Ronda, 1919
Por Esperanza Cabello
Continuamos la serie de cartas explicando los efectos del terremoto de Lisboa en la Sierra de Cádiz. En aquella época aún pertenecíamos al obispado de Ronda, y fue el obispo de esta ciudad, don Joseph Theodoro Delgado y Mentera, quien se encargó de recoger las cartas de los alcaldes de toda la sierra y remitírselas a su Majestad Fernando VI.
Y esta es la
copia la copia de una carta que se conserva en el Archivo
Histórico
Nacional y que fue redactada por el obispo , en noviembre de
1755 y
dirigida a Su Majestad el rey Fernando VI dándole cuentas de lo acaecido
en el pueblo durante el gran terremoto del 1 de noviembre de 1755, que
causó grandes daños en la Península Ibérica y en el norte de África y
que sigue siendo considerado el más grave que nos haya afectado: el
"Terremoto de Lisboa", que provocara el maremoto de Cádiz.
Ronda, 24 noviembre 1755.
El Alcalde mayor [= teniente de Corregidor. FRT].
Da cuenta de lo ocurrido en el terremoto a consecuencia de la orden que a este fin se le comunicó por V. I.
Ilustrísimo Señor:
Muy Señor mío:
En cumplimiento de la Real Orden de S. M. (que Dios guarde), que V. S. I. me comunicó en fecha del 8 del corriente para que informe con individualidad sobre el terremoto que se experimentó en esta ciudad la mañana del día 1 de este, debo decir, con arreglo a lo que ví, y he oído a personas de todos estados , de la mayor fidelidad, y verdad, lo siguiente:
* El dicho día 1 amaneció muy claro por todo el horizonte, muy sereno, sin aires ni nubes, su temperie calurosa y, por tal, extrañas de la estación que por esta clima correspondía, pues según todos los naturales debía ser muy fría, el Sol, aunque brillaba, se observó que sus rayos y reflejos no estaban encendidos como debía ser, antes sí se notaron amortiguadoscon desmayo.
* A las diez de la mañana y un minuto o dos, así los que se hallaban dentro de las Iglesias, en las casas, Plazas y las calles, sintieron en sí desazones en los estómagos, y mareos de cabeza, sintiendo dicho terremoto en vaivenes, que en principio fue leve, pero sin intermisión se aumentó con fuerza notable.
* Con dichos vaivenes se tocaron por sí propias las campanas de la torre de la Iglesia mayor, y de otras, por algún rato, las lámparas se bamboleaban con exceso; las pilas de agua bendita pegadas a las paredes. Y las que están enmedio de algunas iglesias sobre pequeñas columnas, se vaciaron a ambos lados. Las enmaderaciones y bóvedas de los techos crujían, las columnas se meneaban notablemente , los retablos e Imágenes de Dios, de su Santísima Madre, y de los Santos colocados en ellos, y en los altares, se movían con exceso, como lo ví en la Iglesia de laCaridad, donde me hallaba oyendo la misa.
* Los aljibes o cisternas que hay en algunos conventos, y en muchas casas para recoger las aguas llovedizas, por no haber pozos manantiales, se observó que dichas aguas se subían a los brocales, dando borbotones como si estuvieran hirviendo.
* Los árboles se movían a uno y otro lado, tocando con sus copas en la tierra.
* Duró siete minutos.
* Asimismo se notó que una mina manantial de un crecido caudal de aguas, que cae al tajo, y río que siempre echa y ha echado un golpe de agua grande muy clara, sin que hasta de presente se haya descubierto su nacimiento, arrojaba dicha agua con más aumento, muy turbia, gredosa, y de color de barro, y continuó así desde dicho terremoto por tres días siguientes. Y volvió a su antiguo ser y curso.
* En la Iglesia mayor se lastimaron las enmaderaciones de su techumbre sin demasía.
* En la Iglesia parroquial del Espíritu Santo, obra muy fuerte, de las bóvedas algunos fragmentos de yeso, aunque leves.
