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miércoles, septiembre 03, 2014

Discurso del Presidente de Alemania, Joachim Gauck, en Polonia 2014




El presidente polaco comienza su discurso en el minuto 35. Pueden ver al presidente alemán, a partir del minuto 51.

Traduzco Mensch por hombres y mujeres, que me parece que interpreta el sentido de la voz alemana. Espero que nadie sugiera que traduzca Mensch por "ser humano". Donde dice Männer und Frauen, traduzco hombres y mujeres ;)

Hoy, hace 75 anos comenzó, aquí en la Westerplatte, la II Guerra Mundial. Más de 110 millones de personas estaban en armas, casi 60 millones murieron. Más de 60 estados se hallaban en guerra, en un conflicto armado que terminó recién después de seis anos, con el genocidio de los judíos y que alcanzó una crueldad desconocida hasta ese momento.

Los polacos sufrieron lo indecible en esta guerra –que les fue impuesta (aufgezwungen) por el Tercer Reich–.  En efecto, después de la derrota militar, en octubre de 1939, la violencia, en forma de terror, continuó sobre la población civil polaca. Hitler quería más que la corrección de los límites de Versailles. Él buscaba el llamado "Lebensraum" para el pueblo alemán. Hitler quería más que un estado polaco vasallo, buscaba la aniquilación del estado, de su capa directiva y la explotación del resto de la población de Polonia.

Hitler usó a Polonia como un laboratorio para su locura racista, como un campo de ensayo de su política de opresión y exterminio de eslavos y judíos. Casi seis millones de ciudadanos polacos fueron arbitrariamente fusilados o liquidados en forma sistemática. Acabaron en celdas de prisiones o en trabajos forzados, en la lluvia de bombas o en campos de concentración.

Y hay otra cosa que caracteriza a este país: no hubo ninguna otra nación que ofreciera resistencia, de tales dimensiones y durante un periodo tan largo. Los polacos querían liberar ellos mismos a su país. Querían un país libre, que se autodeterminara y fuera independiente.

Cuando llegó la liberación, no trajo a la nación polaca, ni libertad, ni independencia. Polonia se cuenta entre los ganadores de la guerra; sin embargo, al país no le fue concedida, ni la libertad, ni la independencia. Con la dominación soviética, una dictadura siguió a otra. Polonia logró recién su independencia gracias a Solidarność.

Las amargas experiencias de la nación polaca muestran que realmente sólo pueden vivir en paz con sus vecinos, los países independientes y que deciden ellos mismos su destino. Por otra parte, verdaderamente, en paz con sus vecinos, viven solamente los pueblos que respetan la independencia y la autodeterminación de otros pueblos.

Hoy, existen en Alemania, sólo muy pocas personas (vivas) que hayan tenido una responsabilidad personal en los crímenes del que fue culpable el estado nacional socialista. Yo mismo, tenía tan sólo cinco anos cuando terminó la guerra. Pero como descendiente de una generación que cometió o permitió crímenes brutales y como descendiente de un estado cuyos ciudadanos negaban la calidad de humano a otros, siento una profunda vergüenza y un profundo sentimiento con aquellos que sufrieron bajo los alemanes. En mí, en nosotros, en todos los que han nacido después en Alemania, surge de la culpa de ayer, una especial responsabilidad para hoy y para manana.

Cuando las relaciones entre los pueblos se hallan profundamente marcadas por la injusticia y el dolor, por la arrogancia y la humillación, como ocurre entre Alemania y Polonia, vencer la enemistad no es algo que podamos sobreentender. El acercamiento entre nuestros pueblos me parece que es casi un milagro.

Para que este milagro sea realidad, se necesita hombres y mujeres dotados de racionalidad política y de una gran fuerza de voluntad. La racionalidad política para continuar avanzando por el camino que Europa Occidental inició en 1950, con la creación de una familia de pueblos y que, después de 1989, prosiguió junto a Europa central y oriental. Además de la fuerza de voluntad, hay que recordar el pasado doloroso; pero finalmente dejarlo tras de sí, movidos por la voluntad de nuestro común futuro.

Conozco las largas sombras que lanzan el sufrimiento y la injusticia y que oscurecen las almas de los hombres. Sé que el dolor tiene que ser lamentado y que el agravio pide que se restablezca la justicia. Por eso mismo, necesitamos sinceridad frente al pasado que no debe ser callado, ni tampoco hermoseado y sabemos también que hay que dar reconocimiento a las víctimas. No obstante, sé que las heridas no pueden sanar si la animosidad y el resentimiento impiden la reconciliación con la nueva realidad y roban el futuro a los hombres y mujeres de hoy.

