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martes, 12 de noviembre de 2024

Misa por Juan Ramírez Domínguez mañana miércoles a las 19:30

 

Nuestro amigo Juan Ramírez, fallecido el pasado 19 de septiembre


Por Esperanza Cabello

Nuestro querido Juan falleció, para tristeza de todos, hace varias semanas, aún no ha dado tiempo a aceptar que la muerte es así, rápida e injusta, que va y viene dejándonos a todos cada vez un poquito más vulnerables y más solos.

Sus amigos y familiares en Ubrique han organizado una misa por su eterno descanso que tendrá lugar mañana miércoles, 13 de noviembre, a las 19:30 en la parroquia de Nuestra Señora de la O.

Juan, el hombre que consiguió hacer de su tremendo dolor por la pérdida de su hijo un puente hacia la literatura y la solidaridad, nos ha dado a tojos ejemplo de humanidad, cercanía, sensibilidad y, por supuesto, fortaleza.

Continúas en nuestro corazón como siempre, amigo💜💜💜



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domingo, 22 de septiembre de 2024

Despedida a Juan Ramírez, por Juan González Cabezas

 

Mínimos poemas de otoño
 
 
A Juan Ramírez Domínguez, mi querido amigo.
 
 
Y ahora que las granadas
se abren como corazones
enramados,
rojas rezumando sangre
en grietas dulces,
labios que lamen pulpas
transparentes y perlas fucsias,
ahora que se esperan lluvias
en los ríos,
altos arroyos desbordándose,
aguas sobre el agua
salpicando en botas de goma
almas e intemperie,
leve frío en los callejones,
pájaros en los plátanos piando
al caer la tarde,
ahora que los farolillos
se arrastran por el suelo
como un dolor arrugado de colores,
y huele a gomas de borrar
en los pelos de los niños,
que las nubes dan arrope a la memoria,
y el verano huye
como una hiena que roba
zamboas amarillas en la huerta,
ahora que recordar es una vida paralela
que nos hace inmortales,
días después que una Virgen
cruzase tu calle enamorada de azucenas,
ahora que eras palabra caudalosa,
viajero de la noche en bicicleta verde,
preso del sufrir que el mar golpea
con violetas,
ahora llenas el espacio de los pinitos
que salen de tu tierra,
sin ti el recuerdo ya no es confortable,
ni la muerte es la nieve donde nos tendíamos
tan jóvenes, querido amigo,
sin tí duele mirar las altas cumbres
del río donde ahora llueve.

Juan Ramírez Domínguez. In memoriam

 


 Juan en Núremberg

Una visita final que cerraba un ciclo

 

 

Por Esperanza Cabello

 

Esta misma noche he tenido noticia, por Manuela Agüera y Ana Mari Ramírez, de la muerte de mi amigo Juan Ramírez Domínguez el jueves pasado en Cádiz. La noticia me ha pillado tan de sorpresa que no he podido reaccionar en mucho rato.

¡Juan! ¡¿Muerto?! No me lo podía creer, el corazón me ha dado un vuelco y se me ha desgarrado un poquito más el alma. No puedo ni imaginar el dolor terrible que estarán sintiendo Clemen y Blanca, su mujer y su hija, ni sus hermanos Ana Mari y Antonio. 

Mis recuerdos de Juan se remontan a la más tierna infancia, era el hermano mayor de Antonio y Ana Mari, los tres hijos de Juan Ramírez, "el de Correos", y Rafaela Domínguez, su madre, que falleció demasiado pronto.

Lo recordamos en lo de su abuelo, "lo de Pendón";en Ronda, en Las Delicias; y en Cádiz: Hace casi treinta años una tarde, al recoger a los niños de la guardería, me fui con ellos a jugar a una plazoleta, y cantábamos "Chincho, chinchorro". 

Una voz nos habló desde la esquina: "Qué de tiempo hacía que no escuchaba esas canciones ubriqueñas".

Era Juan, con sus dos niños, Juan Manuel y Blanca, que rápidamente se pusieron a jugar con Serafín y Julia mientras nosotros hablábamos de tiempos antiguos, de canciones, de hijos y de familia. Aquel invierno nos vimos más tardes en la plazoleta, y estábamos contentos de compartir vidas similares (sus hijos un poco más pequeños que los míos).

Después se sucedieron una serie de traslados y mudanzas, y no volví a saber de ellos hasta que Ubrique en el recuerdo vio la luz. Juan, que había adoptado un seudónimo "Bebio Dencio", supuestamente el nombre del primer ubriqueño que  fue esculpido en piedra (en este enlace). En estos doce años, Juan se ha convertido en un colaborador imprescindible de Ubrique en el recuerdo. Su memoria impresionante, su manera de contar las antiguas historias, su magnífica afición de guardar todos los pequeños tesoros de la familia (fotografías, recuerdos, documentos...) han sido de un valor incalculable.

Pero hubo un suceso que cambió nuestras vidas para siempre, su hijo Juan Manuel murió inesperadamente en Alemania, y de repente todo se convirtió en un caos terrible y doloroso. No solo estaban destrozados él y Clemen, su mujer, por la pérdida de su hijo, sino que tuvieron que enfrentarse a un difícil muro administrativo por estar en un país extranjero con muchos requisitos.

