aquí dejo la segunda parte de la relación de poemas traídos
desde mi otro blog, despacioso intento por abrigar vida.
desamordazar la senda rideriana. el petirojo
unapoesíade Emily Dickinson
I DREADED that
first robin so,
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But
he is mastered now,
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And
I ’m accustomed to him grown,—
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He
hurts a little, though.
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I
thought if I could only live
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Till
that first shout got by,
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Not
all pianos in the woods
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Had
power to mangle me.
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I
dared not meet the daffodils,
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For
fear their yellow gown
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Would
pierce me with a fashion
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So
foreign to my own.
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I
wished the grass would hurry,
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So
when ’t was time to see,
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He
’d be too tall, the tallest one
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Could
stretch to look at me.
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I
could not bear the bees should come,
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I
wished they ’d stay away
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In
those dim countries where they go:
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What
word had they for me?
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They
’re here, though; not a creature failed,
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No
blossom stayed away
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In
gentle deference to me,
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The
Queen of Calvary.
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Each
one salutes me as he goes,
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And
I my childish plumes
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Lift,
in bereaved acknowledgment
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Of
their unthinking drums.
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1
Ayer acabé mi primer poema
justo después
sí después
comencé a perder la virginidad
la mención del arcángel
la erección astillada del alma
el antes escabullido en la cuchilla
pétalo, entreabierta
y poder decirlo todos los días
conozco a leerte nada a cambio
la larva tras la corteza y las hojas caídas
para el ferreiriño
azul
el gato encaramado
al nido hecho sobre una farola
al cruzar el puente,
que bosteza perezoso
con un ligero sabor amargo de hierba
los siete días
escarba de un modo ecuánime la tierra
hasta encontrarse con uno mismo
fértil
anido
la sustancia madura por la experiencia
la masa del lienzo inacabado
la hacienda marcada
el catastro frente el atlántico,
tumbas y santuarios horadados
tan solo por el hambre del cincel
y la mentira del cielo
que surca el-/-nuestro germen leguminoso
como un susurro levita
en este domingo lascivo
o sanguinolento
o en un lunes
por el calor del aire
cuando se sabe sucesivo
gotea
contaminado, contra la cara
como un traje de ciencia ficción aplicada
a uno
diván o deshecho de ramas
evalúa
reverencia la hoja
organiza
consciente de que saber no es nada
y retener la respiración
involuntariamente
y latir tenue, amaneciendo con el cerrojo
en desbandada, desnuda, su aire
respirándose, aumentando el vacío
enlutando la genealogía del poema
con el vínculo todavía virgen
con la fecha.
*/*/*
2
desconfío del poema.
Leído
por una asidua marginalidad busco el confort
la sonrisa tenue que
bambalinas y polillas hipnotizan
en estratos de
dodecafonía arremangada, QUE ABRA
de quebranto intrépido
que estile el paladar inmerso
de doble filo / fisura /
nexo / lapso
escudriño el fortuito
traspiés
requisitu inestable para amar la panza del
triunfo
atravesar las calles
incrustadas de piedra y luz
serenas / eternas
aquellas donde
afinábamos el haz de sabor maltrecho
crepúsculo evitando los
dientes devastados
cediendo aledaño placer
/ de estrella
No
sé si ando o eres tú / extramuros recalcitrante
que humedeces los ojos
en este aire mortecino
tan difícil de permutar
y que aplica el parnaso
en el poso de estar
inmerso y vacío
solo ______ausencia
huyendo de las puertas
y sí ______ausencia
sois vos quien las abre
trebejos
animal que noto asomando
el letrero final
el sigilo de amén
zorril.
del poemario Al este (2004?)
3
a media luz
el polizón audaz
sobre el árbol en flor
cancela sostenido
su destierro solitario
encadenado a los gritos
de un éxodo
a un mañana obligado
a un pantalón azul
en lo más alto de la agenda
donde la tierra ha de retumbar
de cuarto en cuarto
bruñidos carámbanos de un naufragio
bosquejado mientras en su interior
otras palabras conscientes de las causas
que determinan la libertad.
