Mostrando entradas con la etiqueta cúmulos de estrellas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cúmulos de estrellas. Mostrar todas las entradas

En busca de la definición de "galaxia"

0 comentarios
Imagen del cúmulo estelar Omega Centauri, obtenida por el telescopio Spitzer
El cúmulo de estrellas Omega Centauri.
Crédito: NASA/JPL-Caltech/M. Boyer

¿Existen impostores acechando entre los muchos millones de galaxias identificadas hasta el momento? Nadie puede dar una respuesta clara debido a que aún no hay una definición formal de qué es una galaxia. Pero un par de astrónomos busca ayuda mediante una votación pública, con la esperanza de llegar a un consenso y evitar el tipo de controversia que rodeó a Plutón cuando fue despojado de su condición de planeta.

Mientras que una galaxia común contiene miles de millones de estrellas, una cantidad de pequeñas galaxias que han sido encontradas en los últimos años no se ajustan a la imagen clásica y en su lugar se asemejan a los grupos de estrellas conocidos como cúmulos estelares. Entonces, ¿qué son?

"No existe una definición simple de qué puede ser una galaxia o un cúmulo de estrellas", dice Pavel Kroupa de la Universidad de Bonn en Alemania. "¿Dónde debemos trazar la línea divisoria?".
Leer más »

Hubble observa 10.000 años en el futuro

0 comentarios
Los astrónomos están acostumbrados a ver millones de años hacia el pasado. Ahora los científicos han utilizado el telescopio Hubble para mirar miles de años en el futuro. Observando el centro de Omega Centauri, un cúmulo globular en la Vía Láctea, se ha calculado cómo se moverán las estrellas en los próximos 10.000 años.

Imagen que muestra el movimiento simulado de las estrellas de Omega Centauri a partir de los datos de observación del Hubble
El cúmulo globular Omega Centauri ha capturado la atención de los observadores del cielo desde que el astrónomo Ptolomeo lo catalogó hace 2.000 años. Ptolomeo creía que Omega Centauri es una estrella y probablemente no habría imaginado que su "estrella" era en realidad un enjambre de casi 10 millones de estrellas, todas orbitando un centro común de gravedad.

Las estrellas están tan hacinadas en el cúmulo que los astrónomos tuvieron que esperar al Telescopio Espacial Hubble antes que pudieran mirar profundamente en el núcleo de la "colmena" y resolver las estrellas individuales. La visión del Hubble es tan nítida que incluso puede medir el movimiento de muchas de estas estrellas, y en un lapso relativamente corto de tiempo.
Leer más »

Fuegos artificiales celestes

0 comentarios

Al igual que un espectáculo de fuegos artificiales de 4 de julio, esta brillante colección de jóvenes estrellas se parece a una explosión aérea. El cúmulo está rodeado por nubes de gas y polvo interestelar, la materia prima para la formación de nuevas estrellas. La nebulosa, situada a 20.000 años-luz de distancia en la constelación de Carina, contiene un cúmulo central de grandes y calientes estrellas, llamado NGC 3603.

Este entorno no es tan pacífico como parece. La radiación ultravioleta y los violentos vientos estelares han soplado una enorme cavidad en el gas y polvo que envuelve al cúmulo, proporcionando una visión sin obstrucciones del cúmulo.
Leer más »

El joven cúmulo estelar Westerlund 2

0 comentarios
La polvorienta guardería estelar RCW 49 rodea el joven cúmulo estelar Westerlund 2 en este destacado paisaje celeste compuesto desde más allá del espectro visible de la luz.

Los datos infrarrojos del Telescopio Espacial Spitzer de muestran en blanco y negro, complementando los datos de la imagen en rayos-X de Chandra (en falso color) de las energéticas estrellas calientes del interior de la zona central del cúmulo.

Mirando hacia la magnífica constelación meridional Centaurus (el centauro), ambas imágenes revelan estrellas y estructuras ocultas para los telescopios ópticos por el polvo oscurecedor.

El propio Westerlund 2 tiene sólo 2 millones de años de edad o menos, y contiene algunas de las estrellas más luminosas, masivas y, por tanto, de vida más corta de nuestra galaxia.

Las firmas infrarrojas de los discos proto-planetarios también se han identidicado en esta región de intensa formación estelar.

En la distancia estimada para el cúmulo de 20.000 años-luz, el recuadro que marca el campo de visión de Chandra tendría unos 50 años-luz de lado.

Fuente
Leer más »

Muchos cometas famosos se formaron en otros sistemas solares

0 comentarios
Las simulaciones por ordenador muestran que el Sol puede haber capturado pequeños cuerpos helados de sus estrellas hermanas mientras estaba en su cúmulo de estrellas natal, creando así un depósito de cometas.

El cometa McNaught vuela por el cielo de junio.
Muchos de los cometas más conocidos, incluyendo al Halley, Hale Bopp, y, más recientemente, McNaught, pueden haber nacido en órbita alrededor de otras estrellas, según una nueva teoría de un equipo internacional de astrónomos liderado por un científico del Southwest Research Institute (SwRI) en Boulder, Colorado.

Hal Levison del SwRI; Duncan Martin, de la Queen's University, Kingston, Canadá; Ramon Brasser del Observatoire de la Cote d'Azur, Francia; y David Kaufmann del SwRI usaron simulaciones por ordenador para mostrar que el Sol puede haber capturado pequeños cuerpos helados de sus estrellas hermanas mientras se encontraba en el cúmulo estelar donde nació, creando así un depósito de cometas observados.

Si bien el Sol no tiene actualmente una estrella compañera, se cree que se formó en un cúmulo que contenía cientos de estrellas muy juntas que estaban insertas en una densa nube de gas. Durante ese tiempo, alrededor de cada estrella se formó un gran número de pequeños cuerpos helados -cometas- en un disco en el que también se formaron los planetas. La mayoría de estos cometas fueron lanzados gravitacionalmente de estos sistemas planetarios prenatales por la formación de planetas gigantes, convirtiéndose en pequeños miembros que flotaban libremente en el cúmulo.

El cúmulo del Sol llegó a un final violento cuando las estrellas jóvenes más calientes agotaron su gas. Estos nuevos modelos muestran que entonces el Sol capturó con su gravedad una gran nube de cometas cuando el cúmulo se dispersó.

"Cuando era joven, el Sol compartió una gran cantidad de 'saliva' con sus hermanos, y podemos ver esa materia hoy", dijo Levison.

"El proceso de captura es sorprendentemente eficaz y conduce a la emocionante posibilidad de que la nube contenga una mezcla de muestras de los materiales de un gran número de hermanos estelares del Sol", dijo Duncan.

La evidencia de la hipótesis del equipo proviene de la nube más o menos esférica de cometas conocida como la Nube de Oort, que rodea al Sol, y que se extiende a medio camino de la estrella más cercana. Comúnmente se ha asumido que esta nube se formó del disco protoplanetario del Sol. Sin embargo, dado que los modelos detallados muestran que los cometas del Sistema Solar producen una nube más raquítica que lo observado, es necesario otro origen.

"Si asumimos que la observación del disco protoplanetario del Sol puede ser utilizada para estimar la población 'indígena' de la Nube de Oort, podemos concluir que más del 90 por ciento de los cometas de la Nube de Oort tienen un origen extrasolar", dijo Levison.

"La formación de la Nube de Oort ha sido un misterio durante más de 60 años, y nuestro trabajo puede resolver este problema de muchos años", dijo Brasser.

