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martes, 4 de febrero de 2014

Sandman I. 'Preludios y nocturnos'

A principios del siglo XX, una secta ocultista atrapa y retiene secuestrado a Sueño (también llamado Morfeo, Sandman, el Señor de los sueños) por equivocación. A quien en realidad pretendían secuestrar era a su hermana, Muerte. No obstante, la secta mantiene a Sueño en su cautiverio hasta que este escapa, dispuesto a vengarse y a restablecer su poder en el mundo onírico, su reino. Para ello, debe recuperar su yelmo, su saco de arena y su gema de poder...

Tremendo. Épico. Bestial. Fantástico. Sobrecogedor.

Me interesé por esta obra gracias a la insistencia del dependiente de mi tienda, el cual me lo recomendó tras leer otras como Watchmen, y finalmente he podido leer este primer tomo porque me lo han regalado dos amigos. Y ojú.

Con una manera de narrar soberbia y casi poética, Neil Gaiman nos presenta la historia de Sueño; una historia de odio, una historia de motivaciones, una historia que tan pronto te presentará al pobre Sueño dando de comer a unas palomas como te presentará una cafetería llena de muertos, cabezas degolladas y escenas bastante creepys.

De cualquier modo, entre una historia tan sobrecogedora y alucinante y un dibujo muy cuidado y apropiado (así como unas portadas ciertamente tétricas), tenemos una obra sobresaliente... Impecable, me atrevería a decir. Quiero más. Necesito más.

Además, como aliciente hay que decir que la edición que nos ofrece ECC es preciosa y muy económica. 10 volúmenes (cada uno de ellos como un arco argumental con principio y "final") en tapa dura, los cuales independientemente de su número de páginas (entre 160 y 260 páginas a todo color) cuestan todos el mismo precio, 17,95 euros.

9,7 (Obligatorio) 

viernes, 29 de marzo de 2013

Cómic sin fronteras: Superman. Red Son

Let our enemies beware! There's only one superpower now.
Un extraño visitante de otro planeta que puede cambiar el curso de grandes ríos, doblar el acero con sus propias mano y como buen proletario, luchar una inacabable batalla por Stalin, el socialismo y la expansión internacional del pacto de Varsovia. 
Un cohete se ha estrellado en la tierra llevando en su interior a un niño que algún día se convertirá en la persona más importante del planeta... Pero no ha aterrizado en Smallville, Kansas, ¡si no en una granja colectiva en la Unión Soviética!

Este cómic, comprado y leído en inglés dos semanas antes de anunciarse su reedición en español (viva mi suerte) me plantea un gran problema a la hora de reseñarlo. No sé si me ha encantantado o me ha horripilado.

Por un lado, hablaré del cómic y por otro, de las objeciones que se me plantean sobre el tema tanto a nivel político como moral, porque tiene tela.
Estamos ante una reimaginación completa del universo DC, centrada en el hecho de que Superman se convierte en el símbolo del proletariado en una revolución bolchevique magnificada. Stalin le usa para intimidar y le nombra su sucesor y él, firme a sus creencias, siente la necesidad de ayudar a todo el mundo. Pero por muy superpoderoso que seas, es muy difícil para un solo ser (por muy Superman que sea) controlar todo el planeta. Así, en la mente de Superman se desatan una serie de dilemas.

Mientras tanto, solo una persona puede pararle: Lex Luthor, el cual ideará mil y una estratagemas para detener el avance del marxismo por todo el globo. 

Aún con todas, Lex Luthor no es el único enemigo que tendrá enfrente este "Supermarx"... 'Anarchy in Black' (Batman) lucha por hacer caer el sistema en favor de la ausencia de líderes y una libertad utópica.

Ahí no termina todo, Wonder Woman y Green Lantern también están por ahí, cada uno en un bando... Pero bueno, eso es lo de menos.

Como os apunto, como cómic es bien entretenido y muy disfrutable. De hecho, lo califico como un muy buen cómic. No obstante, y aunque no me gusta hablar de política en el blog, le encuentro a este una serie de objeciones.

Si bien se nota que Millar ha intentado ser imparcial y consecuente, sin decantarse a ningún bando. Pero cae en algunos de los errores en los que el tío Sam nos ha hecho caer a todos gracias a su burda manipulación. Se nos enseña una de esas falsas purgas estalinistas sin justificación alguna. Las purgas estalinistas existieron, pero ni fueron tan comunes como apuntan los libros de historia manipulados por Amiérdica, ni fueron tan injustificados como la que se nos muestra en 'Red Son'. También vemos a un Stalin tremendamente oportunista cuando él combatió precisamente contra estos... 

