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El otro extremo de la escala planetaria

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Una comparación entre el Sol, una estrella de baja masa, una enana marrón, Júpiter y la Tierra
De izquierda a derecha: el Sol, una estrella de baja
masa, una enana marrón, Júpiter y la Tierra.

La definición de "planeta" ha sido muchas veces motivo de controversia. La redefinición ad-hoc ha causado mucho dolor para los amantes del degradado Plutón. Sin embargo, se presta poca atención al otro extremo de la escala planetaria, es decir, el punto de división entre una estrella y un planeta. El consenso general es que un objeto capaz de soportar la fusión de deuterio (una forma de hidrógeno que tiene un neutrón en el núcleo y puede sufrir fusión a temperaturas más bajas), es una enana marrón, mientras que, todo lo que esté por debajo de esto es un planeta. Este límite ha sido estimado en alrededor de 13 masas de Júpiter, pero aunque esta línea divisoria puede parecer clara al principio, un nuevo documento explora la dificultad de fijar este factor de discriminación.
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Una enana marrón que orbita cerca de una estrella como el Sol

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Han encontrado una estrella enana marrón muy joven en una estrecha órbita alrededor de una cercana estrella como el Sol.

La estrella similar al Sol, PZ Tel A y su compañera enana marrón, PZ Tel B
La estrella similar al Sol, PZ Tel A y su compañera, PZ Tel B.
Las enanas marrones son también conocidas como estrellas fallidas, ya que si bien son más grandes que los gigantes gaseosos no poseen la masa necesaria para sostener la fusión nuclear que caracteriza a las estrellas.

Utilizando el instrumento Near-Infrared Coronagraphic Imager (NICI) en el Telescopio Gemini Sur de ocho metros en Chile, un equipo internacional de astrónomos hizo un extraño hallazgo: una enana marrón muy joven en órbita alrededor de una estrella como el Sol de 12 millones de años, que se encuentra a alrededor de 160 años-luz de distancia. La estrella es tan joven que los astrónomos dicen que todavía luce un cinturón de frío gas circunestelar.
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CoRoT descubre una rica variedad de nuevos exoplanetas

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Detectando la débil atenuación de la luz emitida por las estrellas durante un evento de tránsito, CoRoT ha detectado seis nuevos exoplanetas y una enana marrón. Uno de estos exoplanetas, designado como CoRoT-11b, tiene el doble de masa de Júpiter y orbita a una estrella de giro rápido; este tipo de estrella es un objetivo extremadamente difícil para las búsquedas de exoplanetas y su detección marca un logro significativo para el equipo de CoRoT.

La nave espacial CoRoT.
Para detectar planetas que orbitan otros soles, el satélite CoRoT, manejado por el CNES (la agencia espacial francesa), observa un gran número de estrellas a lo largo de un periodo de tiempo significativo, intentando observar una sutil bajada en su luminosidad: esta 'atenuación' podría ser una señal de que la estrella alberga un planeta, el cual transita frente a la misma oscureciendo parcialmente su luz. Esta técnica de tránsito es uno de los distintos métodos usados para la búsqueda de exoplanetas pero es el único que permite a los astrónomos determinar el radio de los mismos (midiendo la profundidad del tránsito).

Otras configuraciones geométricas de un sistema estelar, por ejemplo la presencia de una o más estrellas compañeras, sin embargo, pueden imitar la presencia de un planeta. Por esta razón son necesarias observaciones de seguimiento para confirmar la naturaleza planetaria del cuerpo en tránsito. Alertados por la detección de CoRoT de una estrella candidata a albergar planetas, algunos de los observatorios terrestres más destacados recopilan imágenes en alta resolución y espectros, proporcionando una gran cantidad de información adicional.

En particular, los astrónomos buscan un desplazamiento Doppler en el espectro estelar, destacando el periódico 'bamboleo' de la estrella en el sistema de dos cuerpos. A partir de la amplitud de este bamboleo, es posible estimar la masa del cuerpo en tránsito y, por consiguiente, determinar si es o no un planeta. Una vez se conocen la masa y el radio, puede derivarse la densidad media del planeta, un factor clave para distinguir entre los planetas gigantes gaseosos y los rocosos terrestres. El descubrimiento de estos seis nuevos exoplanetas añade una variedad al gran número de exoplanetas que se han detectado hasta la fecha.