* Y en una pared de una de sus capillas se hizo una rajura [sic] desde cerca del suelo hasta el techo, bien que no de consideración.
* En el convento de religiosas descalzas del Patrocinio de Nuestra Señora y del Señor San Joseph quedaron tres paredes principales, partidas enteramente por diversas partes desde los cimientos hasta lo alto; otras paredes no principales, lo mismo. Las bóvedas del piso de las celdas de sus religiosas, totalmente amenazando ruinas; una esquina de su dormitorio muy quebrantada, y está para dar en tierra.
* Y, en fin, todo dicho convento muy lastimado en todas sus partes, las unas más que en otras, a excepción de su Iglesia, que no ha padecido nada.
* Algunas casas quedaron lastimadas, y dos en el barrio de San Francisco se arruinaron en un todo.
* Después de dicho terremoto se levantó el aire Norte, que corrió sin demasía, haciendo mucho frío aquella tarde.
* En el campo se han caído algunas paredes de cortijos, pero ni en ellos ni en esta ciudad ha habido desgracia depersonas ni tampoco de ganados, ni de otros animales.
* Inmediatamente que pasó dicho terremoto, en la Iglesia mayor, por su Cabildo eclesiástico se manifestó a Nuestro Señor Sacramentado y se cantó el Te Deum, manteniéndose manifiesto todo el día citado, practicando esto mismoen las Parroquias, lo que se repitió por todo el día 2 siguiente, todo en acción de gracias.
* Por esta Ciudad, a proposición mía, mediante a haber experimentado la Divina Misericordia, sin los estragos que las de Cádiz, Sevilla y otros pueblos, se votó una solemne fiesta para todos los años y para siempre jamás, en dicha Iglesia mayor, por tan singulares beneficios, y en el día 16 se hizo la primera, y por la tarde salió una procesión general, a que concurrieron todas las Comunidades y Parroquias, y la Ciudad, sacando al Santísimo Sacramento
Nuestra Señora de la Asunción, y al Señor San Cristóbal, Patronos de esta dicha ciudad.
* Las Comunidades han practicado en sus conventos sus funciones particulares.
* Y la de la Santísima Trinidad calzada, sin embargo de su pobreza, ha hecho por tres días, y el uno por las almas de los que han perecido con dicho terremoto, y lo mismo está ejecutando la Comunidad de religiosas de Santa Clara, de esta ciudad.
* También hago presente a V. S. I. cómo por relación de personas verídicas seculares y eclesiásticas, que me han informado que la tarde del día vísperas del terremoto, estando en el campo en la diversión de la caza, notaron que los perros que llevaban corrían en notable alboroto, y locura, oliendo en las roturas de la tierra cada instante, cuyos movimientos extrañaron, y los atribuyeron a mutación de tiempo, que habría al día siguiente, o tempestad de aire, fundando este discurso en la experiencia que ha tocado en otras ocasiones que habíamos ido a cazar, pero nunca se ha seguido el más leve terremoto.
* Asimismo antes de amanecer el día 2 citado, se vio por algunas personas un fenómeno grande en figura de torre, sin remates, y por unas de sus partes, algunos rasgos que corrían desde Poniente al Levante, que duró no mucho tiempo, extrañando la claridad que causó por buen rato, por no ser todavía la hora del alba ni aún en mucho después.
* Y también se ha observado por tres noches contínuas como, una hora después de la oración, otro fenómeno muy encendido; su duración no muy breve.
* Y la noche del día 22, como hora de las siete y media hubo otro temblor de tierra muy ligero, que sólo se percibió.
* Por lo respectivo a los lugares de esta Jurisdicción y tesorería, hago que remitan sus informes en virtud de habérseles comunicado dicha Real Orden.
Los pasaré a manos de V. S. I. quedando en el interin el más rendido para ejecutar ciegamente las órdenes de V. S. I.