Más tarde, cuando Superman llega al poder, vemos a un revisionista al que me atrevería a acusar de trotskista, que desde luego merece lo peor. Todo la empatía que un comunista podía haber sentido por este Superman en la primera parte del cómic, lo estropea en la segunda. 

Y la sociedad que se nos presenta al final del cómic plantea muchísimas objeciones éticas y morales. No las voy a comentar aquí para no spoilear demasiado, pero quizás este final esté un poco tomado por los pelos para que no se note tan claramente que Estados Unidos acaba prevaleciendo.

En cualquier caso y pese a todo, una lectura muy recomendable, divertida, amena y curiosa. Me apetece leer más cosas de este guionista. Muy bueno.

sábado, 23 de marzo de 2013

La cruz del cómic americano (y otros) (PARTE 2)

Nuevamente vuelvo a la carga a repartir sopas con ondas a todos aquellos que se acercan al reluciente mundo del cómic (y en especial, del americano), como quien se acerca a pinchar un cadáver con un palo, con una mezcla de asco y miedo. 
Y comenzaré nuevamente citando al amigo Dragneel, con uno de los argumentos más absurdos que he visto en mucho tiempo (no te me ofendas, querido).

Es que las grapas no quedan bonitas en las estanterías:
El caso de mi compañero blogger no es el primero que me encuentro de alguien que se queja de que "a él le gusta que se vean los lomos en la estantería" y que "en los cómics americanos no se ve el lomo porque son de grapa". Pues nada, solo quería deciros que la edición de 1.200 páginas de Flash debe de tener una grapas del tamaño de mi cabeza... *explota el detector de sarcasmo*

Según me ha comentado gente que trabaja en el mundillo, la producción de un comic-book (grapa de unas 32 páginas), cuesta, en proporción, más dinero que una edición en formato libro convencional. Es por ello que a España solo nos llegan en grapa las obras más comerciales y más vendidas, como pueden ser Superman, Batman o Los vengadores. Sin embargo, héroes menos convencionales, como Deadpool (Masacre, en español), nunca han salido en grapa. Y ya ni os digo si nos alejamos del género superheróico y nos vamos a otra clase de obras, como podría ser, por ejemplo, el 'Maus' de Art Spiegelman. 

Igualmente, por hacer un símil con el mundo del manga, se podría decir que, al igual que en Japón, los cómics primero se publican en revistas y después en tomos tankobon; en el cómic americano el proceso suele llevar tres partes: publicación en revista (paso prescindible muchas veces), publicación  en grapa y publicación en tomo. Así, por ejemplo, 'V de Vendetta' comenzó su publicación en la revista 'Warrior' (la cual, por cierto, cerró en mitad de su publicación), posteriormente se publicó en diez comic-books y, más tarde, se publicó en formato tomo (repetidas veces, en ediciones muy variadas, desde las más lujosas hasta las más económicas).
¿Y fuera del cómic de superhéroes, qué hay?
Infinitas obras con infinitas posibilidades. Desde los más comerciales (y esta es mi opinión, eh), del tipo Walking Dead y adaptaciones como las de Assassins Creed, hasta obras tremendamente personales, como 'The spirit', de Will Eisner, pasando por obras más controvertidas y polémicas como 'Watchmen' o 'From Hell' (ambas del brutal Allan Moore, autor que me encanta).

Y luego está el cómic europeo, que se limita a Tintín y Asterix:
OFF-TOPIC: A todos los fans de Astérix, he de deciros que leerlo en español equivale a perderse casi el 50% de las bromas y gracias de la serie, especialmente las que provienen de los nombres. Personajes que han mantenido el mismo nombre en ambas versiones, como el bardo Asuranceturix, nombre que en español no significa nada, pero que en francés es un magistral juego de palabras con "assurance tous risques" (seguro a todo riesgo), o por ejemplo, la de Abraracúrcix (que proviene de " à bras raccourcis", "con gran violencia").

Dicho esta observación que tanto me gusta poner de ejemplo de mala adaptación, decir que el cómic europeo no se limita a Tintín y Astérix. Aún así, el eje francobelga es el que más dinero mueve de toda la industria del cómic en Europa.

No obstante, ahí tenemos autores brillantes como Reinhard Kleist (recomiendo 'Castro', por ejemplo) o Moebius, (tanto en la época en la que usaba su pseudónimo, como la de su nombre real Jean Giraud). Y, en el ámbito nacional (que no todo es Francisco Ibáñez tampoco), hay que destacar grandes autores de la talla de Paco Roca y su 'Arrugas', obra que le ha catapultado a la fama.

