La ESA trabaja en el proyecto "StarTiger", cuyo objetivo es lograr un eclipse perpetuo en el espacio mediante satélites para así estudiar la corona solar.
En septiembre pasado, un equipo de investigadores se reunió en el sur de Francia. Tenían seis meses para desarrollar un nuevo tipo de misión espacial, apuntando a un misterioso objetivo en el Sol normalmente oculto a la vista.
Hoy, los resultados de su carrera contrarreloj han sido revelados.
El Laboratorio de Astrofísica de Marsella (Laboratoire Astrophysique d’Marseille, LAM) actuó como anfitrión el último proyecto de la ESA, StarTiger, con el equipo construyendo un modelo a escala del prototipo en la sala limpia del LAM. El cierre formal del proyecto ocurrió el 27 de abril en el centro ESTEC de la ESA en Países Bajos.
El prototipo muestra una manera de producir un eclipse perpetuo en el espacio: dos satélites vuelan en formación cerrada de manera que uno proyecta una sombra continua sobre el otro.
Teniendo en cuenta que cada satélite se mueve a distintas y altas velocidades por segundo, la idea presenta problemas importantes en términos de navegación y control. Pero si se tiene éxito se abre la posibilidad de tener acceso permanente a las zonas interiores de la corona del Sol, que actualmente podemos vislumbrar desde tierra sólo por unos minutos al año durante los eclipses totales de Sol.
"StarTiger de la ESA es un nuevo enfoque de I+D, que ha dado buenos resultados", comenta Peter de Maagt, supervisor de la iniciativa StarTiger.
"Esta demostración integrada se ha completado en tan sólo seis meses, incluyendo todos los subsistemas necesarios, modelos matemáticos y programas informáticos, no sólo para validar el concepto del coronógrafo externo, sino que también para evaluar su desempeño en términos prácticos".
"Se logró el objetivo principal junto con varios objetivos secundarios", dijo el jefe del equipo Sebastien Vives de LAM, que supervisó a siete investigadores principales, apoyados fuertemente por otro grupo de 20. "La idea era realizar el posicionamiento relativo entre los dos satélites y la posición absoluta con respecto al Sol".
"Trabajar cara a cara en la misma habitación fue nuestra clave del éxito, teniendo en cuenta el programa (contrarreloj) al que nos enfrentamos. Unimos nuestras distintas capacidades para resolver los numerosos problemas que surgieron en el camino".
Los dos satélites vuelan a 150 metros de distancia, el primero alberga un 'coronógrafo' mientras que el segundo, el 'ocultador', proyecta una sombra con un error de posicionamiento máximo de unos pocos milímetros. Fotosensores en todo el coronógrafo supervisarán la posición de la sombra, a la vez que un conjunto de LEDs en el ocultador permitirá el seguimiento del satélite óptico de observación.
Por el propósito del modelo a escala, el Sol simulado, el ocultador y el coronógrafo fueron ubicados en el mismo banco óptico, con la luz reflejada a través de un espejo distante que imitaba la distancia prevista de funcionamiento. Esta configuración permite modelar por completo el sistema propuesto de extremo a extremo.
El coronógrafo StarTiger realizaría espectrales así como el seguimiento de la corona espacial, incorporando un diseño innovador del espectrómetro de cristal líquido y un sensor basado en píxeles activos 'inteligentes' que cubren el rango dinámico muy amplio de los niveles de luz coronales. Como parte de los objetivos secundarios del proyecto, ambos elementos también son prototipos.
Dominic Doyle, del Laboratorio de Óptica de la ESA, explicó: "Esto nos ayudará a alcanzar un objetivo clave de la ciencia, la posibilidad de seguir los desplazamientos de los diferentes elementos de alta temperatura en la corona, al mismo tiempo que seguimos su estructura fina".
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El coronógrafo externo en el espacio. |
Hoy, los resultados de su carrera contrarreloj han sido revelados.
El Laboratorio de Astrofísica de Marsella (Laboratoire Astrophysique d’Marseille, LAM) actuó como anfitrión el último proyecto de la ESA, StarTiger, con el equipo construyendo un modelo a escala del prototipo en la sala limpia del LAM. El cierre formal del proyecto ocurrió el 27 de abril en el centro ESTEC de la ESA en Países Bajos.
El prototipo muestra una manera de producir un eclipse perpetuo en el espacio: dos satélites vuelan en formación cerrada de manera que uno proyecta una sombra continua sobre el otro.
Teniendo en cuenta que cada satélite se mueve a distintas y altas velocidades por segundo, la idea presenta problemas importantes en términos de navegación y control. Pero si se tiene éxito se abre la posibilidad de tener acceso permanente a las zonas interiores de la corona del Sol, que actualmente podemos vislumbrar desde tierra sólo por unos minutos al año durante los eclipses totales de Sol.
"StarTiger de la ESA es un nuevo enfoque de I+D, que ha dado buenos resultados", comenta Peter de Maagt, supervisor de la iniciativa StarTiger.
"Esta demostración integrada se ha completado en tan sólo seis meses, incluyendo todos los subsistemas necesarios, modelos matemáticos y programas informáticos, no sólo para validar el concepto del coronógrafo externo, sino que también para evaluar su desempeño en términos prácticos".
"Se logró el objetivo principal junto con varios objetivos secundarios", dijo el jefe del equipo Sebastien Vives de LAM, que supervisó a siete investigadores principales, apoyados fuertemente por otro grupo de 20. "La idea era realizar el posicionamiento relativo entre los dos satélites y la posición absoluta con respecto al Sol".
"Trabajar cara a cara en la misma habitación fue nuestra clave del éxito, teniendo en cuenta el programa (contrarreloj) al que nos enfrentamos. Unimos nuestras distintas capacidades para resolver los numerosos problemas que surgieron en el camino".
Los dos satélites vuelan a 150 metros de distancia, el primero alberga un 'coronógrafo' mientras que el segundo, el 'ocultador', proyecta una sombra con un error de posicionamiento máximo de unos pocos milímetros. Fotosensores en todo el coronógrafo supervisarán la posición de la sombra, a la vez que un conjunto de LEDs en el ocultador permitirá el seguimiento del satélite óptico de observación.
Por el propósito del modelo a escala, el Sol simulado, el ocultador y el coronógrafo fueron ubicados en el mismo banco óptico, con la luz reflejada a través de un espejo distante que imitaba la distancia prevista de funcionamiento. Esta configuración permite modelar por completo el sistema propuesto de extremo a extremo.
El demostrador StarTiger-2. |
Dominic Doyle, del Laboratorio de Óptica de la ESA, explicó: "Esto nos ayudará a alcanzar un objetivo clave de la ciencia, la posibilidad de seguir los desplazamientos de los diferentes elementos de alta temperatura en la corona, al mismo tiempo que seguimos su estructura fina".
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