Por el bien de los hombres, no podemos dar lugar ni al viejo, ni a un nuevo nacionalismo. Precisamente, en pos de este futuro, prosigamos unidos construyendo una Europa pacífica y democrática, recordando con agradecimiento a cada alemán y a cada polaco que, tempranamente, buscaron el encuentro mutuo. Hombres valientes, intelectuales que en su respectivo país, llevaron a cabo, en la Iglesia evangélica y en la católica, la acción Sühnezeichen. Justamente, nosotros como alemanes, no podemos olvidar el arrodillamiento de Willy Brandt en Varsovia, ese gesto de humildad con el que él pidió perdón por los crímenes alemanes durante la II Guerra. En nuestro recuerdo permanece también el abrazo del canciller Helmut Kohl y del primer ministro Tadeusz Mazowiecki en la ciudad silesia de Kreisau, sólo tres días antes de la Caída del Muro, en 1989. De una forma conmovedora, simbolizan el fin de la enemistad, de la desconfianza y de la guerra y el deseo de comprensión y de reconciliación.

Cuando, hace exactamente cinco anos, en la Westerplatte, veinte jefes de estado y de gobierno europeos se reunieron, para recordar juntos el horror de la segunda guerra, veíamos un continente camino de la libertad y de la paz. Creíamos y queríamos creer que también Rusia, la patria de Tolstoi y Dostojewski, podía ser parte de esa nuestra Europa. Creíamos y queríamos creer que las reformas políticas y económicas acercarían a nuestros vecinos del Este a la Unión Europea y que la aceptación de valores universales, conduciría a instituciones comunes.

Nadie podía entonces prever sobre qué hielo más delgado nos estábamos moviendo. Qué equivocada nuestra fe en que la preservación de la estabilidad y dela paz había finalmente ganado prioridad por sobre el deseo de poder. Por ello mismo, ha sido un shock vernos confrontados al hecho de que, en el borde de Europa, tiene lugar nuevamente, un conflicto militar. Una disputa militar referida a fronteras y a un nuevo orden. Sí, es un hecho: la estabilidad y la paz en nuestro continente, se encuentran nuevamente en peligro.

Después de la caída del muro, tanto la Unión europea, como la OTAN y el grupo de las naciones industrializadas desarrollaron especiales relaciones con Rusia y, de diferentes maneras, integraron a ese país. Esta partnership ha sido, de facto, terminada unilateralmente por Rusia. Nosotros, en el futuro deseamos una partnership y una buena vecindad. Pero el fundamento debe ser un cambio en la política rusa y el retorno al respeto de los principios del derecho internacional.

Si nos aferramos al derecho, lo fortalecemos y no pemitimos que sea suplantado por la ley del más fuerte, nos enfrentamos a todo el que viole el derecho internacional, que anexe territorio extranjero y que apoye militarmente la secesión de territorio extranjero. Y por ello, defendemos cada valor al que le debemos nuestra convivencia libre y pacífica. Vamos a adaptar la política, la economía y la disposición a defendernos a las nuevas condiciones. No permitiremos, que la Unión europea y los EEUU seamos divididos en cuestiones fundamentales, y tampoco lo permitiremos en el futuro.

La historia nos ensena que, con frecuencia, las concesiones territoriales sólo abren aún más el apetito de los agresores. La historia también nos ensena que, de la escalación incontrolada puede surgir una dinámica que, en algún momento, ya no se pueda controlar. Por ello mismo, Alemania aspira –tal como toda la Unión europea– a una política exterior y de seguridad que lleve a una deescalación, que combine la firmeza en los principios con la capacidad de lograr compromisos, la decisión y la elasticidad y que estará en condiciones de hacer frente a una agresión sin traicionar sus princios. 

Europa se halla frente a nuevos y grandes desafíos. Lo que actualmente estamos presenciando, es la erosión del antiguo orden y al surgimiento de llamaradas de nuevas formas de violencia en nuestra periferia. Esto vale para el Cercano oriente y para Noráfrica. Sólo en pocos lugares, la Primavera Árabe llevó a la democracia y a la estabilidad, en muchos sitios, persisten los disturbios y las luchas de poder. La fuerte influencia de grupos islamistas, especialmente de fundamentalistas violentos, se impone en parte de Siria e Irak.

