miércoles, 15 de noviembre de 2017

El pregón de las fiestas de Villaluenga del Rosario, 1976

Manuel Cabello Janeiro durante su discurso



Por Esperanza Cabello 


Hoy, quince de noviembre, es el día del cumpleaños de nuestro padre. Hoy habría cumplido ochenta y seis años si siguiera con nosotros. Y aunque hace diecisiete años que no está, no pasa nunca este día sin que lo recordemos especialmente.
Se nos hace difícil pensar que ahora sería un anciano, la memoria nos trae cada vez recuerdos más lejanos, y es mucho mejor recrearnos en los recuerdos de la juventud, en esos recuerdos de días felices. Y eso que lo veíamos poco. Con una familia numerosa y el sueldo de un maestro, tenía que darle muchas vueltas al día para conseguir llevarnos a todos para adelante: desde el amanecer hasta el anochecer daba clases, hacía crónicas de radio, vendía e instalaba persianas, vendía libros, llevaba su academia y aún le quedaba tiempo para dedicarse a lo que de verdad le gustaba, a su pasión: el estudio, la investigación y la escritura.
Gracias a él muchos de los recuerdos y muchas de las historias de nuestra sierra se han mantenido, porque quizás más que ubriqueño él era serrano, siendo Villaluenga y Benaocaz sus favoritos (después de su querido Ubrique, claro).
El regalo de cumpleaños de hoy es un discurso que hemos buscado todos estos años, lo recordábamos haciendo el pregón de las fiestas de Villaluenga del Rosario en al menos dos ocasiones, pero no dábamos con esos discursos... hasta hoy.
Este es el pregón de la feria y fiestas de Villaluenga de 1976.


PREGÓN DE LAS FIESTAS DE VILALLUENGA 1976



No cabe mayor honor para un serrano que venir a pregonar a los cuatro vientos el comienzo de estas fiestas. Difícil sería hacerlo, si de antemano no hubiera contado con unos hombres, amantes al máximo de su patria chica, que nos han abierto sus corazones, para a través de ellos, ver y escudriñar todos los rincones de esta bendita población de Villaluenga del Rosario. Recostada, adormecida, diría yo, a la sombra de ese impresionante tajo, prodigio de equilibrio, que es el Cao. Sombra casi permanente, porque entre otras particularidades, Villaluenga será la primera de la serranía gadita­na que reciba el saludo del sol en  los claros amaneceres, y la primera que le diga "adiós" en sus prontos atardeceres.

Villaluega,Villalarga de nuestro castellano antiguo, tiempo ha buscó un apellido: Del Rosario. ¿Pero desde cuándo? ¿Por qué? ¿Cómo?

¿Será porque sus casas son cuentas de un rosario?

¿Será porque los registros de    la conducción de aguas

desde La Mina al pueblo semejan cuantas de otro     imaginario rosario ?

¿Por qué será? Seré sincero y les     diré que no lo sé. Solo sé   que  con     or­gullo Villaluenga ostenta el nombre rosarino de María Santísima, y es a Ella a la que en estos días se festejará, se le mimará y se le entregará el corazón.

Yo he deambulado mucho por sus calles. Coquetonas, retorcidas, silen­ciosas, blancas, empinadas, sorpresas del caminante. Casas encaladas en calles de orgullosos recuerdos, Pérez Clotet, inolvidable poeta, Moreno de Mora, ¿para qué mayor ingeniería que su propia construcción sobre las ro­cas? La del Doctor Vázquez Gutiérrez, homenaje al médico rondeño; Obispo Pérez González, su entrañable hijo, pastor de la diócesis gerundense. Porque Villaluenga, a fuer de sincero, jamás dejó en el olvido a quién con tanto desvelo la mimó.

 Por calles de picaros recuerdos la Carasola, que busca con deseo los rayos de un sol que se le va. El llanete, plaza de la verdu­ra antigua, la plazoleta. Quién no ha jugado al trompo o a las cajillas en ella? Y tantas y tantas otras, de inolvidable sabor. 