La familia quedó rota a partir de ese momento, siempre habían sido cuatro, y ahora solo quedaban Juan, Clemen y Blanca. Y su dolor era desgarrador.

Juan ha sobrevivido siete años a su hijo, en este tiempo de gran dolor ha ido intentando gestionar su pena con la escritura, publicando siete libros alucinantes sobre sus sentimientos, sus pensamientos, sus recuerdos, su pena, su desgarro. (En este enlace)

He hablado con Juan  muchas veces de esta tragedia, y nunca he podido imaginar el horror de la pérdida de un hijo, orfandad inversa, decía Juan, a falta de un término para designar esta situación. Juan me ha contado su tarea en la asociación "Alma y Vida", y siempre me ha parecido magnífico que, a pesar de su propio desgarro, hacía todo lo posible por ayudar a quienes sufrían una pérdida como la suya.

Ha seguido escribiendo, ha seguido trabajando, ha seguido dando charlas, ha seguido regalando libros, ha seguido colaborando con asociaciones culturales... y todo a pesar de que su corazón no quería seguir latiendo y todo el sufrimiento le pasaba factura.

La semana pasada, sin ir más lejos, estuvimos hablando de una fotografía de su familia, que publicaba el miércoles en el blog. Y el miércoles por la noche, comentando la fotografía, me envió varias fotografías para mi hermano Manolo, de la época de Las Delicias, que están preparando su cincuenta y cinco aniversario. Me habló muy cariñosamente de mi hermano y nos deseó a todos mucha salud. Le conté que el jueves nos íbamos a ver a los nietos y que volveríamos muy pronto, y me deseó muy buen viaje aquel miércoles por la noche.

El jueves empezó a sentirse mal y parece que su corazón ya no aguantaba más dolor, murió acompañado de su querida Clemen sin que se pudiera hacer nada por impedirlo.

¡Ay qué dolor!

Para Juan, esa era la única frase que podía resumir tanto sufrimiento. Y ahora yo la utilizo por Juan, por Clemen, por Blanca, por Ana Mari, por Antonio, por todos.

Un hombre tan culto, tan educado, tan cariñoso, tan generoso y con tanto tesón y voluntad. Juan fue enterrado ayer  junto al árbol de JuanMa, el árbol de la familia en el Bosque de los Recuerdos, en una ceremonia íntima y privada.

Y  para todos los que quedamos aquí, se abre un abismo, la certeza de que, en cualquier momento, cualquiera de nosotros puede caer en él. 

Juan decía que solo te morías de verdad cuando nadie te recuerda. Eso no sucederá, porque la estela de bondad y generosidad que ha dejado entre nosotros no se perderá. Sus libros, sus escritos, sus pensamientos y su poesía quedarán para siempre.

El corazón vuelve a irse a lado de sus seres queridos, y quiero mandarles, dentro de la pena que esta noche me embarga, un gran abrazo, porque palabras de consuelo no encuentro para esa familia partida.

Descansa en paz, querido amigo, tú también te has ido casi sin decir adiós, demasiado joven, demasiado pronto, pero dejando tras de ti una huella imborrable.

 


 

Ubrique en el recuerdo y el mundo de los libros se quedan huérfanos sin ti, amigo.



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domingo, 1 de septiembre de 2024

Esperando a Nuestra Señora de los Remedios. Con el recuerdo imborrable de tita Reme

 

 

Nuestra Señora de los Remedios. Patrona de Ubrique. 1940

💜


Por Esperanza Cabello

 

En estos primeros días de septiembre, por mucho ruido y mucho alboroto que haya en nuestro pueblo, nosotros seguimos pensando en lo que, para muchos, es lo único importante.

Y no se trata de la devoción a la Virgen, que también, ni en la ilusión de ver, dentro de ocho días, cumplido de nuevo el sueño de verla pasar por nuestras calles con todas las tradiciones y sentimientos a flor de piel: los mantones, las flores, la novena, la música, los rezos...

Se trata de la familia, que sigue siendo `para nosotros lo más importante. Nos acordamos de tantas personas que no podrán estar ya en esta celebración, de tantas familias que hoy lloran a sus seres queridos (un abrazo muy grande, amigos), pero, sobre todo, nos  acordamos de aquel primero de septiembre de hace ya catorce años.

Aquella vez en la que estábamos maquinando para que nuestra querida tita Reme pudiera estar en la procesión, a pesar de la enfermedad. Que si una cámara de video en el balcón, que si poner una camita en el despacho y abrir la ventana al paso de la Virgen...

No nos dio tiempo a terminar ningún plan, tita Reme se fue, tan temprano que nos dejó a todos muy huérfanos, muy solos, muy enfadados con el destino y muy tristes.

María Remedios y Esperanza Izquierdo

Dos modelos de humanidad y grandes mujeres


Nuestras primas, Natalia y Lola, perdieron a su madre, pero todos los demás perdimos a un bastión familiar, a una institución, a una persona increíble, con una fuerza y unas ganas de vivir que intentamos recordar ahora, para que siga siendo nuestro ejemplo.