Fuente
Leer más »

Estrellas que se mueven 'a su aire'

0 comentarios
Observaciones hechas con 10 años de diferencia contradicen lo esperado en la evolución de un cúmulo estelar.

El cúmulo estelar NGC 3603.
La gran calidad de las imágenes de los telescopios modernos ha permitido a los astrónomos comparar observaciones hechas con 10 años de diferencia de una zona donde nacen estrellas. La sorpresa es que el cambio de situación de cada uno de los astros a lo largo de esos años no corresponde a la evolución prevista del cúmulo observado, el NGC 3603. Las estrellas no se han estabilizado como se esperaba sino que se están separando todavía.

El cúmulo de jóvenes estrellas está en la Vía Láctea y es muy masivo; equivale a la masa de más de 10.000 soles en un volumen cuyo diámetro es de sólo tres años-luz, mientras que en un volumen similar en las cercanías de la Tierra sólo existe una estrella, el Sol. El equipo de astrónomos del Instituto Max Planck de Heidelberg y la Universidad de Colonia, ambos en Alemania, quisieron ver la evolución de las estrellas, un objetivo extraordinariamente difícil, y utilizaron para ello el telescopio espacial Hubble. Compararon durante más de dos años las imágenes tomadas en 1997 con otras nuevas realizadas por ellos en 2007 con la misma cámara y los mismos filtros.

El primer autor del estudio, que dirige Wolfgang Brandner y publica The Astrophysical Journal Letters, es Boyke Rochau, quien explica: "Nuestras medidas tienen una precisión de 27 millonésimas de segundo de arco por año. Este pequeñísimo ángulo corresponde al diámetro aparente de un cabello humano visto desde 800 kilómetros de distancia".

El laborioso trabajo se centró en más de 700 estrellas del cúmulo, con masa y temperatura diferentes. Resultó que la velocidad de cada estrella no está todavía relacionada con su masa, lo que indica que no se ha alcanzado el equilibro en el cúmulo sino que siguen imperando las condiciones en el que se formó, hace aproximadamente un millón de años.

Las estrellas nacen cuando una nube gigantesca de gas y polvo colapsa. En el caso de la región NGC 3603, cuya nube es muy masiva y compacta, el proceso es particularmente rápido e intenso, informa el centro europeo de información del Hubble. La mayor parte de la materia de la nube termina concentrada en estrellas calientes y jóvenes y el cúmulo mantiene mucha de su atracción gravitatoria inicial. Incluso a largo plazo puede desarrollarse como cúmulo globular, en el que las estrellas permanecen fuertemente agrupadas por la gravedad durante miles de millones de años. "Esta información es clave para los astrónomos que intentan entender cómo se forman y evolucionan estos cúmulos", indica Andrea Stolte, miembro del equipo.

Fuente
Leer más »

El gran cúmulo globular de Hércules

0 comentarios

En 1716, su descubridor, el astrónomo inglés Edmond Halley anotó: "No es más que una pequeña mancha, pero se ve a simple vista, cuando el cielo está sereno y la Luna ausente".

Por supuesto, M13 es ahora modestamente reconocido como el Gran Cúmulo Globular de Hércules, uno de los más brillantes cúmulos globulares de estrellas en el cielo del norte.

Las visiones telescópicas revelan las espectaculares cientos de miles de estrellas del cúmulo, aproximadamente unas 500 a 800 mil según estimaciones.

A una distancia de 25.000 años-luz, la multitud de estrellas del cúmulo se abarrotan en una región de 150 años-luz de diámetro, pero aproximándose al núcleo del cúmulo más de 100 estrellas podrían estar contenidas en un cubo de sólo 3 años-luz de lado. En comparación, la estrella más cercana al Sol está a más de 4 años-luz de distancia.

Junto con el denso núcleo del cúmulo, los límites exteriores de M13 se destacan profundamente en esta imagen en color. Las estrellas gigantes rojas y azules que evolucionaron del núcleo se muestran en tonos amarillentos y azulados.

Fuente
Leer más »

Agujeros negros supermasivos revelan una sorprendente pista

0 comentarios
Astrónomos de Alemania y Estados Unidos han descubierto una asombrosa correlación que podría proporcionar una importante visión sobre cómo se forman y evolucionan las galaxias.

La galaxia M87.
Científicos han encontrado que cuando mayor es el agujero negro en el centro de una galaxia elíptica, más cúmulos globulares de estrellas tiene la galaxia.

Las galaxias de mayor tamaño, incluyendo la nuestra, tienen un agujero negro supermasivo en su centro. También tienen cúmulos globulares, esferas muy compactas de antiguas estrellas. Pero los cúmulos normalmente caen lejos del centro, por lo que descubrir un vínculo entre ambos es similar a encontrar que la altura del mayor rascacielos de una ciudad encaja con el número de árboles en el campo que la rodea.

"La gente ha tratado de hacer correlaciones entre la masa de los agujeros negros y propiedades obvias", dice Andreas Burkert de la Universidad de Munich. "Y nosotos pensamos: '¿Por qué no intentar hacer algo fuera de esto, donde nadie pensaría que hay una relación?'"

Burkert y Scott Tremaine del Instituto de Estudios Avanzados en Princeton, Nueva Jersey, estudiaron 13 galaxias "por simple diversión", dice. Nueve de ellas eran galaxias elípticas gigantes, incluyendo a M87, la galaxia central en el cúmulo de Virgo. Una galaxia que era un compacto ovillo espiral, y otras tres galaxias S0, que son cruces entre galaxias espirales y elípticas.

Para sorpresa de los científicos, las 13 galaxias obedecían a una correlación entre la masa de sus agujeros negros y el número de cúmulos globulares que tenían una correlación incluso más estrecha que otras correlaciones conocidas relacionadas con la masa del agujero negro.

"Creo que esta correlación nos dice algo fundamental", dice John Kormendy de la Universidad de Texas en Austin, que no estuvo implicado en el trabajo. "Una correlación tan buena sugiere que la formación de cúmulos globulares y el crecimiento de los agujeros negros están conectados". Debido a que los cúmulos globulares y las galaxias elípticas gigantes están hechas de estrellas antiguas, Kormendy dice que el vínculo entre ellas probablemente se originó en condiciones especiales que existieron poco después del Big Bang.

Burkert y Tremaine sugieren que la correlación puede surgir a partir de colisiones galácticas. Cuando colisionan galaxias ricas en gas, éste cae a los agujeros negros centrales, aumentando su masa. Tales colisiones también crean cúmulos globulares, como los que ven los astrónomos en la constelación de Corvus (el cuervo), donde las galaxias espirales conocidas como Las Antenas, están impactando entre sí.

"Esto me parece muy emocionante", dice Jeremiah Ostriker de la Universidad de Princeton, otro astrónomo no implicado en el trabajo. "Puede darnos una pista de cómo se formaron los agujeros negros en el centro de las galaxias".

Ostriker ofrece una teoría distinta para explicar la correlación. Cuando un cúmulo globular gira alrededor de la galaxia, pasa a través de su materia oscura, la cual le roba energía orbital a través de un proceso conocido como fricción dinámica. Finalmente el cúmulo globular cae al agujero negro central de la galaxia, incrementando su masa. De esta forma, dice Ostriker, cuantos más cúmulos globulares tiene una galaxia en su inicio, más quedarán destruídos y mayor será la masa de su agujero negro central, justo lo que han encontrado Burkert y Tremaine.

