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domingo, 22 de setembro de 2019

Stiglitz escalpeliza o desastre neoliberal na Argentina




Stiglitz escalpeliza o desastre neoliberal na Argentina

Reproduzo hoje uma entrevista, dada recentemente  por Joseph Stiglitz ao jornal argentino Página /12. Aí o reputado economista norte-americano escalpeliza a deriva  neoliberal liderada por Macri, atual presidente argentino, que tem vindo a arruinar o país.
É importante lê-la com atenção. Se virmos bem, no essencial, o “macrismo” é uma tradução argentina do caminho seguido pela direita portuguesa durante o “pafismo” que agora nos propõe toscamente recauchutada, ainda que  com diferentes maquilhagens, R. Rio e A.Cristas. Se os deixassem, intoxicariam de novo o país com os seus falsos remédios. Sigamos o que nos diz o referido jornal:
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Entrevista exclusiva al prestigioso Premio Nobel Joseph Stiglitz:
“Macri y el FMI provocaron el desastre”

En diálogo con con Página/12, el economista afirmó que la política económica del gobierno fue “una apuesta fallida”, respaldada por una comunidad internacional “enceguecida” por modelos caducos.  “El experimento neoliberal ha sido un fracaso espectacular”, señaló


El profesor Joseph Stiglitz es una excepción lúcida en el castillo calculador del imperio liberal. Consiente, según escribe, de que “el experimento neoliberal ha sido un fracaso espectacular”, Stiglitz promueve hoy lo que el denomina “un capitalismo progresista” como reemplazo al fracasado ultra liberalismo. No es un antiliberal pero si un reformista y, sobre todo, un acérrimo adversario de las políticas del FMI. Precisamente, cuando ocupaba el puesto de economista  jefe del Banco Mundial, sus posturas adversaras el FMI le valieron el Premio Nobel de Economía en 2001. A sus casi 77 años Stiglitz perdura con toda la legitimidad de su voz alternativa. Tanto más legítima cuando que, en lo que toca a la Argentina, sus premisas se hicieron una realidad fatal. En sus planteos contra el esquema actual, las experiencias argentinas de los últimos años ocupan un lugar especial. Entre las políticas económicas nacionales erradas y los organismos multilaterales de crédito que las alentaron y las financiaron con un endeudamiento suicida, Stiglitz ve todo el abanico negativo que va desde la desregulación de los mercados, el corte de los impuestos para los más pudientes, la financiarizacion de la economía, la austeridad, el ahogo del crecimiento, tasas de interés descabelladas, la inflación, la devaluación y la deuda. 
Stiglitz ha sido un critico del modelo macrista y en más de una ocasión predijo que la Argentina podría terminar como Grecia y el dólar en la estratosfera. También se ha mostrado muy mordaz con el Fondo Monetario Internacional y sus “modelos impregnados de ideología”. Ambas líneas, la política del presidente Macri y la intervención de los organismos multilaterales de crédito, han sido, asegura Stiglitz, el desencadenante del desastre argentino
En esta entrevista de Página/12 con el premio Nobel realizada en París, Stiglitz sostiene que la política económica del gobierno fue “una apuesta fallida” respaldada por una comunidad internacional “enceguecida” por modelos caducos.
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Hace unos días, se voto en la Argentina una Ley de emergencia alimentaria. Parece cada día más un paso hacia una ficción negra: hay urgencia alimentaria en el país cuya retórica nacional ha sido, durante décadas, ser “el granero del mundo”. ¿Es para usted el fracaso rotundo del proyecto que llevó en 2015 al presidente Mauricio Macri a la Presidencia?

- Escribí un artículo cuando el presidente Macri empezó a aplicar su política económica. Ya advertí que el presidente estaba corriendo un gran riesgo con la reducción de las retenciones a la exportación. Le aportó ganancias al gobierno, pero derivó en el aumento de los precios de los alimentos en la Argentina y el empobrecimiento de muchos trabajadores. De alguna manera, fue una apuesta por la idea de que se produciría en la Argentina una fiebre de fondos extranjeros hacia el país y que, con ello, Macri podría pagar la enorme suma de dinero que estaba pidiendo prestado con unas tasas de intereses escandalosamente altas. No puede haber ninguna inversión si se pagan tasas de interés del orden del 70 por ciento anual. En un momento las tasas de interés por las nubes desencadenan el efecto contrario. Creo que fue una apuesta fallida. Los inversores extranjeros no acudieron para respaldar la apuesta de Macri. Desafortunadamente para el país, Macri apostó mal y ahora Argentina paga un precio muy alto por ese error que fue respaldado por mucha gente que ya conocemos dentro de la comunidad internacional.

Al principio del mandato se celebró la retórica según la cual “La Argentina vuelve al mundo”. Luego ahondaron la idea de que “el mundo nos apoya”. Y siguen con eso, pero la situación demuestra lo contrario. El mundo abandonó a la Argentina en estos años.