Cualquier tarde fresca de este cálido verano, acariciando con nostalgia el saco de los recuerdos, he visto por entre estas calles caminar con paso decidido, a ese obispo, prudente, austero, como era Pérez González. Llegar a esta coquetona plaza, camino de su iglesia, y preguntarse qué harán ahí, bajo la balaustrada principal de la parroquia, esos fustes y capiteles ro­manos, ese entorno moruno, sabor morisco de los antaño, de alféizares enlosetados y atauriques de tono añil, porque Villaluenga, aparte de ser cris­tiana, mucho antes lo fue romana y mora,

 Al ínclito Pedro Pérez Clotet, cuya muerte lloraron los poetas andaluces, y en cuya tumba, pusieron por flores, en un acto inolvidable, los pétalos fragantes de la mejor poesía.

Caminar hacia las afueras del pueblo miran­do hacia el Reloj, o hacia el Cancho Peralta. A los Navazos, o al Navazuelo, o a la Sierra del Líbar, a la Breña, o a la Cabeza del Caballo, o a ese pico enhiesto de la serranía que lleva por nombre la Bandera.

 Y pensar cómo en el Reloj, o en los Lajares o en la Cabeza del Caballo Villaluenga, antes de ser romana, mora o cristiana fue ocupada por una raza primitiva.

O ver pasear a ese doctor Vázquez, don Antonio, del que los villalonguenses conocen sus bondades.

O sentarse a descansar, junto a las orillas del camino, a ese docto ingeniero, Moreno de Mora, recorriendo con su mente el tortuoso caminar del único río, con nombre de bandido romántico, el Campobuche.

O al inolvidable maestro don Antonio Gálvez Jiménez, de labor incansable y virtuosa, inculcando a esa juventud de entonces los valores divinos de lo humano. Hoy sus propios alumnos lo honran poniéndole su nombre y apellidos a la única escuela del lugar.



Por tus calle, Villaluenga, pasearon estos hombres, y otros tantos que si bien no traspasaron la frontera de lo público, supieron alcanzar la fama de lo humano.

¿Quién no recuerda a Pepe García, “El Farol”, santero y sacristán, verdadero enamorado de esa Virgen del Rosario? ¿Y a Joselón, que paseó por todos los pueblos de la Serranía el fruto de la endrina, la “cirolilla de la sierra”, como él mismo pregonaba, con sus palmitos, sus murtas mauritas como pasas?

De niños bien que le hacíamos corro en Ubrique cuando llegaba con sus productos haciendo las delicias de los pequeños.



Pero es momento ahora dejar de deambular por estas intrincadas callejuelas en un paseo fruto de mi fantasía, y hablaros modestamente, de lo que sé de verdad de la historia de este pueblo. Porque Villaluenga fue la grande de entre las grandes. Su nombre dio apelativo a este basto territorio que hoy conocemos por Se­rranía  gaditana.

Villaluenga era la señora de Las Siete Villas: de Archite, de Benajut, de Cardela, de Ubrique, de Benaocaz y Grazalema. En un valioso documento o carta puebla, don Fernando y doña Isabel, por la gracia de Dios, rey y reina de Castilla, y por hacer bien y merced a vos don Rodrigo Ponce de León, duque de Cádiz, marqués de Zahara, conde de Arcos de la Frontera, nuestro vasallo y de nuestro Consejo, acatando los muchos y buenos y leales y señalados servicios que nos habéis hecho y hacéis cada día, especialmente en la guerra de los moros, por la presente os hacemos merced y gracia y donación perpetua irrevocable para siempre jamás de los lugares de la Serranía de Villaluenga y os damos con sus fortalezas y alquerías y vasallos y vecinos y moradores de ella, y con todas las rentas, pechos, y derechos e coladas y con todas las dichas casas enechas y pertenecientes a dicha serranía de Villaluenga, y lu­gares, y fortalezas y alquerías de ellas, y con las marchamogas y Antares, escribanías y portazgos ,y con todos sus predios y pastos, dehesas, montes, ríos, fuentes de agua, vertientes y con todos sus términos, y con la Justi­cia y Jurisdicción Civil y Criminal, alta y baja, y mero y mixto imperio de todos los dichos lugares.  

De esto cuanto antecede, los Reyes de España, hicieron escritura pública en Jaen, capital del Santo Reino en 11 de enero de 1.490.

Poco después, el lunes 27 de agosto de 1.492, ya conquistada Granada, moriría en Sevilla don Rodrigo Ponce de León, Señor de las Siete Villas, rendido, más que por la edad, por las fatigas de tan duras y prolongadas campañas. Su viuda, Beatriz de Pacheco, hija del célebre marqués de Villena, turbulento favorito de Enrique IV, fue la encargada de poblar ante esta Serranía y en 1.50l,61 cabezas de familia se asentaron en estos lares.