A diferencia de rebeliones pretéritas, no interesa a estos grupos lograr un cambio en el poder en el marco de estados nacionales. Estos nuevos grupos son más radicales y su objetivo es lograr erigir un califato terrorista en el ámbito árabe. Hombres y mujeres fanáticos y embrutecidos, provenientes de distintos países abusan de la religión y de la moral, para perseguir a todos e incluso matar a todos quienes se les enfrenten, tanto musulmanes como personas de otras religiones. Nuestas ciudades y nuestros estados occidentales son considerados por ellos como lugares de perdición. La forma social de la democracia es combatida por ellos y la universalidad delos derechos humanos, es negada.

Impedir y combatir este terrorismo es interés existencial de la comunidad internacional y, por tanto, de Europa.  Primero, debido a la cercanía geográfica: refugiados del Cercano Oriente ingresan a Europa y terroristas reclutan nuevos terroristas en nuestros estados. Segundo, porque el conflicto puede alcanzar a nuestros países. Tampoco podemos descartar que estados europeos sean objetivo de atentados terroristas islamistas.

Al conmemorar hoy juntos este aniversario en la Westerplatte, no nos vemos sólo confrontados a lo que los hombres fueron capaces de hacer durante la II Guerra Mundial, sino que nos vemos confrontados conscientemente con lo que el hombre es capaz de hacer hoy.

Sí, la conmemoración nos ha unido. Pero igualmente, estamos unidos frente a las actuales amenazas. Nadie puede dudarlo: alemanes y polacos están juntos y tirando de la misma cuerda. Unidos aceptamos la particular responsabilidad de enfrentar los conflictos que surgen en el vecindario.  Nos comportaremos en consecuencia, comprometidos con las soluciones pacíficas.

Frenta a los nuevos desafíos, también la Unión Europea debe permanecer unida. Sólo unidos podemos construir la Europa democrática y pacífica del futuro. Y sólo unidos la podemos defender.


domingo, septiembre 11, 2011

Chile - El 11 de septiembre de 1973

La imagen de la bandera chilena se agradece a Wikimedia y a B1mbo

La conocida periodista chilena Karin Ebensperger me autoriza para republicar su artículo ALLENDE, PINOCHET, AMERICA LATINA Y LAS GRANDES POTENCIAS (publicado originariamente el 11 de septiembre de 2003), por lo que le estamos -los autores y lectores de este blog- muy, pero muy agradecidos. Copio el texto a continuación.

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Hace más de 30 años que los chilenos no nos perdonamos, acusándonos de la llegada del marxismo al poder en 1970 -dicen unos- o por el golpe militar de 1973 -dicen otros. Las negritas son del artículo original.

Pero los chilenos más que culpables, fuimos víctimas.

Víctimas de un mundo que estaba desquiciado por la Guerra Fría, la división Este-Oeste, la bipolaridad en la que Estados Unidos y la Unión Soviética se enfrentaban en una lucha ideológica y nuclear, de la cual no escapaba ningún país. Las diferencias políticas que los chilenos teníamos en esa época no habrían jamás llegado al extremo de una cuasi guerra civil y posterior golpe militar, de no haber sido Chile arrastrado por esa guerra fría a la que nos sometían las grandes potencias.

Por eso, los chilenos deberíamos perdonarnos. Fuimos protagonistas involuntarios de una época en que la Tercera Guerra Mundial, que no podía disputarse directamente entre EEUU y la URSS porque habría significado la destrucción nuclear de la humanidad, se desarrollaba entonces en terceros países: recordemos el aplastamiento por parte de Moscú de las protestas populares en Alemania, Polonia, Hungría. La guerra de Corea. La construcción del muro de Berlín en 1961 por parte del mundo socialista. La crisis de los misiles soviéticos en Cuba, en 1962. La invasión soviética a Checoslovasquia en 1968, dos años antes de la llegada de Salvador Allende al poder en Chile. Las revelaciones de Alexander Solzhenytsin y Boris Pasternak sobre las atrocidades cometidas en la URSS. Los efectos de la guerra de Vietnam y la obsesión norteamericana con el avance del marxismo mundial, que llevaba a la CIA a intervenir y a Washington a instalar gobiernos títeres en Latinoamérica y otras regiones. En resumen, era la división del mundo en áreas de influencia norteamericana y soviética, amenazadas por la bipolaridad atómica.

Chile estaba en la zona de influencia norteamericana, pero llegaba un gobierno marxista. El país aportaba el control del paso bi-oceánico austral, una larga costa en el Pacífico, y posiciones insulares y antárticas de indudable valor militar y estratégico. Por eso, la llegada de la Unidad Popular al poder tenía enormes repercusiones internacionales.

