7 de enero de 2015

encuentros






Ultimamente es cierto que escribo bien poco. Asimismo inscribo/describo en algún cuaderno algunos dibujos o algún poema. En las siguientes publicaciones trataré de dejar algunas grietas, una mujer cíclica, y temblor. Hoy dejo un nuevo encuentro. Trazo. Debido a la carencia proyectiva de mi escritura os dejaré un párrafo de un libro que estoy leyendo dentro del capítulo “UN DÍA, LOS DIOSES SE RETIRAN…”

Crear conceptos, traer las lenguas al maltraer, aguzar los estilos, agujerear el pensamiento. Éste es, en primer lugar, el trabajo. Y también es una fiesta, no hay que olvidarlo. No una cuestión de farolillos, sino asimismo una cuestión de impetuosidad y de puesta fuera de sí. Una fiebre contraída en lo abierto al que el pensamiento se expone. Si no se expone, zozobra: tenemos que decirlo sin pathos, sobriamente, pero con el último aliento. Al final, no es necesario –por decirlo con Artaud– que el runrún filosófico del ser empiece otra vez a joder la vida.

LA PARTICIÓN
DE LAS ARTES

JEAN-LUC NANCY

CORRESPONDENCIAS
PRE-TEXTOS











































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