Burkert y Tremaine dicen que la correlación no es simplemente el reflejo del tamaño de una galaxia o su luminosidad. Por ejemplo M87 tiene un enorme agujero negro con una masa de 6.000 millones de veces la del Sol, y un número igualmente impresionante de cúmulos globulares -nada menos que 15.000- dispersos a lo largo de cientos de miles de años-luz. Por contra, otra galaxia gigante, Fornax A, emite tanta luz como M87, pero su agujero negro central sólo tiene 150 millones de masas solares y su número de cúmulos globulares es de apenas 1.200.

La recién encontrada correlación no se aplica a nuestra galaxia, no obstante, debido a que la Vía Láctea es una espiral poco compactada. Como resultado, su modesto agujero negro de 4 millones de masas solares implica muchos menos cúmulos globulares de los aproximadamente 160 que posee. Por contra, Burkert y Tremaine dicen que la galaxia espiral más compacta Andrómeda, que no fue parte de la muestra original del estudio, obedece a la correlación.

Fuente
Leer más »

Calculan con precisión la edad de las estrellas

0 comentarios
Un equipo de investigadores internacional, publicó esta semana en una prestigiosa revista científica los resultados de un estudio que abre nuevos caminos para el conocimiento de la evolución estelar, la física de plasmas y, en general, el origen del Universo. El equipo ha encontrado la clave de la evolución de un tipo de enanas blancas.

Vista general del cúmulo galáctico NGC 6791.
Un equipo de científicos de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC), del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña, del Instituto de Ciencias del Espacio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y de la Liverpool John Moores University (Reino Unido), encabezado por el investigador Enrique García-Berro, del Departamento de Física Aplicada de la UPC, ha demostrado que la edad de las estrellas enanas blancas del cúmulo galáctico NGC 6791 es de 8.000 millones de años y no de 6.000 millones, como se creía hasta ahora. Esta investigación abre nuevos caminos para profundizar en el conocimiento del origen del Universo y sus resultados se publicaron en la revista científica Nature ayer, 13 de mayo.

Los investigadores han calculado la evolución de las enanas blancas desde su nacimiento hasta la actualidad. Estos cálculos demuestran y confirman experimentalmente teorías que se habían anticipado pero de las que hasta ahora no existían pruebas observacionales. En particular, el equipo de investigación ha demostrado que la sedimentación de los elementos químicos más pesados, debida a la fuerte gravedad de esas estrellas, y la cristalización de los materiales, a consecuencia de las enormes presiones, tienen lugar en su interior. Estos procesos físicos liberan energía en el interior de las enanas blancas y retrasan su evolución, lo cual permite calcular con precisión la edad de este tipo de estrellas.

Los científicos han utilizado durante años la edad de las enanas blancas para estimar la edad de nuestra galaxia y de otros sistemas de estrellas, y la habían anticipado desde el punto de vista teórico, aunque existían grandes incertidumbres debido a que no se podía probar cómo se producían esos dos fenómenos en su interior. Nunca se había podido certificar mediante observaciones, de una forma independiente, la validez de sus teorías, ya que es imposible obtener en laboratorios terrestres las densidades y las temperaturas tan altas (de millones de gr/cm3 y de millones de grados, respectivamente) de esas estrellas. Los cálculos de este grupo de investigadores han sido comparados con las medidas de la edad de NGC 6791 realizadas a partir de las imágenes del telescopio espacial Hubble y se ha podido comprobar que coinciden.

Las enanas blancas son las estrellas más abundantes del Universo. Además, son estrellas muy densas dado que tienen una masa similar a la del Sol, pero poseen un radio comparable al de la Tierra. De hecho, son residuos estelares, restos compactos de estrellas fruto de la evolución estelar que se forman cuando las estrellas agotan su combustible nuclear. Por otro lado, emiten la energía térmica que tienen almacenada, por lo que, en general, su luminosidad es muy baja.

La mayoría de enanas blancas están formadas por un núcleo de carbono y oxígeno, aunque en su superficie tienen una capa de hidrógeno y de helio. En el momento de su formación las enanas blancas presentan unas temperaturas muy altas y su brillo es muy intenso, pero al no tener otras fuentes de energía que no sea su reserva térmica se van enfriando gradualmente y va disminuyendo su brillantez muy lentamente, hasta que llega el día en que dejan de irradiar. La vida de una enana blanca, sin embargo, puede llegar a ser de miles de millones de años. Hasta ahora, la mayoría de cálculos atribuían una edad de 6.000 millones de años a las enanas blancas del cúmulo galáctico NGC 6791, pero el nuevo trabajo de investigación demuestra que nacieron hace 8.000 millones de años.

Esta hipótesis ha sido demostrada mediante la simulación de toda la evolución de las enanas blancas, en la que se han incluido los dos procesos físicos que tienen lugar en el núcleo de estas estrellas y que nunca se habían considerado: uno es el efecto de la sedimentación del neón y el otro es la separación de fases del carbono y el oxígeno durante la cristalización, que sucede a temperaturas más bajas.

En esas dos etapas de la evolución, la estrella libera energía gravitacional y su enfriamiento se modera. Como las enanas blancas más débiles del cúmulo son también las más rojas y frías, si se dispone de buenos modelos de enfriamiento se puede calcular la edad del cúmulo. Consecuentemente, los científicos han calculado los colores y el brillo de todas las enanas blancas del cúmulo NGC 6791 y han podido comprobar que, en el caso de las enanas blancas más débiles, los efectos de esos dos procesos físicos retrasan el proceso de enfriamiento, de forma tal que la edad del cúmulo y la de sus enanas blancas coinciden.

Este descubrimiento tiene consecuencias científicas importantes, ya que confirma que las enanas blancas pueden ser utilizadas como cronómetros fiables e independientes para determinar la edad de muchos sistemas de estrellas y, por lo tanto, sirven para profundizar en nuestro conocimiento del Universo. Dichos conocimientos se podrán aplicar también en otros campos, como la física de los plasmas densos.

Fuente
Leer más »

La Luna y las Pléyades

0 comentarios

Una joven Luna creciente comparte el cielo occidental con las estrellas hermanas del cúmulo de las Pléyades en este hermoso paisaje celeste nocturno registrado en el equinoccio de marzo desde San Antonio, Texas.

En la imagen digital procesada, se combinaron múltiples exposiciones de la escena celeste para mostrar detalles de la brillante superficie lunar junto con las múltiples estrellas del cúmulo abierto de las Pléyades, ubicadas en un costado de la constelación de Tauro, y a unos 450 años-luz de la Tierra.

Imágenes astronómicas de las tan conocidas Pléyades muestran a menudo la seductora nebulosa azul de reflexión del cúmulo, pero aquí está 'enjuagada' por la brillante luz lunar.

Fuente
Leer más »

Una rosa cósmica en el espacio profundo

0 comentarios
Una instantánea del telescopio espacial más reciente de la NASA ha revelado una gran nube en el espacio profundo que está lleno de nuevas estrellas en su interior como chispas de luz parecidas a flores.

En esta espectacular imagen infrarroja vemos el cúmulo estelar Berkeley 59, un racimo de estrellas jóvenes, cada una de ellas de tan sólo unos pocos millones de años, como puntos azules a la derecha del centro de una nube de polvo inundada por tonos rojos y verdes, lo que llevó a los principales científicos de la NASA a compararla con una gigantesca rosa cósmica.