La madera
ha de valer más que el oro.
El cuaderno del viento
ha de valer más que la vida
cuando el hogar se queda con los huéspedes
se abren los postigos cosidos al agua
muriendo a veces con la impresión de haber habitado
los que no tienen el favor de la lluvia, ni soñarla
duermen como las alondras, pocas veces
tocan tierra, y si lo hacen sus babuchas se arrastran
como ampollas en el desierto.
***
**
“ o noi
cambiamo il corso impresso alla Storia
o sarà la
storia a cambiare noi”
fragmento leído en el film que inspiró
este poema “Il villaggio di cartone””
4
el nómada tomó la ciencia para habitar un lenguaje
la arropó con las mejores cortezas
haciendo nacimientos
contra el persistente abandono
contra la dejadez
mansa
de la loba que alimenta su hueste y
cuando se desprende un cálido goteo
ancestral cesto
madriguera propicia para arder estival
y guiar las tonalidades olvidadas.
Desde la llama anaranjada
hasta los obligados deltas del nilo.
El nómada palpitó en la garganta
bandadas de cometas hasta las ramas
catando el pozo vertiginosamente
atando el útero que derrama
mon-
ton-
citos de hojas
-en variadas instituciones fortifican
torres de edictos
como ficciones en extinción
hasta caer en algún atillo
al deliberar su contenido la réplica
casi como un resorte afloja la voz
y delira al fin
intrépido y consumado
en la rampa como fruto de
pólvora
para impactar en la tierra soberana
tu
identidad
es límite
de mi silencio
borde
al escritorio
entre fama
de salto mortal
y soledad
tu
identidad
no tendría
cabida
en ese
renglón
sin escribir
sé
quicio
girado
germen
más
ver
sol.
tropecé la soga y dejé ganar cierto espacio
al sentido interno
extinguiéndose
la sombra y el arte de la distancia
hasta medir
con un artefacto los pálpitos enraizados del afecto
y a la vista de lo que pueda acontecer
el cerco de una huella.
Levanto una pierna no por ello sin advertir el escaso fondo
como la retribución de un injerto específico
al pie, la disección, el tubo de ensayo
al pie le dolía tu nombre
inmundo
melancólico, medir la percepción
zozobrada
como el aleteo fónico de las sirenas
aún
al regresar
al privarse de un Afuera
al manejar
el fonema de un arpón
anotarlo, palpar
rechazo, avanzo
residuo, resistencia
piélago de una materia sin qué.
Algo o alguien que innúmera guarecida las elevaciones
del mar al encuentro de la cima y alguien o algo
escucho
qué!
que
al
parecer
empuja hacia el continente la espuma
de algo más que los días.
Medir el asesinato
el asedio, el pudor al escribir, la armonía robada. No mediar
hasta valorar
las otras latitudes donde la soledad se completa
como un claro en un bosque de sal
perdurable
como el sonido de una caracola de mar
cuyo cuerpo
interpone
el chasquido de los huesos quebrándose
a propósito
la-boca acumulando el abismo
la atroz lucha del residuo que-me-a-tra-pa
hasta calcular
la colgadura hembra, procaz
la hendidura hombre, espasmo
deducir la convulsión
la palabra viva
el coño encrespado de la multitud
el favor del silencio que mueve mis labios
con un canto que incrustará mi alma
en el excedente
enardeciendo la distancia
el deterioro definible.
Hojas
azuladas que caen en la superficie
su vértigo resplandece
y el verdugo, sonríe su siesta del carnero
muestrea la dentadura
mueve sus manecillas de cerdo con la velocidad de un mosquito.
Hembra y hombre, a-
cercarse a esta cama
vestir la invisibilidad
esta estatua de intemperie
esta lengua, paralizada en el mármol frío
exquisito
afiebrado, académico falocrático, fi-
sura de adiestramiento.
Un pequeño pez plateado aletea sobre la sábana
aletea
reanuda
rastrea los anzuelos
el conclave inestable de una sangre fantasmal
e injerto
sin piedad
tu nausea ya ha cobrado alas
periferia
extensible
como este fango delante mío
hasta comparar
en uno y encantar Otro
espina
epígrafe extirpado a la planta del pie
amordazando la luna al potro de torturas
sin nombrar la hora, solo
tú
en vela, afiebrando los párpados
y pujar con hambre el parto
la masa de lodo
en el torno de esta noche sin tregua
cábala que ha de achicar el corazón
irrigar tan solo un acuífero escalofrío
tan solo
sellar __ boca ___ caer ___ día
nómada la palabra
ir a
solo
desmembrar el decoro, la retahíla lúcida de tus adentros
ir a
lo impuro de la luz
la Oración idolatrada
ese aquietante trasfondo de nulidad.
Proporciono
sucumbo al carácter incurable
encarnizado de tu aplauso
lapso __ herido __ asmático
sed feroz, sin
doma
en el vértice de tus pupilas
en el vertido de espejuelos que brotan de la fusta de tu silencio
__ porción de máscara
hasta vencer
lo sido, lo que ha de ser
la parte
el demasiado, el tarde y la lejanía
sin entablar __ nosotros
vacilantes y confusos aplegados al alimento
por temor al Otro
el criminal irrealizado
respira, soy donde estoy
para colmar lo que no soy
débil, apocado, apago el aliento
que creíais merecer como un mal de altura
mira, escucha
la primera palabra era impersonal
tú yo entonamos la
cosa que evoca
sin consumirla, sin consumarla.
Derrotar para hallar paz
sin levantar un arma
eso ocurre
eso está
eso es
tronco oprimido por __ anillos
numerados los gritos __ los surcos de esta habitación
que deriva
que me apunta
sin ser idéntica
te digo, se dice, tu córnea
tu desierto talismán, grito
no soy
estoy
hasta vencer en mí
mi
Es preferible así cruzar
la distancia en términos de altitud
intercambiar la escafandra
y calar el péndulo del aliento
cruzando así la calle con los faros
mudos en una escena de ciencia ficción,
cruzar, en salto de esgrima
cruzar retornando
con las artes marciales del amor cruzar
otro, horizonte
en un dedal
que fluye
y nos dejamos ver en altiplanicies
con carros dentados avanzando.
me das los hijos que bebo debajo de los puentes
cuando a gotas es
un cuerpo
cae
sobre otro
no obstante desgravitar un cuerpo del agua
es, exponerlo con los lazos semánticos de un estanque que solloza
un estanque guarecido por perros
y árboles enormes
sin decir
el encantamiento del fuego
atízame con esquiva retrasando el pie.
PRE-SCRIPTUM
Lanzar
una mirada a ras de suelo
para
sentir el aliento de las reses trashumantes
beber
la convulsión del invierno
depurar
el hueso al reluz del verano
y
dices digo algo palabras
sueltas
como
piedras que aguardan
¿aguardan
qué ?
dime
lo qué debo decir
dónde
coincidir dónde.
La
casa está vacía, las escobas parecen árboles
respiran
el vacío
el
rastro de piedras hacinándose
desnudando
tu cuerpo de cansancio.
No
es una muerte lenta
es
una muerte desde la infancia.
Habrá
ley y orden en este país.
Envenenaremos
la tinta del dinero.
Me
mantengo en una tachadura, aguanto
el
espejo como una báscula
de
ceniza,
recojo
el acordeón -szünet-
y
aprieto los huesos,
tu
cuerpo asesinado es trasparente y lleno de risas
¿quieres
taparlo ?
pero
el requisito acoge el erizo
con
la mano abierta, comiendo de su vientre
la
resurrección, la concha le queda pequeña
hasta
la siguiente corrección analógica
engendrar
la
copia
otra
cosa
el
rostro siempre es una regla, una iluminación caótica
un
autorretrato
que
sobrevuela un mar de nubes
satisfecho
torna calmado por el polvo de las estrellas
hasta
el tegumento que habitan insectos y gusanos
y
las conchas
egóicas –de
paso
el
cielo parece no querer nunca preguntar
ni
mancharse por los límites,
el
cielo sólo es cielo en su caída
en
esa larga ocultación de lo que soy
¿pero
qué soy ? Yo, dije.
