta es una de las piezas más singulares de nuestra colección, una petaca de cuarterón de finales del siglo XIX, la más grande de todas.
Pero la palabra petaca para la mayor parte de españoles significa:
3. f. Botella de bolsillo, ancha y plana, que sirve para llevar bebidas alcohólicas.
También recordamos que había pilas de petaca, linternas de petaca, o que en el internado se gastaba una broma, "hacer la petaca", poniendo la sábana encimera doblada por la mitad. Mejor dejamos que sea la RAE quien nos de todos los significados: | |
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1. f. Arca de cuero, o de madera o mimbres con cubierta de piel, a propósito para formar el tercio de la carga de una caballería. Se ha usado mucho en América.
2. f. Estuche de cuero, metal u otra materia adecuada, que sirve para llevar cigarros o tabaco picado.
3. f. Botella de bolsillo, ancha y plana, que sirve para llevar bebidas alcohólicas.
4. f. En los sistemas con micrófono inalámbrico, transmisor de pequeño tamaño que suele ir oculto en la ropa.
5. f. coloq. Esp. Broma que consiste en doblar por la mitad la sábana superior de la cama, de manera que, al meterse en ella, no es posible estirar las piernas. Les hicieron la petaca el día de su boda.
6. f. Méx. maleta (caja con asa para viajar).
7. f. pl. Méx. Caderas, nalgas.
Antigua petaca colonial en subasta
Cuero repujado. Siglo XVIII
Y claro, la RAE también explica el posible origen, apuntando la etimología de cada palabra, aunque, en este caso, nos hemos quedado atónitos:
PETACA: Del náhuatl petlacalli 'caja hecha de petate'.
Así que nos hemos visto obligados a traducir casi cada una de las palabras de esta etimología.
En primer lugar, la lengua náhuatl, de la que Google explica:
La lengua nahua o náhuatl, se encuentra considerada dentro del tronco lingüístico uto-azteca
(también llamadas yuto-azteca o yuto-nahua), en el contexto histórico
este idioma ha sido una de las más hablados; se tiene registro de su
existencia desde el norte, hasta el sur de México.
¡O sea, que la palabra petaca viene de Méjico, de los aztecas, es alucinante!
Y ahora la palabra en cuestión, "petlacalli", que, en realidad, es la unión de dos palabras, la más común, calli, que significa, en azteca, casa o incluso caja.
Hemos encontrado una curiosidad fantástica. Calli es también un nombre propio de niña, y en una página que analiza la singularidad de los nombres, resulta que sí es usado en la actualidad.
Esta página puede resultar un divertido juego, sobre todo si buscamos nuestros nombres en Estados Unidos.
Y a continuación hemos buscado "petlatl", que en realidad es una planta conocida en Méjico como petate y cuyo nombre es Thrinax morrissi.
En realidad se parece muchísimo a la palma de este lado del Atlántico.
Petlatl en azteca, petate en mejicano, palma para nosotros
Y, de hecho, el petate tiene los mismos usos tradicionales que nuestra palma:
Asiento de silla fabricado con petate
Si buscamos en el Gran Diccionario Naualt, en este enlace, encontramos lo siguiente:
O sea, que la palabra petlacalli como "caja o petaca de cañas" ya está documentada en 1571.
Así que, como conclusión, podemos decir que la palabra "petaca"tiene su origen en la lengua náhuatl, la lengua de los aztecas. Que significaba "caja hecha con palma" y que su uso se generalizó, significando más o menos "recipiente". Que la nuestra, nuestra petaca de cuero ubriqueña, se llamaba "de cuarterón", o sea, que era un "recipiente para guardar un cuarterón de tabaco".
La primera prueba documental que hemos encontrado con la palabra "petaca" ha sido en el archivo de Jerez, en 1858, aunque en 1857 ya ha petacas estampadas con firma y sello, y la primera vez que la hemos encontrado en prensa ha sido en el Heraldo de Madrid, el 14 de junio de 1905. (En este enlace).
ADDENDA:
Cuando hacemos una entrada de este tipo, lo primero es ir a las páginas de los que conocen en profundidad el tema, y para nosotros, nadie mejor que nuestro amigo José María Gavira, nuestro amado padre, nuestra admirada María García Antuña o nuestro querido Bartolomé Pérez Sánchez de Medina.
En este caso, y a pesar de la cantidad de investigaciones de primer nivel que han realizado todos, solo encontramos un estudio etimológico de la palabra petaca.
¡Pero qué estudio! Nos descubrimos ante la fantástica aportación de María García Antuña, no en vano es una gran filóloga y forma parte del mundo universitario.
"Ubrique de las petacas"
Por María García Antuña
María publicó, en 2016, su libro "Ubrique de las petacas. Una aproximación lingüística a los oficios de la piel", con la editorial Tréveris.
Hemos leído y consultado decenas de veces este libro, es casi "un libro de cabecera" para nosotros, y siempre nos causa una profunda admiración su trabajo y su manera de acercarse al mundo de Ubrique y la piel.
Pero nuestra memoria juega a veces "al esconder" (como se dice en ubriqueño) con nosotros, y no nos "acierta los frailes" (también ubriqueño puro) en muchas ocasiones.
Así que habíamos olvidado que María estudia la etimología de la palabra petaca en una decena de páginas de este libro. Comenzando con el náhualt y terminando con varios diccionarios de autoridades.
Les recomendamos encarecidamente leer sus explicaciones. Nosotros nos hemos permitido escanear la primera página, seguros de que contamos con su consentimiento.
¡Gracias, María, por ser pionera!
Pero, ya terminando, si hoy hubiéramos comenzado por leer de nuevo su trabajo, no habríamos aprendido tanto con la palabra petaca, ni hubiéramos disfrutado jugando con los nombres de pila, ni nos habríamos hecho a la idea que, cuando los sudamericanos dicen petaca a los baúles y maletas, están diciendo lo mismo que nosotros: recipiente para guardar cosas, en su caso ropa y en el nuestro picadura de tabaco.
NOTA DEL 11 DE JULIO:
Nuestro amigo Félix Mateos Guillén ha tenido la gentileza de enviarnos la definición de petaca en el María Moliner, que adjuntamos.
Muchísimas gracias, Félix.
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