Mostrando entradas con la etiqueta Dionisio Ridruejo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Dionisio Ridruejo. Mostrar todas las entradas
lunes, 28 de octubre de 2013
SAN VICENTEJO
"Por la parte septentrional del Condado corre la sierra de Vitoria, que abre unos fuertes canchales junto a Puebla para que pasen el Zadorra y la carretera, y sube luego hasta cerca de ochocientos metros en el puerto que queda encima de San Vicentejo, donde se encuentra el precioso ábside románico que es la pieza monumental más notable de la pequeña comarca."
DIONISIO RIDRUEJO: Castilla la Vieja.
domingo, 14 de octubre de 2012
SAN BAUDELIO DE BERLANGA
“Quien había hablado, podía decirse que a diario, a Don Absalón, de Teón de Alejandría había sido naturalmente Juan de las Salinas, que le había conocido, cuando estuvo por aquí pintando un Edén con una palmera en el centro de él, que acogía al mundo entero bajo sus brazos, y además tenía en su cogollo como un cajón para guardar libros y por eso era el árbol de la sabiduría.”
JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO: Un pintor de Alejandría.
“En sus lejanos orígenes fue una gruta, disimulada entre encinas, de acceso velado por las carrascas, cuyo frescor alegraba la meridiana transparencia de un manantial escondido. Allí se asentó un anacoreta, y a éste le sucedería otro y después… La cueva quedó consagrada como un lugar para la meditación. Y andando el tiempo, a vueltas con sus azares, hasta el seguro refugio de aquel paraje peregrinaron algunas de las muy veneradas reliquias del mártir de Orléans. A su influjo creció la ermita. El prodigio de su arquitectura responde a la esbelta palmera del Beato de Valcabado o de Valladolid. Unos alarifes anónimos escribieron su arte sobre la inmensa página a cielo abierto de aquella loma esteparia que mira al Duero.”
GONZALO SANTONJA: Castilla y León. Lo que se llevaron de esta tierra.
“Estoy bajo la tariqat, en el camino, en el sendero. Estoy bajo la palmera excelsa, pétrea. Estoy bajo la ermita, estoy bajo la mezquitilla a la entrada de la cueva y miro las huellas de las pinturas arrancadas salvajemente y, a pesar de todo, sentado sobre las raíces, y apoyado sobre el tronco frío, percibo el alma en paz. No necesitar nada, no querer nada, tenerlo todo, qué difícil es permanecer en el quietismo, qué difícil es alejar la angustia, qué difícil es el amor al prójimo. Sufís y eremitas a menudo fueron atacados, incluso considerados herejes, porque insistían en el elemento del amor. Retornar al no ser en el ser de Dios, y cuando el sufí y el eremita conoce ese estado, "se conoce a sí mismo, conoce a su Señor". Al Hallâj, al ser ajusticiado, dijo: "Matadme, mis amigos, / pues solo en la muerte es mi vida". Estoy bajo la palmera pétrea bajo la cual cabemos todos, creyentes y agnósticos.”
CÉSAR ANTONIO MOLINA: Una palmera en Castilla
“Al mediar la noche fue turbada la soledad silenciosa del campo y de la ermita. Sonaban palabras, risas y relinchos, con progresiva nitidez. Luego se subió a la primera meseta de la escalerilla que iba al coro alto.
Al cabo de unos instantes empujaron la puerta. Había salido la luna, y pudo ver, en silueta sobre el campo iluminado, las sombras chinescas de dos hombres y dos caballerías.
Los hombres, dos soldados cristianos que rondaban por las cercanías, entraron y se tendieron. Debían conocer bien aquel refugio, porque uno de ellos se fue sin titubear a la cueva, a la gruta del ermitaño, y el otro se acostó sobre las hojas secas.”
JOSÉ MORENO VILLA: Eximino, el presbítero
“En las esquinas silenciosas yacen los solitarios, las imágenes de las que nadie habla, ocres y dorados en movimiento contenido, plantas retorcidas, frescos transferidos a lienzos, pero la igual memoria, el aquietamiento de los planos, esa serpiente azul que se enrosca sobre una Eva lujuriosa frente a la manzana cómplice. Mártires, santos, arcángeles, aureolas, collares, peces y rabeles componen un apretado juego, infantil y sacramentado, para disfrute del ojo escrutador, en ofrenda de quien se mantiene alerta ante los temples de la Santa Cruz de Maderuelo, los talleres de orfebrería, las partidas de caza recordadas en San Baudelio de Berlanga, los frailecitos hambreados y mudos que untaron en las paredes su devoción o su pecado con disfraz.”
ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN: Crónicas del rayo y de la lluvia.
“La pequeña iglesia es blanca y fresca. Un pilar con listones abiertos en abanico como una palmera petrificada sostiene la bóveda. Indicios de pinturas al fresco, sombras de animales, rostros humanos con ojos ovalados abiertos de par en par, donde la pupila está como un pequeño círculo en el centro y me mira con una mirada bizantina.”
CEES NOOTEBOOM: El desvío a Santiago.
“Todos sabemos que el fenómeno de la emoción estética es complejo e incluye variantes infinitas. La emoción que experimentamos ante esta criatura pequeña y maravillosa es de las que caben cifrarse en la palabra encantamiento. En cuanto a intensidad, el minuto de su aparición quedará entre los más cualificados e inolvidables de nuestra experiencia artística.”
DIONISIO RIDRUEJO: Castilla la Vieja II
“Cuando traspasamos la doble puerta de curva morisca, abandonamos el desierto pedregoso, para penetrar en la fantasía de una arquitectura de ensoñación. El espejismo de este interior nos transporta a esos alojamientos místicos de los descendientes espirituales de San Antonio. Desde siempre, la singularidad de las estructuras internas de este edificio han intrigado y hasta desconcertado a los arqueólogos que han intentado explicárselo.”
JACQUES FONTAINE: El Mozárabe.
“Nada indica en la fábrica exterior, la que ofrece resistencia a la erosión de las estaciones menos piadosas, que allí se agazape tanta hermosura, aunque el doble arco de herradura tras un escalón que de puro humilde ni escalón parece ya avisa al que llega con los ojos en las manos que tendrá que leer como si hubiera aprendido el alfabeto anoche.”
ALFONSO ARMADA: España, de sol a sol.
“Comptaven les anyades coberts els solcs, a l’alba de les llavors i per calmar l’altra fam, prop de l’aiguaneix, sobre aquesta roca fa mil anys voltada de roures, alçaren l’estança que els guardà de la por. L’intim, el mistic espai on ara contemples, grávid –un doll de llum et guia- la pilastra de vuit braços com una palma viva i als murs, els seus somnis, la metafísica, la realitat màgica de l’esperit.”
JORDI CARRIÓ: Els dies que vindran.
JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO: Un pintor de Alejandría.
“En sus lejanos orígenes fue una gruta, disimulada entre encinas, de acceso velado por las carrascas, cuyo frescor alegraba la meridiana transparencia de un manantial escondido. Allí se asentó un anacoreta, y a éste le sucedería otro y después… La cueva quedó consagrada como un lugar para la meditación. Y andando el tiempo, a vueltas con sus azares, hasta el seguro refugio de aquel paraje peregrinaron algunas de las muy veneradas reliquias del mártir de Orléans. A su influjo creció la ermita. El prodigio de su arquitectura responde a la esbelta palmera del Beato de Valcabado o de Valladolid. Unos alarifes anónimos escribieron su arte sobre la inmensa página a cielo abierto de aquella loma esteparia que mira al Duero.”
GONZALO SANTONJA: Castilla y León. Lo que se llevaron de esta tierra.
“Estoy bajo la tariqat, en el camino, en el sendero. Estoy bajo la palmera excelsa, pétrea. Estoy bajo la ermita, estoy bajo la mezquitilla a la entrada de la cueva y miro las huellas de las pinturas arrancadas salvajemente y, a pesar de todo, sentado sobre las raíces, y apoyado sobre el tronco frío, percibo el alma en paz. No necesitar nada, no querer nada, tenerlo todo, qué difícil es permanecer en el quietismo, qué difícil es alejar la angustia, qué difícil es el amor al prójimo. Sufís y eremitas a menudo fueron atacados, incluso considerados herejes, porque insistían en el elemento del amor. Retornar al no ser en el ser de Dios, y cuando el sufí y el eremita conoce ese estado, "se conoce a sí mismo, conoce a su Señor". Al Hallâj, al ser ajusticiado, dijo: "Matadme, mis amigos, / pues solo en la muerte es mi vida". Estoy bajo la palmera pétrea bajo la cual cabemos todos, creyentes y agnósticos.”