La nueva imagen fue tomada por el nuevo Wide-Field Infrared Survey Explorer (WISE) de la NASA, un observatorio espacial cuya misión es elaborar un mapa del cielo con un detalle sin precedentes. El telescopio espacial infrarrojo ya ha registrado imágenes impresionantes de asteroides y cometas oscuros que antes eran invisibles, debido a que eran practicamente imposibles de detectar en el rango de luz visible del espectro.

Esta imagen de WISE de Berkeley 59 incluye también un 'chorro de champagne' producto de los materiales arrojados por el remamente de supernova NGC 7822, una estrella que explotó y que está asociada a esta región, añadieron fuentes del Jet Propulsion Laboratory (JPL) en Pasadena, California. Estos objetos se encuentran en la constelación boreal de Cefeo a unos de 3.300 de años-luz de la Tierra.

El resplandor del polvo rojo es emitido al calentarse por acción de las estrellas cercanas, mientras que las regiones en color verde marcan el límite de la nube. Las regiones verdes deben su color esmeralda a las moléculas de compuestos llamados hidrocarburos aromáticos policíclicos, sustancias que también podemos encontrar en la Tierra comúnmente en el hollín en el fondo de una barbacoa, en los tubos de escape y como efecto de otros tipos de combustión.

Se espera que el telescopio WISE de la NASA termine su primer mapa de todo el cielo en unos seis meses.

Fuente
Leer más »

Inmigrantes en la Vía Láctea

0 comentarios
El astrónomo Duncan Forbes ha demostrado que muchos de los cúmulos globulares de estrellas de nuestra galaxia son "extranjeros", por haber nacido en otra parte y que luego haber emigrado a nuestra Vía Láctea.

Muchos de los cúmulos estelares de nuestra galaxia, en realidad pueden ser 'extranjeros': colecciones de estrellas que nacieron en otras partes y emigraron a nuestra Vía Láctea, de acuerdo con un nuevo estudio.

Los cúmulos estelares extranjeros en realidad forman aproximadamente un cuarto del sistema de cúmulos estelares globulares de la Vía Láctea, según encontraron los investigadores.

"Resulta que muchas de las estrellas y cúmulos estelares globulares que vemos cuando miramos al cielo nocturno, no son nativas, sino procedentes de otras galaxias", dijo el coautor del estudio Duncan Forbes, astrónomo de la Universidad Tecnológica de Swinburne en Australia. "Han recorrido todo ese camino hasta la Vía Láctea en los últimos miles de millones de años".

Los astrónomos habían sospechado anteriormente que algunos cúmulos globulares, que contienen cada uno entre 10.000 y varios millones de estrellas, eran de fuera de nuestra galaxia, pero era difícil identificar positivamente cuáles.

Para encontrarlas, Forbes, junto con su colega Terry Bridges de la Universidad de Queens en Ontario, Canadá, uso datos del Telescopio Espacial Hubble para examinar cúmulos globulares dentro de la galaxia de la Vía Láctea.

Entonces recopilaron la mayor de alta calidad para registrar la edad y propiedades químicas de cada uno de los cúmulos. "Usando esta base de datos, fuimos capaces de identificar firmas clave en muchos cúmulos estelares globulares que nos dieron pistas reveladoras sobre su origen externo", comenta Forbes.

La investigación se detallará en el próximo ejemplar de la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. El trabajo también sugiere que la Vía Láctea puede haberse tragado más galaxias enanas de hasta 100 millones de estrellas, de lo que antes se pensaba.

Investigaciones anteriores habían demostrado que dos galaxias enanas dentro de la Vía Láctea nacieron fuera de ella, pero el actual trabajo sugiere que puede haber hasta seis o siete.

"Aunque las galaxias enanas están desmembradas y sus estrellas se han asimilado a la Vía Láctea, los cúmulos estelares globulares de la galaxia enana siguen intactos y sobreviven al proceso de acreción", añade Forbes.

No obstante, se necesitarán futuros estudios para confirmar este hallazgo, dicen los investigadores.


Imagen: Una imagen del Telescopio Espacial Hubble del conocido cúmulo globular Messier 80, un objeto que se compone de cientos de miles de estrellas y situado en dirección de la constelación del Escorpión.


Fuente
Leer más »

Luz, viento y fuego

0 comentarios
ESO acaba de presentar esta impactante nueva imagen de NGC 346, la zona de formación estelar más brillante de nuestra galaxia vecina, la Pequeña Nube de Magallanes, ubicada a unos 210 mil años-luz de distancia en dirección a la constelación del Tucán.

La luz, viento y calor producidos por estrellas masivas han dispersado el resplandeciente gas de este cúmulo estelar, formando alrededor una sutil estructura nebulosa que se asemeja a una tela de araña. NGC 346, al igual que otras llamativas escenas astronómicas, es un trabajo en progreso que cambia a medida que pasa el tiempo. Nuevas estrellas se formarán a partir de la materia repartida en el área, las que se irán encendiendo, dispersando así los restos de gas y polvo, y esculpiendo grandes ondas que irán alterando la 'cara' de este atractivo objeto.

NGC 346 abarca aproximadamente 200 años-luz de extensión, una zona que equivale a cincuenta veces la distancia entre el Sol y su vecino estelar más próximo. Los astrónomos clasifican NGC 346 como un cúmulo abierto de estrellas, indicando que toda esta manada de estrellas se formó a partir de la misma nube de materia que colapsó. La nebulosa asociada a este puñado de estrellas brillantes se conoce como una nebulosa de emisión, debido a que el gas en su interior ha sido calentado por las estrellas hasta comenzar a emitir su propia luz, así como se utiliza el gas de neón en las iluminaciones de algunas tiendas.

Muchas estrellas en NGC 346 son relativamente jóvenes a escala cósmica, con nacimientos que datan de hace sólo unos pocos millones de años. Los poderosos vientos expulsados por una estrella masiva son los responsables de esta última ronda de nacimiento estelar, debido a la compresión de grandes cantidades de materia, el primer paso clave para que una nueva estrella se encienda. Esta nube de material colapsa debido a su propia gravedad, hasta que algunas regiones se vuelven densas y lo suficientemente calientes para comenzar a rugir como una brillante caldera de fusión nuclear, es decir, una estrella iluminando los escombros residuales de gas y polvo. En regiones lo suficientemente densas como NGC 346, con altos niveles de recientes nacimientos estelares, el resultado es esta visón gloriosa captada por nuestros telescopios.

NGC 346 se encuentra en la Pequeña Nube de Magallanes, una galaxia enana ubicada a unos 210 mil años-luz de la Tierra, cercana a nuestra mucho más grande Vía Láctea. Al igual que su hermana, la Gran Nube de Magallanes, la Pequeña Nube de Magallanes es visible a simple vista desde el hemisferio sur y ha servido como laboratorio extragaláctico para que los astrónomos estudien la dinámica que rige la formación estelar.

Esta imagen específica fue obtenida usando el instrumento Wide Field Imager (WFI), instalado en el telescopio de 2,2 metros de MPG/ESO en el Observatorio La Silla, en Chile. Imágenes como éstas ayudan a los astrónomos a documentar el nacimiento y la evolución de las estrellas, al mismo tiempo que ofrecen destellos sobre cómo el desarrollo estelar influye en la apariencia del ambiente cósmico a lo largo del tiempo.

Leer más »

Un agujero negro masivo implicado en destrucción estelar

0 comentarios
Observaciones del Observatorio Chandra revelaron una fuente inusualmente luminosa de rayos-X en un denso cúmulo de estrellas viejas.