"Con la adición de este nuevo lote, el número de exoplanetas descubiertos por CoRoT ha subido a 15", dice Magali Deleuil del Laboratorio de Astrofísica de Marsella, Directora del Programa de Exoplanetas CoRoT. "El incremento de tamaño en el censo, que incluye objetos de características muy diversas, es de vital importancia para una mejor comprensión de otros sistemas planetarios aparte del nuestro", añade.

Los nuevos descubrimientos exhiben una amplia variedad de propiedades físicas, extendiéndose a lo largo de un amplio rango de tamaños y masas: el menor de la muestra, CoRoT-8b, tiene aproximadamente el 70% del tamaño y masa de Saturno, mientras que CoRoT-10b, CoRoT-11b, CoRoT-12b, CoRoT-13b y CoRoT-14b son mayores, perteneciendo a la clase de los objetos conocidos como 'Júpiter calientes'. CoRoT-15b, con una masa de 60 veces la de Júpiter, es una enana marrón, un objeto intermedio entre una estrella y un planeta. Además de esto, se exhiben otras peculiaridades en este heterogéneo conjunto de planetas: CoRoT-10b tiene una órbita extremadamente excéntrica, lo que da como resultado una gran variación de la temperatura superficial a lo largo del año, y la estrella madre de CoRoT-11b gira alrededor de su eje a un ritmo extraordinariamente alto.

"La rica diversidad que surge a partir de esta muestra es un resultado muy interesante, demostrando la capacidad de CoRoT para detectar exoplanetas que son muy distintos entre sí", comenta Malcolm Fridlund, Científico del Proyecto CoRoT para la ESA. "Ser capaz de estudiar una amplia variedad de planetas nos proporcionará una importante visión de la formación y evolución de los sistemas planetarios", añade.

Uno de los planetas, CoRoT-11b, se destaca del grupo de seis debido a la velocidad de rotación de CoRot-11, su estrella madre, la cual gira alrededor de su eje en menos de dos días, una velocidad excepcionalmente alta, comparado con el periodo de rotación del Sol de aproximadamente 26 días.

"Este es el tercer exoplaneta descubierto alrededor de una estrella de giro tan veloz", señala Davide Gandolfi, Miembro Investigador de ESA que lideró el estudio de CoRoT-11b. "Debido a la rápida rotación de su estrella madre, tal planeta sólo podría haber sido descubierto debido a un tránsito frente a ella, por lo que sólo un buscador de tránsitos como CoRoT, podrían haberlo descubierto", añade.

La búsqueda de desplazamientos Doppler en los espectros de las estrellas, que representan otro prolífico método de detección de exoplanetas, está sesgado en contra de los planetas que orbitan estrellas de giro rápido, dado que la alta velocidad rotacional de la estrella hace que sea extremadamente difícil lograr medidas Doppler de alta precisión, y por tanto detectar la diminuta firma de la presencia del planeta. "Si hubiese sido incluido como posible candidato a exoplaneta durante tal campaña, CoRoT-11b habría sido rechazado debido al intenso esfuerzo observacional necesario para lograr la precisión requerida", explica Gandolfi.

La familia de exoplanetas CoRoT.
En lugar de esto, el objeto fue observado primero por CoRoT, y luego fue sujeto de unas extensivas observaciones de seguimiento fotométricas y espectroscópicas por todo el mundo, usando el Telescopio Suizo Leonhard Euler de 1,2 m en el Observatorio de La Silla de ESO y el telescopio TEST de 30 cm en Thüringer Landessternwarte Tautenburg, así como un número de espectrógrafos de primer nivel (HARPS en el Observatorio de La Silla de ESO, SOPHIE en el Observatorio Haute-Provence, UVES en el Telescopio Muy Grande de ESO y HIRES en el Observatorio Keck), y el espectrógrafo de alta y baja resolución también en Tautenburg, Alemania. Gracias a la combinación de estos excepcionales datos, fue posible estimar la masa de CoRoT-11b, la cual es aproximadamente el doble de la masa de Júpiter, y su radio, que es aproximadamente 1,4 veces el de Júpiter, confirmando de este modo su naturaleza planetaria.

