Vistas de página en total

Mostrando entradas con la etiqueta Conmemoraciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Conmemoraciones. Mostrar todas las entradas

domingo, 18 de mayo de 2008

Paname


Estos días leo en la prensa diversas reseñas de esas que las bases de datos generan automáticamente y que hacen referencia a conmemoraciones. El Mayo francés, en este caso, es digerido con ayuda de unos pocos lugares comunes, alguna reflexión actual de alguno de sus protagonistas y dos declaraciones de dirigentes contemporáneos. Una de las grandezas de Francia es que constantemente se está reinventando a sí misma (no recuerdo de quién es esta frase, pero la encuentro sumamente acertada). Cualquier campesino allá es un intelectual y cualquier conard callejero un poeta. Lo mejor del caso es que a Francia no le faltan ni intelectuales ni poetas. Aunque en ocasiones se haya sobreestimado a Gounod, Massenet, Lamartine ó Poussin, la verdad es que no han faltado los Chopin, Debussy, Baudelaire ó Cezánne. Las revoluciones, en ese país, han generado más literatura que en cualquier otro. La alianza del racionalismo en materia intelectual –artística incluida- con el amor por los placeres de la vida ha dado lugar a toda una cultura de características muy definidas. Sigue habiendo todo tipo de opiniones respecto al sentido de las contestaciones del 68: principio de una era; final de una era; libertad; impotencia; reto…Como en el caso de la Resistencia gaullista, gran parte del hecho en sí forma ya parte de la leyenda ó incluso del mito colectivo. Lo que más se recuerda de Mayo del 68, sin embargo, son los eslóganes: de nuevo, literatura. Tal como, parafraseando la famosa frase del film Casablanca, repite –en un contexto radicalmente diferente- un filme de Woody Allen, “siempre nos quedará París…”