Su querido Antonio se quedó también solo, sin explicarse qué había pasado, pero agradeciendo a la vida la oportunidad de haberla conocido.

Y sus hermanas, Carmen y Esperanza, las mayores, para las que era alegría y apoyo, se quedaron desoladas, desconcertadas y perdidas. Sus vidas ya no serían nunca como hasta entonces.

Por muchos años que pasen, lo primero que nos recuerda este mes de septiembre es a nuestra querida tita Reme, la gran suerte que tuvimos de vivir con ella y disfrutar de su carisma durante cincuenta años, la que se convirtió en nuestra segunda madre, en nuestra hermana, en nuestra amiga. En un modelo de bondad y rebeldía a la vez, que nos enseñó que, por mucho que la vida te de patadas, tú siempre serás más fuerte, más sabia, mejor.


Eso decía el primo Paco al despedirte:

"Eres la mejor, tita Reme"

💜💜💜💜💜


viernes, 30 de agosto de 2024

Mateo Zapata Vázquez, In Memoriam

 

Mateo Zapata Vázquez en la pila de La Plaza

Ubrique, años cincuenta



Por Esperanza Cabello


Cada vez que muere uno de nuestros mayores, un poquito de nuestra esencia ubriqueña muere con ellos, pues se llevan sus vivencias, sus experiencias, sus recuerdos...

Esta semana es especialmente triste, pues la comenzamos despidiendo a una de las ubriqueñas más longevas y queridas (había superado los ciento un años), Josefa Pérez, una mujer de bandera que trazó un camino de esfuerzo, cariño y empeño casi más allá de lo posible, siendo modelo para muchos y  dejándonos a todos un poquito más huérfanos. Un abrazo muy grande para toda su familia.

Y hoy lloramos la muerte de un hombre muy especial y muy querido también, Mateo Zapata Vázquez, el decano de la familia Zapata, ejemplo de trabajo bien hecho, de emprendimiento (una palabra tan de moda ahora que, en realidad, inventaron nuestros abuelos), de fortaleza y de dignidad.

Nacido en Villaluenga del Rosario en junio de 1927, Mateo estaba próximo a cumplir sus cien años. Después de una vida de película, arropado y cuidado por sus hijas y su hijo, querido y admirado por sus nietos y bisnietos, era capaz de fascinarnos a todos con sus recuerdos, con su gran memoria, con su vida llena de trabajo, esfuerzo y mucho tesón.

 


 

Hasta el último momento cuidando de su familia

Mateo esperaba con ilusión la llegada de su bisnieto Enzo, al que, felizmente, ha conocido


 

Hoy, a sus noventa y siete años, Mateo ha fallecido rodeado y querido por los suyos; su entierro tendrá lugar en el cementerio municipal mañana, treinta y uno de agosto, a las once y media de la mañana.

Todo nuestro cariño para su gran familia, y un abrazo de corazón para todos los que tanto lo han querido y tanto lo han cuidado.

¡Hasta siempre, Mateo!


 

 

Muchas veces hemos mencionado a Mateo Zapata en este blog, (en este enlace), del que ha sido colaborador en varias ocasiones; no solo por la amistad que une a nuestra familia con la suya, sino por aquella amistad que Mateo Vázquez y Leandro Izquierdo, nuestro abuelo, cultivaron a mediados del siglo pasado. 

 

Tuvimos la oportunidad de escribir su biografía en 2012:

Mateo nació en Villaluenga del Rosario el seis de junio de 1927. Sus padres eran Sebastián Zapata Fernández y María Vázquez Marín. Su padre era albañil, encargado de la eléctrica de la sierra, y tenían nueve hijos. Era una época muy dura, llegaron los años de la guerra y de la posguerra y apenas tenían qué comer.
 
Mateo recuerda que con diez añillos iba a coger tagarninas para llevárselas a su madre. Las preparaban, las pelaban... y después se comían las tagarninas y las peladuras, de hambre que pasaban, como tantas y tantas familias de la sierra en aquellos años.


La familia Zapata Vázquez al completo
Villaluenga del Rosario , 1936


Su tía, Isabel Vázquez Marín, que trabajaba en Ubrique en la fonda de Cañaílla, le buscó una colocación en Ubrique. Llegó a nuestro pueblo a trabajar el dieciséis de marzo de 1941, con doce añillos, y ha trabajado, desde entonces, todos los días de su vida, sin parar ni uno, ni siquiera el día de su boda, que por la noche tuvo que trabajar también como transportista.



En la feria de Ubrique, con sus hermanos



Su primera colocación, en 1941, fue en el café de Pendón. Su jefe, Juan Domínguez Pendón, fue su primer patrono, lo colocó para hacer faenas, mandados, encargarse del agua, de la limpieza y empezar a servir. Mateo vivía, comía -poquillo entonces, que no había mucho- y dormía en el café.
En 1942, viendo que el chiquillo era "espabilao", Rodrigo Orellana lo contrató para el bar la Pila, justo a la izquierda de la pila de la Plaza. Mateo se encargaba del bar como un adulto, era capaz de servir las mesas, preparar los cafés y estar pendiente de todos los que entraban en el establecimiento. Nos cuenta que iba a tostar el café que traían las matuteras de Gibraltar a una tostadora que su patrón tenía en el patio de la casa de la calle Cañito. Preparaba una candela de leña y sobre las ascuas tostaba el café que después molía con un molinillo de dos asas.