"Este resultado anticipa lo que puede lograrse mediante futuras misiones espaciales de búsqueda de exoplanetas", dice Fridlund. CoRoT es, de hecho, un precursor de PLATO, una misión candidata de Cosmic Vision que buscará tránsitos planetarios a lo largo de una muestra de estrellas mucho mayor (el tamaño de la muestra es un factor importante determinando el número de planetas que pueden descubrirse). Este incremento significativo del tamaño de la muestra es posible debido al gran campo de visión de PLATO, el cual a su vez depende del uso combinado de 34 telescopios pequeños. Además, PLATO estudiará estrellas más brillantes que las observadas por CoRoT, haciendo posible determinar la edad de las estrellas que albergan planetas a través de medidas de asterosismología. Esto, en combinación con las tremendas mejoras en la precisión de la estimación de masas y tamaños de exoplanetas que se espera para PLATO, proporcionará un importante avance en la búsqueda de comprender las condiciones que favorecen la formación de planetas similares a la Tierra.

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El satélite WISE ya ha encontrado dos enanas marrones

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De izquierda a derecha: el Sol, una estrella de baja
masa, una enana marrón, Júpiter y la Tierra.

Un satélite lanzado por la NASA en 2009 para trazar un mapa del cielo en longitudes de onda infrarrojas comienza a cumplir una de sus promesas secundarias, dijo el jefe científico de la misión en la reunión semestral de la American Astronomical Society. Edward Wright, un astrónomo de la Universidad de California en Los Ángeles, investigador principal de WISE (Wide-field Infrared Survey Explorer), dijo en una charla que la nave espacial ya ha descubierto al menos dos fríos objetos subestelares conocidos como enanas marrones.

Una de las enanas marrones, apodada WISE 2, parece ser tan fría como cualquier otra conocida. Incluso puede ser más fría, dijo Wright, que las enanas marrones encontradas recientemente por la investigación del UKIDSS, cuya temperatura se estima en 500 Kelvin, pero la temperatura exacta de WISE 2 es incierta (como lo son las temperaturas de los objetos UKIDSS). WISE 1 es un poco más cálida, dijo Wright: "Creemos que se trata de un objeto de unos 800 Kelvin".

Las enanas marrones son objetos de mayor tamaño que los planetas y más pequeños que las demás estrellas, aunque los límites entre los tres grupos son un tanto difusos. Una definición basada estrictamente en las masas sostiene que las enanas marrones son demasiado pequeñas (menos de 75 veces la masa de Júpiter) para fusionar hidrógeno en sus núcleos, como lo hacen las estrellas, pero son lo suficientemente grandes (más de 13 masas de Júpiter) para fusionar deuterio, un isótopo pesado del hidrógeno.

Se piensa que son numerosas y, de hecho, ya se han hallado cientos de enanas marrones. Pero las investigaciones hasta la fecha no han sido capaces de encontrar las enanas marrones más oscuras y frías que predice la teoría (aquellas que tienen temperaturas de sólo unos pocos cientos de grados Kelvin). Pero los canales infrarrojos de WISE son sensibles a esa población y debería ser capaz de evaluar como son de comunes las enanas marrones frías.

Wright dijo más tarde que, aunque los espectros de WISE 1 y WISE 2 dan lugar a dudas, la nave espacial ha encontrado muchos otros objetos que también pueden ser enanas marrones. La confirmación esperará a las observaciones de seguimiento que ha propuesto el grupo en el Telescopio Espacial Spitzer. La distancia a las dos nuevas enanas marrones no se conoce, agregó Wright, pero WISE debe ser capaz de descubrir montones de tales objetos en su misión de 10 meses, algunos de los cuales pueden estar más cercanos al Sistema Solar que Próxima Centauri, la estrella conocida más cercana al Sol ya que se encuentra a 4,22 años-luz.

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Encuentros cósmicos crean estrellas fallidas

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Es el juego cósmico de golpea y huye en escalas cósmicas. Los encuentros cercanos entre estrellas jóvenes podrían ayudar a formar las enanas marrones que pueblan la Vía Láctea.

