—CONTRA
FRIEDRICH NIETZSCHE —
Aquella tarde abandonó su casa en Turín para dar un
paseo, lugar aquel verano para descansar salud y además, culmen de obras. Decían
centauros. Pero ese verano su mente tomó, inderivó,
el camino que seguían sus obras, fuera-del-camino.
Bacterias espiroquetas dormitaban. Ménades arrastradas. Pétalos desemblando entre hierros de tren
accidentado. No tenían bastante con apropiarse de la vida que quisieron
apropiarse también de la muerte. Nietzsche salvado en un abrazo. En la noche
cansada de aquel maltrecho caballo. El héroe trágico, errante- no por religión,
por higiene. En el momento que dijo “Madre,
soy tonto” y abrazó sollozando el lomo del animal. Cesó su acción contra
las falsas nociones. Las causas ascéticas pongamos por caso hoy, de la
televisión. Los falsos tonos de los dioses en la tierra, dosier no desde un abismo. El abismo es la simple sociedad que por
conformismo comete el melodramático crimen perfecto, el suicidio. Ciego. Frio.
Dogma. Red actualizable tras los acontecimientos. Acontecimientos holocáusticos
en el siglo XX. Como decía M. Foucault en “Las cosas y las palabras”. La gramática establece la taxonomía de cada
lengua”. El espectáculo de las sociedades dominadas. Sin responsabilidad. inMu(n)das. La moral de economato. La
individualización de unos códigos rentabilizados en el escaparate del modelo
consumista. Mudas.
La soberbia del poder se apropia del azar como
condición indispensable de las voluntades, de su percepción, de un modo
anestésico y narcotizante. La delgada línea roja. La locura. Y si… la verdad se
usa como moneda de cambio, sí. “Hay que intentar de una vez poner
en duda el valor de la verdad” ...decía
Nietzsche. El pánico de la autoconservación; el postulado. Y aprehender sucesivamente sería el inverso,
detener la mirada. Hacer una naturaleza muerta hasta el infinito. Lo que mal se
llama una selección natural, es, selección reproductiva. El cliché del poder no
calcula daños, su esencia es la utilidad.
Deberíamos inventar un nuevo valor para la verdad tal
vez. Cómplice contra complexo. Y si Nietzsche
cuando abrazó el lomo del caballo nos prolongaba, pedía perdón por el valor de
nuestro embotamiento y el sufriente lomo del caballo…
En [El
nacimiento de la tragedia] “… deus ex machina* : éste traza el programa del futuro, como el prólogo
del pasado. Entre esa mirada épica al pasado y esa mirada épica al futuro están
la realidad y el presente
lírico-dramáticos.” …*(dios sacado con la máquina: en
el teatro antiguo, dios que por medio de un mecanismo aparecía en escena al
final de las obras para provocar el desenlace. Según Sócrates esto ocurre
“cuando los autores trágicos se encuentran en una situación
embarazosa”(Cratilo, 425 d). Nota de Andrés Sánchez Pascual.
“¡Oh viento mistral, cazador de
nubes,
que matas las penas y barres el
cielo,
viento rugiente, cómo te amo!
¿No somos ambos primicias
de un mismo seno, eternamente
predestinados a una misma suerte?
Arranquemos, para gloria nuestra,
una flor de cada planta
y además dos hojas para una
corona.
Bailemos como trovadores,
entre santos y prostitutas,
entre Dios y el mundo”
…la espalda
del caballo se arqueó con la benigna demencia del entusiasmo artístico. Así
pues Nietzsche aquel año escribió varias obras con la furia y precisión que solamente él, pudo hacer. Obras todas contra la dominación de un pensamiento
del ir más allá de la verdad, sin cuestionar
la propia verdad. Es cierto y propio que la pasión y la expresión tampoco “dicen” la verdad, pero están ahí emparentadas
como la cadena de nuestro adn al
sueño y a la vigilia, al trabajo de la memoria y al trabajo del olvido.
Intacto, al inicio. La realidad cotidiana, luego, es, cuando la sensación
moderna opone su esto es sólo un
espectáculo. En la obra de Nietzsche siempre se sucedieron dos luchas.
