***
…Tengo
que volver a casa.
-No sirve de nada… de nada –dije-.
Una vez que ha aprendido a leer sólo puedes enseñarle a creer en una cosa… en
sí misma.
- Bueno, eso ya sería un cambio
–dijo Castalia.
De modo que recogió los papeles de
nuestra Sociedad, y aunque Ann estaba muy feliz, jugando con su muñeca, le
regalamos solemnemente parte del lote anunciando que la nombrábamos Presidenta
de la Sociedad del futuro… ante lo cual la pobre pequeña rompió a llorar.
[Final del relato “Sociedad” de Virginia Woolf]
***
**
*
*
**
***
*
**
***
El gran encierro
Fue así como
ocurrió todo
en una
esbelta desconfianza
impulso
posología
que tornea
sobre un tablero de barro
que despierta
gesticulaciones
que regurgita
palabras,
el hogar de
las tinieblas.
En el
estaquero se refleja la brújula.
¡De algún
modo hemos de sufragar la asistencia
medicinal a
la hora de morir!
¡Más rápido!,
¡Más!
¡Sin salir al exterior!
El cuerpo
cansado
descansa
en el beso de una cuchara
que sorbe el sudario guisado
de una
natalidad en posguerra.
[Impedir-
Anublar]
Como la
cicatriz dada por un exterior invisible
mi curiosidad
crece
cede los
órganos al erial
al hogar que
cae de la cima
al
frío
de
mi quietud
mientras
leemos
un libro en
blanco
canjeamos
nuestra desnuda realidad
nuestra desnuda realidad
gimiendo
moviendo la
cola zahorí.
[Así-
Así]
los perros
con la caza