Una
raíz germina hasta el vértigo y grita
para
no perder pie y no cesar de fluir a la vez.
Tormentas
de tierra preñando la nostalgia.
Vacilo
al decir yo, caigo sobre la ruina impregnada
sobre
el otro, los otros me abrazan
y
no son ni tú ni yo
sino
la totalidad
resonante
al rutilar el caparazón.
poema tal vez inspirado en el film “Sátántangó” de Bela Tarr,
8
Se muda piel bajo tierra hasta
sentir lluvia
beberla y frotar el trazo
tierno liquen lírico fuera de la pila
pectoral
abierto de pulpa uterina
esta luz
—¿esta luz?
esta luz
solar o nimbo que nutre el nexo
en voz baja
—¿baja?
casi muda
se calla el nombre hasta sentir el
desconcierto
moldeado por el aliento de
un tiempo...
Mesa redonda de precipicios a solas.
Mundo que devora lo incomestible
y asedia mi cuerpo aún sin nombre,
informe.
Huida demorada.
Mitigo esta piel en la inocente
matriz.
Adherido a las eternidades perdidas
cada atardecer enreda mi pensamiento
en la terrosa experiencia
en la devastadora evidencia
donde entran cuerpos extraños
entornando sus ojos con secreción de culpabilidad
como incontenibles marionetas encolerizadas.
Apartan sus ojos del e-kit de belleza utópico
un instante
para morir al fin de un modo natural.
¿Cuál es tu estado?
¿En qué estás pensando?
10
Soy
un respiro para ti
aire,
acorde, abanico de palabras
posibilidad.
( Ir y venir)
/Viaje
11
Pequeños detalles subterráneos despiertan y sacuden
el equívoco; contorno sin importancia
sacuden el silencio hasta la nutrida zozobra
de un ojo cerrado
devorado por el encarnizamiento de cierta hierba
que
entra entre alma y
alma
entre página y página
sale.
Traspasa y deslinda como puñal manso
la gravedad del grano.
La profundidad; es difícil. Hace correr la sangre afuera.
Borra el jeroglífico
—No matarás.
Tendrás que zanjar y callar,
pútrida ca(u)sa errante.
Bamboléas tus cimientos alzando
la democracia de lo superfluo.
(Algo sin
resolver)
/Desmedir
12
Mi paz tiene un borde o boca
un cuestionario para pájaros sin doma
en lo oscuro,
arden, expían preguntas y alumbran
el acebo en esta orilla que ya no se detiene.
Hay palabras que se arrastran como muebles hacia el torpe
trozo —centro- que desea la boca y acorta
la respiración
ante el manojo de niños que constelan la casa.
Las nubes no se detienen.
Las nubes y los niños y los pájaros arrastran
las pavesas describiendo
la parcela arrasada.
Entre todos, hacemos la soledad.
Mi paz, borde o boca
rostro que se resiste a la posedumbre
y a las penalidades de una tierra estéril celebra la ceniza y la fatiga.
Los niños aprenden el rostro.
Los pájaros desprenden la rama.
Las nubes todavía
dulces, conservan mi cabeza en la altura.
Aquí medito
alejo mi boca para alcanzar otras aves
para estar contigo
y para que mi boca medite tus males
y caigan
para no levantarse más.
Mientras.
En la punta de una flecha cuelga tu miedo
apunto a un espejo vacío
que late
nada más.
Mi meditación
un
rostro.
a Alba Ceres
y
Arturo Borra
Transparencia.
Tragar el párpado y el tic-tac del sol hasta sudar el desierto
predecir ebrio la cavada noche de las alimañas
las más remotas
las que tragan herida y ahogan la sed cuando duermes.
き
Trashumancia.