Disco circumestelar alrededor de una estrella tipo Sol,
siendo perturbada por un encuentro entre estrellas.
Las enanas marrones son bolas de gas, cuya masa es generalmente decenas de veces la de Júpiter. Como las estrellas, las enanas marrones son capaces de fusionar átomos de hidrógeno, pero son demasiado ligeras para mantener este proceso.

El origen de estas estrellas fallidas es un misterio. Las enanas marrones podrían formarse como sus primas mayores, mediante el colapso directo de turbulentas nubes de gas, o tal vez puede ser de una forma similar a como se forman los planetas, condensándose a partir en los discos de gas que rodean estrellas jóvenes.

Las simulaciones han demostrado que las inestabilidades en el disco de gas alrededor de una estrella joven aislada pueden desencadenar la formación de enanas marrones. Ahora Ingo Thies y Pavel Kroupa de la Universidad de Bonn en Alemania, y sus colegas, han demostrado que el proceso también puede tener lugar en un escenario más común, involucrando un cúmulo lleno de estrellas recién nacidas.

En las nuevas simulaciones, el equipo descubrió que las estrellas jóvenes que se aproximen lo suficientemente cerca a sus hermanas pueden desestabilizar los discos de gas que las rodean, lo que permite que las áreas más densas colapsen rápidamente y formen objetos del tamaño de enanas marrones.

El gas atraído en estos encuentros también podría formar los planetas con una amplia gama de inclinaciones orbitales. Esto podría explicar el origen de algunos de los extraños exoplanetas que se han detectado con órbitas inclinadas de manera significativa con respecto al plano ecuatorial de su estrella, explica Thies.

No está claro con qué frecuencia pueden formarse las enanas marrones mediante este juego cósmico de golpea y huye, señala Mark Krumholz de la Universidad de California en Santa Cruz. "Pero esta es una buena idea, ya que hace algunas predicciones comprobables". Puesto que existe una mayor probabilidad de que tales encuentros cercanos ocurran en densos cúmulos de estrellas, se podría esperar detectar un mayor número de enanas marrones ahí, dice.

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Misterioso objeto encontrado orbitando a una enana marrón

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¿Un planeta grande o una enana marrón compañera? Usando el Telescopio Espacial Hubble y el Observatorio Gemini, astrónomos han descubierto un inusual objeto orbitando una enana marrón, y su descubrimiento podría añadir más leña al debate sobre qué constituye exactamente un planeta.

Concepción artística del sistema binario 2M J044144.
El objeto orbita a una enana marrón cercana en la región de formación estelar de Taurus con una órbita aproximada de 3.600 millones de kilómetros, más o menos la misma que desde Saturno al Sol. Los astrónomos dicen que tiene el tamaño adecuado para un planeta, pero creen que el objeto se formó en menos de un millón de años -la edad aproximada de la enana marrón- y mucho más rápido que el tiempo predicho que se necesita para construir un planeta de acuerdo con las teorías convencionales.

Kamen Todorov de la Universidad Estatal de Pennsylvania y su equipo llevaron a cabo un estudio de 32 enanas marrones en la región de Taurus.

El objeto orbita la enana marrón 2M J044144 y tiene aproximadamente la masa de 5 a 10 veces la de Júpiter. Las enanas marrones son objetos que normalmente tienen decenas de veces la masa de Júpiter y son demasiado pequeñas para mantener fusión nuclear y brillar como lo hacen las estrellas.

Aunque ha habido mucha discusión en el contexto del debate de Plutón sobre cómo de pequeño puede ser un objeto para seguir llamándolo planeta, esta nueva observación aborda la pregunta desde el otro lado del espectro: ¿Cómo de pequeño puede ser un objeto para que se le siga considerando como una enana marrón en lugar de un planeta?. Esta nueva compañera está en el rango de masas observado para planetas alrededor de estrellas, pero de nuevo, los astrónomos no están seguros de si es un planeta o una enana marrón compañera.

La respuesta está fuertemente conectada con el mecanismo por el cual probablemente se formó la compañera.