 En la pila de la Plaza, años cincuenta



En 1947 se fue a trabajar al Casino de Ronda, donde estuvo solo un año, porque en 1948 lo llamaron a filas. Tuvo que ir a Zaragoza, pero nada más llegar lo volvieron, porque tenía los pies planos.
De vuelta a Ubrique empezó a trabajar en casa Barrera, el bar de la calle del Agua, allí trabajó desde 1948 hasta 1951.


Casa Barrera, con la cafetera exprés de la época



En 1951 Mateo cambió de profesión y comenzó como transportista en El Bosque con Matías Ramírez.
En 1953 volvió a Ubrique, y empezó a trabajar con la empresa de Transportes León hasta 1985.



 El camión de Transportes León con Mateo Zapata sobre  la carga
Ubrique, 1954-1955

Precisamente de su trabajo con esta empresa de transportes conocemos a Mateo. Estuvo trabajando muchísimos años como transportista para la fábrica de nuestro abuelo Leandro, pueden leer su historia pinchando en este enlace. Mateo sigue mostrándonos, con orgullo, el escritorio de nuestro abuelo, que él recuperó y conserva  en su trabajo, y una cartera de cocodrilo de las de la fábrica, de aquellas de cocodrilo "auténtico" que eran la joya de la marroquinería ubriqueña.


Desde que se jubiló como transportista Mateo ha estado trabajando en el taller de automóviles con su hijo Sebastián y con sus tres nietos, si dejar de trabajar ni un solo día de su vida.


 Mateo Zapata en la feria


Es increíble cómo una persona puede estar tan pendiente de su trabajo y también de su familia. Mateo se trajo a sus padres y a sus ocho hermanos a Ubrique en 1945, viendo que aquí podía echarles bien una mano.
No se imaginan dónde vivían: en la ermita de San Juan, en el piso superior. Ignorábamos quiénes habrían sido los últimos habitantes de esta ermita y ahora sabemos que la familia Zapata Vázquez fue la última que la habitó. Sebastián recuerda cómo su tío entregó hace relativamente poco tiempo la llave al ayuntamiento.

 

 

domingo, 30 de junio de 2024

Ocho años sin tí, mamá

 

Portada de "Canciones de España"

Recopilatorio realizado por Esperanza Izquierdo a principios de los años cuarenta

 

 

Por Esperanza Cabello

Hoy hace ocho años que murió nuestra madre, Esperanza Izquierdo Fernández. Ocho años que han pasado sin que ni un solo día hayamos dejado de echarla de menos, sin que nos sintamos cada vez más huérfanos y sin que no aspiremos a parecernos a ella por su bondad, por su empatía, por su cultura, por su interés, por su valentía...

Esta semana nos cruzamos en la Costanilla con nuestro amigo Ramón Flores, que nos llamó: "Esperanza Izquierdo", le dijimos que Izquierdo era por nuestra madre, y Cabello por nuestro padre, pensando que había confundido los apellidos, pero nos dijo: "Que no, que te he dicho Esperanza Izquierdo porque cada vez te pareces más a ella, has sido como una aparición".

Pues esa es nuestra aspiración, cuando éramos pequeños queríamos ser arqueólogos, o maestros, o hablar otros idiomas, o viajar y conocer mundo.

Ahora, la mayor aspiración es esa, parecernos un poco a nuestra madre, acercarnos a ella en bondad, en tranquilidad, en paciencia, en ser para todos un rayito de sol en invierno y una sombra fresca en verano. Una persona tan familiar, admirada y admirable, aunque muy humilde y modesta. Pero sobre todo, querida.

¡Siempre con nosotros, mamá, siempre en nuestros corazones!💜💜💜💜💜💜

 

 

 

La colaboradora número uno del blog

 

 

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viernes, 31 de mayo de 2024

Manuel Cabello Janeiro. "No se entiende la historia de Ubrique sin él".

 

Manuel Cabello Janeiro

Estudiante de medicina a principios de los cincuenta



Por Esperanza Cabello

En los últimos días hemos oído (como en los últimos años) muchos elogios a la figura y a la persona de nuestro padre. Tal vez porque fue de los primeros en preocuparse por la historia global de nuestro pueblo, tal vez porque su profesión de maestro lo acercó a muchos niños y niñas que hoy son padres y abuelos, tal vez porque su vida profesional en el mundo de la piel marcó sus intereses y sus caminos...

El caso es que, desde que en diciembre grabamos un programa sobre Ubrique hemos estado inmersos en un sinfín de actividades relacionadas con la historia y el mundo de la piel: en marzo un video sobre la historia de las mujeres petaqueras, la celebración del Ocho de marzo en Movex, de la mano de FADAC, la participación en un programa radiofónico de Canal Sur sobre historia de la piel, la feria Bajo la piel, la inauguración de la plaza de la Mujer petaquera, el libro de nuestro amigo Juan Barea, la grabación de Andalucía Directo, la asistencia hasta en tres ocasiones a la Mañana de Radio Ubrique, las visitas al Rodezno con los hermanos Román, el stand en el San Juan, las reuniones para organizar diferentes eventos, el homenaje a Manuel Cabello hijo, tan querido o más que su padre,  la preparación de una nueva exposición, la celebración del Día del Petaquero, que tuvo lugar en el Museo de la Piel por el que tanto trabajó nuestro padre, y  en la que Pedro Galiana pronunció una frase que nos llenó de orgullo: "No se entiende la historia de Ubrique sin el excelente trabajo de Manuel Cabello Janeiro".