CÉSAR ANTONIO MOLINA: Una palmera en Castilla
“Al mediar la noche fue turbada la soledad silenciosa del campo y de la ermita. Sonaban palabras, risas y relinchos, con progresiva nitidez. Luego se subió a la primera meseta de la escalerilla que iba al coro alto.
Al cabo de unos instantes empujaron la puerta. Había salido la luna, y pudo ver, en silueta sobre el campo iluminado, las sombras chinescas de dos hombres y dos caballerías.
Los hombres, dos soldados cristianos que rondaban por las cercanías, entraron y se tendieron. Debían conocer bien aquel refugio, porque uno de ellos se fue sin titubear a la cueva, a la gruta del ermitaño, y el otro se acostó sobre las hojas secas.”
JOSÉ MORENO VILLA: Eximino, el presbítero
“En las esquinas silenciosas yacen los solitarios, las imágenes de las que nadie habla, ocres y dorados en movimiento contenido, plantas retorcidas, frescos transferidos a lienzos, pero la igual memoria, el aquietamiento de los planos, esa serpiente azul que se enrosca sobre una Eva lujuriosa frente a la manzana cómplice. Mártires, santos, arcángeles, aureolas, collares, peces y rabeles componen un apretado juego, infantil y sacramentado, para disfrute del ojo escrutador, en ofrenda de quien se mantiene alerta ante los temples de la Santa Cruz de Maderuelo, los talleres de orfebrería, las partidas de caza recordadas en San Baudelio de Berlanga, los frailecitos hambreados y mudos que untaron en las paredes su devoción o su pecado con disfraz.”
ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN: Crónicas del rayo y de la lluvia.
“La pequeña iglesia es blanca y fresca. Un pilar con listones abiertos en abanico como una palmera petrificada sostiene la bóveda. Indicios de pinturas al fresco, sombras de animales, rostros humanos con ojos ovalados abiertos de par en par, donde la pupila está como un pequeño círculo en el centro y me mira con una mirada bizantina.”
CEES NOOTEBOOM: El desvío a Santiago.
“Todos sabemos que el fenómeno de la emoción estética es complejo e incluye variantes infinitas. La emoción que experimentamos ante esta criatura pequeña y maravillosa es de las que caben cifrarse en la palabra encantamiento. En cuanto a intensidad, el minuto de su aparición quedará entre los más cualificados e inolvidables de nuestra experiencia artística.”
DIONISIO RIDRUEJO: Castilla la Vieja II
“Cuando traspasamos la doble puerta de curva morisca, abandonamos el desierto pedregoso, para penetrar en la fantasía de una arquitectura de ensoñación. El espejismo de este interior nos transporta a esos alojamientos místicos de los descendientes espirituales de San Antonio. Desde siempre, la singularidad de las estructuras internas de este edificio han intrigado y hasta desconcertado a los arqueólogos que han intentado explicárselo.”
JACQUES FONTAINE: El Mozárabe.
“Nada indica en la fábrica exterior, la que ofrece resistencia a la erosión de las estaciones menos piadosas, que allí se agazape tanta hermosura, aunque el doble arco de herradura tras un escalón que de puro humilde ni escalón parece ya avisa al que llega con los ojos en las manos que tendrá que leer como si hubiera aprendido el alfabeto anoche.”
ALFONSO ARMADA: España, de sol a sol.
“Comptaven les anyades coberts els solcs, a l’alba de les llavors i per calmar l’altra fam, prop de l’aiguaneix, sobre aquesta roca fa mil anys voltada de roures, alçaren l’estança que els guardà de la por. L’intim, el mistic espai on ara contemples, grávid –un doll de llum et guia- la pilastra de vuit braços com una palma viva i als murs, els seus somnis, la metafísica, la realitat màgica de l’esperit.”
JORDI CARRIÓ: Els dies que vindran.
viernes, 21 de septiembre de 2012
EL BURGO DE OSMA
“Hay personas de mi familia que han querido que Ridruejo significase río Duero o río Duruelo o río Durejo –nombres infantiles estos últimos del río soriano– que se va por la Tierra de Campos buscando a Portugal para morir entre saudades. Así lo creía también D. Miguel de Unamuno, según me dijo cuando, teniendo yo dieciséis años, se me apareció como evocado en el claustro de la catedral de El Burgo de Osma una tarde que yo representaba allí ese teatro para mí mismo de que ha hablado Luis Rosales. Solía ir allí a pasear y a leer. Llevaba a la sazón bajo el brazo la Vida de Don Quijote y Sancho del gran vasco salmantino cuando de pronto apareció él, con su jersey cerrado hasta el botón de la camisa y su gran cabeza de búho.”