Al decir yo impalpable, pronunciar el nombre imperceptible
híbrida la ausencia de una ausencia, senda
Otra la
que desencadene diferentes escalas en tu pensamiento
errante, miras abajo. Añoras la tierra.
I き
AUNQUE demasiado pequeño intercedo desde abismo
labio menguante o fulgor que versa mi mano en murmullo
al silencio
al viviente
cuando muro y muerte y hablar no se diferenciaban
de la honda meditación para atrapar la salvación.
¿La recuerdas?
Otra tiranía que ser para otra que me piensa
como erosionado caracol entre tus piernas hasta la precoz
gota de rocío; caerá sobre una brizna de hierba
se esparcirá con la enfermedad y el desnudo festín de tus amantes
Oremos; dadnos el pan de cada día
llenemos de harapos y consiéntenos todo, bienvenidos
sean, saliva perdida de cada día…
¿Cumplo la imperceptible e intangible edad…
el por qué de tanta ausencia…?
Desgarro el paladar en un espinoso regazo de alimañas
las más remotas
cuyo ascenso arrastra el ruego de las muñecas al sol
el arco absorbente de tu sangre y
tensado el cable, danzará la cuerda…
“llueve tan rígido
en los lugares de la blancura”
… ninguna sed, me transforma en blancura, harapo
que arranca derivaciones por suerte nodriza expulsamos
lo ojos para llenar de lodo nuestra ingravidez.
“El viento llora
y apenas sospecha
qué murmura el agua”
Devorado el hilo trófico, los invitados con el futuro a lomos
caminan al unísono preludiando una eternidad
devanada en un ovillo aún no
concluido,
demorado.
II き
LENTO coral lento coral hábitat tú hábitat tú
en camino confines aurora regresa a los nidos
encarna otros cuerpos nuevos los
mece en sus costados un corazón qué empuñar
la comisura del incendio novicio…
Se deflagra el baile de máscaras con la definición
de una astilla, cristal encostrado en el rostro, sillar
armónico que
/pausa los alientos meridianos
y el propio lenguaje; gemación que regurgita un hogar.
El hogar comparte un desierto de huéspedes
un fuego definitivo que nos transmigra de un zapato
a la contemplación de un monedero.
Frío pálido entre tinieblas, pústulas de paloma y
documentos biográficos para que los recite un mensajero arrítmico.
Se propaga esta cálida tempestad y al rojo escombro
a la puesta de sol
desovan como fieles filigranas feligreses digeridos
a la puesta de sol
como un rudimento que anhela profanos hendiendo el alba
para fines nobles
los más circenses
los más cercanos
aquellos que creen en un futuro que emigra.
Como vivo pienso dijo el más pensativo de los huéspedes
pero la llama lo consumió igual, aún anfibio
su espina, espasmo
transitivación de un lenguaje combustible al sacrificio
con curiosos rizos al absurdo de su territorio.
Llama el hambre Llama el hambre llama hambre llama
la carne anillos de los troncos.
El extraño nudo entre hablar y pensar ardió.
III き
VEAMOS como la sal entibia y serena nuestros pies
el perro de paja, como seca el rabo desde abajo
la peregrina mordida hasta el regazo y su risa salvaje
traga luz y sedimenta y yace con la destreza de lo sagrado,
demasiado perfecta como para alzar el vuelo,
inoculando en los genitales orugas que aprecian el calor
y sobre el tablero la espalda prometida
involuntariamente enclavada. Alas y raíz, contonea
aquellos insectos el rastreo artesano de su morada en
mi corazón descortezado
con la certeza
del alimento.
La réplica a la altura del agujero negro del deseo,
con su alfabeto hermético y su estirpe rumiando
mil veces, arraigando al borde de la consumación
de lo exhausto.
Medito sobre el mapa. Borro el orgullo y la ambición
frívola de las fronteras
que una noche pinté en tu seno y en la mordaza de tu geografía
augur o desperdicio mediúmnico. En la superficie, dicho
avance, alzadas las paredes maestras con entusiasmo
y fiebre
con la arena de desiertos y playas lejanas
así
¿Qué meditación nos salvará?