Después comenzaría su largo peregrinar. Pena da que esos archivos municipales fueran quemados.

Pero hay hechos gloriosos de Villaluenga que ni el propio fuego ha sido capaz de olvidar. Porque el 16 de mayo de 1.810mlos franceses invadieron la serranía; los de Ubrique se dispersaron en los campos del contorno; Benaocaz capituló, pero Villaluenga resistió hasta el heroísmo, hasta que el gabacho prendió fuego a sus viviendas. De este hecho glorioso para la Villa, nos ha quedado la coplilla popular que la tradición ha conservado: “Villaluenga del Rosario, no quiso capitular y vinieron los franceses y quemaron el lugar”. Después hubo una nueva carga sobre la población el día 10 de junio del mismo año. Los franceses, una vez invadido Ubrique y capitulado Benaocaz, intentan adentrarse por ese valle glacial triásico de la Manga, camino de Ronda. Ahí, en esas angosturas, como cuenta la tradición lo hiciera Buriato contra los romanos, un grupo de valientes villalonguenses, capitaneados por Juan Peralta, Andrés Guerrero y Francisco Garcés, como pudieron, con piedras, con fuego, en guerra de guerrillas, hicieron huir en desbandada a cerca de 600 franceses, teniendo que tomar éstos por fuerza otros caminos, con la vergüenza de la derrota, y Villaluenga se mantuvo orgullosa  y triunfadora como dueña y señora de este valle.

Hoy por hoy, Villaluenga descansa de su largo peregrinar por la Historia. Sus recuerdos, en el tiempo, son estáticos e inmutables, y los mantienen con orgullo: Su iglesia cementerio del XVIII, su capilla-ermita de San Gregorio, mandada construir por la duquesa de Aveiro, y que atesoró la noble imagen de San Francisco, del siglo XVI, su iglesia parroquial.



Pero hay algo que ha dado fama en el mundo entero a Villaluenga. Esa Impresionante gruta natural, conocida como la Sima, verdadero paraíso de la espeleología y de la actividad sub-acuática. ¿Qué misterios se encierran en ella?

Hay otra sima igualmente importante, la del Cabo de Ronda, conocida también como “La Sima del Republicano”, pues en ella, según cuenta la tradición, fueron arrojados en ella los miembros de una partida del ejército republicano que había sido atacada, durante la Primera República Española, por el ejército realista. Y la sima fue su cementerio.



Pero, y entro de lleno en el campo de la anécdota, y ya que estamos en ferias ¿Sabían ustedes, que a Fernando VII le gustaba el rico mosto del Pajarete, con una tapita de queso de Villaluenga?.¿Que no? No debía de tener mal gusto este rey español. Si no hagan ustedes la prueba. Esas ovejas, con pastos comi­dos del Reloj, dan un queso impresionante, catalogado de la mejor calidad y digno de exposiciones, como lo fue en la Exposición Iberoamericana de Sevilla en mil novecientos veintitantos  



Y de pleitos ¿Sabían ustedes algo? Porque Benaocaz y Villaluenga pleitearon, y con dureza, contra Ubrique y Grazalema, por el repartimiento del fruto de bellotas de los bienes comunes de la cuatro villas.

En el archivo histórico de Benaocaz hay un importante documento fechado el 26 de agosto de 1.882,conteniendo el expediente instruido por el señor don Francisco Sánchez Tordesillas, delegado del Excelentísimo señor Gobernador Civil de la provincia, para la división del término jurisdiccional y alcabalatorio, que en común gozan esta villa de Villaluenga y sus tres hermanas y que entre otros dice: que si se acude a la remota época de la creación de estas villas, resulta que todas cuatro (Benaocaz, Grazalema, Ubrique y ésta) venían a formar un solo pueblo, distribuido en cuatro entidades, separados únicamente en situación, pero unificados en su esencia, en sus de­rechos y en sus aprovechamientos, con un término en común en que todas ar­bitran y ejercen jurisdicción sin que para constituirlo se hiciera desembolso alguno, ni se señalare la parte correspondiente a cada una. Deseaba Grazalema, y he aquí el pleito, que la división se hiciera por el núme­ro de habitantes, aquí saldría ganando ella, y no como lo querían las otras tres, a partes iguales, como verdaderas hermanas. Pero prevaleció el criterio de Grazalema, ya que a ella estaba unida Benamahoma, por lo que a Grazalema le daban dos partes, y al resto de las poblaciones una sola. Esto traducido al idioma moderno quiere decir, que mientras Ubrique, Benaocaz y Villaluenga, tienen del orden de los sesenta y más kilómetros en el término municipal, Grazalema tiene 120 aproximadamente. De todas maneras el pleito duró bastante tiempo.