Nuevos resultados del Observatorio Chandra de rayos-X de la NASA y los telescopios Magallanes sugieren que un denso remanente estelar ha sido arrancado por un agujero negro de 1.000 veces la masa del Sol. De confirmarse, este descubrimiento sería una doble jugada cósmica: sería una prueba sólida de un agujero negro de masa intermedia, que ha sido un tema muy debatido, y marcaría la primera vez que se observa a un agujero negro de tal clase destrozar una estrella.

Este escenario está basado en las observaciones de Chandra, las cuales revelaron una fuente de rayos-X inusualmente luminosa en un denso cúmulo de estrellas viejas, y observaciones ópticas que demostraron una peculiar mezcla de elementos asociados con la emisión de rayos-X. Todas juntas, puede darse que caso de que la emisión de rayos-X esté producida por los escombros de una estrella enana blanca destruida que han sido calentados conforme caen hacia un agujero negro masivo. La emisión óptica procede de restos más lejanos iluminados por estos rayos-X.

La intensidad de la emisión de rayos-X coloca a la fuente como una "fuente ultraluminosa de rayos-X" (ULX), lo que significa que es más luminosa que cualquier otra fuente de rayos-X estelar conocida, pero menos luminosa que las fuentes de rayos-X brillantes (núcleos galácticos activos) asociados con agujeros negros supermasivos en los núcleos de las galaxias. La naturaleza de las ULXs es un misterio, pero una sugerencia es que algunas de las ULXs son agujeros negros con masas entre cientos y varios cientos de miles de veces la del Sol, un rango intermedio entre los agujeros negros de masa estelar y los agujeros negros supermasivos situados en los núcleos de las galaxias.

Esta ULX está en un cúmulo globular, un viejo y abarrotado conglomerado de estrellas. Los astrónomos han sospechado que los cúmulos globulares podrían contener agujeros negros de masa intermedia, pero no se han encontrado pruebas concluyentes hasta el momento.

"Los astrónomos se han topado antes con casos de estrellas destrozadas por agujeros negros supermasivos en los centros de las galaxias, pero esta es la primera prueba sólida de tal evento en un cúmulo globular", dijo Jimmy Irwin de la Universidad de Alabama, que lideró el estudio.

Irwin y sus colegas obtuvieron los espectros ópticos del objeto usando los telescopios Magallanes I y II en Las Campanas, Chile. Estos datos revelan la emisión de un gas rico en oxígeno y nitrógeno, pero no en hidrógeno, un extraño conjunto de señales procedentes de un cúmulo globular. Las condiciones físicas deducidas del espectro sugieren que el gas está orbitando un agujero negro de al menos 1.000 masas solares. La abundante cantidad de oxígeno y ausencia de hidrógeno indica que la estrella destruida era una enana blanca, la fase final de una estrella del tipo solar que ha agotado su hidrógeno dejando una alta concentración de oxígeno. El nitrógeno visto en el espectro óptico sigue siendo un enigma.

"Creemos que estas inusuales 'firmas' pueden explicarse a través de una enana blanca que cayó demasiado cerca de un agujero negro y está siendo destruida por las extremas fuerzas de marea", dijo Joel Bregman de la Universidad de Michigan.

El trabajo teórico sugiere que la emisión de rayos-X inducida por la ruptura por marea podría seguir brillando durante más de un siglo, pero se apagará con el tiempo. Por el momento, el equipo ha observado que hay una bajada del 35% en la emisión de rayos-X de 2000 a 2008.

La ULX de este estudio está situada en NGC 1399, una galaxia elíptica aproximadamente a 65 millones de años luz de la Tierra.
Leer más »

'Vampirismo' y colisiones rejuvenecen a las estrellas

0 comentarios
Las estrellas situadas en los cúmulos son generalmente viejas, con edades comprendidas entre los 12 mil y los 13 mil millones de años. Sin embargo, una pequeña fracción de ellas parecen ser significativamente más jóvenes que la media de cuerpos estelares que 'habitan' en el cúmulo.


Los cúmulos globulares son densas aglomeraciones de varios cientos de miles de estrellas. Están presentes como unos de los primeros habitantes de la Vía Láctea, estos se formaron en el vasto halo de nuestra galaxia antes de que tuviera forma aplanada con discos en forma de espiral. La formación de estrellas en esencia, se detuvo en los cúmulos globulares 13 mil millones de años atrás, por lo que los astrónomos esperan encontrar sólo estrellas viejas y así usar las edades de los cúmulos globulares como punto de referencia para estimar la edad del Universo.

En 1953, el astrónomo Allan Sandage encontró una nueva y desconcertante población de estrellas que parecía ir en contra de las reglas de la evolución estelar en los cúmulos globulares. Sandage detectó estrellas azules jóvenes y calientes en el cúmulo globular Messier 3, y posteriormente en otros cúmulos globulares. Él las llamó "rezagadas", ya que parecía que se estaban perdiendo o estaban siendo abandonadas por las otras estrellas azules del grupo que hacía tiempo que habían evolucionado a la fase de gigante roja.

Las rezagadas azules parecen regresar desde la vejez hacia una juventud más caliente y más brillante, ganando un nuevo impulso en su 'vida'. Un equipo de astrónomos usó el Hubble para estudiar las estrellas rezagadas azules en Messier 30 (en la foto superior), que se formó hace 13 mil millones de años y fue descubierto en 1764 por Carlos Messier. Localizado aproximadamente a 28.000 años luz de la Tierra, este racimo globular -un enjambre de varios cientos de miles de estrellas- tiene aproximadamente 90 años luz de diámetro.

Aunque se conocen las rezagadas azules desde principios de 1950, su proceso de formación es todavía un rompecabezas que no ha podido ser resuelto por la astrofísica. "Esto se parece a la vista de unos niños en el cuadro de un grupo de una casa de reposo para gente jubilada. Es natural preguntarse por qué ellos están allí", dice Francesco Ferraro de la Universidad de Bolonia en Italia, autor del estudio. Los investigadores han estado estudiando estas estrellas muchos años y saben que las rezagadas azules son en realidad estrellas viejas. Estas, como se pensaba, habían surgido en un sistema binario. En tal par, la estrella menos masiva actúa como un vampiro, 'chupando' el hidrógeno fresco de su estrella compañera más masiva. El nuevo suministro de combustible permite que la estrella más pequeña se caliente, haciéndose más azul y más caliente, y así se comporta como una estrella en una etapa más temprana en su evolución.

El nuevo estudio muestra que algunas rezagadas han sido rejuvenecidas por una especie de 'cirugía estética cósmica', cortesía de choques con sus compañeras. Estos encuentros estelares son colisiones en las cuales las estrellas podrían combinarse, mezclando su combustible nuclear y alimentando de nuevo la fusión nuclear.

"Nuestras observaciones nos muestran que las rezagadas azules formadas por colisiones tienen propiedades ligeramente diferentes de aquellas formadas por 'vampirismo'. Esto proporciona una demostración directa de que los dos argumentos de formación son válidos y que ambos funcionan simultáneamente en este cúmulo o racimo", dice el miembro de equipo Giacomo Beccari de la ESA.

Usando datos de la ahora retirada Wide Field Planetary Camera 2 (WFPC2) a bordo del Hubble, los astrónomos observaron que estas estrellas se encuentran más concentradas hacia el centro del racimo que la estrella promedio. "Esto indica que las rezagadas azules son más masivas que la estrella media de este racimo", dice Ferraro. "Las estrellas más masivas tienden a 'hundirse' profundamente en el racimo, de manera parecida a como una pelota de billar se hundiría en un cubo de miel".

