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lunes, enero 28, 2008

Serbia, Rusia y el gas de Gazprom


Hoy, el gobierno de Holanda anunció -con razón- que su país no firmaría ningún tratado de estabilidad, ni de cooperación, ni de asociación, entre la Unión Europea y Serbia, mientras este país de los Balcanes no colaborara con el Tribunal de La Haya.

Claro, lo que se intenta, de parte de Europa -aparte de dar vuelta en círculos al compás de las órdenes serbias, ver Europa y el Kosovo- es "ganarse" a Serbia: el acercamiento a la UE, a cambio de... de que admita la independencia del Kosovo, de que no se acerque tanto a Rusia, de que se occidentalice, porque es una cuña y un elemento peligroso para la estabilidad. Es que no queremos otra guerra más en suelo europeo y la última fue no hace mucho... Por eso, hay que tener a Serbia de nuestra parte (de parte de Europa) e incorporar a este país dentro del derecho internacional público y privado occidental.

Hasta ahí, la visión que teníamos hasta ahora. Pero, la semana pasada sucedió un hecho -seguramente pasó (casi) desapercibido en los medios de Europa occidental-: Wladimir Putin recibió en Moscú al presidente de Serbia, Boris Tadić y al primer ministro, Vojislav Koštunica Sería muy interesante saber de lo que hablaron en privado...

Entre tanto, Serbia se prepara para la segunda vuelta (final) de las elecciones entre el nacionalista Tomislav Nikolić (39% en la primera ronda) y el menos nacionalista, pro-europeo y actual presidente, Tadic (35%).

Nicolić es absolutamente pro-ruso, ha dicho que prefiere ser una provincia rusa antes que acercarse a Europa.

Hace poco entrevistaban en Deutschland Funk, a una serbia que decía que ella no quería a Occidente, de donde sólo procedían las drogas y la prostitución; yo le diría que el problema es que las drogas, para llegar a Europa pasan -desde Kabul, de donde procede el opio- por la región donde ella vive, lo que hace aún más urgente, incorporar a Los Balcanes al sistema de derecho occidental.

Durante la campaña, Nicolić no ha vuelto a hacer afirmaciones del tipo "nos convertiremos en una provincia de Rusia antes de acercarnos a la UE". Pero lo que sí ha dicho es que él va a poner... perdón, cuando sea presidente, va a ofrecerles una base a los rusos en territorio serbio. Sí, hay muchos que aún no saben que la guerra fría terminó. O, al menos que a los rusos no les interesan mucho las bases militares.

No, a los "nuevos rusos" (así se llama, en Rusia, desde hace tiempo a los multimillonarios rusos) no les interesa en lo más mínimo las bases militares, tal vez algo les interese para "calmar" a los militares rusos, que quieren conservar a toda costa, la base naval en Sebastopol, hoy Ucrania (península de Crimea), por ej. Y que les aterra que la OTAN llegue tan lejos... revisen los blogs amigos ucranianos, han estado publicando interesante información acerca del intento de su país de ingresar al pacto de defensa.

Lo que les interesa sobremanera son los negocios con Europa occidental, a quienes pueden cobrarnos más dinero por m3 de gas que a bielorrusos, ucranianos, georgianos, etc., etc.

Resulta que Gazprom tendría interés en que Serbia sea una estación de confianza, ubicada en el flanco sur, por donde vender gas a la UE. Rusia pretende instalar una gaspipeline South Stream. Y uno de sus brazos, pasaría por Serbia hasta Austria.

En este caso, le conviene a Rusia que Serbia tenga buenas relaciones con Europa, las mejores que sean posible, que salga de su aislamiento y no caiga en uno mayor. Que, además, podría convertir$e en un la$tre para Rusia.

Caería en uno mayor, si, en caso de que Kosovo declare su independencia -lo que ocurrirá pronto- Nicolić, como presidente, corta relaciones con Europa, se aísla y se torna hacia Rusia. En otras palabras, Rusia, muy probablemente, dejará caer la carta de Nicolić y apostará a la de Tadić.

Tadić está igualmente en contra de la independencia de "su" provincia Kosovo, como su rival Nicolić. Otra actitud sería un suicidio político en Serbia.

Sin embargo, la actitud de Tadić después de la independencia de Kosovo, sería otra muy distinta. Aún cuando Kosovo se independice, con apoyo de la UE, Serbia, bajo Tadić, mantendría relaciones con Europa. Nicolić -como acabo de decir- no.

El hombre clave en las próximas elecciones serbias es el premir serbio, Vojislav Koštunica, que también, visitó el Kremlin la semana pasada. Junto con el presidente. Pero sin el candidato Nicolić.

El "voto" del premier Koštunica influirá poderosamente en las próximas eleciones. Hasta ahora, ha apoyado a Nicolić; pero, se dice que ahora, después del viaje y en vistas a la pipeline, apoyará o apoyaría a Tadić, para que así Gazprom pueda vender su gas cómodamente en occidente.

Comúnmente, se advierte -también yo lo he hecho en este lugar- contra la dependencia europea del gas ruso, pero no hay que olvidar la dependencia rusa de los euros o dólares europeos, que llega al 25% de su presupuesto fiscal.

Como ven, siempre hay dos formas -si no más- dos ángulos -o muchos más- para obervar la realidad.

La premisa parece ser: el gas es la continuación de la política por otros medios...