Y ya no quiero cansarlos a ustedes más con estos retazos de historia. La historia queda ahí, en el recuerdo. El presente es distinto. Hoy por hoy, nuestra villa sufre un receso en su caminar, sus hombres y mujeres, a pesar de todo, buscan afanosamente su bienestar por otras latitudes. Pero hoy esta fiesta de amor hacia la Santísima Virgen del Rosario, es un lazo de unión, entre los que están y los que vienen, entre los que viven, minuto a minuto su presente, y los que lejos Labran su porvenir; y bajo la luz alegre de su verbena, acariciados por los sones de alegres pasa­calles y el atronador ruido de sus cohetes, cada villalongués se sentirá más hermanado con su vecino, y galante y generoso, ofrecerá al visitante las maravillas de las que Dios, en su grandeza, dotó a la población.

Y en esa centenaria plaza, de toros, única en el mundo por el  inagotable aforo que le da la sierra, tendremos los tradicionales festejos taurinos, y en los Caños, tiradas al plato, conciertos, dianas, actos de todo tipo. El programa de actos está lleno de actividades.



La Santísima Virgen del Rosario paseará triunfante en la población el domingo día 5,porque después de tantas luchas en su historia, Villaluenga a su Virgen cantará; el pueblo, son quinientos corazones y en cada corazón Ella tiene su altar.

A ti, reina de la fiestas, Juana Moreno Rodríguez ¿puedo desearte en esta noche feliz?. De verdad que al mirarte se me embrollan las palabras y apenas si balbuceo lo que mis labios quieren decir. Porque si he sido pre­gonero de tus fiestas, cantando a tu patria chica, para ti, Reina, vaya el trémulo cantar de mi justa pleitesía. Porque tú, como tu pueblo, eres hermosa, graciosa, bella, sonriente, alegre y feliz, llena de ilusiones, candorosa y de un salero sin fin. Y a toda tu corte de honor, angélicas figuras,  Cristo, Cecilia, Antonia y Juana, flores sonrosadas de un mismo ra­millete, felicidad, en esta noche de ensueños. Felicidad sin límites, que no acabe todo en estas fiestas rosarinas, que Ella Misma os acompañe de por vida, hermosa juventud, que dentro de la sencillez de vuestro pueblo, seáis siempre las lucernas que alumbren y dirijan los caminos hacia puertos de esperanza de un venturoso porvenir a todos los que hoy os rendimos homenaje de nuestro afecto y de nuestro amor.

He dicho



Manuel Cabello Janeiro, Villaluenga del Rosario, 1976


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martes, 14 de noviembre de 2017

El discurso de María del Carmen López



Hoy publicamos el discurso que María del Carmen López Sánchez pronunció el pasado viernes, 10 de noviembre, en el Convento de Capuchinos de Ubrique, con motivo de la inauguración de la exposición conjunta de don Manuel Pérez Trastoy y don José Luis López Núñez.
Agradecemos a María del Carmen la amabilidad de compartir con nosotros su discurso y a Isabel Gómez García, alcaldesa de Ubrique, la gentileza de compartir algunas fotografías de este evento, con el salón de exposiciones lleno hasta la bandera.







Por María del Carmen López Sánchez





“Va por vosotros, pero en el trasfondo, se suma alguien más, mi Álvaro; él despierta parte del sentir que hoy manifiesto”.