 


 

Memoria de la Patacabra y la Marroquinería. Presentado por el doctor Pedro Galiana el pasado 27 de mayo, Día del Petaquero.


En todas y cada una de estas actividades ha estado presente, en alma y recuerdo, Manuel Cabello Janeiro. Él fue quien escribió los libros sobre historia de Ubrique, él fue quien hizo las primeras investigaciones sobre curtidos y tenerías, él recopiló todos los datos posibles sobre la industria de la piel, sobre los molinos, sobre los primeros petaqueros y las primera piezas de marroquinería.

Por eso hoy, que hace veinticuatro años que nos dejó, no podemos menos que sentirnos, como siempre, orgullosos de nuestro padre. Sabemos que casi todos los hijos se sienten orgullosos de sus padres, pero nuestro sentimiento es más singular aún cuando comprobamos que, a pesar de que murió hace casi un cuarto de siglo, su trabajo y su presencia siguen a nuestro alrededor, quizás más presentes que nunca.

Nuestra familia ha seguido creciendo, pero todos vivimos impregnados por su figura, fue mucho padre y mucho abuelo, de manera que hasta los nietos que no lo conocieron se parecen a él, e incluso los bisnietos, tan pequeñitos, tienen un aire a los abuelos que no pasa desapercibido.

Seguimos teniendo muchos proyectos; la familia Cabello Izquierdo no para, nos empapamos de los principios, los valores, la ilusión y la pasión de nuestros padres y aquí estamos, con una actividad imparable, llevando nuestro pueblo lo más alto que podemos, cuidando de nuestra familia y, sobre todo, recordando a nuestros mayores.

¡Siempre en nuestros corazones!



Manuel Cabello y Esperanza Izquierdo en El Jardín. 1953



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domingo, 4 de febrero de 2024

Marina Rubiales Rojas. In memoriam

 

 

Marina y Agustín en la feria de Ubrique

Septiembre 1966


Por Esperanza Cabello


Hay personas que dejan en tu interior una huella imborrable, personas que se han ganado a pulso nuestra admiración y nuestro cariño, personas con las que te has cruzado en la vida y que a partir de ese momento, forman parte de tus mejores recuerdos, de tus mejores sentimientos.

Y una de ellas es Marina Rubiales Rojas, una mujer dulce y cariñosa que se ha granjeado el afecto y el aprecio de todos los que la hemos conocido.

Marina ha muerto esta mañana, a sus ochenta y tres años, había nacido en mayo de 1940; se ha ido apagando poquito a poco, como una velita, rodeada del amor de sus tres hijos y de toda su familia. Hacía ya mucho tiempo que la enfermedad la acompañaba y ya no ha podido esquivarla más.

Nosotros somos familia, su padre, Emilio Rubiales García, era primo hermano de nuestra abuela Julia Janeiro Rubiales, además eran primos con los que tenían mucha relación, ya que nuestra abuela era muy "familiera", y además vivían muy cerca en el pueblo.

Pero más allá de ese lejano parentesco, Marina, y su marido Agustín, se habían ganado nuestro corazón desde el momento en el que los conocimos, hace ya casi treinta años. Formaban una pareja única, cercana, agradable, cariñosa, educada... se querían a rabiar, Agustín estaba enamoradito su Marina desde que la conoció, y estuvieron juntos casi sesenta años. 

 

Marina y Agustín el día de su boda, en 1968

Con Emilio, su hermano, y Rosario, su cuñada, en el patio de la casa familiar


Trabajadores, sencillos, honestos, auténticos, de las buenas personas que no se pueden olvidar, así han sido ellos toda su vida, y han creado una preciosa familia junto a sus hijos Ángeles María, Emilio y Agustín, sus parejas y sus cinco nietos, que eran su alegría.

También era muy de su familia Marina, tanto sus hermanos, Emilio e Isabel, como sus sobrinos, eran lo más importante para ella.

Desde la muerte de Agustín, hace casi cuatro años y medio (en este enlace), la vida no ha sido igual para Marina, por más que sus hijos se han desvivido por ella, ya no había más desayunos en el Amanoe, ni más viajes a comprar productos de la sierra, ni más campito pendientes de sus plantas y sus animales.

A pesar de todo, Marina ha conservado esa ternura y esa dulzura que siempre la han caracterizado, nos encantaba cruzarnos con ella durante el paseo y saludarla, siempre con palabras bonitas y agradables para nosotros.

Por eso, al mediodía, cuando nuestro hermano nos ha dado esta triste noticia, hemos notado cómo el corazón se nos partía  un poquito más, con una fractura a la vez nostálgica y agradecida  por todo lo que hemos recibido de ellos.