La nota de prensa de Hubble ofrece tres escenarios posibles para cómo pudo haberse formado el objeto:

El polvo en un disco circumestelar se aglomera para formar un planeta rocoso 10 veces mayor que la Tierra, el cual acumula una gran envoltura gaseosa; un trozo de gas en el disco colapsa rápidamente para formar un objeto del tamaño de un planeta gigante gaseoso; o en lugar de formarse en un disco, la compañera se forma directamente a través del colapso de la vasta nube de gas y polvo de la misma manera que una estrella (o una enana marrón).

Si el último escenario es correcto, entonces este descubrimiento demuestra que los cuerpos de masa planetaria pueden crearse a través del mismo mecanismo por el que se forman las estrellas. Esta es la solución más probable debido a que la compañera es demasiado joven para haberse formado en el primer escenario, que es muy lento. El segundo mecanismo sucede rápidamente, pero el disco alrededor de la enana marrón central probablemente no contenía suficiente material para crear un objeto con una masa de 5 a 10 veces la de Júpiter.

"La implicación más interesante de este resultado es que demuestra que el proceso que crea estrellas binarias se extiende hasta las masas planetarias. Por lo que parece que la naturaleza es capaz de crear compañeras de masa planetaria a través de dos mecanismos muy distintos", dijo el miembro del equipo Kevin Luhman del Centro de Exoplanetas y Mundos Habitables de la Universidad Estatal de Pennsylvania.

Esta imagen del Telescopio Espacial Hubble de la joven
enana marrón 2M J044144 demuestra que tiene un
objeto
acompañante que se estima en 5 a 10 veces la masa
de Júpiter.
Si la misteriosa compañera se formó a través del colapso y fragmentación de la nube, como sucede en los sistemas estelares binarios, entonces, por definición, no es un planeta debido a que estos se forman dentro de los discos.

La masa de la compañera se estima comparando su brillo con las luminosidades predichas por los modelos evolutivos teóricos para objetos con varias masas para una edad de 1 millón de años.

Más pruebas que apoyan esto llegan de la presencia de un sistema binario muy cercano que consta de una pequeña enana roja y una enana marrón. Luhman cree que los cuatro objetos pueden haberse fomado en el colapso de la misma nube, haciendo que este sea en realidad un sistema cuádruple.

"La configuración recuerda mucho a un sistema estelar cuádruple, lo que sugiere que todos sus componentes se formaron como estrellas", señala.

La investigación del equipo se publicará en un próximo ejemplar de la revista The Astrophysical Journal.

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'Júpiter' errante descubierto a nueve años-luz de distancia

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Uno de los vecinos más cercanos del Sol es un objeto errante del tamaño de Júpiter a apenas 9 años-luz de distancia, dicen los astrónomos.

Impresión artística de una Enana Marrón.
Cuando las nubes lo bastante grandes de polvo y gas colapsan bajo su propia gravedad, las temperaturas y presiones generadas en sus corazones son lo bastante altas para desencadenar la fusión nuclear. Cuando eso sucede, nace una estrella.

Sin embargo, la nube original debe tener una masa superior a un umbral específico para que esto suceda. Cuando la nube es demasiado pequeña, las condiciones de su interior no desencadenan la fusión y la estrella no se enciende. A estas estrellas fallidas se les llama enanas marrones y no son tan poco comunes como podría suponerse.

Las enanas marrones tienen mucho en común con el planeta Júpiter, el cual se cree que tiene aproximadamente el mismo tamaño, masa y composición de estos objetos. Si Júpiter se hubiese formado solo en las profundidades del espacio, sería clasificado como una estrella fallida.

Las enanas marrones se descubrieron por primera vez en 1995 y desde entonces los astrónomos han encontrado varios cientos orbitando otras estrellas, orbitándose entre sí, o simplemente vagando solas. Nadie sabe cuántas podría haber pero la mejor estimación es que podría haber un tercio de enanas marrones respecto a estrellas, lo que significa que la mayor parte aún están por descubrir.

Por lo que la noticia de que Philip Lucas de la Universidad de Hertfordshire y algunos colegas han descubierto uno de estos objetos en las cercanías, no es completamente inesperada. Llaman a este objeto, de forma poco romántica, UGPSJ0722-05.

Lucas y sus colegas dicen que este cuerpo tiene un radio de aproximadamente el de Júpiter y una temperatura similar de unos 500K. Esto hace que la enana marrón sea la más fría jamás descubierta. Los estudios espectroscópicos de su atmósfera muestran signos de metano e incluso vapor de agua.