Las regiones centrales de alta densidad de los racimos globulares son vecindades atestadas donde las interacciones entre estrellas son casi inevitables. Los investigadores creen que hace uno o dos mil millones de años, Messier 30 sufrió un colapso o "derrumbamiento" de su núcleo que comenzó a 'empujar' estrellas hacia el centro del racimo, conduciendo a un rápido aumento de la densidad de estrellas. Este acontecimiento aumentó considerablemente el número de colisiones entre estrellas, y favoreció la formación de una de las familias de rezagadas azules. Por otra parte, el aumento de 'relleno estelar' debido al derrumbamiento del corazón del cúmulo también perturbó los sistemas binarios, alentando el fenómeno de vampirismo y así la formación de otra familia de rezagadas azules. "Casi el diez por ciento de los racimos galácticos globulares ha experimentado este derrumbamiento, pero esta es la primera vez que nosotros logramos ver el efecto del derrumbamiento principal sobre una población estelar", dice Barbara Lanzoni, Universidad de Bolonia.


"Las dos poblaciones de rezagadas azules descubiertas en Messier 30 son reliquias del derrumbamiento del corazón que ocurrió hace dos mil millones de años. En un amplio contexto nuestro descubrimiento es la prueba directa del impacto de la dinámica de los racimos de estrellas sobre la evolución estelar. Ahora deberíamos tratar de ver si otros racimos globulares también presentan esta doble población de rezagadas azules", concluye Ferraro.
Leer más »

El cúmulo estelar abierto Trumpler 14

0 comentarios
El joven cúmulo de estrellas Trumpler 14 es revelado en otra asombrosa fotografía del Observatorio Europeo Austral. El exquisito detalle que se aprecia en este retrato -que muestra con gran belleza la vida de una gran familia de estrellas- se debe al "Multi-conjugate Adaptive optics Demonstrator" en el Very Large Telescope. Nunca antes se había fotografiado un área tan grande de cielo empleando óptica adaptativa[1], una técnica que permite a los astrónomos eliminar la mayor parte del efecto distorsionador introducido por la atmósfera.


Célebre por albergar a Eta Carinae -una de las estrellas más salvajes y masivas en nuestra galaxia- la impresionante Nebulosa Carina también alberga a unos cuantos cúmulos masivos de estrellas jóvenes. La más joven de estas familias estelares es el cúmulo de estrellas Trumpler 14, que tiene menos de un millón de años de edad, es decir, el parpadeo de un ojo en la historia del Universo. Este gran cúmulo abierto está ubicado a unos 8.000 años luz de distancia hacia la constelación de Carina.

Un equipo de astrónomos, encabezado por Hugues Sana, consiguió increíbles imágenes del centro de Trumpler 14 empleando el Multi-conjugate Adaptive optics Demonstrator (MAD[2]) instalado en el Very Large Telescope (VLT) de ESO. Gracias a MAD, los astrónomos pudieron eliminar la mayor parte del efecto de distorsión de la atmósfera obteniendo imágenes muy precisas. MAD realiza esta corrección sobre una superficie mucho mayor del cielo que lo alcanzado por ningún otro instrumento actual de óptica adaptativa, permitiendo a los astrónomos tomar fotografías más amplias y nítidas.

Gracias a la alta calidad de las imágenes obtenidas por MAD, el equipo de astrónomos pudo obtener un muy lindo 'retrato familiar'. Así descubrieron que Trumpler 14 no es sólo el más joven -con una edad recién estimada en sólo 500.000 años- sino que también es uno de los cúmulos estelares más populosos de la nebulosa. Los astrónomos contaron alrededor de 2.000 estrellas en su fotografía, abarcando todo el rango que va desde menos de un décimo hasta un factor de varias decenas de veces la masa de nuestro propio Sol. Y esto en una zona que está a sólo unos seis años luz, es decir, menos del doble de la distancia entre el Sol y su vecino estelar más cercano.

La estrella más sobresaliente es la súper gigante HD 93129A, una de las estrellas más luminosas en la Galaxia. Este titán tiene una masa estimada en 80 veces la del Sol y es aproximadamente ¡dos millones y medio de veces más brillante! Forma una pareja estelar -una estrella binaria- con otra estrella brillante y masiva. Los astrónomos descubrieron que las estrellas masivas tienden a emparejarse más a menudo que las menos masivas y, preferentemente, con otras estrellas más masivas.

El cúmulo Trumpler 14 es sin duda una notable vista a observar: este deslumbrante trozo de cielo contiene varias estrellas blanco-azules, calientes y masivas, cuya intensa luz ultravioleta y vientos estelares están flameando y calentando el polvo y gas circundantes. Tales estrellas masivas queman rápidamente sus amplios suministros de hidrógeno: cuanto más masiva es la estrella, más corta es su vida. Estos gigantes terminarán sus breves vidas en forma espectacular, con explosiones convulsivas llamadas supernovas, en sólo unos pocos millones de años más.

Unas pocas estrellas anaranjadas aparentemente están esparcidas a través de Trumpler 14, en encantador contraste a sus vecinas azuladas. Estas estrellas color naranja son, de hecho, estrellas ubicadas detrás de Trumpler 14. Su color rojizo se debe a la absorción de luz azul en los amplios velos de polvo y gas en la nube.

La tecnología empleada en MAD para corregir el efecto de la atmósfera terrestre sobre amplias áreas del cielo, jugará un rol crucial en el éxito de la próxima generación de observatorios: el European Extremely Large Telescope (E-ELT).



Notas
[1] Los telescopios terrestres sufren el efecto distorsionador introducido por la turbulencia atmosférica. Esta turbulencia hace que las estrellas titilen de un modo que encanta a los poetas pero frustra a los astrónomos, puesto que deteriora la imagen. Sin embargo, con la técnica de óptica adaptativa, esta importante desventaja puede superarse permitiendo que el telescopio produzca fotografías tan precisas como lo teóricamente posible, por ejemplo, acercándose a las condiciones existentes en el espacio. Los sistemas de óptica adaptativa funcionan por medio de un espejo deformable, controlado computacionalmente, que contrarresta la distorsión de imagen introducida por la turbulencia atmosférica. Está basado en correcciones ópticas a tiempo real calculadas a muy alta velocidad (varios cientos de veces por segundo) de información visual obtenida por un sensor de frente de onda (una cámara especial) que monitorea la luz desde una estrella de referencia.
[2] Los actuales sistemas de óptica adaptativa sólo pueden corregir el efecto de la turbulencia atmosférica en un área muy pequeña del cielo -normalmente 15 arcosegundos o menos- degradándose la corrección muy rápido a medida que se aleja de la estrella de referencia. Por consiguiente, los ingenieros han desarrollado nuevas técnicas para superar esta limitación, una de las cuales es la óptica adaptativa múltiple. MAD emplea hasta tres estrellas de referencia para eliminar la distorsión causada por la turbulencia atmosférica sobre un campo de visión treinta veces más grande que el disponible para las técnicas existentes
Leer más »

Un colorido "Joyero Cósmico"

0 comentarios
La combinación de fotografías tomadas por tres telescopios, el Very Large Telescope en Cerro Paranal, el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros en el observatorio La Silla y el Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA, ha permitido ver el asombroso cúmulo de estrellas Jewel Box (el Joyero) de una manera completamente distinta.


