Esta receta la ha preparado hace unos días mi madre y me la ha pasado y .... ummm lecker, lecker!
Es una receta muy sencilla. Esta hecha con nuestras patatas. Este año la verdad es que yo no he puesto muchas (son para consumo propio) pero han salido muy bien, tremendas en tamaño, pero por el medio siempre aparece alguna que otra pequeñita y es con estas con las que las he preparado este plato.
Me encanta pasar algún rato que otro en este terreno que tenemos donde ponemos un poco de todo. Aunque algunos no lo entiendan, a mí me encanta sembrar y cosechar yo misma. Me encanta ir hasta allí con mi perro de paseo y ver poco a poco como las plantas van creciendo, y el momento de levantar las plantas de la patata y ver las sorpresas que la tierra nos guarda, para mí es un gozo.
Mi padre me ha avisado que en unos días tendré ya también judías, ummm, habrá que ir pensando algo para ellas!
Bien, vamos con la receta.
Ingredientes:
1/2 kilo de patatas nuevas pequeñitas
1 cebolla
aceite para freír
1/2 vaso de vino blanco
sal
Preparación:
Limpiamos bien las patatas con agua abundante frotando unas contra otras hasta que no quede ningún rastro de tierra.
Limpiamos la cebolla, la picamos muy finita y la reservamos.
En una sartén ponemos las patatas sin pelar en abundante aceite a freír. Las vamos removiendo para que se hagan por todos lados por igual. Cuando ya empiecen a estar tiernas añadimos la cebolla.
Así como la cebolla empiece a dorarse incorporamos el vino. Dejamos que se hagan un rato para que se evapore el vino.
Retiramos y servimos espolvoreando un poco de sal gruesa por encima.
Bo proveito!
.......................................................................
El vino que yo he usado ha sido albariño, pero sirve cualquier otro vino blanco que tengais por casa.
Ya me direis si os ha gustado.