- Una de las cosas que se hizo cuando Macri se convirtió en presidente fue decir que la Argentina había heredado muchos problemas. Pero una de las cosas buenas que él heredó fue precisamente una deuda externa muy baja. Pero él cambió esto y convirtió a un país con una deuda externa muy baja en otro con una deuda exterior altísima. Esto se llevó a cabo con la connivencia y el apoyo de la comunidad internacional. Ahora se está pagando el precio.

La responsabilidad del Fondo Monetario Internacional y de su Directora Gerente, Christine Lagarde, es ineludible.

- No sólo se trata de dinero. Ha sido un enorme error de juicio y quedan preguntas que ya se han planteado. ¿ No se trató acaso de un análisis económico contaminado por un análisis político? Tal vez había algunas personas dentro de la administración estadounidense que si deseaban que el plan tuviera éxito y también apoyar la apuesta de Macri. Pero hay preguntas sin respuestas, como en el caso de Grecia y la precaución inicial que debería preceder todo análisis económico, y que en ese caso también fue fallida.

¿Qué le espera como solución a un próximo gobierno con una herencia tan pesada?

- La situación se ha deteriorado tan rápido que es muy difícil en este momento emitir un juicio. Creo que la Argentina, en estos últimos cuatro años, no debería haber contraído esos enormes préstamos del FMI y de la comunidad internacional como respuesta a sus problemas. La pregunta sobre lo que se debería hacer concierne ahora a la comunidad internacional dado que fue ella quien también cometió esos errores. Se trata de saber hasta donde está dispuesta a llegar la comunidad internacional reconociendo el papel que desempeñaron en crear esta nueva crisis en tan pocos años. No puedes culpar del todo a la Argentina si alguien en la comunidad internacional te dice que te dará 60 o 70 mil millones. Por supuesto, estás tentado a decir que sí aún si piensas que los banqueros te dirán que no. Son los banqueros quienes detentan el caramelo y también ellos quienes deberían decir que es irresponsable, que no se puede. Debo decir una vez más que es a los banqueros a quienes habría que criticar, incluyendo, en este caso particular, al Fondo Monetario Internacional. Se equivocaron al suministrar esos fondos. El problema fue también que Macri cometió una serie de errores, como cuando empezó a eliminar los impuestos a la exportación para después comenzar de nuevo. Luego están los errores cometidos por el Banco Central con la forma en que se llevó a cabo la política monetaria y la estabilización. ¿ Se hizo el trabajo de la manera correcta? Ellos cometieron toda una serie de errores. El FMI debió hacer sonar el silbato. Si el Fondo Monetario Internacional dijo que la política económica estaba bien y que por ello iban a aportar 50 mil millones de dólares, eso fue pensamiento mágico, eso correspondía a un juicio enturbiado por la ideología. El FMI no estaba ayudando a la Argentina, sino violando la política de no intervención o intentando modelar la política argentina.

Después de las elecciones en las PASO, el peronismo quedó en una posición muy favorable para las elecciones de octubre. Ahora bien, dentro de la comunidad internacional mucha gente tiene miedo del peronismo. Los medios reiteran ese cuento de que se vuelve al pasado, de que la Argentina se va del mundo. ¿Usted le tiene miedo al peronismo ?

- No, no tengo miedo. La Argentina encontró soluciones optimas después de la crisis del 2001 y 2002 y estas soluciones acarrearon un crecimiento. Durante el mandato de Néstor Kirchner, Cristina Fernández de Kirchner criticó al gobierno y dio pruebas de su independencia. Néstor Kirchner demostró ser un hombre integro. Ya sabemos que la política es siempre algo muy difícil, y que con la política no hay promesa para el futuro. Pero esto es un indicativo de que se proseguirá con lo que se cree correcto en materia de política económica. Por lo que he recopilado, cuentan con un amplio número de asesores que están más en contacto con la realidad económica que, desafortunadamente, los consejeros de Macri. 


terça-feira, 4 de junho de 2013

DESIGUALDADE E CRESCIMENTO



A bárbara agressão,  contra os trabalhadores, a classe média e os excluídos, perpetrada pelo neoliberalismo,  por intermédio do capital financeiro e dos seus sequazes, tem procurado buscar alguma legitimidade, alegando estar a seguir os ditames de uma infalível ciência económica, objectiva e neutra. Obedecer ao que é de facto um verdadeiro esoterismo numerológico seria afinal garantir, a longo prazo, a melhor solução; que, pela sua exclusiva conformidade com a ciência, seria afinal a única possível. O breve texto que a seguir transcrevo contribui muito para desmontar  essa mistificação. Por isso, as instâncias  de poder do capitalismo financeiro internacional podem ainda reproduzir como autómatos as vulgatas ideológicas do neoliberalismo; mas fazem-no já como espectros de uma ideologia que a realidade tornou  obsoleta. 