Buenas noches a todos y todas. Bienvenidos a este entrañable lugar en la historia de Ubrique: el comedor –o parte de él- del convento. Importante en la historia del pueblo y no menos en mi historia personal, aquí, aprendí valores, encause mi rebeldía y consolide la amistad… Pero sobre todo, ¡bienvenido a este punto de encuentro con el arte!.
Estas paredes, que al igual que escucharon en su día las lecturas sobre reglas franciscanas y vidas santificadas, mientras sus enclaustrados comían. Donde aprendieron a leer distintas  generaciones en distintas etapas de nuestro pueblo. Donde también resonó el silencio del abandono durante años… Estas paredes, desde hace más de dos décadas, es lugar que acoge distintas modalidades de arte… Y aquí nos han convocado.
Pero a partir de hoy, estos muros podrán añadir a su curriculum una exposición más especial. Porque hoy, se “casa” aquí,  la papiroflexia con la pintura, los une un mismo fin, expresarse, volcar en lo que hacen: ¡ lo que sienten! y eso, con los artistas de esta noche, va más allá de la visión o poder caminar… Porque se une a D. José Luis López Núñez con D. Manuel Pérez Trastoy, en pareja de hecho ¡no!, en pareja de artistas que hoy dan su sí, para mostrarnos que el arte no necesita ni ver, ni poder mantenerse en pie.
Nos reunimos, ahora, aquí, en nombre de la equidad, no de la igualdad (la igualdad parece ser esa medida, ese rasero, que nivela todo y lo que se sale de ahí, ¡no es válido!)… pero cuando hablamos del ser humano de sus posibilidades ¿Cómo aplicar ese rasero? ¿Quién  puede ser el medidor? ¿Quién tiene los cánones reales? ¿La sociedad y sus sistemas? ¿Quiénes la dirigen?
Dentro, en lo más profundo de cada ser humano, habita con nosotros, con cada uno: deseos, sueños, sentimientos,  capacidades, intentos, superaciones… y eso es lo esencial, lo vital, es la dinamo que nos mueve, nos cambia y nos transforma… y eso ¡¡¡no es medible!!!
Después estará nuestro físico, el armazón sobre el que se sostienen: órganos, vísceras, miembros partes del cuerpo, si, pero no la esencia de la persona... Paradojas de la vida: mientras los primeros crecen con el tiempo, estos, los físicos van deteriorándose con él.
Pero seguimos  viendo el “envoltorio”, nuestros ojos no están capacitados para ver más allá y lo arreglamos llamando, a todo el que no es igual: discapacidaddis (de negación y capacidad  ( de cualidades, aptitudes…) ¿Quién coloco ese dis delante? ¿Quién construyo esa palabra que separa, divide, mide al ser humano?...  Esa “mal llamada discapacidad que nos anula la visión y no impide llegar a descubrir a esa persona que es: “diferente”, pero ¡con capacidades!.
Discapacitada, diría yo, una sociedad que fue pensada y “educada” en unos modelos de igualdad donde lo que se diferencia, la desestabiliza. En una sociedad donde las   limitaciones no son toleradas, tal vez, porque no se sepan afrontar.
A forma de ejemplo práctico: nos encontramos con personas, que son como ese lienzo en blanco- con el que se enfrenta José Luis-, o esas tiras de papel- que palpa D. Manuel- y con las que no sabemos qué hacer, cómo hacerle frente… nos exigen imaginación, creatividad, esfuerzos y recursos para los que no tenemos respuestas ciertas… tal vez porque nunca, nos hemos preguntado cómo hacerlo, o cómo relacionarnos…
Pero vayamos a la obra expuesta... Caminemos por una de esas calles de nuestro pueblo, miremos el San Antonio,  lentamente, al ritmo de los pies de José Luís. Observemos ese coche y sintamos las aristas del papel en nuestras manos, como D. Manuel, buscando la medida a través del tacto. Ese balcón cuajado de flores, ese joyero de ángulos perfectos. O ese Ubrique “descolocado” en sus elementos que nos interpela o esas lámparas que alumbran nuestras oscuridades…
Detengámonos y disfrutemos de cómo dos personas más de nuestro pueblo, uno nacido en la Pilita Abajo y el otro venido de Galicia, pero más de Ubrique ya que un “monedero de tacón”, nos convocan para mostrarnos su obra.
Mirémosla, recreémosno en cada una de esas expresiones artísticas, busquemos y busquémonos a nosotros mismos, lo que nos provoca esa visión, lo que despierta en mí, en vosotros: deseos, rabia, alegría, miedos, superación… Porque ahí nos encontraremos, encontraremos la equidad. Ya nos lo decía el Principito: “Lo esencial es invisible a los ojos”. Y lo esencial, no tiene en su vocabulario esa palabra, esa barrera de la discapacidad.
Disfrutemos, esta noche, no sólo de las obras, también de la amistad, porque de eso, si que son dos artistas José Luis y Manuel.

