Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta Moda. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Moda. Mostrar todas las entradas

viernes, 15 de enero de 2016

Artificiosidad


            A lo largo de la historia de occidente se han sucedido épocas de más tendencia a la artificiosidad con otras en que se ha ido en dirección contraria. En mi primera juventud las chicas que no iban con la cara lavada (además de falda escocesa, botas camperas y capazo al hombro) eran consideradas una anomalía y eran rápidamente calificadas como reaccionarias. Hoy en dia observamos gustos y estéticas opuestos (las de la cara lavada son consideradas frikies; la palabra reaccionario ha caído prácticamente en desuso). Hace unos treinta años la mitad de los spots televisivos contenía la palabra natural (algunos de ellos la usaban de forma muy chusca: “es como muy natural”) como sinónimo de producto poco elaborado (mentían como cosacos; se trataba de una 'naturalidad' de lo más artificioso). Qué quiero decir con todo ello? Pues que ni naturalidad ni artificiosidad tienen per se ninguna connotación peyorativa o meliorativa. Una obra tan artificiosa como el mozartiano Cosi fan tutte contiene chispas de clarividencia sobre la psicología humana que obras naturalistas como Cavalleria Rusticana son incapaces de mostrar (la comparación es falaz, lo reconozco). En el mundo del cine sucede una cosa similar con los decorados. En la época en que los decorados no suponían una imposibilidad de producción, si el director tenía suficiente genio como para integrar su estética en la narrativa, su utilización revelaba aspectos profundos que el decorado natural no ofrece por si sólo (a no ser que otro director con genio los integre de forma similar). Los mares de plástico de Amarcord o E la nave va son infinitamente más expresivos que muchos mares reales. Hoy en día, de todas maneras, más que vivir en una realidad artificial, vivimos en una hiperrealidad. Todos nuestros constrictivos constructos racionalizadores (¡que no racionales!), nuestras simulaciones, nuestras sobreexplicaciones y nuestra tendencia a considerar nuestro pequeño espacio como el universo vacío y neutro contra el que pinchamos con alfileres nuestras consideraciones no tienen nada con ver que lo que llamo artificiosidad. Como la estética del reality show televisivo, que no es artificiosa sino falsa hasta la médula.

martes, 6 de marzo de 2012

Modas

    Todos sabemos que las modas en el vestir van y vienen. Y aun retornando periódicamente, algo siempre se deja por el camino y otro algo siempre se incorpora. De esta manera, además del movimiento circular se introduce una evolución temporal diríamos en tercera dimensión y el pretendido círculo deviene una espiral. Y en Occidente –supongo que también en otros contextos- la indumentaria femenina siempre ha sido la protagonista de tales devaneos y polaridades. Por mucho que bajaran las temperaturas medias en la Edad Media respecto a la Edad Antigua no llegarían a justificar las diferencias entre las ligeras vestiduras propias del mundo greco-romano y las espesas capas usadas seiscientos años más tarde en las mismas zonas geográficas. Quizás la tendencia vino marcada por las civilizaciones bárbaras del más gélido norte europeo, pero seguro que también hubo algo más. Y este algo más se volvería a repetir en el S XIX, cuando desaparecieron los generosos escotes que exhibían impúdicamente los bustos de las mujeres de clase alta del Ancien Règime. Y ese algo hace referencia al misterio de lo oculto. La presencia de las carnes grecoromanas, renacentistas, rococós y de los años veinte del S XX contrasta con las veladuras y ocultamientos medievales, barrocos y románticos. Estoy describiendo algo más que modas y modos de vestir, porque modas y modos de vestir forman parte de toda una weltanschauung. ¿No tuvo lugar durante el medioevo y el XIX la persecución del “eterno femenino”, ya fuera en la forma simbólica de Santo Grial o en otra cualquiera? El vaivén siempre corresponde a un aparente dualismo: presencia/búsqueda, acto/potencia ó realización/proyecto.