Mostrando entradas con la etiqueta TOWNES VAN ZANDT. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta TOWNES VAN ZANDT. Mostrar todas las entradas

sábado, marzo 22, 2014

LAS COSAS TRISTES QUE SON BONITAS


La música de Townes van Zandt sirve para llorar. Lo supe desde el primer día que escuché Waitin´around to die, o Flying shoes, una de esas.

A Townes te lo llevas a la tumba con un nudo en el estómago. Escuchar sus canciones es siempre un acto de valentía. Hay que tener un par de huevos para enfrentarse a esto, sentirlo, y pensar que el día puede terminar bien. ¿Te gusta verle las orejas al lobo? Townes será tu mejor amigo, te acompañará y beberá contigo. Aunque tiene miles de fans que adoran su country folk depresivo, de esto-es-lo-que -hay-y-así-se-lo-cuento, Townes es solo mío. Cuando escucho sus discos no me planteo que haya alguien en el planeta que esté haciendo lo mismo que yo.

Las canciones de Townes. Joder, las tengo atadas en el estómago, las llevo siempre encima. Me pesan, pero como pesan las cosas tristes que son bonitas.

domingo, diciembre 23, 2012

MI POST ANUAL DEDICADO A TOWNES VAN ZANDT

Sí, supongo que estoy cumpliendo con mi post anual dedicado a Townes van Zandt. No vienen nunca a cuento, pero cada año suele haber uno, no falla. Aunque me resulta difícil entender como a algunos nos gusta tanto que un tipo venga, nos arranque el corazón, y lo deje hecho trizas por el suelo. Sus canciones tienen la cualidad de vaciarte, de enseñarte el camino, acompañarte, y luego dejarte tirado, cuando descubres que no hay salida. Aquí todo está resuelto desde el primer acorde, y la historia tiene un final trágico plenamente aceptado por su protagonista. Lástima que a él la vida también lo devorara. Como digo, mi post anual Townes van Zandt.

sábado, febrero 06, 2010

Townes Van Zandt, waitin´around to die

Waitin´ around to die es una canción que da vértigo, como tantas otras de Townes van Zandt. Sus canciones son unidireccionales, inevitables, sin salida, y con el fatal desenlace asumido por su protagonista desde el principio. Ésta es una escena del documental Heartworn Highway, film que repasaba la escena musical de Austin en los 70. Townes toca Waitin´around to die delante de su novia y un vecino, un viejo y curtido escultor, que a mitad de canción rompe a llorar. Es un momento de rara emoción, y es música en estado puro, verdad de verdades. Si no lo conoces, ahora es un buen momento para saciar tu curiosidad y hacerte con las reediciones de gran parte de la discografía de los 70 de Townes van Zandt. Por 7 euros podrás fustigarte con discos maravillosos como For the sake of the song o Flyin´shoes. Townes van Zandt puede cambiar tu vida.