                                                                                                                   La Perla
                                                                                                                  Noviembre-17








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lunes, 13 de noviembre de 2017

Don Manuel Pérez Trastoy como Hijo Adoptivo de Ubrique






Por David Bulpe Solano

¡Buenas noches! Hoy tengo que contaros una cosita...
Hace ya unos cuantos meses, mi buena amiga Esperanza Cabello me hizo una propuesta, que pidiéramos que mi gran amigo Manuel Pérez Trastoy  fuera nombrado Hijo Adoptivo del Pueblo de Ubrique.
Yo no me lo pensé dos veces, porque ya la idea me había rondado muchas veces la cabeza, e inmediatamente nos pusimos manos a la obra...
Se me ocurrió la idea de hacer un vídeo con una serie de entrevistas a las personas que han formado parte en la vida de Manuel, para que nos cuenten quién es él, cuando le conocieron y por qué debería ser nombrado hijo adoptivo de nuestro pueblo.
Aquí os dejo un vídeo que presenté el Viernes pasado en la Inauguración de la exposición que realiza durante este mes junto a José Luis López Núñez, y que resume un poco todas estas entrevistas que publicaré por aquí poco a poco.
Quiero agradecer a Esperanza su ayuda en la elaboración de todas las entrevistas, a Ignacio Núñez por la cesión de una de sus alucinantes bandas sonoras, a Miguel A. Amaya por esas preciosas tomas de drone y a Antonio Gutiérrez, que nos ayudará a buscar firmas... Sin vosotros no sería posible.
A partir del viernes empezó la recogida de firmas para conseguir que Manuel Pérez Trastoy sea reconocido por un pueblo que le quiere tanto como lo quiere él.
Se han repartido hojas de firmas por muchos comercios de Ubrique y en el Convento de Capuchinos. Si alguien no las encuentra puede ponerse en contacto con nosotros y se las facilitaremos.
¡Muchas gracias¡  



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sábado, 11 de noviembre de 2017

La exposición de José Luis López Núñez y Manuel Pérez Trastoy

Don Manuel y José Luis López, enmarcados para la exposición     




Por Esperanza Cabello


Ayer tuvo lugar, en un ambiente casi mágico, la inauguración de la exposición conjunta de dos artistas ubriqueños, dos maestros en diferentes disciplinas, a los que unen lazos de amistad de muchísimos años.


José Luis López Núñez es pintor, conocemos su pintura desde siempre, con su estilo característico y especial; colorido y sin tópicos. Marroquinero de profesión, su pasión por la pintura ha superado todas las expectativas y trabaja en sus cuadros y exposiciones desde los años setenta.



Don Manuel Pérez Trastoy es un artista de la papiroflexia. Ciego desde su infancia, se ha especializado en fabricar objetos con tiras de papel que él mismo diseña, corta, fabrica y pinta, y a los que les da un acabado increíble: lámparas, pequeños muebles, objetos de decoración, marcos, joyeros, coches, camiones... cualquier cosa que pueda ser pensada, él la fabrica con su imaginación, su arte y sus manos.



La exposición conjunta, en el Museo de la Piel de Ubrique, reúne un centenar de obras fabricadas por don Manuel y  una treintena de cuadros de diverso tamaño pintados por José Luis López Núñez.
Fue idea de este último aunar su trabajo en esta muestra, poniendo el énfasis en su amistad de años, en su amor por Ubrique, en que ambos son ejemplo de superación y motivo de orgullo para todos los ubriqueños.




Comenzó la inauguración a las ocho de la tarde de ayer viernes. Se congregaron muchísimos amigos, familiares y compañeros de los dos artistas, hasta el punto de que apenas cabíamos todos en el salón. La mesa estaba compuesta por la alcaldesa de Ubrique, Isabel Gómez, la maestra de ceremonias y presentadora, María del Carmen López, y nuestros creadores.



María del Carmen López hizo un precioso discurso (que añadimos en este enlace) lleno de emoción, de talento y de guiños a José Luis y Manuel, un discurso que consiguió enternecernos a todos y llegar al corazón de los presentes de tal modo que consiguió que todos viéramos con los ojos de  don Manuel y camináramos al paso de José Luis, poniéndonos en su lugar por un momento.