Nuestro Señor prospere la vida de V. S. I. en su mayor exaltación los años que puede y esta Monarquía necesita.
Ronda, 24 de noviembre de 1755.
Ilustrísimo Señor:
Besa los pies de V. S. I. su más rendido servidor,
Joseph Theodoro Delgado y Mentera
Ilustrísimo Señor Obispo de Cartagena, Gobernador del Supremo Consejo de Castilla.
Jardines en Ronda
Acuarela de Antonio Valle
"El terremoto de Lisboa, que alcanzó los 9 grados de magnitud en la
escala Richter, es considerado aún hoy uno de los más destructivos de la
historia. Las olas que se desataron en el sur de la Península Ibérica
pudieron haber sobrepasado los 15 metros de altura, y según se tiene
constancia ahogaron a 15 personas repartidas por toda la capital
gaditana.
El movimiento sísmico, convertido en maremoto en ciertas
ciudades como Cádiz o Conil, arrasó todo lo que encontró por delante y
afectó en distinto grado a varios países como Marruecos, Portugal y
España.
La envergadura de este acontecimiento fue tal que el rey
Fernando VI ordenó sondear a la población. Así, se llegó a realizar una
especie de encuesta preguntando a los habitantes de cada pueblo si
habían notado el temblor. Del primitivo estudio de opinión se encargaron
las personas más cultas de cada lugar." (El maremoto de Cádiz).
En el magnífico libro sobre los efectos en España del terremoto de Lisboa, de José Manuel Martínez Solares podemos leer:
" La documentación que el Archivo Histórico Nacional había recogido pueblo a
pueblo se obtuvo a partir de una encuesta que el rey Fernando VI (que había sentido
el temblor en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, desplazándose de forma
Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755)
acelerada ese mismo día a Madrid) ordenó llevar a cabo el día 8 de noviembre al
Gobernador del Supremo Consejo de Castilla, a la sazón Obispo de Cartagena, solicitando
información sobre lo acaecido en España a causa del terremoto. Para llevar
a cabo esta encuesta se confeccionó un cuestionario que se debía contestar sin dilación,
dirigido a las personas de mayor razón de las capitales y pueblos de cierta
importancia de toda España. Casi literalmente, la encuesta contenía las siguientes
preguntas:
1. ¿Se sintió el terremoto?
2. ¿A qué hora?
3. ¿Qué tiempo duró?
4. ¿Qué movimientos se observaron en los suelos, paredes, edificios, fuentes
y ríos?
5. ¿Qué ruinas o perjuicios se han ocasionado en las fábricas?
6. ¿Han resultado muertes o heridas en personas y animales?
7. ¿Ocurrió otra cosa notable?
8. Antes de él ¿hubo señales que lo anunciasen?"
pueblo se obtuvo a partir de una encuesta que el rey Fernando VI (que había sentido
el temblor en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, desplazándose de forma
Los efectos en España del terremoto de Lisboa (1 de noviembre de 1755)
acelerada ese mismo día a Madrid) ordenó llevar a cabo el día 8 de noviembre al
Gobernador del Supremo Consejo de Castilla, a la sazón Obispo de Cartagena, solicitando
información sobre lo acaecido en España a causa del terremoto. Para llevar
a cabo esta encuesta se confeccionó un cuestionario que se debía contestar sin dilación,
dirigido a las personas de mayor razón de las capitales y pueblos de cierta
importancia de toda España. Casi literalmente, la encuesta contenía las siguientes
preguntas:
1. ¿Se sintió el terremoto?
2. ¿A qué hora?
3. ¿Qué tiempo duró?
4. ¿Qué movimientos se observaron en los suelos, paredes, edificios, fuentes
y ríos?
5. ¿Qué ruinas o perjuicios se han ocasionado en las fábricas?
6. ¿Han resultado muertes o heridas en personas y animales?
7. ¿Ocurrió otra cosa notable?
8. Antes de él ¿hubo señales que lo anunciasen?"
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