Desta vez, achei que devia traduzir o referido texto, para que todos o possam ler sem serem embaraçados pela  barreira da língua. O texto foi publicado no jornal italiano  Repubblica (31 de  maio de 2013), sendo seu autor o jornalista Roberto Petrini . Trata-se de um comentário a uma recente descoberta do economista norte-americano Joseph Stiglitz, nome sobejamente conhecido que se tem imposto pelo rigor e desassombro crítico. O título alerta-nos desde logo :"A desigualdade mata o crescimento: eis a demonstração de Stiglitz". E acrescenta-se  de imediato:
"Com o teorema de Stiglitz foi infligido outro duro golpe à ortodoxia neoliberal dominante nos tempos da grande crise: se o índice de Gini ( ou seja, o indicador que mede a desigualdade) aumenta, o “multiplicador” dos investimentos diminui e assim o PIB abranda. Eis porque razão".
Segue-se depois o texto:


"É a desigualdade o verdadeiro “killer” do PIB. Nos países onde os ricos são cada vez mais ricos e os pobres cada vez mais pobres o produto interno bruto marca passo e às vezes cai. Nas nações onde existe uma grande “middle class” , pelo contrário, a prosperidade aumenta. O Prémio Nobel Joseph Stiglitz rompe com as demoras  e formaliza num verdadeiro teorema, como ele próprio o define, a síntese dos estudos que dirige há anos.

A ocasião para serem apresentados os extraordinários resultados da investigação de Stiglitz, numa espécie de antestreia mundial, é a convenção organizada em roma pela SIEDS ( la Società italiana di economia, demografia e statistica), iniciado ontem (30 de maio de 2103), onde o Prémio Nobel enviará as considerações conclusivas, escritas a quatro mãos com o seu próximo colaborador italiano da Università Politecnica delle Marche, Mauro Gallegati.
Assim o “mainstream” é posto a um canto. O teorema é claro e luminoso como uma fórmula química ou um relação física: se índice de Gini ( ou seja, o indicador de desigualdade inventado por um economista italiano, Corrado Gini) aumenta, logo aumenta a desigualdade, o “multiplicador” dos investimentos diminui e portanto o PIB trava.
A equação de Stiglitz arrisca-se a ser o terceiro golpe nas posições da teoria económica dominante agora vacilante. O primeiro, dado há alguns meses, foi aquele que pôs em causa o 2dogma2da austeridade: o FMI na verdade calculou que o corte do deficit num ponto percentual reduz o PIB em dois e não apenas  ̶  como se cria até hoje  ̶  em meio ponto percentual. O outro golpe desajeitado foi aquele que desmontou, desmascarando um erro “Excel”, a teoria da dívida de Rogoff e Reinhard, segundo a qual para além dos 90 por cento na sua relação com o PIB ela levaria inevitavelmente à recessão.


Mas o novo assalto de Stiglitz arrisca-se a ser ainda mais perigoso para as teses do “status” económico. A desigualdade, de facto para o Prémio Nobel, fere profundamente o PIB, não só através da queda dos consumos mas também porque o sistema é “ineficiente” se prevalecem rendas e monopólios. “Frequentemente a caça ás rendas  ̶ concluem Stiglitz e Gallegati  ̶  comporta um verdadeiro esbanjamento de recursos que reduz a produtividade e o bem-estar do país”.

sexta-feira, 11 de novembro de 2011

A GLOBALIZAÇÃO DO PROTESTO

Os movimentos de protesto têm saltado fronteiras. Os políticos prudentes começam a perceber que é temerário ignorá-los. Muitos jovens têm ganho as ruas, mas não as têm ganho sozinhos. A sua revolta, contra a exclusão de uma sociedade que despreza objectivamente as suas capacidades, transforma-os em irmãos de todos os excluídos. E com todos eles estão também solidários todos os que rejeitam uma sociedade radicada na injustiça e na desigualdade social. Não é dominante entre as multidões indignadas uma explícita recusa do capitalismo, mas o que muito legitimamente exigem não lhes pode ser dado por ele. Paralelamente, não parecem dispostos a renunciar à democracia, seja a que pretexto for.


As esquerdas têm-se mostrado atentas, cientes talvez da energia renovadora destes movimentos de protesto, mas não devem encará-los como algo que lhes seja exterior. Os indignados também são esquerda, pelo menos objectivamente. Não se trata , portanto, de os seduzir para dar mais força a allgo que já exista, mas de abrir em conjunto com eles caminhos novos e comuns.