A continuación Isabel Gómez agradeció a todos los presentes que estuvieran arropando a estos dos ubriqueños (como decía Mari Carmen López "don Manuel nació en Galicia pero ya es más ubriqueño que un monedero de tacón") y dió la enhorabuena a los artistas, explicando su asombro y su deleite al conocer su obra y comprobar in situ la admiración de los ubriqueños por su trabajo.



A continuación fue el turno de José Luis López que también agradeció a los presentes su acogida, del mismo modo que las palabras que habían pronunciado sus compañeras de mesa, que habían conseguido llegarle al corazón. Son muchos años de dedicación a la pintura, muchas exposiciones, muchos premios, pero siempre se siente la misma emoción con cada nueva exposición.



Don Manuel agradeció igualmente todos los elogios y expresó su satisfacción y su alegría por sentirse tan bien acompañado. Tampoco es la primera vez que expone, ni la primera vez que, por encima de su ceguera, ilumina a todos los que lo acompañan.



Y, cuando ya nos daban paso a la celebración de la inauguración con una copa de vino español, llegó la sorpresa de la noche...
En un pequeño documental preparado por David Bulpe y en el que han participado una veintena de ubriqueños y ubriqueñas ( José Luis, Luis, Pepe, Lali, María Jesús, María, Mari Carmen, Salvador, Manolo, Antonio, Fernando, Manolo, Paqui, Ana, Luis, los amigos de la rondalla...) se mostraba la trajectoria personal, profesional y ubriqueña de don Manuel, el cariño y la admiración que le profesamos los ubriqueños y lo adecuado y justo que sería que fuese nombrado Hijo Adoptivo de Ubrique.
Llegó a nuestro pueblo con 24 años, a principios de los sesenta, y desde entonces ha sido un ejemplo a seguir para muchos de nosotros. Aquí ha creado una gran familia, ha hecho crecer la delegación de la ONCE dando trabajo a tantos ubriqueños que lo han necesitado. En Ubrique ha hecho una gran labor social cuando ha sido necesario, ha sido impulsor  y defensor de la música, una de sus pasiones; ha atendido a cuantos han llamado a su puerta en cualquier momento y nos demuestra a diario que ser ciego no es, en absoluto, un obstáculo para ser una gran persona.



La noche terminó con un brindis por la amistad, por el arte, por los momentos mágicos y llenos de cariño que se viven, tan intensamente, pocas veces en la vida.
¡Enhorabuena a ambos por esa exposición magnífica y esa trayectoria impecable!


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viernes, 3 de noviembre de 2017

La industria del curtido en 1910

 Revista Mercurio 1 de septiembre de 1910
BNE


Por Esperanza Cabello



Está clarísimo que en los primeros años del siglo XX la fabricación de artículos de piel fue toda un arevolución para nuestro pueblo, y que en cualquier publicación de aquellos años podíamos encontrar referencia a la industria marroquinera.
En la Hemeroteca Digital de la Biblioteca Nacional hemos podido leer un artículo de J. Butler, publicado en la revista comercial Iberoamericana "Mercurio, dedicado a Cádiz en general y a Ubrique en particular que queremos compartir con ustedes.










La producción de la provincia de Cádiz es eminentemente agropecuaria. La industria, sin embargo, no deja de ofrecer algún desarrollo en determinadas localidades: la villa de Puerto Real, en cuyo término radican la Factoría de Matagorda de la Compañía Trasatlántica, el Muelle del Trocadero y el Arsenal de la Carraca, tiene fábricas de lona y otros tejidos fuertes, albayalde, pinturas y cementos.
En la Sierra, Grazalema produce paños y tejidos diversos de lana muy apreciados, y Ubrique, centro productor de curtidos, tiene muy perfeccionada la fabricación de carteras, petacas y otros muchos objetos de piel fina, cuya exportación va adquiriendo gran importancia, debido á  la buena calidad de sus artículos, que rivalizan con sus similares extranjeros. Toda la Sierra y el Campo de Gibraltar producen grandes cantidades de corcho, siendo Ubrique, Villamartín, Arcos de la Frontera y Algeciras, los puntos donde la industria corchotaponera alcanza mayor importancia...
Cádiz cautiva y deleita, porque es bella y culta; su provincia encanta, porque pueblos, campos y playas deslumbran con su luz y su color: y el porvenir de esta comarca regocija, porque sonríe como el cielo andaluz.