Esta combinación de temperatura y pruebas de agua hace de UGPSJ0722-05 un tema de charla fascinante para los astrobiólogos. Las hermosas bandas de color de Júpiter son el resultado de moléculas orgánicas en su atmósfera. Por lo que la cuestión de qué podría estar flotando en la atmósfera de UGPSJ0722-05 será un tema de debate apasionante.

Parte de este debate se centrará en otra interesante observación de este cuerpo: su atmósfera también contiene algo que está absorbiendo radiación de una longitud de onda de 1,25 micrómetros. Hasta el momento, nadie ha sido capaz de explicar esta misteriosa característica de absorción pero puede indicar que UGPSJ0722-05 es un tipo de enana marrón totalmente nueva.

Lo mejor de todo es el hecho de que este objeto similar a Júpiter está a sólo 9 años-luz de distancia, por lo que es uno de los 10 vecinos más cercanos al Sol y un candidato para una investigación más profunda en un futuro próximo.

Esperamos escuchar más sobre UGPSJ0722-05 de Lucas y otros. Un nombre digno sería un buen comienzo.

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Buscando a Némesis en la oscuridad

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¿Es el Sol parte de un sistema estelar binario? Una hipotética estrella compañera no vista, apodada Némesis, podría estar enviando cometas hacia la Tierra. Si Némesis existe, el nuevo telescopio WISE de la NASA debería ser capaz de detectarlo.

Un objeto oscuro puede estar al acecho cerca del Sistema Solar, y de vez en cuando lanzando cometas en nuestra dirección.

Apodado "Némesis" o "La Estrella de la Muerte" este objeto no detectado podría ser una estrella enana roja o marrón, o una presencia aún más oscura con una masa varias veces la de Júpiter.

¿Por qué los científicos piensan que algo podría estar oculto más allá del borde de nuestro sistema solar? Originalmente, Némesis sugirió como una forma de explicar un ciclo de extinciones en masa en la Tierra, al más puro estilo de las 'profecías' apocalípticas sobre el fin del mundo en 2012...
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La vieja estrella que alberga los secretos de las enanas marrones

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La detección de dos objetos del tamaño de enanas marrones -a medio camino entre estrellas y planetas- que orbitan a una vieja estrella gigante ha demostrado que los planetas pueden reunirse en torno a las estrellas más rápida y eficientemente de lo que nunca antes nadie había pensado, de acuerdo con un equipo internacional de astrónomos.

"Hemos encontrado dos masas del tamaño de enanas marrones alrededor de una estrella ordinaria, lo que resulta muy extraño", explica el profesor Alex Wolsczan, profesor de Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Pensilvania y responsable científico del proyecto.

La estrella en cuestión es BD+20 2457, una gigante y anciana estrella que se encuentra cerca del final de su existencia. Ver un par de enanas marrones alrededor de una estrella de este tipo es una primicia para los astrónomos y ofrece una ventana única sobre cómo puede producirse este fenómeno.

Los investigadores del Centro Torun de Astronomía (Polonia) y el centro de Exoplanetas y Mundos Habitables de la Universidad de Pensilvania informan de sus hallazgos en el último número de la revista Astrophysical Journal. Para su estudio emplearon un espectrógrafo de alta resolución en el Telescopio Hobby-Eberly de Texas.

Las enanas marrones son objetos oscuros y elusivos a medio camino entre las estrellas y los planetas. Son demasiado masivos para ser planetas, pero no lo suficiente como para generar la energía de fusión que caracteriza a las estrellas. Estos primos estelares representan un tipo de 'eslabón perdido' entre planetas y estrellas, pero se sabe poco de cómo se forman.

"Si encontramos una enana marrón, no sabemos con seguridad de dónde vino", explica Wolszczan. "Podría tratarse de un proceso de formación de planetas o de un producto directo de la formación de estrellas", agregó.

Ver dos de estas enanas marrones alrededor de una estrella pariente significa que debieron formarse originalmente de una enorme aportación de materia prima que rodea las estrellas en su juventud, denominada 'disco circunestelar'. "Si este es el caso, si añadimos las masas mínimas de esos dos objetos, sabemos que este disco tuvo que ser extraordinariamente masivo", continuó.