DIONISIO RIDRUEJO: Casi unas memorias.
DIONISIO RIDRUEJO: Casi unas memorias.
sábado, 27 de agosto de 2011
SANTA MARÍA DE LEBEÑA
“En Lebeña. Una vez más la alegría de estas construcciones mozárabes: la estética de lo pobre y lo pequeño, tan islámica.”
JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO: Segundo abecedario.
“Ahora ya no estaré en ningún otro sitio seguro, también el umbral, la columna, el arco, la cruz, las hojas de acanto y los animales mitológicos de Oriente en los capiteles; las flores geométricamente estilizadas en los altos y estrechos frisos llegan volando con sus significados olvidados y quieren ser leídas como una vez fueron leídas, ser reconocidas como fueron codificadas y conocidas en un tiempo en el que cuatro no era exclusivamente cuatro veces una unidad de lo mismo, sino –y esto ya desde las sombra de la prehistoria– lo sólido, lo tangible, la plenitud; cuando los reyes tenían un cuatro en su nombre, «maestro de las cuatro direcciones del tiempo, de los cuatro mares», pero ya me he apartado demasiado de mi piedra, hacia dieciséis como el doble de ocho, hacia Hod, el octavo sefir de la cábala, el fulgor, la gloria, hacia el significado de las cuatro consonantes en el nombre inefable YaHVeH: Y el hombre, H el león, V el toro, otra vez H, el águila, y entonces huyo de toda esta oscura interpretación por el umbral que separaba lo sagrado del mundo y estoy de nuevo fuera bajo el calmante susurro de la lluvia contra los árboles que aquí no significan nada porque no están hechos por nadie.”
CEES NOOTEBOOM: El desvío a Santiago.
“La angostura de la hoz así formada es notable, y parece abrirse al llegar al pequeño ensanche de Lebeña. El pueblo se asienta en una ladera menos escabrosa que las murallas de la hoz, y junto al río aparece su famosa iglesia prerrománica, que si viniéramos en ánimo de arqueólogos, o simplemente de viajeros con la curiosidad abierta a todos los vientos de la rosa nos ofrecería tema para hablar largo y tendido, si mi incompetencia no lo estorbaba. Junto a la iglesia, un maravilloso tejo parece guardarla y protegerla, y al ruido de sus hojas encomiendo la lección que nadie sabría dar ni más vaga, ni más aleccionadora. Llevará siglos el árbol contemplando la primitiva arquitectura y sigue arrullándola mansamente, o advirtiéndola cuando el temporal agita sus ilustres ramas. Este breve poema se nos ofrece, ya que no me siento ni con ánimos ni con autoridad para desentrañar el de sus piedras, sus formas, sus símbolos y su significación.”
JOSE MARÍA DE COSSÍO: Rutas literarias de la Montaña.
“A cada hastial de la breve iglesia de Lebeña sombrea un árbol. Al hastial del Norte, un olivo; al del Mediodía, un tejo. Son dos ejemplares de jardín botánico. Un jardín botánico es, después de todo, esta hoya de Liébana. Quién sabe los años, los siglos tal vez, que el árbol mediterráneo y el árbol cantábrico se abrazan por encima de esta iglesia diminuta, joyero y relicario, ejemplar único en un estilo, a través del suelo español, y cuyas hermanas habría que buscar quizá en plena Hélade, cerca de los muñones de Eguia, o en plena Suiza, cerca de las ruinas sasánidas.”
VÍCTOR DE LA SERNA: España, compañero.
“Lebeña es un pueblecito de poca monta, al que hay que llegar si se quiere tener la llave del santuario mozárabe que para algunos amantes de lo pequeño y puro podría pasar por la pieza arquitectónica más atractiva de la provincia. Es una iglesita a la que ha desfigurado un tanto la restauración exterior que la acerca al modelo románico y exagera los saledizos de la cubierta. Se la ve exenta, en una ladera, rodeada de árboles frondosos entre los que destaca un tejo milenario, y dibujando su torre sobre la pesadumbre plateada de los picos de Europa.”
DIONISIO RIDRUEJO: Castilla la Vieja.