¿Y todo esto para qué? Con esta mini-serie de dos post solo he pretendido animaros a que no os cortéis: probad cosas nuevas. El mundo del manga es genial y en él hay grandes historias, pero fuera de él, encontraréis auténticas obras de arte. Así que, fuera prejuicios y animaos a descubrir otros estilos, que el mundo del cómic es muy amplio.

domingo, 10 de marzo de 2013

La cruz del cómic americano (PARTE 1)

La primera imagen de Google cuando buscas
"cómic americano"
Hace relativamente poco, mi colega Dragneel escribió un post sobre por qué no le gustaba el cómic americano y más en concreto el género superheroico. Pues bien, hoy quiero romper una lanza en favor del cómic americano y, en general, al cómic sin distinción de procedencia.

El mundo del cómic americano está plagado de estereotipos. Estereotipos que al "otaku de pro" le molestarían si estos fueran referidos a su adorado manga. Me refiero a que decir que "el cómic americano son solo superhéroes" es como el manido estereotipo de que "el manga son solo tías tetorras de ojos grandes". No me toquéis el pene con el tema, porque no todo el cómic yankee son superhéroes que luchan contra la injusticia y defienden la patria.

Pero empecemos por lo básico, ¿qué es el cómic americano? El comic americano es uno de los tres grandes tipos de cómic en los que se engloba la práctica totalidad de la publicación del noveno arte (americano, europeo y manga/asiático), el cual se origino en los Estados Unidos de América alrededor de los años 30. A pesar de que se entiende por "cómic americano" a todo aquello que venga de EE.UU, el término se extiende llegando a hablar de "estilo americano".

Esa misma definición no es mía, pero viene muy a cuento, ya que en ella se menciona uno de esos estereotipos de los cuales os pretendo hablar hoy. ¿Qué es eso de "estilo americano"? ¿Eso se come? Porque no lo acabo de ver muy claro...  A ambos lados he colocado sendas imágenes del llamado "estilo americano" y no veo mucho parecido entre el Superman de los años 70, con el Flash del nuevo universo DC... Y eso que ambas las he cogido de la misma casa, si llego a hacer distinción entre DC y Marvel, las diferencias hubiesen sido más abismales.

Con esto concluyo que, al igual que los "otakus de pro" se quejaron cuando en la RAE se quiso admitir "estilo manga", ya que no existía; no vayan ellos mismos con el mazo dando, cacareando sinsentidos sobre "estilo americano".

¿Todo son superhéroes? NO. NO. Y mil veces NO. O al menos, decidme qué contenido superheroico le veis  por ejemplo a "Lost girls", de Alan Moore, que trata sobre las relaciones lésbicas de Alicia (= en el País de las Maravillas), Dorothy (el Mago de Oz) y Wendy (Peter Pan). Porque yo ahí, más que contenido superheroico, veo contenido super-erótico.

O más aún, yendo a temas menos guarros, ¿qué superhéroes salen en 'Maus', de Art Spiegelman? Porque yo ahí veo nazis, veo judíos, veo una historia conmovedora, digna ganadora de un premio Pulitzer, pero no veo superpoderes por ningún lado...

Bueno, pero las que sí que son de superhéroes, nunca terminan, y por eso no les doy una oportunidad. Otra de esas mentiras que los detractores del género repiten ad aeternum para justificar el hecho de que no le dan una oportunidad al cómic de superhéroes.

Disculpe usted, pero está confundiendo el hecho de abrir nuevas sagas del mismo personaje, con el hecho de que las series en sí no terminen. Claro que terminan. Lo que ocurre es que se debe considerar un cómic americano desde un punto de vista distinto del que tenemos con los mangas. El cómic americano funciona por sagas (algo así como la extrapolación de 'JoJo's Bizarre Adventure' al terreno americano). Por ello, hay que entender que una "serie" (si se quiere usar la terminología del manga) termina cuando termina una saga.

O si no, tómalo como una cuestión de enfoques. Pongamos como ejemplo Superman, y vemos como el enfoque A (pongamos, 'Superman: Red Son'), está terminado; el enfoque B (pongamos, 'All-Star Superman') también está terminada; y el enfoque C (el clásico Superman de 1930), ha sido reiniciado un par de veces, la última hace relativamente poco, con el Nuevo Universo DC.

¿A qué quiero llegar con esto? A que la mayoría de los prejuicios sobre el cómic americano que tenéis en este aspecto, son por venir de un modelo de cómic distinto, como es el manga.

Continuará... Y como veo que este post me va a quedar muy largo, corto aquí y dentro de un par de días retomamos más tópicos sobre el cómic americano.
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