Por tudo isto, pareceu-me importante dar voz, uma vez mais, a Joseph E. Stiglitz, Professor da Universidade de Columbia (USA) e Prémio Nobel da Economía, transcrevendo um artigo seu, publicado há uns dias atrás no diário madrileno, “El País”. Tinha como título :“La globalización de la protesta”; e como subtítulo:“El euro en peligro - La búsqueda de recursos contra el contagio”. Eis o texto:


“ El movimiento de protesta que nació en enero en Túnez, para luego extenderse a Egipto y de allí a España, ya es global: la marea de protestas llegó a Wall Street y a diversas ciudades de Estados Unidos. La globalización y la tecnología moderna ahora permiten a los movimientos sociales trascender las fronteras tan velozmente como las ideas. Y la protesta social halló en todas partes terreno fértil: hay una sensación de que el "sistema" fracasó, sumada a la convicción de que, incluso en una democracia, el proceso electoral no resuelve las cosas, o por lo menos, no las resuelve si no hay de por medio una fuerte presión en las calles. En mayo visité el escenario de las protestas tunecinas; en julio, hablé con los indignados españoles; de allí partí para reunirme con los jóvenes revolucionarios egipcios en la plaza de Tahrir de El Cairo; y hace unas pocas semanas, conversé en Nueva York con los manifestantes del movimiento Ocupar Wall Street (OWS). Hay una misma idea que se repite en todos los casos, y que el movimiento OWS expresa en una frase muy sencilla: "Somos el 99%".
Este eslogan remite al título de un artículo que publiqué hace poco. El artículo se titula Del 1%, por el 1% y para el 1%, y en él describo el enorme aumento de la desigualdad en Estados Unidos: el 1% de la población controla más del 40% de la riqueza y recibe más del 20% de los ingresos. Y los miembros de este selecto estrato no siempre reciben estas generosas gratificaciones porque hayan contribuido más a la sociedad (esta justificación de la desigualdad quedó totalmente vaciada de sentido a la vista de las bonificaciones y de los rescates); sino que, a menudo, las reciben porque, hablando mal y pronto, son exitosos (y en ocasiones corruptos) buscadores de rentas.
No voy a negar que dentro de ese 1% hay algunas personas que dieron mucho de sí. De hecho, los beneficios sociales de muchas innovaciones reales (por contraposición a los novedosos "productos" financieros que terminaron provocando un desastre en la economía mundial) suelen superar con creces lo que reciben por ellas sus creadores.
Pero, en todo el mundo, la influencia política y las prácticas anticompetitivas (que a menudo se sostienen gracias a la política) fueron un factor central del aumento de la desigualdad económica. Una tendencia reforzada por sistemas tributarios en los que un multimillonario como Warren Buffett paga menos impuestos que su secretaria (como porcentaje de sus respectivos ingresos), o donde los especuladores que contribuyeron a colapsar la economía global tributan a tasas menores que quienes ganan sus ingresos trabajando.
Se han publicado en estos últimos años diversas investigaciones que muestran lo importantes que son las ideas de justicia y lo arraigadas que están en las personas. Los manifestantes de España y de otros países tienen derecho a estar indignados: tenemos un sistema donde a los banqueros se los rescató, y a sus víctimas se las abandonó para que se las arreglen como puedan. Para peor, los banqueros están otra vez en sus escritorios, ganando bonificaciones que superan lo que la mayoría de los trabajadores esperan ganar en toda una vida, mientras que muchos jóvenes que estudiaron con esfuerzo y respetaron todas las reglas ahora están sin perspectivas de encontrar un empleo gratificante.
El aumento de la desigualdad es producto de una espiral viciosa: los ricos rentistas usan su riqueza para impulsar leyes que protegen y aumentan su riqueza (y su influencia). En la famosa sentencia del caso Citizens United, la Corte Suprema de Estados Unidos dio a las corporaciones rienda suelta para influir con su dinero en el rumbo de la política. Pero mientras los ricos pueden usar sus fortunas para hacer oír sus opiniones, en la protesta callejera la policía no me dejó usar un megáfono para dirigirme a los manifestantes del OWS.
A nadie se le escapó este contraste: por un lado, una democracia hiperregulada, por el otro, la banca desregulada. Pero los manifestantes son ingeniosos: para que todos pudieran oírme, la multitud repetía lo que yo decía; y para no interrumpir con aplausos este "diálogo", expresaban su acuerdo haciendo gestos elocuentes con las manos.
Tienen razón los manifestantes cuando dicen que algo está mal en nuestro "sistema". En todas partes del mundo tenemos recursos subutilizados (personas que desean trabajar, máquinas ociosas, edificios vacíos) y enormes necesidades insatisfechas: combatir la pobreza, fomentar el desarrollo, readaptar la economía para enfrentar el calentamiento global (y esta lista es incompleta). En Estados Unidos, en los últimos años se ejecutaron más de siete millones de hipotecas, y ahora tenemos hogares vacíos y personas sin hogar.
Una crítica que se les hace a los manifestantes es que no tienen un programa. Pero eso supone olvidar cuál es el sentido de los movimientos de protesta. Son ellos una expresión de frustración con el proceso electoral. Son una alarma.
Las protestas globalifóbicas de 1999 en Seattle, en lo que estaba previsto como la inauguración de una nueva ronda de conversaciones comerciales, llamaron la atención sobre las fallas de la globalización y de las instituciones y los acuerdos internacionales que la gobiernan. Cuando los medios de prensa examinaron las reclamaciones de los manifestantes, vieron que contenían mucho más que una pizca de verdad. Las negociaciones comerciales subsiguientes fueron diferentes (al menos en principio, se dio por sentado que serían una ronda de desarrollo y que buscarían compensar algunas de las deficiencias señaladas por los manifestantes) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) encaró después de eso algunas reformas significativas.
Es similar a lo que ocurrió en la década de 1960, cuando en Estados Unidos los manifestantes por los derechos civiles llamaron la atención sobre un racismo omnipresente e institucionalizado en la sociedad estadounidense. Aunque todavía no nos hemos librado de esa herencia, la elección del presidente Barack Obama muestra hasta qué punto esas protestas fueron capaces de cambiar Estados Unidos.
En un nivel básico, los manifestantes actuales piden muy poco: oportunidades para emplear sus habilidades, el derecho a un trabajo decente a cambio de un salario decente, una economía y una sociedad más justas. Sus esperanzas son evolucionarias, no revolucionarias. Pero en un nivel más amplio, están pidiendo mucho: una democracia donde lo que importe sean las personas en vez del dinero, y un mercado que cumpla con lo que se espera de él.
Ambos objetivos están vinculados: ya hemos visto cómo la desregulación de los mercados lleva a crisis económicas y políticas. Los mercados solo funcionan como es debido cuando lo hacen dentro de un marco adecuado de regulaciones públicas; y ese marco solamente puede construirse en una democracia que refleje los intereses de todos, no los intereses del 1%. El mejor Gobierno que el dinero puede comprar ya no es suficiente.”