En esas circunstancias extremas que vivía el mundo asumió en 1970 Salvador Allende, con un 36,2% de los votos. Para el marxismo, era la primera vez que lograba el poder sin aplastar a un pueblo por las armas, y por eso el régimen de Moscú convirtió a Allende en un símbolo. No importaba lo que pasara con los chilenos, lo interesante era demostrar que la dictadura del proletariado era irreversible a nivel mundial. La "Doctrina Brezhnev" decía que un país que entraba a la órbita socialista, no podía salir voluntariamente de ella. El presidente Allende hizo explícita esa dependencia al denominar a la URSS "nuestra hermana mayor" (discurso de Allende en el Kremlin, 6-12-1972). La revolución chilena estaba íntimamente ligada al movimiento revolucionario marxista leninista mundial, y Carlos Altamirano decía que "la cuestión básica del poder jamás se resolverá en la tribuna parlamentaria, siempre ha sido y es fruto de la lucha insurreccional" (Genaro Arraigada: "De la vía chilena a la vía insurreccional").

EEUU también tuvo responsabilidad en la extrema tensión que vivió Chile en los años 70 y 73. Su táctica era apoyar cambios de gobiernos para instalar regímenes que obedecieran las órdenes de Washington y sus intereses políticos y económicos. La gran frustración de EEUU fue no poder manipular al gobierno militar, pues las FFAA de Chile tenían una larga tradición de mando a la que respondían disciplinadamente. Eran incomprables.

Así, tal como Allende, que probablemente creía en el socialismo democrático, fue víctima de la Guerra Fría y de las expectativas soviéticas en la región, así también Pinochet fue víctima del enojo norteamericano ante este general díscolo frente a los intereses de Washington en Latinoamérica. Los soviéticos desvirtuaron a Allende al querer utilizarlo para sus propios fines de expansión mundial. Y los norteamericanos desvirtuaron al gobierno de las Fuerzas Armadas chilenas, por no ser obediente a sus intereses, castigándolo con sanciones económicas y militares.

Al caer el gobierno de la UP, Chile se convirtió en el único país del mundo que lograba liberarse de un gobierno socialista soviético una vez instalado en el poder. Fue un golpe insoportable para la estrategia marxista, que no se perdona hasta hoy. Incluso, cuando la URSS invadió Afganistán, Brezhnev dijo que no podía repetirse lo ocurrido en Chile (diario Pravda, 12-1-1980). A su vez, la independencia para actuar del gobierno militar en el plano nacional e internacional, fue una molestia también inaceptable para la estrategia de EEUU de la contención, que consistía en instalar gobiernos pro norteamericanos manipulables para combatir la expansión soviética.

Así, Chile vivió la triste experiencia y pagó las consecuencias de ser un país que no pudo escapar a los intereses de las grandes potencias, que llevaron al mundo a la locura de la guerra ideológica y amenaza nuclear.

Chile y los chilenos fuimos víctimas, no culpables. Démonos un abrazo fraterno y tratemos de respetarnos en nuestras legítimas diferencias.


Agradecemos la imagen de La Moneda, el Palacio de gobierno a Wikimedia y a Danielonco

martes, noviembre 25, 2008

Ucrania : Holodomor


Queridos amigos, no sin dolor, he traducido este post de Taras, de su estupendo blog Ukrainiana, su artículo de ayer Remember the Holodomor, Don’t Let History Repeat Itself! La traducción es mía, bienvenidas las sugerencias y observaciones.


El 22 de noviembre de 2008, Ucrania conmemoró el 75 aniversario del Holodomor, la hambruna artificial que mató a por lo menos 3 millones de ucranios en 1932-33.

El Holodomor -que significa la muerte causada por hambre- puede considerarse una de las más exitosas políticas genocidas perseguidos por Stalin y los líderes de la Unión Soviética. En sólo un año, Ucrania pasó de granero de Europa a ser una fosa común. Escuadrones soviéticos de asalto asaltaron las aldeas de Ucrania y requisaron el grano, privando a los aldeanos de los últimos suministros de alimentos que necesitan para sobrevivir.

El período comprendido entre otoño 1932 y la primavera de 1933 vió todo el rayons (condados) plagados de muertos o moribundos a quienes las autoridades locales apilaron en carretas y enterrados al estilo de Auschwitz.


Esto también ocurría en Kiev...



...y en Kharkiv.