Los cúmulos de estrellas son uno de los objetos del cielo visualmente más seductores y astrofísicamente más fascinantes. Uno de los más espectaculares está profundamente anidado en los cielos meridionales, cerca de la Cruz del Sur en la constelación de Crux.

El Cúmulo Kappa Crucis, también conocido como NGC 4755 o simplemente el "Joyero", es suficientemente brillante como para poder observarlo a simple vista. El astrónomo inglés John Herschel le dio ese sobrenombre en la década de 1830 por los llamativos contrastes de sus estrellas de color azul claro y naranja al ser vistas a través de un telescopio, lo que le recordaba a una exótica pieza de joyería.

Los cúmulos abiertos[1] como NGC 4755 contienen desde unas pocas hasta miles de estrellas que están ligeramente unidas por la gravedad. Debido a que todas las estrellas se formaron a partir de la misma nube de gas y polvo, sus edades y composición química son similares, lo que las convierte en laboratorios ideales para estudiar cómo evolucionan las estrellas.

La posición del cúmulo entre los ricos campos de estrellas y nubes de polvo al sur de la Vía Láctea es mostrada en un muy amplio campo de visión generado a partir de la información proporcionada por el Digitized Sky Survey 2. Esta imagen también incluye a una de las estrellas de la Cruz del Sur como asimismo parte de la inmensa nube oscura del Coal Sack ('Saco de Carbón')[2].

Una nueva imagen captada con el Wide Field Imager (WFI) en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros en el Observatorio La Silla de ESO, en Chile, muestra el cúmulo y sus alrededores en toda su gloria multicolor. El amplio campo de visión del WFI muestra un gran número de estrellas. Muchas están ubicadas detrás de las polvorientas nubes de la Vía Láctea y por lo tanto se ven rojas[3].

El instrumento FORS1 en el Very Large Telescope de ESO (VLT) permite una mirada más cercana al cúmulo mismo. El enorme espejo del telescopio y su exquisita calidad de imagen han resultado en una vista totalmente nueva y muy precisa, a pesar de que el tiempo de exposición total fue de sólo 5 segundos. Esta nueva fotografía es una de las mejores que se han tomado de este cúmulo desde la superficie terrestre.

El Joyero puede ser visualmente colorido en las fotografías obtenidas en Tierra, pero al observar desde el espacio el Telescopio Espacial Hubble de NASA/ESA puede capturar luz de longitudes de onda más cortas que no pueden ser vistas por telescopios terrestres. Esta nueva imagen del centro del cúmulo captada por el Hubble representa la primera fotografía de un cúmulo galáctico abierto que abarca desde el ultravioleta lejano al infrarrojo cercano. Fue creada a partir de imágenes tomadas a través de siete filtros que permiten ver detalles nunca antes vistos. Captada cerca del fin de la larga vida de la Wide Field Planetary Camera 2, caballo de batalla del Hubble hasta su reciente Misión de Servicio, en que fue apartada y devuelta a Tierra.

En la imagen del Hubble son visibles además varias estrellas súper gigantes de azul claro muy brillante, una solitaria súper gigante roja rubí, una variedad de otras estrellas brillantes y coloridas, así como muchas otras más débiles. Los fascinantes colores de varias de las estrellas resultan de sus distintas intensidades a diferentes longitudes de onda ultravioleta.

En el cúmulo existe una inmensa variedad de brillos de las estrellas porque las más brillantes tienen entre 15 a 20 veces la masa del Sol, mientras las más tenues tienen menos de la mitad de la masa solar. Las estrellas más masivas relucen en forma mucho más brillante. También envejecen más rápido y hacen la transición a estrellas gigantes más pronto que sus hermanas más débiles y menos masivas.

El cúmulo Jewel Box está a unos 6.400 años-luz de distancia y tiene 16 millones de años aproximadamente.



Notas:
[1] Los cúmulos de estrellas abiertos o galácticos no deben confundirse con cúmulos globulares, que son enormes bolas que contienen decenas de miles de antiguas estrellas en órbita alrededor de nuestra galaxia y de otras. Al parecer la mayoría de las estrellas, incluyendo nuestro Sol, se formó en cúmulos abiertos.
[2] El Saco de Carbón es una oscura nebulosa ubicada en el Hemisferio Sur, cerca de la Cruz del Sur, que es observable a simple vista. Una nebulosa oscura no implica una completa ausencia de luz, sino que se trata de una nube interestelar de polvo grueso que oscurece la mayor parte de la luz de fondo en lo visible.
[3] Si la luz de una estrella distante pasa a través de las nubes de polvo en el espacio la luz azul se dispersa más que la roja. Como resultado, la luz de las estrellas se ve más roja cuando llega a la Tierra. El mismo efecto crea los gloriosos colores rojos de las puestas de sol terrestres.
Leer más »

La Trilogía está completa: GigaGalaxy Zoom (parte 3)

0 comentarios
La tercera fotografía del proyecto GigaGalaxy Zoom de ESO acaba de darse a conocer, completando este revelador salto hacia nuestro hogar galáctico. La última fotografía continúa las anteriores vistas del cielo, publicadas durante las últimas dos semanas, tal como aparece a simple vista y a través de un telescopio aficionado. Esta tercera entrega proporciona otro impresionante panorama de un objeto astronómico, esta vez es una vista de 370 millones de pixeles de la 'Nebulosa de la Laguna', de una calidad y profundidad requeridas por astrónomos profesionales en su búsqueda por comprender nuestro Universo.


Esta fotografía recién publicada cubre un campo de visión de más de un grado y medio cuadrado -un área ocho veces más grande que la de la Luna llena- y fue obtenida con el Wide Field Imager instalado en el telescopio MPG/ESO de 2,2 metros en el Observatorio La Silla en Chile. Esta cámara de 67 millones de pixeles ya ha creado varias de las fotografías íconos de ESO.

El fascinante objeto representado aquí -la Nebulosa de la Laguna- está ubicado a unos cuatro a cinco mil años-luz de distancia hacia la constelación de Sagittarius (el Arquero). La nebulosa es una gigantesca nube interestelar, de 100 años-luz de extensión, donde están formándose estrellas. Las manchas oscuras que se ven esparcidas sobre la nebulosa son inmensas nubes de gas y polvo que están colapsando bajo su propio peso y que pronto formarán cúmulos de estrellas jóvenes y brillantes. Algunas de las nubes más pequeñas son conocidas como 'glóbulos' y las más prominentes han sido catalogadas por el astrónomo Edward Emerson Barnard.

La Nebulosa de la Laguna alberga al joven cúmulo estelar abierto conocido como NGC 6530. Este es el hogar de 50 a 100 estrellas y titila en la parte inferior izquierda de la nebulosa. Las observaciones sugieren que el cúmulo está levemente delante de la nebulosa misma, a pesar de que aún está oculto por polvo, tal como lo revela el enrojecimiento de la luz de las estrellas, un efecto que ocurre cuando las pequeñas partículas de polvo diseminan luz.

El nombre de Nebulosa de la Laguna deriva de la ancha y oscura senda con forma de laguna ubicada en el medio de la nebulosa que la divide en dos secciones brillantes.