¿Qué blanda sinceridad del espíritu transforma
la trama en fósil?
así el nido, dejó de existir.
Es ceniza que los ángeles imaginaron de nosotros
sin porción, pero nosotros calculamos el día
en medio de la asfixia para domesticar el tiempo
en una mejor vida
jibarizada entre el trabajo y una pantalla, pastoral
que busca la felicidad sepultándose entre promesas.
El remordimiento confunde sendas
y presencia todas las ejecuciones, rivales
carentes de literalidad concretan el estigma
hasta la más pura insensibilidad.
No tocar tierra. No hacer nido. No nacer.
Así la tierra, también dejó de existir.
IV き
SER memoria de subsuelo. Convengo con mi maestro
por su temblor y su mudez
“para
sanar el viento”.
Para hablar conmigo mismo
/escribo aireo
pájaros cantores
Nada toco. Nada necesito. Reposo sobre el hueco,
falta de cerco aquel que el corazón enfría
para no tocar
bidentes creencias.
—un
insecto arrastra el paisaje, es un mu-shin
que me tensa al borde de un anzuelo
como una libélula celeste albergando el misterio
la quietud.
Deshacer la substancia, la esencia; el efecto extirpable
de la promesa con el pulso oscuro de la palabra.
El puente es aire. Es ritmo quien lo eleva.
A la lengua (lo) juro esta nada tan sensible
que encierra todo el uni—
verso.
Es aire el puente. Es acunar el hambre
quien allana, la orquídea y la orquídea.
Un gorrión trae el pincel en
su pico y lo deja caer
“la
inteligencia ha sido secuestrada –dice-
dependerás de las
imágenes” pero para un vagabundo
conocedor de la espuma de sus llagas nada duerme,
nada ata
el aire, sólo el aire
la cosa
y
la palabra
—copulan—
Talismán.
( Transparencia )
/ Trashumancia
14
Te
invito a ti, a ti
coge un lápiz
escribe tu nombre
Recítalo
hasta que doblegue
por inercia
el filo de la lengua sobre la sombra
que re-presenta
inmadura
mansamente,
desprende los fragmentos y regrésalos como escamas de plata
—códices
anónimos—
Que nos trague la calma
como ancianos sin rostro
descubren sin pena la muerte
cloaca decorada de solidificadas ágoras
— re ci ta
tu nom bre —
Persevera el susurro en la geometría
hasta calcinar los contornos del fantasma
en los días superpuestos
Contén la confidencia
sobre una hoja que cruce la entraña
en el hueco de tus manos
Coge un lápiz
escribe tu nombre
recítalo.
/ nómada
15
Mi casa
llama por el vuelo de los pájaros
rama, aflora
su entraña
limpia el
frío humo fantasmal.
*
Luego
arranco una hoja
para caer
entre vetas que bajan
hasta un
campo talado de sombras.
*
Delirante
es el camino a seguir
—el canto
que cadencia los latidos de gentes humildes
siempre a su
alcance.
...el rosario de los pensamientos airea la tierra
el estiércol
engrasa su interior…
Mi casa es
mortal
las polillas
me visten de vaga luz
barren los
rincones de mi soledad.
Aún
lo sólido, invisible…
Mi casa es
natal
le basta con
una cosecha por almohada
para plegar
en el puño el grano.
Aún los rasgos, elevándose…
Mi casa
desentraña caminos— lentitud
sin
distancia que va desatando este arraigo
sin comitiva
buscando en
lo blanco el sólido umbral
otorgar,
fuerza a la justicia.
Aún el miedo nos ocupa…
Mi casa
niega el certamen
quiere
interiorizar tu rostro
antes de
escuchar
antes de
pensar
al raso— sin
poseerlo.
Hacia la
morada delirante del paisaje niño
sentado
sobre un esbozo contra la muerte.
Oblicuo
color templando la mudez.
Para sanar el viento…
( este lugar el viento… )
/ equilibrio