Quienes me conocéis sabéis que no me gustan nada las etiquetas "masculino" y "femenino" (y en contadas ocasiones aparecen por aquí) para referirme al interiorismo de un espacio o  para definir un determinado estilo decorativo, ya que creo que la decoración la hacen las personas, no el género al que pertenecen. Sin embargo, al ver este precioso apartamento en Berlín no he podido resistirme a calificarlo como "de atmósfera masculina".

Pero... ¿cuáles son los elementos que me han llevado a tal apreciación?: ¿el dominio (casi) absoluto de las tonalidades grises? ¿la tendencia al estilo industrial? ¿la escasez de detalles decorativos?, no sé... Es más, todos estos elementos, ¿estarían desterrados de la vivienda de una mujer? ¿No será más bien que nuestra mente funciona condicionada por determinados detalles que aparecen en algunas de las imágenes, como los trajes colgados (y perfectamente ordenados) en el dormitorio? De lo contrario, ¿que nos lleva a pensar que una casa o un espacio son "masculinos" o "femeninos"? Ahí lo dejo!!!

De lo que no cabe ninguna duda es de que se trata de un precioso proyecto decorativo, ¿verdad?

Procedencia de las imágenes: Annabell Kutucu

Los muebles auxiliares, como la propia palabra indica, son aquellos que no son estrictamente necesarios, como puede ser una cama, un sofá, una silla o un armario, su funcionalidad no es indispensable y, sin embargo, llega un momento en que no podemos vivir sin ellos, se han hecho tan imprescindibles que nuestra casa no sería la misma sin su presencia. Esto es porque su prescindibilidad hace que hayan llegado a nosotros por otras vías que por las de la necesidad, muchas veces porque nos hemos enamorado de su forma, de su color, de su carácter vintage, de las historias que llevan a sus espaldas..., las razones son tantas como muebles auxiliares inundan nuestras viviendas.

Son, generalmente, muebles pequeños pero con una presencia muy definida: pátinas marcadas, formas singulares..., que lucen más si no tienen otras piezas alrededor, convirtiéndose en un foco de atención muy interesante allá donde estén situados. Son, además, objetos que muy frecuentemente están descontextualizados, por ejemplo una mesa de jardín como mesilla de noche, una vitrina de médico en un baño, o un viejo armario de oficina en un salón muy elegante, lo que los convierte todavía más en piezas muy atractivas.

Yo soy un fanático de este tipo de piezas porque creo que son las que imprimen carácter a cualquier proyecto decorativo. ¿Qué opináis?

Todas las imágenes proceden de mis paneles de inspiración en Pinterest.

Si el otro día compartía con vosotros un apartamento en el que era más que evidente que se respiraba una atmósfera femenina, en el de hoy sucede todo lo contrario. Está en Manhattan y es lo que por aquí llamaríamos un "pisito de soltero". Es uno de los primeros proyectos de la diseñadora de interiores Tina Ramchandani y en él es visible el estilo que la caracteriza: las líneas depuradas y discretas, y una tendencia muy acusada hacia los tonos neutros y, sobre todo, los grises.

Estas características casaban perfectamente con lo que le pedía su cliente, un joven hombre de negocios soltero que no deseaba colores estridentes ni una decoración excesiva. Todo ello se solucionó con piezas de mobiliario de diseño de líneas muy sencillas y una paleta cromática sobria, tendente a los grises, a las que suben un poco el tono algunos elementos decorativos y algunos textiles de colores suaves (blancos, azules...). 

El ambiente que se ha logrado es sereno, relajado y, sobre todo, de aires muy masculinos, como se quería. 

¿Qué os parece?

Procedencia de las imágenes: Lonny

En general soy muy de tonos marrones (tanto en la decoración como en la ropa), en todas sus variedades cromáticas, del más claro al más oscuro, pero si hay una pieza donde este color me parece irremplazable es en el sofá. De cualquier estilo (del Chéster más clásico al diseño nórdico más retro, sin dejarnos de lado las propuestas más vanguardistas), en cualquier material (piel, tela o incluso plástico), un sofá marrón es una pieza sumamente versátil, que admite el enfrentamiento con colores más vivos, al mismo tiempo que transmite elegancia, tal y como demuestran las fotografías que acompañan al post y que nos sirven de inspiración.

En mi casa de fin de semana tengo dos, uno en el salón (un precioso Chéster) y otro en el dormitorio principal, de líneas más modernas, y ambos son muy fáciles de combinar, bastan unos simples cojines que les levante el color.