El hambre llevó a la gente a la locura y canibalismo. Con el fin de garantizar que nadie escapara, los soviéticos rodearonlas zonas rurales, asoladas por la hambruna, con tropas de la NKVD, similar al bloqueo de las tropas de bloqueo que más tarde utilizaron durante la Segunda Guerra Mundial.

Decenas de ancianos sobrevivientes dan testimonio de este odioso crimen contra la humanidad, en el que murieron miles de rusos, judíos, griegos y de otras minorías que viven en Ucrania, pero orientada principalmente contra los ucranianos.

El certificado de defunción por debajo de los estados claramente: "Причина смерті - зазначити докладно: Українець". ( "Causa de la muerte - los detalles: ucraniano.")



Sergio Gradenigo, cónsul italiano en la Ucrania Soviética, arroja más luz sobre la historia. En un despacho desde Kharkiv, entonces capital de la Ucrania soviética, Gradenigo escribió:
El desastre actual dará lugar a la colonización de Ucrania, en su mayoría por población rusa. Esto cambiará su carácter etnográfico. Con toda probabilidad, no tendremos que hablar de Ucrania y el pueblo ucraniano en un futuro muy próximo y, en consecuencia, no habrá ningún problema porque Ucrania y los ucranianos, de hecho, pasarán a formar parte de Rusia.

Gradenigo lo vio venir. El Holodomor no sólo fue eso: Se rompió la voluntad del mayor grupo étnico no-ruso en la Unión Soviética, alterando la composición étnica, y se destruyó así un potencial baluarte de la resistencia al régimen soviético. De acuerdo con la tesis de Stalin sobre la intensificación de la lucha de clases, el Holodomor debería eliminar de la faz de la tierra a la kurkuli (los agricultores adinerados, los kulaks en Rusia), junto con gran parte de la selyanstvo (el campesinado), finalizando así la colectivización.

El número exacto de los muertos nunca se sabrá. Los archivos de Moscú permanecen, para los estudiosos, fuera de los límites de Ucrania. Décadas de secreto soviético se suman a más de una década de falta de voluntad post-soviética de Rusia a cooperar en la materia.

El número de muertos varía según las estimaciones, de 3 a 7 millones de personas. Algunas estadísticas hablan por sí mismas.

En 1933, la esperanza media de vida en Ucrania redujo a 10,8 años para las mujeres y 7,3 años para los hombres. En el Censo Soviético de 1926, el número de ucranianos en 31.194.976. En 1937, ese número se había reducido a 26.421.212. En contraste, durante el mismo período, el número de los rusos aumentó de 77.791.124 a 93.933.065.

El único grupo étnico que muestra una disminución neta comparable de su población es la de los kazakos, desde 3.968.289 en 1926, a 2.862.458, en 1937. El fuerte descenso se debió a la colectivización y su política local de sedentarización forzada, que mató de hambre más de un millón de kazakos, un pueblo nómada.

Estos números de la serie artificial de hambrunas en Ucrania y Kazajstán, aparte de las causas naturales de muerte, debida a las hambrunas en Rusia, fueron causados por el fracaso de la cosecha provocada por (el proceso de) la colectivización.

Aparte de lograr sus objetivos, para el genocida Stalin, el Holodomor también ayudó a lograr algunas de sus ambiciones de modernización. El grano requisado contribuido a las exportaciones de granos soviético a Occidente, lo que permitió al gobierno soviético importar el equipo y el know-how para la industrialización.

El público occidental estaba totalmente mal informado acerca del Holodomor. En gran parte, se debe al influyente periodista Walter Duranty del The New York Times. Siendo un apologista de Stalin, Duranty, pintaba de color rosa las fotos del "experimento comunista"; sin embargo, en privado admitió que diez millones de personas podrían haber perecido debido a la escasez de alimentos.

Los corresponsales occidentales Malcolm Muggeridge y Gareth Jones intentaron transmitir el mensaje acerca de los miles de ucranios que mueren cada día; sin embargo, fueron ignorados y desestimados. En 1933, los Estados Unidos establecieros relaciones diplomáticas con la Unión Soviética. El Occidente tiene el grano, Stalin tiene la gloria.

Hoy en día, los Estados Unidos y muchos otros países reconocen el Holodomor como genocidio. Los estudiosos británicos y americanos Robert Conquest y James Mace han hecho un gran esfuerzo por elevar la conciencia occidental acerca de la Gran Hambruna.

Mientras tanto, Rusia lidera el grupo de quienes continúan empeñados en negar el Holodomor.

