poemas
de Idea Vilariño
de, Vuelo Ciego
Nunca sabremos quiénes somos. Ya puedo rodearme de todo
aquello que creo me da forma, y no lograré saberlo. Tal vez sea eso
precisamente lo que me empuja a pasar largos tiempos sin nada a qué atener,
incluso despreciar el prefijo, sufijo, e interfijo de aquello que quisiera
decir. Esta inderivación me hace pensar en la posibilidad de problemas de
coagulación y me pongo a cebar un mate. Caliente y amargo. Dos trozos finos de
piel de limón que parecen archipiélagos sobre los escombros de unas casas
tradicionales, de pilotes de madera y techados de paja. Beberlo, sentirlo como
ropa. Saber qué número se calza entre los matorrales y pasar un rato, triste
eso sí, en las fosas comunales. Nunca lograremos saber quiénes somos, podemos
volver a la primera piedra, cuando se construía siguiendo las lógico/mágico regularidades
del cosmos y tampoco sabremos. Aunque existir es ya el conducto para saberlo.
En él hago un ejercicio de bipedestación para al menos, calcular el material
que habito y la gravitación sufrida…
Curiosamente mi atención es más hábil con los reversos de
unas marionetas de Java o unos versos de Idea. Abro la boca y meto un harapo.
Versa de las articulaciones y los antojos del sol, un dios con cabeza de
elefante hace de apuntador, sube delicadamente los anteojos con la uña de un
pie. En esos antiguos teatros de Java se representa el enigma humano, también,
la rueda de las representaciones desde una prisión a otra prisión, desde un papel
a otro papel. Afanarse en destruirlo, o decir “está en blanco y… “ o, sentir
compasión por esa figura simplemente atemorizados intentos por salir de la
inmunidad de una historia común a todos, pues hay como un intento de oscura
puerta abierta /lo que la memoria persevera es la historia. Busca los cuidados paliativos, indicio…
La escena
ha sido filmada detrás de la
pantalla, el
delang está sentado del otro lado.
El lado de
las sombras es el preferido, por
el
público, sobre todo por las mujeres y los
niños. La
lámpara parece el sol. Los delang
tradicionales,
como Ki Anom Suroto, que aún
utilizan
una lámpara de aceite, mientras que los
delang
modernos, como Manteb Soedarsono,
emplean
lámparas halógenas.
Entonces migran los huesos como último residuo, como
estambres, como sombras, se irán para mencionar el gesto, la ruta entre
boscajes y arroyos y legitimar los reinados con una danza en cuencos de
inscripciones indulgentes esperando el movimiento final de la marioneta. Su
última palabra, lo que sintió su mano.
Wayang golek
Resulta
interesante la utilización de una marioneta
wagang goleck en una representación wayang kulit.
Actúa al
final de la función con unos movimientos
similares
a las danzas gambyong....
...el
significado de esta actuación, que no está
en el
asunto relatado en el tema, hay que buscarlo
en la
palabra goleck”, que significa
también “la búsqueda”.
Representación wayang golek
Tasikmalaya,
Java Occidental
El kayon es el árbol de la vida, el dalang atrás.
Ejecutan a un hombre. Por un delito de narcotráfico y se calcula que se
ejecuten a nueve personas más, o diez para hacer racimo, allá en Bangkok. Adami Wilson ha sido el primero del
año. ¿ Cuál sería su última palabra, su último pensamiento ?
Ejecutan a un hombre. Por un delito de narcotráfico y se
calcula que se ejecuten a nueve personas más, o diez para hacer racimo, allá en
Bangkok.
Adami Wilson ha sido el primero del año. ¿ Cuál sería su última palabra, su
último pensamiento ?
poemas
de Idea Vilariño
de Vuelo
Ciego
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