quinta-feira, 27 de maio de 2010

A austeridade leva ao desastre !


Por indicação do blog Ladrão de Bicicletas, fui ler no “Le Monde” a entrevista com Joseph Stiglitz que a seguir transcrevo. Eis uma voz demasiado sonante, para poder ser varrida para debaixo do tapete com um resmungo indiferente, só porque incorre no enorme pecado de destoar da cansada ladainha neoliberal.

Mesmo tendo-se caído no estado de necessidade para onde se deixaram empurrar os poderes instituídos, como se pode ver lendo a entrevista, os trilhos oficiais não são os únicos susceptíveis de ser percorridos. Mas o que também me parece óbvio é que se não se tomarem medidas que preparem primeiro e traduzam depois uma saída controlada do capitalismo, gradual mas efectiva, que implique uma transformação em profundidade do modo de produção actual, envolvendo, nomeadamente, um novo cuidado ecológico, os hábitos de consumo, o estilo de vida, a organização empresarial e as atitudes culturais, vigentes nas sociedades actuais, a chamada crise continuará a assombrar-nos e a estrangular o nosso futuro.

Enfim, ouçamos o que Joseph Stiglitz tem para nos dizer:


"L'austérité mène au désastre"

[Propos recueillis par Virginie Malingre]

Joseph Stiglitz, 67 ans, Prix Nobel d'économie en 2001, ex-conseiller économique du président Bill Clinton (1995-1997) et ex-chef économiste de la Banque mondiale (1997-2000), est connu pour ses positions critiques sur les grandes institutions financières internationales, la pensée unique sur la mondialisation et le monétarisme. Il livre au Monde son analyse de la crise de l'euro.




Vous avez récemment dit que l'euro n'avait pas d'avenir sans réforme majeure. Qu'entendez-vous par là ?
L'Europe va dans la mauvaise direction. En adoptant la monnaie unique, les pays membres de la zone euro ont renoncé à deux instruments de politique économique : le taux de change et les taux d'intérêt. Il fallait donc trouver autre chose qui leur permette de s'adapter à la conjoncture si nécessaire. D'autant que Bruxelles n'a pas été assez loin en matière de régulation des marchés, jugeant que ces derniers étaient omnipotents. Mais l'Union européenne (UE) n'a rien prévu dans ce sens.
Et aujourd'hui, elle veut un plan coordonné d'austérité. Si elle continue dans cette voie-là, elle court au désastre. Nous savons, depuis la
Grande Dépression des années 1930, que ce n'est pas ce qu'il faut faire.


Que devrait faire l'Europe ?
Il y a plusieurs possibilités. Elle pourrait par exemple créer un fonds de solidarité pour la stabilité, comme elle a créé un fonds de solidarité pour les nouveaux entrants. Ce fonds, qui serait alimenté dans des temps économiques plus cléments, permettrait d'aider les pays qui ont des problèmes quand ceux-ci surgissent.
L'Europe a besoin de solidarité, d'empathie. Pas d'une austérité qui va faire bondir le chômage et amener la dépression. Aux Etats-Unis, quand un Etat est en difficulté, tous les autres se sentent concernés. Nous sommes tous dans le même bateau. C'est d'abord et avant tout le manque de solidarité qui menace la viabilité du projet européen.