Pasión y expresión o; la primera, lo antiguo. “Así es como, guiándose por las experiencias del oyente verdaderamente
estético, nos imaginamos nosotros al artista trágico mismo, nos imaginamos cómo
crea sus figuras cual si fuera una exuberante divinidad de la individuatio, y en este sentido difícilmente
se podría considerar su obra como una “imitación de la naturaleza”, —cómo
luego, sin embargo, su enorme instinto dionisiaco se engulle todo este mundo de
apariencias, para hacer presentir detrás de él, y mediante su aniquilación, una
suprema alegría primordial artística en el seno de lo Uno primordial.” La segunda, lo nuevo. “En todos los lugares donde encontré seres vivos encontré voluntad de
poder; e incluso en la voluntad del que sirve encontré voluntad de ser señor.” [Zaratustra]
Las dos luchas se resumen en un cambio de creadores.
Un actualizar “lo inactual”.
Resulta complicado ahora hacer una defensa. Señor… del
estado… o como dijo lacónicamente N.
de sus universidades
“Quienes piensen… que una innovación política basta para que los hombres
sean de una vez para siempre habitantes satisfechos de la tierra, merecerían
ser profesores de filosofía en una universidad Alemana."
Las aspiraciones crecen a medida que menguan las libertades. A medida que
los diálogos se van alejando de sus interlocutores, se van llenando de signos,
diseños, designios, hasta formar un horizonte hambriento, comecarnes. Uno queda perplejo ante los intentos del análisis
crítico de cualquier época. Y cómo, una bandada de ávidos lectores hace expedición
estética, ascética, hasta llegar con un holocausto en la mirada a experimentar
la propia finitud. El estilo de Zaratustra se nutre, de aquello dicho en el [Ecce Homo]- “Un buen estilo en sí es
una pura estupidez, un simple “idealismo”, algo similar a lo “bello en sí”, a
lo “bueno en sí”, a la “cosa en sí”… Suponiendo, claro está, que haya oídos para oír, que existan hombres
capaces y dignos de un pathos así,
que no falten sujetos con quienes nos podamos comunicar.” La dureza, aspereza, que preconiza excluye lo
femenino, pero es una paradoja, pues comunicar, el azar de la naturaleza y curar,
el nacimiento y el retorno son femeninos no solamente en un sentido musístico, de conquista, o alivio.
Zaratustra odiaba a las parteras, Sócrates era una partera. Hacía alarde de un
verbo infinito. Zaratustra quería, quiso— y subió tan alto solamente para hundirse en el agujero negro de la ausencia de
palabras. Allí en cambio, el hombre conjura el caos y cae en un complejo de uterofobia, sobre todo, si se para a
desentrañar las imágenes como si no fueran reales, como si fueran las imágenes
inscritas en una caverna y no en las propios pliegues del cuerpo. El
pensamiento, la reflexión, he aquí la primer doblez. No reconocer la locura de la razón.
Aquí paso a relatar una experiencia repetida durante
mi adolescencia. Simplemente consistía en cerrar los ojos y pensar hasta lograr
sentir(me), una cuerda tensa. Al
tensarse una ilusión se producía, la cuerda giraba. En ese momento me perdía,
extraviaba tras el cerramiento de ojos. Tras horas de lectura recuerdo. Una hipersconsciencia me trasladaba a la
nada. Una sucesión de horizontes que me atrapaban en un solo horizonte. El
horizonte no era una condición, era una práctica, un círculo abierto. Una zona
articulada de descanso, silencio y, desconocimiento, ignorancia, ignoscere que
etimológicamente significa perdonar,
salvar el autoapresamiento quizás. Heidegger
contaba que el Zaratustra debía leerse igual o “del mismo modo estricto que leerse un tratado de Aristóteles”. En
cambio, no creo que Zarathustra sea el sometimiento de un centro, ni la
tentativa de, pues el poetizar que mueve a Z.
no se debe a una vida contemplativa, no vela por el significado, la totalidad
no es ninguna cultura. “Todo en mí es mentira” haciendo del tránsito del contenido a la expresión
un nacimiento. El recuerdo de la cuerda tensándose quizás.
Los griegos inventaron la ciudad, Roma legó el
imperio y, los judíos los adiestraron a su vez en el arte de sentirse un
pueblo, a su pesar. En [El nacimiento de
la tragedia] se esboza la oscilación sobre el espectáculo, su constancia
cotidiana y para salvaguardarse del pesimismo de la memoria, aquello que dejó
de ser una realidad, invoca en [prefacios
del nacimiento] un no conocimiento, vida, “Para todo obrar se quiere
olvido”. Pero, el olvido no
existe. Olvidar es una mudanza. Hay que caminar por la cuerda de la vida sin
pensar en los puntos de apoyo, esperan. “Que el carácter de la existencia sea desconocido: ése es el
profundísimo y supremo fin recóndito de la ciencia, de la religiosidad, de la
tendencia artística. No ver muchas cosas y ver muchas otras que no son… En los
momentos que el hombre se convierte en engañado, en que cree nuevamente en la
vida, en que se ha engañado a sí mismo: ¡ah, de qué manera se envanece entonces!
