Si tuviese que defender con un solo argumento por qué me gusta el PC como plataforma de videojuegos, este sería, sin lugar a dudas, el ahorro económico que supone poder jugar a tantos juegos por tan poco precio. Sí, si quieres un ordenador ultrapotente para jugar a absolutamente todo en Ultra y demás, quizás te salga más caro un ordenador que una videoconsola, pero ese dinero de más, vuelve a ti en cuanto te compras un par de juegos en las rebajas de Steam o, como en este caso, un par de Humble Bundles.
El juego que hoy me ocupa me lo compré por unos escasos 80 céntimos junto con otros 5 juegos más. Vamos, menos de 20 céntimos pagué por las 11 horas de juego que me ha proporcionado 'Mirror's Edge'...
La ciudad es tuya.
'Mirror's Edge' nos plantea una distopía en la que las comunicaciones son fuertemente controladas por el régimen dictatorial imperante. Por ello, surgen los runners, encargados de transmitir mensajes desde las sombras sin la intromisión de la policía. Nuestra protagonista, Faith, es una de esas runners, que pronto se verá envuelta en una conspiración estatal para atribuirle un asesinato que ella no ha cometido, metiendo también en el ajo a su hermana.
Aunque la historia de este videojuego está bien construida y resulta interesante, en este juego queda no en un segundo plano, sino incluso en un tercer plano. En este título ante todo priman dos aspectos fundamentales: el concepto y la forma.
El concepto del juego no es otro que el de un videojuego de plataformas en primera persona enfocado al mundo del parkour. Durante las horas que nos dure este juego (que no tienen por qué ser muchas, pero es que yo soy muy manco), seremos Faith y nos moveremos como tal. En este aspecto destaca la increíble sensación de libertad que da el juego y el enorme abanico de posibilidades que ofrece cualquier movimiento, siempre en pos de llegar a nuestro objetivo, aunque no deje de ser un juego lineal con un camino definido.
Además, esta fingida libertad que otorga el juego también se deja ver en los conflictos con los policías que te persigue durante todo el videojuego: puedes pasarte el videojuego completo sin matar a ningún policía o puedes hacerte con el arma del primer oficial que pase y ponerte a reventar cabezas. A tu elección (obviamente es más sencillo esto último).
El segundo aspecto que destaco es la forma; y con forma me refiero obviamente al aspecto gráfico. Quizás el término que mejor define la atmósfera y las apariencias que uno percibe en este juego sea "limpieza". Uno disfruta mucho viendo esos edificios enormes, tan limpios, de colores tan brillantes... Esa sensación de calma y quietud en un clima político tan claramente adverso... Resulta increíble. Y de hecho, llega a ser hasta contradictorio que, con esa sensación de que todo es muy aséptico y limpio, en determinados lugares nos encontaremos ratas merodeando. Eso sí, ratas bien limpitas.
En este juego también se aprecia tímidamente la influencia de algunos videojuegos como 'Portal', aunque es algo totalmente irrelevante (o eso, o el experimento no les salió bien).
En cualquier caso, con una historia interesante aunque secundaria, un increíble sensación de libertad, un nivel de dificultad interesante sin ser demasiado difícil, un aspecto y unos gráficos muy bonitos y bien pulidos, y un control no muy complicado (aunque quizás un poco mejorable), 'Mirror's Edge' constituye una opción diferente al clásico plataformas de "scroll lateral", muy divertida y con la cual nos sumergimos totalmente en el parkour (¡cuidado los que seáis propensos a marearos!). Para mí, uno de los grandes juegos que ha dejado esta pasada generación en cuando a plataformas se refiere.
Aunque la historia de este videojuego está bien construida y resulta interesante, en este juego queda no en un segundo plano, sino incluso en un tercer plano. En este título ante todo priman dos aspectos fundamentales: el concepto y la forma.
El concepto del juego no es otro que el de un videojuego de plataformas en primera persona enfocado al mundo del parkour. Durante las horas que nos dure este juego (que no tienen por qué ser muchas, pero es que yo soy muy manco), seremos Faith y nos moveremos como tal. En este aspecto destaca la increíble sensación de libertad que da el juego y el enorme abanico de posibilidades que ofrece cualquier movimiento, siempre en pos de llegar a nuestro objetivo, aunque no deje de ser un juego lineal con un camino definido.
Además, esta fingida libertad que otorga el juego también se deja ver en los conflictos con los policías que te persigue durante todo el videojuego: puedes pasarte el videojuego completo sin matar a ningún policía o puedes hacerte con el arma del primer oficial que pase y ponerte a reventar cabezas. A tu elección (obviamente es más sencillo esto último).
El segundo aspecto que destaco es la forma; y con forma me refiero obviamente al aspecto gráfico. Quizás el término que mejor define la atmósfera y las apariencias que uno percibe en este juego sea "limpieza". Uno disfruta mucho viendo esos edificios enormes, tan limpios, de colores tan brillantes... Esa sensación de calma y quietud en un clima político tan claramente adverso... Resulta increíble. Y de hecho, llega a ser hasta contradictorio que, con esa sensación de que todo es muy aséptico y limpio, en determinados lugares nos encontaremos ratas merodeando. Eso sí, ratas bien limpitas.
En este juego también se aprecia tímidamente la influencia de algunos videojuegos como 'Portal', aunque es algo totalmente irrelevante (o eso, o el experimento no les salió bien).
En cualquier caso, con una historia interesante aunque secundaria, un increíble sensación de libertad, un nivel de dificultad interesante sin ser demasiado difícil, un aspecto y unos gráficos muy bonitos y bien pulidos, y un control no muy complicado (aunque quizás un poco mejorable), 'Mirror's Edge' constituye una opción diferente al clásico plataformas de "scroll lateral", muy divertida y con la cual nos sumergimos totalmente en el parkour (¡cuidado los que seáis propensos a marearos!). Para mí, uno de los grandes juegos que ha dejado esta pasada generación en cuando a plataformas se refiere.
8,5 (Un juego para ir corriendo a comprarlo)