Vous prônez une sorte de fédéralisme ?
Oui. De cohésion. Le problème, c'est que les Etats membres de l'UE n'ont pas tous les mêmes croyances en termes de théorie économique. Nicolas Sarkozy a eu raison de faire pression sur (la chancelière allemande)

Angela Merkel pour la forcer à payer pour la Grèce. Nombreux sont ceux qui, en Allemagne, s'en remettent totalement aux marchés. Dans leur logique, les pays qui vont mal sont responsables et doivent donc se débrouiller.


Ce n'est pas le cas ?
Non. Le déficit structurel grec est inférieur à 4 %. Bien sûr, le gouvernement précédent, aidé par

Goldman Sachs, a sa part de responsabilité. Mais c'est d'abord et avant tout la crise mondiale, la conjoncture, qui a provoqué cette situation.
Quant à l'Espagne, elle était excédentaire avant la crise et ne peut être accusée d'avoir manqué de discipline. Bien sûr, l'Espagne aurait dû être plus prudente et empêcher la formation de la bulle immobilière. Mais, en quelque sorte, c'est l'euro qui a permis ça, en lui procurant des taux d'intérêt plus bas que ceux auxquels Madrid aurait eu accès sans la monnaie unique. Aujourd'hui, ces pays ne s'en sortiront que si la croissance européenne revient. C'est pour cela qu'il faut soutenir l'économie en investissant et non en la bridant par des plans de rigueur.


La baisse de l'euro serait donc une bonne chose ?
C'est la meilleure chose qui puisse arriver à l'Europe. C'est à la France, et plus encore à l'Allemagne qu'elle profitera le plus. Mais la Grèce et l'Espagne, pour qui le tourisme est une source de revenus importante, en seront également bénéficiaires.


Mme Merkel, pourtant, sait que la solidarité peut être importante. Sans cela, il n'y aurait pas eu de réunification allemande.
Oui. Mais, justement, il a fallu plus de dix ans à l'Allemagne pour absorber la réunification. Et d'une certaine manière, je pense que les ex-Allemands de l'Ouest estiment qu'ils ont déjà payé un prix élevé pour la solidarité européenne.


Pensez-vous que la viabilité de l'euro soit menacée ?
J'espère que non. Il est tout à fait possible d'éviter que la monnaie unique ne périclite. Mais si on continue comme ça, rien n'est exclu. Même si je pense que le scénario le plus probable est celui du défaut de paiement. Le taux de chômage des jeunes en Grèce s'approche de 30 %. En Espagne, il dépasse 44 %. Imaginez les émeutes s'il monte à 50 % ou 60 %. Il y a un moment où Athènes, Madrid ou Lisbonne se posera sérieusement la question de savoir s'il a intérêt à poursuivre le plan que lui ont imposé le Fonds monétaire international (FMI) et Bruxelles. Et s'il n'a pas intérêt à redevenir maître de sa politique monétaire.
Rappelez-vous ce qui s'est passé en Argentine. Le peso était attaché au dollar par un taux de change fixe. On pensait que

Buenos Aires ne romprait pas le lien, que le coût en serait trop important. Les Argentins l'ont fait, ils ont dévalué, ça a été le chaos comme prévu. Mais, en fin de compte, ils en ont largement profité. Depuis six ans, l'Argentine croît à un rythme de 8,5 % par an. Et aujourd'hui, nombreux sont ceux qui pensent qu'elle a eu raison.

domingo, 28 de setembro de 2008

Um Congresso de Economia Social


1. O 27º Congresso Internacional do CIRIEC, que decorreu em Sevilha, entre os passados dias 22 e 24 de Setembro, teve como tema geral “Inovação e Management : as respostas aos grandes desafios das empresas da economia pública, social e cooperativa”.
Tendo-se naturalmente desenrolado de acordo com o plano previsto, com abordagem das temáticas parcelares previamente programadas, foi marcado fortemente pela conjuntura de risco de desastre económico, que actualmente assinala o bloqueio do atalho neoliberal, aberto sob a égide de Reagan nos anos oitenta do século passado.
De facto, a necessidade de estimular um protagonismo mais amplo das empresas públicas, sociais e cooperativas tornou-se verdadeiramente ostensiva. E com ela, naturalmente, emergiu a legitimidade (ou até o imperativo) de submeter o neoliberalismo (e até o capitalismo, em si próprio) a um crivo crítico mais apertado. Assim, a emergência da importância da economia pública e da economia social e cooperativa, uma e outra com lógicas distintas, mas com um largo campo para exploração em comum de sinergias, foi talvez a marca mais relevante do Congresso. Marca essa, que na opinião de quem assistiu aos anteriores congressos, talvez represente uma viragem do próprio CIRIEC.