“Al pie de imponentes masas calizas, al asubio de un tejo milenario y casi en los mismos bordes de río que baja por allí espumeando, está levantada la iglesia de Santa María de Lebeña, uno de los monumentos más viejos del pasado cristiano de Cantabria, testigo único de aquel siglo X que sintió ya la tranquilidad de ver lejos –en el Duero– las fronteras con los árabes. Sintiéndose seguros en sus montañas lebaniegas, los condes Alfonso y Justa edificaron esta pequeña iglesia que dedicaron a Santa María. Corría el año 925 cuando, al parecer, esto sucedía.”
MIGUEL ÁNGEL GARCÍA GUINEA: Cantabria. Guía artística.
Santa María de Lebeña
en su paisaje de milagro
sueña.
Canta el azul agua del Deva.
Sueños del último nevero
lleva.
Qué majestad y qué ternura.
El alma aquí se me destoca,
pura.
Santa María es grande y chica.
Es flor cerrada, es flor abierta,
rica.
¿La llave? Nadie. Es flor cerrada.
Mozarabismo. No sabemos
nada.
GERARDO DIEGO
domingo, 7 de agosto de 2011
CERVATOS
“Camino por los campos mismos que pisaran las legiones de Octavio César en sus luchas con los cántabros. El viento es frío y la tarde nublada, como el alma. En vano quiero alejar de mi espíritu una gran tristeza. Sé que hay en Cervatos una obra de arte, y voy allá como se va a un faro.”
EUGENIO NOEL: Diario íntimo. La novela de la vida de un hombre.
“Las características de esta iglesia en el exterior es el predominio de las representaciones lúbricas y fálicas. En muchas iglesias de esta época se advierte la delectación de los autores en representar alucinaciones sexuales; pero aquí, en Cervatos, en un país frío y triste, es cosa extraña.”
PÍO BAROJA: Desde la última vuelta del camino.
“Cervatos remite a liturgias orientales donde a modo de metáfora la ascesis del amor trasciende el carnal a sagrado, en donde la penetración origina la vida y la vida da paso al hombre nuevo. Los hombres itifálicos emergen de la piedra exhibiendo su desmesura como un tótem redentor. Tendría gracia que sólo fuera un desahogo de los maestros.”
RAÚL GUERRA GARRIDO: Castilla en canal.
“Las esculturas del ábside, así como las de los canecillos exteriores, son de un realismo vivo y de una labra delicada, con un desenfado en los motivos eróticos que causa sorpresa. La iglesia está muy bien conservada y es muy significativa, porque parece estar a la cabeza de todo un grupo del estilo que se extiende por el campo palentino y por el Norte de la provincia de Burgos.”
DIONISIO RIDRUEJO: Castilla la Vieja.
“Una vez visto el interior y al amparo de un paraguas que el taxista recordó llevar en la trasera, me dediqué a contemplar, entre incontenibles carcajadas, los canecillos de la cornisa y los capiteles de una ventana contigua a la hermosa puerta. En la vida había visto cosa más chusca y desenfadada ni en más perfecto estado de conservación, al cabo de ocho siglos, sin la menor huella de esas pedradas que suelen recibir las obras escultóricas puestas al alcance de los transeúntes.”
RAMÓN CARNICER: Gracia y desgracias de Castilla la Vieja.
“La respuesta de nuestra sensibilidad moderna a estas piedras lúbricas es torpe e indecisa. Sin duda ya no es tan sostenible hoy, como lo era en años pasados bajo la influencia de las ideas de Sir George Frazer o de Richard Payne, hablar simplemente de la supervivencia en la Europa cristiana del culto a los poderes genesíacos de la naturaleza, representados en los órganos sexuales. Cualquiera que haya sido esa supervivencia en el mundo rural sobre todo –los pagos, habitados por «pagani»– y pese a la prisa en la cristianización de ese mundo que asumió muchas de esas viejas costumbres y liturgias a la vez que los dioses y diosas transformándolos simplemente en vírgenes o santos, de lo que no cabe duda es de que al mirar estas piedras nos estamos enfrentando con el románico y, por lo tanto, no debemos olvidar que estas piedras lúbricas también son teología.”
JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO: Guía espiritual de Castilla.
martes, 2 de agosto de 2011
FRÓMISTA
“En el camino, en España y en Francia, es abrumadora la presencia del románico. Es quizá su estilo más característico. Pero San Martín de Frómista causa asombro y uno cree estar contemplando una joya labrada por un orfebre.”