J. Butler



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miércoles, 1 de noviembre de 2017

A mi padre, Antonio Sanz Zamorano






Por Antonio Sanz Cabello

A mi padre. Hoy, 1 de noviembre.
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Hace mas de cinco años que falleció por un cáncer fulminante mi padre Antonio Sanz Zamorano.
Os confieso una cosa que nunca hubiera imaginado. Desde entonces no ha habido un día en que no me aparezca una imagen, un recuerdo o un consejo suyo.
Desde 2013 gracias a este Parque, que hoy como siempre que puedo he vuelto a visitar, ese recuerdo mío se vuelve a extender a todo Jerez y para siempre, desde que se fijo el nombre de un lugar maravilloso, lleno de vida y futuro como, Parque Andaluz " Antonio Sanz Zamorano".
Gracias siempre a Maria Jose Garcia Pelayo, al Ayuntamiento y a la Asociación de Vecinos por regalarnos una parte tan grande de este pulmón de ese barrio, el que le falto para sobrevivir a mi padre, para dar vida a la figura de un jerezano que sentía pasión por cada rincón de mi ciudad.
Mi padre nunca militó en ningún partido político. Su militancia era con Jerez, a la que sirvió como Concejal en la transición y a la que aplico toda su capacidad, creatividad y trabajo.
Un titular periodístico al morir mi padre lo definió como " Maestro en Humanidad". Inmejorable definición.
Fue protagonista de mucho, pero siempre renunció al protagonismo. Así era, Antonio Sanz Zamorano. Protagonizo mucho en Jerez, pero su ejemplar humildad le llevo siempre a quedarse un paso atrás para dar protagonismo a los demás.
Nunca buscó ser un jerezano ejemplar. Pero os aseguro que si fue un ejemplo para los que vivimos con él. Su familia, sus compañeros, sus alumnos.
Su objetivo era ser útil, innovador y creativo en todo. De el seguro algunos hemos sacado el amor al trabajo. Infatigable y cabezota hasta no conseguir culminar la faena.
Pero en su labor, en sus logros siempre tuvo una característica común. Una labor callada, silenciosa, sin ruidos ni estridencias. Quizás salvo al final de su vida donde a través de un libro pudo expresar su ambición por un Jerez un poquito mejor.
Dialogante y moderado. Equilibrado y seguro. Positivo y riguroso. Trabajador infatigable. Así era, así vivió, Antonio Sanz Zamorano.
Ya he dicho que no era político, aunque le apasionaba la política. Su ideología era el sentido común. El mejor de los sentidos. La más centrada de las ideologías.
Normalmente no se metía en decisiones ni conflictos políticos. Si digo que cuando lo hacia había que tenerlo en cuenta. Recuerdo en los miles de kilómetros por Andalucía con Javier Arenas que le decía: hoy me ha llamado por esto mi padre. Siempre comentábamos, algo pasa. Llevaba razón.
Pero sobre todo era padre, esposo y maestro. Sin duda, su vocación fue la docencia. Desde Grazalema hasta el C.P. Alfonso X El Sabio creo ha dejado huella en los que fuimos sus alumnos, no en vano, el tuvo un maestro que también le dejo honda huella y claros principios que transmitir a los demás, Don Alberto Durán.
Así ha sido. Me siento muy orgulloso aún de encontrarme muchas veces a alumnos y familiares agradecidos por la labor docente de mi padre. Las enseñanzas teóricas de Naturales, Física y Química. Pero lo más importante, las enseñanzas prácticas de vida que daba a diario a sus alumnos. Algo reconocido ampliamente el año de su jubilación por el Ministerio de Educación al concederle la Gran Cruz de Alfonso X.






Si una ciudad reconoce la vida de una persona con un gran Parque a uno de sus vecinos. Imaginad la desazón de un hijo que nunca tuvo ni tiempo ni valor de reconocerle y agradecerle en vida el ejemplo y la confianza sin límites, no sometida a difíciles pruebas, que desde muy niño deposito mi padre en mi como persona. Y es que no sólo confió ciegamente en su hijo. Es que arriesgo y soporto vientos y mareas todos los años difíciles de la juventud.
Espero, al menos, que arriba donde está se sienta orgulloso de sus hijos que aprendimos de él el valor y el sacrificio por el trabajo como autoexigencia diaria por ser mejores.





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