2. Abra-se aqui um breve parêntesis para dizer brevemente o que é o CIRIEC.
O CIRIEC (Centre International de Recherches et d'Information sur l'Economie Publique, Sociale et Coopérative) é uma organização científica internacional não governamental. Tem como objectivos “assegurar e promover: a colecta de informações, a investigação científica e a publicação de trabalhos.”
Foi fundado, em 1947, pelo Prof. Edgard MILHAUD, economiste francês docente da Universidade de Genève, tendo sido inicialmente denominado "Centre International de Recherches et d'Information sur l'Economie Collective".
O referido professor fora já o fundador em 1908 da revista "Les Annales de l'économie collective", cuja perenidade queria garantir através da nova organização. Essa revista, cujo nome passaria mais tarde a ser “Annales de l'économie publique, sociale et coopérative”, órgão do CIRIEC, está a festejar este ano o seu primeiro centenário.
O CIRIEC dispõe actualmente de treze secções nacionais: Alemanha, Argentina, Áustria, Bélgica, Brasil, Canadá, Espanha, França, Itália, Japão, Portugal, Suécia e Turquia. Nos países onde não existem secções nacionais, podem filiar-se no CIRIEC directamente organizações não governamentais, cujos objectivos caibam no seu âmbito.


3. No recente Congresso de Sevilha, participaram 700 congressistas de 35 países, para além de mais algumas centenas de acompanhantes. As delegações dos vários países eram numericamente muito heterogéneas. Naturalmente, a mais numerosa era a espanhola com quase 300 participantes, seguindo-se-lhe a da Bélgica com 136, a da Áustria com 52, a da França com 47 e a de Portugal com 28. Menos numerosas, mas ainda assim com uma dimensão significativa, eram as delegações da : Alemanha, Canadá, Itália, Argentina e Venezuela. Os restantes 61 participantes repartiam-se por outros 25 países, entre os quais menciono aleatoriamente: Brasil, Japão, USA, Grécia, Senegal, México e Bangla Desh.

4. Como escrevi há dias neste mesmo blog, a conferência de Stiglitz foi um aspecto marcante do Congresso. Para além do que foi assinalado nesse outro texto, não resisto a recordar uma irónica observação que o economista americano fez, quando se referiu à chamada mão invisível do mercado, dizendo que agora se compreendia por que razão ela era invisível. E afirmou : ela é invisível, simplesmente, porque não existe.
Também ele, com simplicidade, mostrou como é um pura ilusão quase grosseira, uma pseudo-evidência, que me lembro de ter visto incluída em textos intencionalmente de esquerda, para além de fazer parte da vulgata mediática partilhada por jornalistas, por políticos de vários quadrantes e até por comentadores que se acham encartados.
Trata-se daquela afirmação recorrente que traduz a ideia de que é preciso primeiro produzir para depois distribuir, muitas vezes acompanhada com a aparente evidência de que não se pode distribuir o que não se tem, mas sempre destinada a justificar privilégios para a lógica do capital e sacrifícios para os trabalhadores.
De facto, como Stiglitz mostrou, a desigualdade social em si própria e a frustração pela penosidade das condições de trabalho prejudicam a própria produtividade, inquinam a competitividade, sendo por isso factores de degradação nos processos de produção de bens e serviços.
É a própria organização da produção e o próprio processo produtivo que têm que reflectir respeito pela pessoa humana, pelo trabalho como algo que se não reduz a uma mercadoria, para induzirem naturalmente nos trabalhadores uma motivação e uma identificação com os objectivos do que produzem, que sejam potenciadoras da sua produtividade e assim indutoras naturais de maior competitividade.
As políticas distributivas não precisarão de ser tão fortes, nem as medidas de protecção social. E, principalmente, não será tão radical o desequilíbrio entre os sacrifícios pedidos hoje aos trabalhadores, que são certos pela própria natureza das coisas, e a compensação posterior pelas políticas distributivas, que é incerta , cada vez mais incerta, e em grande parte das vezes inexistente.

5. Ainda como observações gerais, mais duas apenas. Em primeiro lugar, foi patente, ao longo das várias sessões parcelares e das duas plenárias, uma disponibilidade clara para um protagonismo crescente, por parte das organizações de economia social. Em segundo lugar, ficou bem claro o vigor da economia social na Andaluzia, bem como o forte envolvimento do poder político regional andaluz no êxito do sector.




O próximo Congresso será em Berlim, em 2010. Até lá, presidirá ao CIRIEC-Internacional, o alemão Wilhelm Georg Hanss.

quinta-feira, 25 de setembro de 2008

Stiglitz e a Economia Social


Sem prejuízo de querer voltar a falar, numa perspectiva mais global, sobre o 27º Congresso Internacional do CIRIEC, realizado em Sevilha nos dias 21 a 24 de Setembro passados, achei que era importante dar a conhecer, quanto antes, um texto do Observatorio Espagnol de la Economia Social, datado do dia 22/09/2008, sobre a participação que aí teve Joseph Stiglitz. Foi uma intervenção que marcou o Congresso. Teria sido bom que os governos europeus (pelo menos) o ouvissem.