A juicio de este experto, analizando este caso se concluye que la formación de enanas marrones corresponde a una combinación de mecanismos físicos más rápidos y eficientes de lo que se creía. "En lugar de crecer por acrección (la acumulación fija de material) la propia gravedad de las enanas marrones puede ayudarlas a acumular masa y acelerar su formación", señala.
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Primera detección de un cuerpo planetario orbitando una estrella similar al Sol

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Un equipo internacional de científicos ha realizado la primera observación directa de un objeto similar a un planeta en órbita alrededor de una estrella similar al Sol. Este descubrimiento es el primero realizado con el instrumento cazador de planetas más nuevo del mundo, instalado en el Telescopio Subaru en Hawaii.


Un equipo internacional de científicos ha conseguido realizar la primera observación directa de un objeto parecido a un planeta que orbita alrededor de una estrella similar al Sol. De momento, los investigadores desconocen si el objeto, bautizado GJ 758 B, es un gran planeta o una 'estrella fallida' o enana marrón sin la suficiente fuerza para brillar. Este compañero de la estrella GJ 758 es de diez a cuarenta veces más masivo que Júpiter y está situado cerca de la Vía Láctea, a unos 300 billones de millas de la Tierra.

El descubrimiento supone también el primer lucimiento del cazador de planetas más nuevo del mundo, el flamante telescopio Subaru situado en Hawai. El objetivo final del ingenio es encontrar planetas parecidos a la Tierra y, con ello, la esperanza de que aparezca alguna forma de vida.

No será aquí. Este cuerpo es probablemente gaseoso, está tan lejos de su estrella como Neptuno lo está del Sol y tiene una temperatura infernal de 315º C. Sin embargo, "se trata de un gran hallazgo, porque uno de los objetivos actuales de la astronomía es observar directamente planetas alrededor de estrellas como nuestro Sol", explica Michael McElwain, investigador del departamento de Ciencias Astrofísicas en la Universidad de Princeton. Las imágenes del telescopio fueron tomadas en mayo y agosto durante las primeras pruebas del equipo de observación.

Los científicos fueron capaces de identificar el objeto a pesar de que estaba escondido por el brillo de la estrella que orbita. Para ello, junto al telescopio Subaru, se utilizó un generador de imágenes de alto contraste, una nueva generación de instrumentos fabricados especialmente para detectar objetos débiles enmascarados por una estrella brillante.

Así, pudieron comprobar que el GJ 758 B está 29 veces más lejos de su estrella que la Tierra lo está del Sol, aproximadamente la posición de Neptuno con respecto a nuestra estrella. Sin embargo, harán falta más observaciones para determinar el tamaño y forma de su órbita.


El telescopio también reveló la compañía de un segundo objeto desconocido que podría acompañar a la estrella, al que los científicos han denominado GJ 758 C. Aún no conocen su naturaleza exacta y deben comprobar si realmente está cerca o es simplemente un engaño de la vista. Si realmente estuviera en los alrededores, habría muchas más posibilidades de que los dos objetos fueran planetas, ya que dos enanas marrones tan cercanas no podrían permanecer estables durante un largo período de tiempo.
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Spitzer observa dos enanas marrones 'bebé'

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El Telescopio Espacial Spitzer de NASA ha contribuído al descubrimiento de la enana marrón más joven jamás observada y, si se confirma, puede resolver un misterio astronómico acerca de cómo se forman estas 'inadaptadas' cósmicas.


Las enanas marrones son 'inadaptadas' porque se encuentran a mitad de camino entre los planetas y las estrellas en términos de su temperatura y masa. Son más frías y ligeras que las estrellas, y más masivas (y normalmente más calientes) que los planetas. Esto ha generado un debate entre los astrónomos: ¿se forman las enanas marrones como planetas o como estrellas?