Sabemos lo que es perder a una madre, y más a una madre tan buena como la nuestra, Marina nos la recuerda tanto; 💜 su bondad, su entereza ante la adversidad y ante la enfermedad, su integridad y su sonrisa... Por eso queremos enviar un fuerte abrazo a sus hijos y a todos los que la querían y a los que ella quería.

Ahora, como hemos pensado durante la despedida en el cementerio y como queremos pensar siempre, los dos, Marina y Agustín, están de nuevo juntos, paseando tranquilos cogidos del brazo en los jardines celestiales, quizás recordando aquella feria del 66 en El Jardín; quizás felices por esas vidas plenas, quizás agradecidos por lo estupendos que son sus nietos...

Mañana, lunes, cinco de febrero, tendrá lugar la despedida de Marina Rubiales en el cementerio municipal de Ubrique a las nueve y media de la mañana.

¡Descansa en paz, Marina! Siempre te recordaremos💜💜💜💜


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miércoles, 20 de septiembre de 2023

"¡Ay, qué dolor!"

 


 

Querida Lisanda:

¡Ay, qué dolor!

Seguramente no hay palabras que puedan acompañaros en estos momentos tan trágicos y tristes, aún así quisiera poder expresar, en mi nombre y en el de nuestra familia y amigos, el pesar tan terrible que hemos sentido estos días y la admiración y el cariño que despierta vuestra familia en nosotros.

En estos momentos todos somos vosotros. Todos nos hemos puesto de puntillas en vuestra piel y hemos sentido ese dolor terrible que os ha vapuleado. Lo más triste es que ese dolor será un amargo compañero de camino.

Hoy todos somos vosotros. 

 Vuestra familia se ha convertido en un ejemplo de fortaleza, de templanza, de amor y de unidad. En los peores momentos es en los que se siente la calidad de las personas, y sois, sin lugar a dudas, de la mejor calidad humana que podría pensarse.

Esta mañana, mientras despedíamos a Julio, siempre dentro de nuestra propia burbuja de tristeza, veíamos las infinitas muestras de cariño hacia vuestro hijo. En ese mar de flores que lo acompañaba, ese respeto, esa gran cantidad de personas que os acompañaban afligidas, ese amor que demostraban sus amigos, sus compañeros, sus seres queridos. Un chiquillo muy querido, apreciado y admirado por todos, un muchacho feliz para el que lo más importante era su familia, sus amigos, sus mayores, el deporte, la naturaleza, los estudios. Su alegría y su luz eran contagiosas, y eso lo hemos comprobado hoy aún con más fuerza.

Todo Ubrique está conmocionado. Podría haber sido cualquiera de nosotros, todos los niños y jóvenes de Ubrique hemos subido al aljibe a jugar al fútbol o a acompañar a los jugadores. Todos hemos dado paseos por la sierra y hemos subido a admirar el paisaje. Muchos hemos tenido pequeños percances o pequeñas caídas y golpes, pero esta vez ha sido diferente, y ha sido Julio la inocente víctima de ese accidente.

Y esta mañana nos habéis dado a todos una lección de mesura, de religiosidad, de humanidad y de entereza. Tenemos el corazón encogido recordando cómo, a pesar del dolor y la tristeza infinita, el amor a Julio y el consuelo de saberlo tan querido, habéis encontrado el modo de recordar la LUZ que irradia Julio y nos habéis mostrado el camino del amor verdadero.




 


 

En aquella música y aquellos cánticos; en ese océano de flores que lo rodeaba y acompañaba, flores enviadas por amigos, familiares, instituciones, hermandades, compañeros de facultad, compañeros deportistas, grupos senderistas, agrupaciones corales y tantas personas que han querido acompañaros, hemos querido vislumbrar un horizonte de esperanza que a vosotros, como personas de profunda religiosidad, puede reconfortaros. 

Lisanda, tus palabras de despedida han sido muy sentidas y nos han conmovido. Al sentir cómo empiezas a afrontar esta terrible pérdida he recordado a mi madre; entonces he pensado (y es lo mejor que puedo pensar de alguien) que realmente te pareces mucho a ella: en tu forma de encarar la vida, de cuidar de los tuyos, de vivir tu devoción, de entregarte a los demás, de hacer que la vida sea cada día un poquito más amable... gracias por ser como eres.

Sentimos muchísimo vuestro pesar, y sabemos que no hay, ni habrá, palabras de consuelo para esa pena desgarradora, pero queremos haceros llegar nuestro cariño, nuestra admiración y nuestro abrazo en un leve intento de mitigar vuestra amargura.

Sabemos que vuestro Julio siempre será LUZ, como habéis dicho, y esa luz os acompañará en todo momento.

Sit tibi terra levis, Julio 💜


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martes, 19 de septiembre de 2023

Palabras para Julio Benítez Fatou


"Mi hijo es todo LUZ, y sé que nos iluminará siempre. Su amor a la montaña le hizo feliz hasta el último aliento"
Lisanda Fatou

 
 
Palabras para Julio, escritas por Francisco Cabello Izquierdo en el grupo “Llaneando en vertical “, del que forman parte los padres de Julio



Hoy es el día más triste de nuestro grupo

Nuestra querida y amada sierra, con esos tonos grises y verdes, con esa luz y claridad, con esas veredas infinitas, con la alegría de poder caminar y continuar siempre adelante, hasta donde nos lleven nuestros pies, se ha teñido de negro, se ha quedado a oscuras, ha perdido toda su luz y su belleza, ya nada será igual, todo ha cambiado.