¡Qué delicia! …Y cada vez que el hombre se regocija, hay siempre lo mismo en su
alegría; se regocija como artista, goza de sí mismo como poder. La mentira es
el poder…” [frammenti postumi
dall’autunno-inverno,1887-88] Así, el regreso, la cuerda se tensa, se
regresa a la metafísica del arte de “El
nacimiento…”(1871) pero Nietzsche ahora se separa de sus convicciones,
orienta la cuerda entre/hacia el pesimismo teórico y el optimismo más vital. La
metafísica se agota, el criticismo kantiano es hábito: algo devenido. Apareamiento
con la apariencia, para que no queden marcas ni resentimientos; apagamiento. “Sólo los decadentes defienden que la compasión es una virtud” [Ecce homo](1889).
¿Entonces qué dices señor Nietzsche? ¿Qué he de ser injusto pues el mundo es
injusto? Demostrar fuerza nunca ha sido mi especialidad y aún así golpeo-asqueo
contra el muñeco de la sapiencia, horrenda ilusión enraizada en nuestra
existencia. Ciudad, imperio, pueblo.
Sociedad del espectáculo, circo romano, la sangre
que corre. El tren que se detiene un
momento. Lo vacío toma asiento, asiento. Asiento, que demuestra su democracia,
su democratización de lujo, asiento, asiento, y cuanto más se repite, más digno
es el acontecimiento, asiento, asiento, ¿cuántos muertos?¿y a cuánto la
herencia? ¿a cuánto resignifica la
comunicación? No, ya no es posible asumir una tarea histórica, ¿pero tampoco
podemos asumir una vida propia? Según Nietzsche la vida se oponía a lo
histórico, y es miedo, o vértigo, ver que nosotros compartimos el tiempo, es
decir, los mismos problemas de hace 100 años. ¿Olvido? No, no. Ni historia, ni
olvido. Languidecer tal vez, con el melodrama del modernismo/postmodernismo de…
“todo es espectáculo” . Como decía Giacomo Leopardi “El aburrimiento es el deseo de felicidad en estado puro” pero para seguir domeñando el rebaño, la felici…moral hipócrita. 189, La gran
política “¡Singular locura de los juicios morales! Cuando el
hombre está dominado por el instinto de poder, se cree y declara bueno,
mientras que aquellos sobre los que le hace sentir su poder, le consideran malo” [Aurora]
El melodrama, allá donde una sola fuerza se legitima. La esperanza, el
cristianismo, el capital. Se fuerza el desgarro ahí en la aniquilación
paulatina, excavada en el costado, retransmitida, radiada, con la conciencia o
la barbarie. El pesimismo, el peso, el dólar, deuda, dedo. “Quien no sepa fijarse en el umbral del instante olvidando todo pasado… no
sabrá jamás qué es la felicidad ” Nietzsche,
creo, imaginaba un lenguaje como si fuera una nueva forma de vida. Es decir,
dedo, yaga. Dedo, yaga-ojo en el tímpano del filisteo. Aquel invadido e
invadente por lo
superfluo y lo ejemplar, dissolution
cool, complex temptations. ¿Y la democracia? Asiento, asiento, asiento. Es
decir; el siglo XX… el siglo de las guerras sin afecto, mucho se aprendió de la religión, da paso a las políticas sin afecto,
la representación de un devenir, de un poder de la gran mentira; el tropo de
las palabras invade, vence, la
resistencia. Y aún así, tercos, como diría una gran amiga, en una eternidad que
ya hace mucho ha acabado.
