Se ha especulado mucho de que cualquier tipo de vida en Júpiter u otros gigantes gaseosos, puede ser vida a base de amoníaco. Según Sagan y su compañero de trabajo, Salpeter, los 'habitantes' de Júpiter tendrían forma de globos gigantes de gas.
La posibilidad de abundante vida en las regiones superiores de la atmósfera de Júpiter fue considerada en un trabajo en 1976 por Carl Sagan y Edwin Salpeter, tres años después del primer sobrevuelo de una sonda sobre este planeta, la Pioneer 10.
Sagan y Salpeter compararon la ecología de la atmósfera de Júpiter con los mares terrestres que tienen plancton fotosintético simple en el nivel superior, organismos de los que los peces de nieveles inferiores se alimentan, y depredadores marinos que cazan a estos peces. Sagan y Salpeter han denominado a los tres hipotéticos equivalentes jovianos de estos organismos como sinkers ("plomos", en español), floaters ("flotadores"), y hunters ("cazadores"). Estas criaturas fueron previstas como bolsas gigantes de gas que se mueven por bombeo de helio y calcularon que los cazadores podrían ser de muchos kilómetros de diámetro, y por lo tanto visibles desde el espacio.
Las formas de vida aéreas jovianas descritas por ambos científicos son retratadas en "Encuentro con Medusa" (de la colección The Wind from de Sun) de Arthur Clarke.
El escritor Ben Bova se refiere en su novela a Júpiter: "Enormes criaturas como globos, llamadas Medusas Clarke, que flotaban en los crecientes vientos huracanados en todo el planeta. Aves que nunca han visto tierra, viviendo toda su vida en lo alto. Telarañas de arañas-cometa que atraparon esporas microscópicas. Partículas del largo de una cadena de molécula de carbono que se forman en las nubes y 'espolvorean' hacia el océano que hay debajo".
Bova especula además que, en la alta presión de los océanos de hidrógeno líquido que se encuentran por debajo de la densa atmósfera de Júpiter hay colosales ciudades del tamaño de criaturas inteligentes.
Después de todo Salpeter y Sagan sólo especulaban sobre la existencia de vida en el planeta de mayor diámetro de nuestro Sistema Solar, ya que nunca pudieron obtener evidencia de la existencia de actividad biológica en el gigante gaseoso.
En los últimos años, el interés astrobiológico en el sistema de Júpiter se ha desplazado desde el planeta a las mayores de sus lunas, especialmente Europa, Ganimedes y Calisto. También se ha estudiado la posibilidad de que la luna Encelado tenga condiciones favorables para la proliferacion de la vida. Puedes ver un artículo sobre este tema haciendo click aquí.
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La posibilidad de abundante vida en las regiones superiores de la atmósfera de Júpiter fue considerada en un trabajo en 1976 por Carl Sagan y Edwin Salpeter, tres años después del primer sobrevuelo de una sonda sobre este planeta, la Pioneer 10.
Sagan y Salpeter compararon la ecología de la atmósfera de Júpiter con los mares terrestres que tienen plancton fotosintético simple en el nivel superior, organismos de los que los peces de nieveles inferiores se alimentan, y depredadores marinos que cazan a estos peces. Sagan y Salpeter han denominado a los tres hipotéticos equivalentes jovianos de estos organismos como sinkers ("plomos", en español), floaters ("flotadores"), y hunters ("cazadores"). Estas criaturas fueron previstas como bolsas gigantes de gas que se mueven por bombeo de helio y calcularon que los cazadores podrían ser de muchos kilómetros de diámetro, y por lo tanto visibles desde el espacio.
Las formas de vida aéreas jovianas descritas por ambos científicos son retratadas en "Encuentro con Medusa" (de la colección The Wind from de Sun) de Arthur Clarke.
El escritor Ben Bova se refiere en su novela a Júpiter: "Enormes criaturas como globos, llamadas Medusas Clarke, que flotaban en los crecientes vientos huracanados en todo el planeta. Aves que nunca han visto tierra, viviendo toda su vida en lo alto. Telarañas de arañas-cometa que atraparon esporas microscópicas. Partículas del largo de una cadena de molécula de carbono que se forman en las nubes y 'espolvorean' hacia el océano que hay debajo".
Bova especula además que, en la alta presión de los océanos de hidrógeno líquido que se encuentran por debajo de la densa atmósfera de Júpiter hay colosales ciudades del tamaño de criaturas inteligentes.
Después de todo Salpeter y Sagan sólo especulaban sobre la existencia de vida en el planeta de mayor diámetro de nuestro Sistema Solar, ya que nunca pudieron obtener evidencia de la existencia de actividad biológica en el gigante gaseoso.
En los últimos años, el interés astrobiológico en el sistema de Júpiter se ha desplazado desde el planeta a las mayores de sus lunas, especialmente Europa, Ganimedes y Calisto. También se ha estudiado la posibilidad de que la luna Encelado tenga condiciones favorables para la proliferacion de la vida. Puedes ver un artículo sobre este tema haciendo click aquí.