Cada paseo seguirá siendo diferente, pero la tristeza y la amargura será grande y nos acompañará siempre en el recuerdo que tendremos presente en cada paso que demos y cada camino que recorremos

Sé que nuestras lágrimas no paliarán el inmenso dolor de la familia, ni el abrazo que todos nosotros le estamos dando

Ya nada será igual

Pero aquí estamos, unidos, para lo que haga falta

Mucha fuerza y mucho ánimo 










domingo, 3 de septiembre de 2023

La esquela de don Miguel Ayarra

 


Esquela de don Miguel Ayarra Jarne publicada en ABC


Por Esperanza Cabello


Hemos localizado la esquela de don Miguel Ayarra Jarne, fallecido en Sevilla el 20 de Agosto de 2011, guardada con mucho cariño entre los papeles de nuestra madre.

¿Quién sería este señor? Pues para los ubriqueños de hoy quizás esos apellidos tan peculiares no sean muy representativos, pero para los de nuestra generación y las anteriores eran tan importantes y tan queridos que siempre hemos oído hablar de la familia Ayarra. 

Miguel era el hermano mayor de don José Enrique Ayarra Jarne, primer organista de Ubrique, sacerdote que fue enviado a nuestro pueblo como primer destino y que se hizo un gran lugar en el corazón y el alma de los ubriqueños y ubriqueñas de los cincuenta y los sesenta. Don José Enrique fue posteriormente organista en la Catedral de Sevilla hasta su muerte, y sabemos que sufrió mucho la muerte de su hermano Miguel, quizás por ello nuestra madre guardaba este recorte entre sus papeles familiares.

Queda en nuestra memoria este recuerdo póstumo para Miguel y en nuestro propósito escribir la historia de don José Enrique y Ubrique.



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miércoles, 31 de mayo de 2023

31 de mayo. Los "duendes" de mamá ya han florecido.

 

31 de mayo, los "duendes" de mamá siguen floreciendo en 2023


Por Esperanza Cabello


En la vida siempre hay momentos únicos, recuerdos inolvidables y ¿por qué no?  elementos que reviven en nuestros sentidos aquellas sensaciones y sentimientos que el tiempo ha ido apaciguando.

Ese es el caso de esta pequeña planta, su nombre real es muy complicado, Zephyranthes rosea, pero nosotros, en Ubrique la llamamos "duende". Porque aunque parece que se trata de una simple planta con tiras verdes, al finalizar mayo comienzan a brotar, de la nada, unas deliciosas campanillas rosas que te alegran la vista y la vida.

Nuestra madre tenía en la puerta de su casa, en la calle Matadero, una maceta de duendes. Siempre daba la impresión de que estaba un poquito "pocha", pero ella la cuidaba con esmero y la tenía en un lugar de privilegio. Así, cuando iba terminando mayo, los duendes salían y eran la alegría del patio, todos los vecinos comentaban lo preciosa que era esa maceta.

Hace ya muchos años, justamente veintitrés, murió nuestro padre, un terrible 31 de mayo.

 Contra todo pronóstico y a pesar de su juventud y sus ganas de vivir, la enfermedad pudo más que él y se lo llevó de nuestro lado. Habíamos estado muchos días en el hospital con él, cuidándolo, nuestra madre de enfermera principal y nosotros, los cinco hermanos, turnándonos para que las noches fueran menos difíciles. En todo ese tiempo mamá no se movió de su lado ni un segundo.

Aquel 31 de mayo del año 2000 volvimos todos a Ubrique con nuestro padre. Mis hermanos se ocuparon de los cientos de detalles que hay que llevar a cabo después de un fallecimiento y yo volví con mi madre a la calle Matadero a vestirnos para los funerales.

Mamá estaba deshecha, no puedo ni imaginar su dolor, pero, al llegar a casa, lo primero que vimos fue la maceta de duendes, recién florecidos, y ella, en su ensimismamiento, se paró un segundo a quitarle una hoja seca, se quedó mirándola y se dijo a sí misma: "Esperanza, tienes que seguir, la vida sigue y tienes que seguir, por tus hijos, por tus nietos, por los que vendrán". 

Y aquellos duendes que en esos momentos difíciles nos daban fuerza para seguir adelante han continuado floreciendo año tras año. Ahora que nuestra madre tampoco está, la maceta se vino con nosotros a las calle San Pedro, y así siempre, a finales de mayo, esas preciosas florecillas nos dan una gran alegría por su gran belleza y humildad, que nos recuerdan a nuestra madre, y también nos ayudan a seguir adelante por su fuerza y coraje, que nos recuerdan a nuestro padre.

¡Va por vosotros, papá y mamá! Siempre en nuestros corazones y en nuestro recuerdo.💜💜💜💜💜

 

 

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domingo, 14 de mayo de 2023

Juana Jaén Gil. In memoriam


 

Juana Jaén Gil. In memoriam



Por Esperanza Cabello Izquierdo

 

Esta tarde hemos recibido una triste noticia, ha fallecido Juana Jaén Gil, la abuela de nuestros sobrinos Ester, José Manuel y Arturo.

