Capítulo 18: “Perdona si te llamo amorfa”
Ataulfo se encontraba sudoroso... Tan sudoroso que se había formado un charco alrededor de él... Tratando de hacer caso omiso a lo que se le venía encima. Mariano rezó para que se hubiesen creado múltiples espacios temporales (como si esto fuese el Zelda) y después se trajeó como era habitual en él.
Con su elegante traje negro que llevaba bordadas en rojo las letras de Telepicha y su corbata color marrón mierda (a juego con los ojos de Mariana), éste fue a llamar a su amada... Esa belleza rural, animal, anormal, constitucional, decimal, estatal, experimental, ilegal y tridimensional tenía a Ataulfo enamoradísimo.
Mariana era tridimesional. Os contaré uno de esos secretos históricos que los Illuminati, los FBW y demás asociaciones conspiranoicas nos han querido ocultar a lo largo de los siglos... La vigésima reencarnación de Mariana Pérez (allá por el siglo XV), una vez se puso a hacerse la muerta en el mar... Pues bien, los españoles vieron ese enorme bulto y lo proclamaron nuevo continente.. Américo Vespucio lo llamó América... Colón lo llamó Las Indias. Yo lo llamo mentira, pero bueno...
El caso es que esta vez, Mariana y Ataulfo se dirigían hacia la bolera para otra de sus citas amorfas cuando, de pronto, observaron atónitos algo increible... El cielo se oscureció, todo se volvió gris y comenzó a sonar “Danza Kuduro”... Cuando el DJ de los fenómenos paranormales se dio cuenta, pidió disculpas y puso la verdadera canción que tocaba, la canción de Expediente X...
¿Pero qué coj...? - exclamó atónita y finamente Mariana.
Tras ello, vieron aparecer de la nada un círculo negro enorme, del que salió... ¡ATAULFO ZATRÚSTEGI!
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Ataulfo se acercó a Ataulfo y dijo:
¿Quién eres tú?
Yo
¿Tú?
Yo
O sea, que si yo...
Tú.
Ammm... Esto me recuerda una duda que he tenido desde siempre... Si yo soy tú y tú eres yo, ¿Quién es más tonto de los dos?
Arrg, déjalo que me distraes...
Ataulfo, armado con un cuchillo y un tenedor de plástico se acercó a Ataulfo y le dijo:
Dame todo tu dinero o te rajo...
Llegados a estas alturas muchos os habreis perdido así que simplemente os aclararé que el que está atracando es el Ataulfo nuevo aparecido en este capítulo.
No te daré ni un céntimo. - exclamó Ataulfo A.
He dicho que me lo des...
En ese mismo instante, Ataulfo B le robó los miles de euros que llevaba Ataulfo A en los bolsillos tras atacarle con el cuchillo de plástico dejándole sangrando...
¡Sí! Podré pagar el restaurante – dijo Ataulfo B aliviado.. - Desde luego, la última vez que voy a ese restaurante... ¡Desconstrucción de huevo blablabla!.
Ataulfo B volvió a meterse en el circulo negro que desapareció poco después mientras Ataulfo A se desangraba en el suelo... Ataulfo B regresó entonces al servicio del restaurante con los miles de euros.
Dejó ese dinero en la mesa con cara de preocupación, cual camionero que viola CAMIONES en la M30 y se largó del restaurante. Al cabo del tiempo se acordó que se había dejado a Mariana en el restaurante, volvió y se la llevó.
Mientras tanto (o más bien, un tiempo después, esto del vocabulario de viajes en el tiempo no lo domino), Ataulfo A fue llevado a una cama por Mariana. Allí continuaba desangrandose...
¡No te mueras, amor mío! - dijo Mariana mientras casi lloraba..
Ah, me muero... - proclamó Ataulfo lentamente
¡No me digas!
Las miradas de Ataulfo y Mariana se cruzaron...
¡Dime algo con amor, cariño! - imploró Mariana Pérez.
Y con el último suspiro antes de perecer, Ataulfo dijo una única palabra.
¡AMORFA!