LUIS CARANDELL: Ultreia: historias, leyendas, gracias y desgracias del Camino de Santiago.
“La formidable apuesta espiritual del Camino de Santiago tiene en Frómista, fin de la sexta etapa según el Codex Calixtinus, en la románica iglesia de San Martín, su joya de la corona. ¿Cuánto tiempo llevas contemplando sus canecillos? Sus aurificadas piedras también aguardan complacidas la sombreada matización del crepúsculo.”
RAÚL GUERRA GARRIDO: Castilla en canal.
“Dos cubos perfectos enmarcan la portada. Las piedras románicas son doradas y limpias como un santo pensamiento (…) San Martín es seguramente el ejemplar más puro, esbelto, limpio y magnífico de todo el románico español. El intenso sol matutino saca brillos de oro pajizo a las venerables piedras.”
JESÚS TORBADO: Tierra mal bautizada.
“Tiene Frómista colocada su iglesia como en un margen de respeto, sin ni siquiera destinarla al culto. Es de un románico puro y tranquilo, sobrio, redondo, exento y completo como una maqueta de otra edad modelo de organización románica, puesta hoy mismo sobre el tablero de la llanura interminable.”
GASPAR GÓMEZ DE LA SERNA: Del Pirineo a Compostela (Nueva guía para el Camino de Santiago)
“El templo es uno de los más bellos, perfectos y completos ejemplares del románico, de renombre internacional. Su piedra es de color oro claro, de tres naves, tres ábsides, crucero con linterna, y dos torrecillas cilíndricas. La decoración de sus cinco puertas, arquivoltas, impostas, ventanales y capiteles variados, es de excepción. Una obra perfecta.”
ELÍAS VALIÑA: El camino de Santiago. Guía del peregrino a Compostela.
“Todo lo que queda de Frómista «la rica posada» es San Martín, muy bien restaurada. Bello ábside, tres naves, esculturas románicas, una bella escalera calada. En los capiteles, los pecados capitales, todo el bestiario de los dos Testamentos, episodios de las Escrituras y de los Evangelios, un Santiago, milagros que yo no sé…”
ÁLVARO CUNQUEIRO: El pasajero en Galicia.
“La ruta seguía por Hontanas, un poco más al Norte. Nosotros, en cambio, seguiremos la ruta hacia occidente, en dirección a Frómista, a la que, por desgracia, no debemos llegar. Y llamamos desgracia a la de privarnos del monumento románico más importante del grupo del que tantos ejemplos menores nos han salido al paso.”
DIONISIO RIDRUEJO: Castilla la Vieja.
“Frómista con sus iglesias restauradas –y muy bien restauradas, por cierto-, plantea un problema que está sin resolver todavía y que cada vez que vuelve encona a esos graves señores que tanto miedo dan a un periodista y que, cuando discuten, son temibles. Yo creo que llegarían al asesinato. ¿Se debe restaurar o no? Yo no lo sé. A mí la iglesia de San Martín, de Frómista, me parece una resurrección y un acierto.”
VÍCTOR DE LA SERNA: Nuevo viaje de España. La ruta de los foramontanos.
“El peregrino, venga ya de Jaca o venga desde Santiago, no podrá ocultar su gozosa sorpresa ante la iglesia más coherente, más equilibrada y unitaria de todo el Camino de Santiago. San Martín de Frómista, fundada en 1035, es la devolución de la lección francesa no solamente bien aprendida sino recreada con personalidad. San Martín trasciende el interés arqueológico en el que se quedan muchos testimonios artísticos para seguir hoy provocando una emoción estética.”
CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS: Palencia, alta es Castilla.
“Está construida en una encantadora piedra blanda de un amarillo tenue que armoniza con el trigo dorado que se guarda en las eras y con la inmensidad parda de Castilla y la visigótica Tierra de Campos que todo lo envuelve. Pertenece, con sus tres naves abovedadas y su asombrosa variedad de ménsulas, al nuevo estilo románico que tuvo su inicio en España en la catedral de Jaca. Sus dos extrañas torres pequeñas y su linterna octogonal, que fue traída, con la de Irache, a lo largo de la ruta de los peregrinos, produce una impresión de extraordinaria originalidad.”
WALTER STARKIE: El Camino de Santiago. Las peregrinaciones al sepulcro del apóstol.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)