Este maravilloso paisaje estelar es el último de la serie de tres enormes fotografías presentadas en el proyecto GigaGalaxy Zoom, lanzado por ESO como parte del Año Internacional de la Astronomía (AIA2009). A través de estas tres fotografías gigantescas, el proyecto GigaGalaxy Zoom revela el cielo completo tal como aparece a simple vista desde uno de los desiertos más oscuros en la Tierra, luego hace un acercamiento o zoom sobre una rica zona de la Vía Láctea empleando un telescopio aficionado y, finalmente, usa el poder de un telescopio profesional para revelar los detalles de una conocida nebulosa. De este modo, el proyecto conecta el cielo que todos podemos ver con el profundo cosmos 'oculto' que los astrónomos estudian diariamente. La maravillosa calidad de las fotografías es un testimonio del esplendor del cielo nocturno en los sitios de ESO en Chile, que son los observatorios astronómicos más productivos en el mundo.

"El sitio web del proyecto GigaGalaxy Zoom ha resultado muy exitoso, atrayendo cientos de miles de visitas de alrededor de todo el mundo", dice el coordinador del proyecto Henri Boffin. "Con la trilogía ahora completa, los observadores podrán explorar un ambiente cósmico magníficamente detallado en muchas escalas diferentes y dar un asombroso salto hacia la Vía Láctea".
Leer más »

Una mirada a las infernales cunas de Soles y Sistemas Solares

0 comentarios
Imágenes dadas a conocer hoy por ESO penetran en el corazón de una nube cósmica, llamada RCW 38, atestada de nacientes estrellas y sistemas solares. Allí, jóvenes y titánicas estrellas bombardean los soles y planetas nacientes con vientos poderosos y gran cantidad de luz, ayudadas en su devastadora tarea por estrellas masivas de corta vida que explotan como supernovas. En algunos casos, este ataque energético desvanece la materia que eventualmente podría formar nuevos sistemas solares. Científicos piensan que nuestro propio Sistema Solar emergió de un entorno tan espectacular como éste.


El denso cúmulo de estrellas RCW 38 brilla a unos 5.500 años-luz de distancia en dirección a la constelación de Vela. Así como el Cúmulo de Nebulosas Orión, RCW 38 es un "cúmulo enterrado", en el sentido de que la naciente nube de polvo y gas aún envuelve a sus estrellas. Los astrónomos han determinado que la mayoría de las estrellas, incluyendo las rojizas de poca masa que superan en cantidad a todas las demás en el Universo, se originan en estos lugares ricos en materia. Por lo tanto, los cúmulos enterrados proveen a los científicos de un laboratorio vivo en donde explorar los mecanismos de formación de estrellas y planetas.

“Al mirar cúmulos de estrellas como RCW 38, podemos aprender mucho sobre los orígenes de nuestro Sistema Solar y de otros, como también de aquellas estrellas y planetas que aún están por venir”, dijo Kim DeRose, autora principal del nuevo estudio publicado en Astronomical Journal. DeRose realizó su trabajo sobre RCW 38 mientras era una estudiante de pregrado en el Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics, Estados Unidos.

Empleando el instrumento de óptica adaptativa NACO en el Very Large Telescope de ESO[1] los astrónomos obtuvieron la imagen más nítida jamás lograda de RCW 38. Éstos se concentraron en un área pequeña en el centro del cúmulo que rodea a la estrella masiva IRS2, que brilla en el abrasador rango blanco-azul, donde están las más calientes temperaturas y colores de superficie posibles para las estrellas. Estas espectaculares observaciones revelaron que IRS2 no es una sino dos estrellas, un sistema binario consistente en abrasadoras estrellas gemelas, separadas por una distancia equivalente a unas 500 veces la existente entre la Tierra y el Sol.

En la imagen de NACO, los astrónomos encontraron un puñado de protoestrellas –las apenas luminosas precursoras de estrellas ya desarrolladas– y docenas de otras candidatas a estrellas que han logrado existir aquí a pesar de la potente luz ultravioleta irradiada por IRS2. Sin embargo, puede que algunas de estas estrellas en gestación no logren superar la etapa de protoestrella. La fuerte radiación de IRS2 energiza y dispersa el material que de otra forma colapsaría en nuevas estrellas, o se ha establecido en los llamados discos protoplanetarios en torno a estrellas en desarrollo. En el curso de varios millones de años, los discos sobrevivientes pueden dar origen a planetas, lunas y cometas que constituyen sistemas planetarios como el nuestro.

Como si los intensos rayos ultravioleta no fueran suficientes, las abarrotadas zonas de formación de estrellas como RCW 38 también someten a su prole a frecuentes supernovas, a medida que las estrellas gigantes explotan en el final de sus vidas. Estas explosiones dispersan material a través del espacio cercano, incluyendo raros isótopos o formas exóticas de elementos químicos que se crean en estas estrellas agonizantes. Este material expulsado termina en la próxima generación de estrellas que se forma cerca. Ya que estos isótopos han sido detectados en nuestro Sol, los científicos han concluido que el Sol se formó en un cúmulo como RCW 38, y no en una parte más rural de la Vía Láctea.


“En general, los detalles de los objetos astronómicos que revela la óptica adaptativa son cruciales para la comprensión de cómo se forman nuevas estrellas y planetas en zonas complejas y caóticas como RCW 38”, dice el coautor Dieter Nürnberger.

Nota:
[1] El nombre “NACO” es una combinación de Nasmyth Adaptive Optics System (NAOS) y el Near-Infrared Imager and Spectrograph (CONICA). La óptica adaptativa elimina la mayor parte de la distorsión de imagen generada por la turbulencia en la atmósfera terrestre, debido a variaciones de temperatura y viento.
Leer más »

El misterioso encogimiento de la estrella Betelgeuse

0 comentarios
La estrella supergigante roja Betelgeuse, la brillante estrella rojiza en la constelación de Orión, se ha contraído de manera constante en los últimos 15 años, según los resultados de un análisis hecho por investigadores de la Universidad de California en Berkeley.

Estrella Betelgeuse
Los tres telescopios del Infrared Spatial Interferometer. (Foto: David Hale 2006)
El seguimiento realizado a la estrella con el Interferómetro Espacial Infrarrojo (ISI por sus siglas en inglés), que la universidad posee sobre el Monte Wilson, en el sur de California, indica que Betelgeuse, que es tan grande que si en nuestro sistema solar ocupase el lugar del Sol se extendería hasta la órbita de Júpiter, ha sufrido una reducción de más del 15 por ciento de su diámetro desde 1993.

Como el radio de Betelgeuse es de cerca de cinco unidades astronómicas, o cinco veces el radio de la órbita de la Tierra en torno al Sol, eso significa que el radio de la estrella se ha contraído tanto como la distancia entre el planeta Venus y el Sol.

"Observar este cambio resulta muy impactante", recalca el profesor emérito de física de la universidad Charles Townes, quien ganó en 1964 el Premio Nobel de física por la invención del láser y del máser (un láser de microondas). Townes y su colega, Edward Wishnow, un físico del Laboratorio de Ciencias del Espacio de la universidad, planean observar la estrella cuidadosamente durante los próximos años para ver si sigue contrayéndose o retorna a un tamaño mayor.

Aunque la estrella se está encogiendo, su brillo visible, o magnitud, que se monitoriza regularmente, no ha disminuido de manera significativa durante los últimos 15 años.

Los astrónomos no saben por qué la estrella se encoge. "Considerando todo lo que sabemos acerca de las galaxias y el universo distante, aún ignoramos muchas cosas sobre las estrellas, incluyendo lo que ocurre cuando las gigantes rojas se acercan al final de su vida", declara Wishnow.

Betelgeuse fue la primera estrella de la que se midió su tamaño, y aún hoy es una de las pocas que aparece como un disco y no como un punto de luz a través del Telescopio Espacial Hubble.
Leer más »