De facto, a União Europeia, onde são imensas as virtualidades de geração de utilidade e bem-estar social próprias da economia social, tem tido uma política cega para essas virtualidades, que oscila entre uma insípida e estéril complacência sem horizontes e uma hostilidade incompetente, que se mostra como um risco crescente.

O caso português não será tão grave, mas é estranho que o actual governo tenha estado, na prática, paralisado quanto ao que de essencial lhe caberia fazer relativamente ao sector cooperativo em particular e à economia social, no seu todo. Estranho, se pensarmos que estamos a falar de um governo do PS, um partido que se identifica profunda e historicamente com o lugar reservado na Constituição Portuguesa ao “sector cooperativo e social”.

Leia-se pois o referido texto que a seguir transcrevo:



Joseph Stiglitz propone frente al “fundamentalismo de mercado” una economía más equilibrada con un peso creciente de la economía social


Una economía equilibrada, basada en un sistema económico plural, con un sector privado tradicional, un sector público eficaz y con un sector creciente de economía social. Esa es la clave del éxito económico, según ha manifestado hoy el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, en la conferencia que ha impartido en el 27 Congreso Internacional del CIRIEC, que se ha iniciado hoy en Sevilla. La mención, por parte de una autoridad económica como Joseph Stiglitz, de la economía social como un sector fundamental que favorece el “equilibrio económico”, supone un reconocimiento y un espaldarazo extraordinario a toda la pluralidad de iniciativas que componen el sector a nivel internacional.Ante una audiencia de mil congresistas de 40 países, el profesor de la Universidad de Columbia y autor de libros como El malestar de la globalización ha afirmado que el fomento de una “economía equilibrada” es la respuesta que se debe dar al “fundamentalismo de mercado”, que ha tenido como consecuencia el terremoto financiero que se ha producido en los últimos días o que, desde el punto de vista social, sólo en EEUU tres millones de personas se hayan quedado sin vivienda en el último año, y otros dos millones estén en peligro de perderla en los próximos meses. Joseph Stiglitz ha recalcado que los sucesos del 15 de septiembre han supuesto el fin del fundamentalismo de mercado, del mismo modo que la caída del muro de Berlín supuso el final del comunismo.Stiglitz ha facilitado ejemplos de países, desde Europa hasta el Este de Asia, cuyo éxito se ha basado en el equilibrio entre mercados, administración y otro tipo de entidades, incluyendo a la economía social. En Europa, y también en los Estados Unidos, las sociedades se han desarrollado tradicionalmente con el apoyo de un sector público fuerte -en aspectos como la educación, la regulación de los mercados, y el fomento de la ciencia- y con una representación esencial de entidades de economía social en sectores como el crédito, la agricultura y la vivienda. Particularmente, entre los logros de la economía social, Stiglitz ha destacado la presencia de cooperativas, mutualidades y entidades no lucrativas entre las principales empresas de éxito en los EEUU, con ejemplos reconocidos en sectores como la comunicación, agricultura, educación, la salud y una parte importante de la vivienda en ciudades como Nueva York. El propio ponente se ha sentido muy identificado con la economía social, ya que reside en una vivienda cooperativa, su editorial también es una cooperativa y la Universidad de Columbia, a la que pertenece, es una fundación sin ánimo de lucro. Stiglitz ha destacado también la aportación de la economía social como “fuente de innovación” de la que también se beneficia el resto de la economía.Valores e innovaciónPara el premio Nobel de Economía 2001, las razones de éxito de la economía social se encuentran en sus propios valores, especialmente por su forma de gestión democrática y por su manera de relacionarse con las personas “menos tendente a explotarlas”. Según el profesor, “una economía en la que prevalece el interés privado por encima del público no es innovadora”, más bien obstaculiza la innovación y la eficiencia para maximizar los beneficios de unos pocos. “Un aumento de la democracia interna en las empresas no sólo puede garantizar un entorno laboral más agradable, sino también más innovador y, con ello, una sociedad más innovadora en su conjunto”, afirma Stiglitz. Por todo ello, Joseph Stiglitz ha concluido su conferencia haciendo un llamamiento al fomento de estas “formas alternativas de organización económica”, afirmando que se debe hacer más “para identificar la contribución que están realizando a nuestra sociedad”. “Medidas como el PIB no reflejan el conjunto más amplio de valores y resultados que producen las entidades de economía social”, advierte Stiglitz, y pone como ejemplos índices de satisfacción en el trabajo o sobre el bienestar de una comunidad. Stiglitz ha manifestado que cabe crear indicadores que valoren toda esta serie de contribuciones de progreso social, con el fin de evaluar de manera más precisa a todas estas entidades.