domingo, marzo 15, 2009
FRACASAR
A nadie le gusta fracasar en una relación. Que se termine cuando estás en ella o que simplemente la quieras y no la tengas. La figura del fracasado no es nada interesante ni poética, tiende de hecho a ser patética ¿Hay algo mínimamente atractivo en un equipo de fútbol fracasado como el Espanyol? Por supuesto que no, entonces tampoco hay nada bonito en un amante despechado. Pero sí es cierto que huele mucho peor el éxito desmesurado, no hay nada más insoportable que el amante que todo lo consigue, el que saca dieces en todas las relaciones, el que no sufre ni pierde y siempre sonríe satisfecho antes, durante y después del polvo. Yo creo que todos tenemos que perder mínimo una vez en la vida, pero perder de verdad, meternos una nata bestial, desear a una mujer que no vamos a rozar nunca y pasarlas putas por ello, o meternos en una relación malsana, huracanada y sangrienta que no deje nada a su paso, únicamente un doloroso fin. Fracasar en el amor es el primer paso para disfrutarlo, fracasar en dosis comedidas nos hace sabios, es como la grasa y la proteína que necesita el corazón para engrandecerse y poder amar de verdad cuando, por fin, llega el momento de hacerlo.
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