Esta preciosa vivienda, situada en la ciudad australiana de Melbourne, nos va a servir para desdecir a todos aquellos que aún siguen pensando que el estilo industrial es frío y poco acogedor. Nada más lejos de la realidad si llevamos a cabo, como ha hecho Saskia Folk, la propietaria de esta antigua fábrica de cuero de 1911, una serie de acciones encaminadas presidamente a darle color y restarle seriedad a lo que quizás hubiera sido "demasidado industrial".
Como enamorada del reciclaje, de dar nuevos usos a piezas viejas, Saskia no quería introducir en su casa demasiados elementos nuevos, más que los necesarios para hacer más cómodo su día a día. Además, deseaba conservar el espíritu industrial del edificio por lo que mantener elementos estructurales propios de estos espacios, como los grandes ventanales de hierro, los altos techos, las paredes de ladrillo visto..., era una prioridad.
Para restar frialdad decidió introducir mucho color a través de los textiles y las alfombras, de las obras de arte colgadas de los techos, de los objetos decorativos..., y también incorporar el color en las piezas de estilo industrial: unas sillas Tolix son inexcusables, pero..., ¿por qué no elegirlas de colores? Con todos estos trucos, la vivienda gana en confort, en vitalidad, sin perder una pizca de sus esencia.
¡Me encanta! ¿Y a vosotros?
Procedencia de las imágenes: Inside Out