Siempre es triste cuando muere alguien de la familia, más cuando se trata de una buena mujer, Juana siempre fue muy cariñosa y atenta con nosotros, y durante muchos años las familias mantuvieron unos magníficos lazos de amistada muchos niveles.

Para nosotros, Juana es, además de la abuela de nuestros sobrinos, la última persona que formaba un grupo de muy buenos amigos de los años setenta y ochenta, con los que compartimos cientos de vivencias que forman parte de nuestros mejores recuerdos.



Los domingos en el campo: nuestros padres, Juan y María Teresa, Pepe Alcalá y Carmen Canto, Pepe Núñez y Juana, Leonor y Antonio, y todos los niños y jóvenes. 

Juana era la última de aquel gran grupo de amigos viajeros y camperos que llenaron nuestros domingos de juventud de risas, paellas en el campo, comidas familiares y muchos buenos ratos.


Ya hacía un tiempo que no la veíamos, a sus casi noventa años (había nacido en 1934) seguía siendo una luchadora, una mujer trabajadora que había dedicado su vida a su familia y a la marroquinería. Precisamente ayer hablábamos con nuestro amigo Pruden sobre ella, y él mismo nos ha dado la triste noticia.

Su infancia en Ubrique estuvo salpicada de momentos agridulces. La Guerra Civil había hecho mucho daño a su familia, como a tantas familias ubriqueñas. Trabajando desde muy joven como petaquera, a sus catorce años conoció al que sería el amor de su vida, el fotógrafo José Núñez, también petaquero de profesión y fotógrafo de afición, un artista.

Retomamos un escrito de nuestra sobrina Ester Cabello de hace once años, un año después de la muerte de su abuelo (en este enlace):


Tras doce años de noviazgo, viviendo en Ubrique, trabajando mucho, con la ilusión de una futura vida en común y un hogar donde ser felices, llegó el gran día, un soleado tres de septiembre de 1960, contrajeron matrimonio Juana y Pepe, con mucha alegría y nervios, se dieron el “sí quiero” en la Parroquia de Nuestra Señora de la O. Para ellos y la familia fue un día inolvidable, lleno de emociones y buenos momentos, que culminó con una semana en Cádiz en una dulce luna de miel.




La boda, septiembre de 1960

   
 Fruto de ese amor nació, en junio de 1961, su primera hija, la llamaron Pepa, como su abuela, una preciosa niña, que fue la alegría de sus padres. Pasados dos años de ese feliz nacimiento, José partió hacia Alemania en busca de un futuro mejor pues el trabajo en Ubrique no les daba para vivir de forma digna y José se lanzó a la aventura alemana. Allí comenzó a desarrollar su labor marroquinera en una gran empresa su forma de ser hizo que se adaptara con facilidad a esa nueva cultura. Tras nueve meses Juana también partió hacia Alemania para reencontrarse con su amado esposo, esto  le supuso un gran esfuerzo por el largo viaje que emprendió y la pena de dejar un tiempo a su niña en Ubrique. Pero llegó el reencuentro y sus rostros brillaron de felicidad.
    Comenzó una nueva etapa, en pareja, codo con codo, trabajando en la misma empresa, todo esto supuso muchas horas de trabajo y el aprendizaje de una nueva lengua. Después de casi un año José y Juana pudieron reencontrarse con su hija con una tremenda alegría, Pepa se adaptó sin problemas a su nueva vida. Así pasaron diez años de vivencias positivas, entre las que destaca el nacimiento de su segunda hija a la que llamaron Elisabeth, una linda niña de pelo rubio y ojos azules, que terminó de colmar la felicidad de sus padres. De aquella experiencia en tierras lejanas José siempre recordará el buen trato recibido de sus compañeros alemanes, las mil y una fotos que hizo, los inviernos nevados y conseguir el bienestar que buscaba cuando partió, entre otras muchas cosas".
 
 
Juana y Esperanza, abuelas cien por cien; amigas, consuegras y dos mujeres extraordinarias.
 
 


Juana ha tenido una larga vida llena de momentos muy felices y otros terribles, en los últimos tiempos la muerte de su querido Pepe y más tarde la de su hija Pepi la sumieron en una gran tristeza.
 A pesar de todas las adversidades siempre ha sido una buena persona, una mujer noble y trabajadora que siempre nos ha tratado con cariño y con familiaridad. 
Con su muerte, que lamentamos sinceramente, se cierra también para nosotros un capítulo de nuestra vida, y queremos enviar un fuerte abrazo a sus seres queridos, a su hija Eli, a sus cuatros nietos, a su familia, sus sobrinos y primos y a todos los que  la quieren.
 
Su sobrina Trinidad nos ha recordado que su entierro será mañana lunes, 15 de mayo, a las diez de la mañana en el cementerio municipal.
 
Descansa en paz, Juana, como diría nuestro tío José María, hoy ya estarás en el cielo con todos los que tanto te quisieron y te están esperando.
 
Siempre en nuestro recuerdo 💜💜💜