Un concierto del 81 con grandes carteles de Galerías Preciados como telón de fondo en el escenario y el público alejado de una forma extrañísima del grupo no podía dar de si nada bueno. Pero Tequila no eran ninguna mierda de las que siempre se ha facturado en la condenada península. Tequila eran fans de los Stones setenteros, y desprendían actitud rockera y buenas maneras, mucha garra. Rock n´roll. Hoy día andan por los pabellones Amaral o no se quién más, hace treinta años podías ser un mocoso criado en la transición e ir a un concierto multitudinario de Tequila, no está mal. Su rock era tan simple, tan auténtico que parecían venir del futuro. Ciencia ficción en la era de Suárez y Calvo Sotelo.