foto / maria guadalupe salom |
Para Laura Giordani
Verde, verde, uniendo la colina y las nubes.
Shhh, shhhh, (viento, viento, 瑟瑟)
la voz del pino al anochecer
Kukai
(Kobo Daishi)
*
*
-Las
manos dormidas
Tras el
titubeo de la mente la desesperación de la carne, procurando el verbo original
y absurdo
que
manifieste el estado de las cosas, un estallido, es igual con tal de
corporeizar una idea.
Una idea, un
estado. Tras este límite, titubeo;
linde y rito
[corazón
y hozico]
Objeto
de transgresión.
Dable-
pelaje
que cae en la sombra de este eterno reto
y son-
las culpas sin perdonar
las culpas sin perdonar
las que capa
a capa techan este contorno.
- Shhh.
Lleguemos al
sol y ardamos.
Envolvamos.
Amurallemos
en llamas.
Purifiquemos
desde la raíz
todo excepto
el lamento
siempre así acontece
que se nos
adelante
el crimen
el lugar
y afuera.
Mi otra
parte
dentro de un arrullo
desvertebrando
la voluntad
para que sea
lánguido eco futuro
doble
la ternura
en la
escarcha de un abrazo
en la
trinchera de una resistencia
ente
que no
postula letra impresa
pues
la letra no
es lo que dice
si-
-no
inventa
de nada
sirve la palabra gato
ni extenuar
la caricia
ni consiste
en precisar la mano
pues el
árbol cuelga del infierno
goteando
nuestras queridas huellas.
Es sangre lo
que queda,
nada más.
Orgullo y
caída.
(dedicatoria)
Al
despertar con las manos dormidas
un manojo de hormigas descienden
como de la imprenta de los sueños.
Obedecen en
un segundo intento magnífico y violento.
Las volutas
del aire acunan sus pasos
desde el pergamino
hasta la
tierra fresca de la mañana.
La cuna
elíptica compone
(en la que uno ofrece
vino sagrado)
Al cien por
cien
la voluntad
no es sustituta del pensamiento, no juzga.
la voluntad
no es sustituta del pensamiento, no juzga.
La ruina, sin
ceniza
Se marca
como en un libro abierto de par en par
Sobre un
tablero.
Al tirar del
cubil callejero,
el temblor
escanciado
detenido
Sin más
compañía que el registro de una oscura tela que empapa las líneas de la mano y
recorre
un cuerpo cansado
un cuerpo cansado
ascua de anatomía perfecta
los
silencios
describen
sus movimientos
- y el último
describen
sus movimientos
- y el último
(Ugetsu monotagari)
en las aguas
de Azuchi, un pequeño bote solitario flota como una rama
todo duerme
desplomado
sobre el timón
este mundo
morada temporal
donde llorar
hasta que llegue el alba lanzado por la espuma del mar.
Oblicuo
el rostro de
mi gata se arracima a mi pecho
su lengua
rasca el tuétano que ordeña de mis palmas
y amancebando
el croquis de los pájaros
mencionada
la rectitud de su líquido estancado.
la rectitud de su líquido estancado.
(Son once los preceptos maximizados)
el primero
encaja en una cerradura
el segundo
rasga el cardumen lanar
el tercero
es sábana de sexo cuarto
el cuarto es
inhóspito
el quinto
florece
el sexto
round / el séptimo cielo
el octavo
el noveno
el décimo
y el
último.
- Una taza
de agua caliente por favor.
El aparejo
de la nada,
cundiendo en
el hígado de la posibilidad.
Cada palabra
es un adn trashumante
Abro la
puerta y la maleta desaparece
convirtiéndose
en caballete de cirugía
confesionario
cromosomático,
embozado de noche sin clausura,
ni precepto.
embozado de noche sin clausura,
ni precepto.
En el
precipicio de una cruz,
muy
muy al sur
muy
muy al sur
.
- Una taza
de agua caliente más por favor.
[Si Jesús
volviera lo crucificarían de nuevo]