Las enanas marrones se forman en las mismas nubes polvorientas y densas de las que nacen las estrellas y los planetas. Pero si bien pueden compartir la misma 'guardería galáctica', las enanas marrones son llamadas, a veces, 'estrellas fracasadas' o 'fallidas' porque carecen de la masa de sus hermanas estelares más calientes. Sin esa masa, el gas en su núcleo no se calienta lo suficiente como para desencadenar la fusión nuclear que quema el hidrógeno -el componente principal de estas nubes moleculares- transformándolo en helio. Como estas estrellas no se pueden 'encender', las enanas marrones terminan como un refrigerador, los objetos menos luminosos y que son más difíciles de detectar, un reto que en este caso fue superado por la visión infrarroja del Spitzer.

Para complicar las cosas, las enanas marrones jóvenes evolucionan rápidamente, lo que hace difícil su captura cuando llevan poco tiempo desde su nacimiento. La primera enana marrón fue descubierta en 1995 y, mientras cientos de ellas han sido encontradas desde entonces, los astrónomos no habían podido encontrar de forma inequívoca una que se encontrara en sus primeras etapas de formación... hasta ahora. En este estudio, un equipo internacional de astrónomos encontró la llamada "proto enana marrón" cuando aún estaba escondida en su región de formación. Guiados por los datos de Spitzer recogidos en 2005, centraron su búsqueda en la nube oscura Barnard 213, una región conocida por los astrónomos por su potencial para encontrar objetos jóvenes.

"Decidimos ir varios pasos atrás en el proceso cuando (las enanas marrones) se encuentran realmente ocultas", dijo David Barrado del Centro de Astrobiología en Madrid, España, autor principal del artículo sobre el descubrimiento en la revista Astronomy & Astrophysics. "Durante esta fase poseen una envoltura (opaca), un capullo, y es más fácil identificarlas por su exceso en emisión de luz infrarroja. Hemos utilizado esta propiedad para identificarlas. Aquí es donde Spitzer juega un importante papel ya que Spitzer puede observar el interior de estas nubes".

Las cámaras de infrarrojo del Spitzer, penetraron en la nube de polvo para observar a un 'bebé' llamado "enana marrón SSTB213 J041757". Los datos, confirmados con las imágenes cercanas al infrarrojo del Observatorio de Calar Alto en España, pone de manifiesto no una, sino dos de las que potencialmente resultarían ser las más débiles y más frías enanas marrones jamás observadas.

Barrado y su equipo se embarcaron en una búsqueda internacional para obtener más información acerca de los dos objetos. Su objetivo científico general fue el de observar y caracterizar la presencia de este sobre polvoriento, la prueba de la matriz celestial que indica que las enanas marrones están, en sus primeras etapas de evolución.

Las gemelas se han observado en todo el mundo, y sus propiedades fueron medidas y analizadas utilizando una serie de potentes herramientas astronómicas. Una de las paradas de los astrónomos fue el Observatorio Submilimétrico Caltech en Hawai, que capturó la presencia de la envoltura alrededor de los objetos pequeños. Esta información, junto con la que ya se tenía de Spitzer, permitieron a los astrónomos construir una distribución espectral de energía, un diagrama que muestra la cantidad de energía que es emitida por los objetos en cada longitud de onda.

Desde Hawai, los astrónomos hicieron paradas adicionales en los observatorios en España (Observatorio de Calar Alto), Chile (Very Large Telescopes) y Nuevo México (Very Large Array). También extrajeron datos antiguos desde Canadian Astronomy Data Centre que les permitió medir comparativamente los dos objetos. Después de más de un año de observaciones, pudieron sacar sus conclusiones.

"Fuimos capaces de estimar que los dos objetos encontrados son los más débiles y fríos descubiertos hasta la fecha", comenta Barrado. Barrado dijo que el descubrimiento puede potencialmente resolver el misterio sobre si las enanas marrones se forman más como estrellas o como planetas. ¿La respuesta? Se forman como estrellas de poca masa. Esta teoría viene reforzada por el hecho de que el cambio en el brillo de los objetos a varias longitudes de onda coincide con el de estrellas muy jóvenes de masa baja.

Mientras que el estudio adicional confirmará si estos dos objetos celestes son de hecho proto enanas marrones, son los mejores candidatos hasta el momento, según Barrado. Dijo que el viaje a su descubrimiento, aunque difícil, fue divertido. "Es una historia que se está desarrollando poco a poco. A veces, la naturaleza toma su tiempo para entregar sus secretos."
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