viernes, 3 de mayo de 2024

PRAGA VIII

 

“Vuelvo a mi cueva por las calles de Praga con los ojos como rayos X y a través del pavimento transparente veo estados mayores de ratas haciendo maniobrar sus regimientos de guerreros, generales que por radio dan órdenes de reforzar el combate en éste o aquél frente, ando y bajo mis zapatos castañetean los dientes puntiagudos de las ratas, camino pensando en la melancolía de este mundo que no se acaba de construir jamás, piso albañales y levanto los ojos llenos de lágrimas para ver lo que no había visto nunca, en lo que no había reparado nunca: las fachadas, los portales de las casas de pisos y de los edificios públicos ofrecen un espejo a mis sueños, a los anhelos de Hegel y Goethe, reflejan la Grecia que todos llevamos dentro, la belleza helénica, meta y modelo, veo columnatas dóricas con sus triglifos y sus cornisas, frisos y volutas jónicas, capiteles corintios adornados con hojas de acanto, vestíbulos de templos, cariátides, balaustradas griegas incluso en los techos de las casas praguenses entre las que camino, vuelvo a encontrar la Grecia antigua en los barrios periféricos de Praga, en las fachadas comunes y en las puertas y las ventanas adornadas con mujeres y hombres desnudos y hojas y plantas de una flora exótica.”

BOHUMIL HRABAL: Una soledad demasiado ruidosa.

No hay comentarios: