“Me perdía en las suntuosas iglesias barrocas, procurando encontrar en ellas una patria. Pero salía de allí más vacío y desesperado por aquella conversación decepcionante conmigo mismo. Erraba a lo largo del Ultava, cortado por diques borboteantes. Me pasaba horas desmesuradas en el barrio del Hradchin, solitario y silencioso. A la sombra de su catedral y de sus palacios, mi paso solitario resonaba por las calles a la hora del crepúsculo.”
ALBERT CAMUS: El revés y el derecho.
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