¿ El amor? Tal vez
cuando en el interior, conciencia y palabra se tornen ecuánimes tras una
extensa travesía de exponer, experimentar lo versificado hasta desprenderse de
cualquier asentamiento arquimédico,
no-sintiente, no-geogramático en el cuerpo. ¿Proeza? No, simplemente
la erosión del yo; la película
brumosa que rodea el ojo y corroe el reflejo. Quedamos solos. Autoempequeñecemos cubiertos de
necesidades que nos ocultan, inoculan, modernas modalidades de inacción,
infección, palabras que. Tal vez si… lo sintiente,
lo geogramático, una antropología
cinética… que el carácter de la existencia sea desconocido
no quiere decir, que no debamos tomar la
historia como algo trascendente, lo es. La instantaneidad del refugio, habitar
el fino hilo que asoma de nuestra boca, la interiorización musical.
Como si un nuevo Prometeo debiera sacar
el fuego de su estómago hasta saciar la garganta de los infiernos y en las
fauces de los recién nacidos, medir, la susceptibilidad histórica. Atended
cuando escupís al viento. [Ecce Homo]
“Mi humanitarismo me obliga a estar constantemente venciéndome a mí mismo.
[Zaratustra].
“Construyamos un nido en el árbol del futuro: a nosotros, a los
solitarios, las águilas nos traerán el sustento en sus picos. Tened por seguro
que no será una comida que también los impuros puedan saborear; les parecería
que están comiendo fuego y se quemarían los hocicos.” La jaula, la boca, sin pájaros. Un gesto de
camaradería… inmolarse, vida interior compasiva e, interior. Carecemos de
fuerza exterior, es decir; resistencia que, como decía Nietzsche era por temor
a la realidad. [Anticristo] “el miedo al dolor […] no puede acabar de otro modo que en una religión del amor” Cristianismo. Por lo menos, las enseñanzas de
Gautama Buddha eran más higiénicas que
dogmáticas. El amor como tarea y no treta.
¿Pues qué cosas escribimos y pintamos nosotros, nosotros los mandarines
de pincel chino, nosotros los eternizadores de las cosas que se
dejan escribir, qué es lo único que nosotros somos capaces de pintar? ¡Ay,
siempre únicamente aquello que está a punto de marchitarse y que comienza a
perder su perfume! ¡Ay, siempre únicamente tempestades que se alejan y se
disipan, y amarillos sentimientos tardíos! ¡Ay, siempre únicamente pájaros
cansados de volar y que se extraviaron en su vuelo, y que ahora se dejan
atrapar con la mano — con nuestra mano!...”[Más allá del bien y del mal] …. y al
final de sus días lúcidos, luchó, contra la tiránica bandera de los conceptos.
Aquella tarde abandonó su casa en Turín para dar un paseo…
Aquella tarde abandonó su casa en Turín para dar un paseo…
…diciembre 1889, Turín, un cochero
azota un caballo que carga un peso excesivo, lo abraza, lo protege, nadie
bajo ninguna circunstancia puede separarlos hasta que llega Fino, dueño de un
quiosco en la misma plaza e inquilino de la pensión que Nietzsche regenta.
LXXI
El ángel que
presidió la ceremonia de mi nacimiento
dijo: “Pequeña criatura, hecha de alegría y de
júbilo,
ve y ama sin ayuda de nada en el mundo.”
WILLIAM BLAKE
///
12 de febrero de 1890 [Cartas a
Theo] Vincent van Gogh
El artículo de Aurier me
estimularía si me atreviera a dejarme ir, a arriesgarme a salir más de la
realidad y hacer con el color una especie de música tonal, como lo son ciertos
Monticelli. ¡Pero, también, me es tan querida la verdad, el intentar hacer lo verdadero! En fin, que prefiero
seguir siendo zapatero a ser músico con los colores.
En cualquier caso, tratar de
seguir siendo verdadero es quizás un remedio para combatir la enfermedad, que
no cesa de hostigarme.
El deseo de “cambiar
aunque sea para peor” se hizo obsesivo. Theo le encontró un lugar a 35 km
de París, en Auvers-sur-Oise. Allí un arma de fuego acabó con su vida.
///
El conducto, “Mutter, Ich bin dumm”, madre, soy tonto. Elevada opinión sin temor. Una escritura-pintura sin
creencia. Deshacer el amor propio palmo a palmo de una manera, impura,
intuitiva, sin escupir al viento. Comprender el sonido, el giro y su propio
reflujo. ¿Preguntarme por qué Nietzsche es tan sabio?. ¡No! Todavía me
encuentro en un preludio. El conducto.
Amor, le dicen al deseo, que sólo
siente el animal herido, de volver al cobijo materno, y aún antes. [Bélgica] Chantal
Maillard.
Lienzo de_Miguel Ríos López |