martes, febrero 23, 2010

TIANA Y EL SAPO (Y EL VUDÚ)


No querría hacer una crítica al uso de Tiana y el sapo, la peli de Disney que actualmente podeis ver en las carteleras, igualmente eso no me apetece. El domingo fuímos con los cuatro sobrinitos a verla, ya se sabe, cargados de palomitas, con las sillitas especiales para que puedan ver la pantalla, y millones de críos en la sala, el suelo guarro, todo guarro. Y bien a lo que iba, que si Disney en su área de animación más tradicional hace películas así ¡que dure! No solo Tiana y el sapo es una bonita, clásica y divertida historia de princesas y sapos (aunque el desarrollo es calcado al de cualquier otra película de génermo similar, el guión es pura mecánica), sino que te mete de lleno en los maravillosos ambientes de los pantanos de Louisiana, Nueva Orleans, el Mardi Gras, el vudú y el jazz. El imaginario del pantano, swamp, swamp, swamp music ¡bayou country! aquello que fascinó al californiano John Fogerty, es tan potente que solo con eso la película ya merecería la pena. Debo estar pasando una época vudú, porque fuí a ver Tiana y el sapo, estos días no dejo de escuchar el disco recientemente reeditado Vodoo, de mi héroe King Diamond, y me han entrado ganas de repasar la obra maestra de Jacques Tourneur Yo anduve con un zombie. Yo lo que querría es tener una vieja mansión en Louisiana rodeada de pantanos, cerca de un cementerio y con los tambores retumbando en la noche.