La estrategia rusa: negar el carácter artificial de la Gran Hambruna; hablar de la Gran Hambruna global junto con la natural hambrunas de la época; utilizar su influencia en las Naciones Unidas, en la Unión Europea, las organizaciones internacionales, los gobiernos extranjeros y los medios de comunicación occidentales. Para impedir que Ucrania logre el reconocimiento del Holodomor.

Naturalmente, Rusia teme la responsabilidad legal que pudiera surgir de la admisión de culpabilidad, ya que el único sucesor legal de la Unión Soviética. Lo que Rusia no parece temer es repetir (lo que decía) el estalinismo.

En un momento en que Alemania está haciendo todo lo posible para sacudirse el legado de Hitler, la Federación de Rusia está haciendo todo lo necesario para sacarle brillo al legado de Stalin.

Putin ha racionalizado, en los manuales de historia, las represiones de Stalin como una falla en la gestión (en el management, se podría traducir también, nota de la traductora). De hecho, la nueva edición de los libros de texto para los niños de las escuelas de Rusia, describen a Stalin como un "gestor de éxito." (successful manager, en el texto original de Taras). Entonces, ¿asistimos al retorno exitoso (successful comeback) de la school of management de Stalin?

¿Puede Rusia estar en paz consigo mismo y con sus vecinos, sin arrepentirse y reconocer los errores cometidos por sus regímenes?

Fuentes:
http://www.augb.co.uk/holodomor-1932-33-the-campaign-for-recognition.php http://iiua/photo/images/pic/7/2/1812227_c71ce613.jpg http:/ / www.ilsegnalibro.com/weblog2/labels/IIC_Kiev.html
http://www.kreschatic.kiev.ua/ru/3342/art/1216324849.html
http://www.pravda.com.ua/news/2008/11/18/84706.htm
http://www.nationmaster.com/encyclopedia/Walter-Duranty http://www.nationalpost.com/story.html?id=983236
http://www.vremya.ru/2008/154/51/211168.html
http://www.wumag.kiev.ua/index2.php?param=pgs20074/50 http://www.golodomor.kharkov.ua/video.php
http://www.golodomor.kharkov.ua/gallery.php
http://www.president.gov.ua/content/famine_photodocs_11.html
http://www.president.gov.ua/content/famine_photodocs_1.html
http://www.pravda.com.ua/news/2007/11/23/67315.htm

sábado, agosto 09, 2008

Georgia y Osetia del Sur


La bandera de Georgia es de George Tarielashvili, gracias a Wikimedia

No creo que el inicio del conflicto armado en el Cáucaso, haya sido una sorpresa para nadie, aunque sí resulta chocante que ocurra el mismo día del inicio de los Juegos Olímpicos en China, ya que se supone que, durante los Juegos, rige la paz olímpica.

Dsepués de la independencia de Kosovo, Rusia (que había estado en contra de la independencia, por diversas razones atávicas, étnicas y de lealtad política hacia los antiguos compañero de ruta ideológicos) lo había anunciado: ahora le tocaba a Osetia del Sur y a Abjasia

Ambas regiones son parte de Georgia (ex-república socialista soviética; pero una de las que menos quiere tener relación con Moscú, su antiguo dominador); sin embargo, desde los años '90, de hecho separadas de Georgia.

Osetia del Sur tiene un gobierno apoyado por Moscú, que instaló "tropas de paz" en la región. Rusia le ha dado pasaportes rusos a los habitantes de Sudosetia (70% tendría hoy un pasaporte ruso), que han pasado a depender económicamente de Moscú. Con estos antecedentes y esta política de rusificación, no puede soprender a nadie que el gobierno provisional (no reconocido internacionalmente, pero cuasi-reconocido por Moscú) pretenda ingresar a la Federación Rusa.

Por su parte y como lo dejó muy claro el Pdte. georgio durante la última Conferencia de seguridad de München, "The separatists in Abkhazia were the victors of ethnic cleansing", en efecto, a miles de georgios no se les permite regresar a Osetia, simplemente, se los expulsó.

De manera que, como dice Saakaschwili "For it bears reminding that while the Kosovars were the victims of brutal ethnic cleaning that was halted by international military intervention". En suma, la independencia de Kosovo de ninguna manera puede ser un precedente de una supuesta independencia de Osetia y Abjasia.

La foto => es de Die Presse, el diario austriaco, como ven de la APA, la Agencia austriaca de noticias. Austria informa muy bien de este conflicto, de manera que les recomiendo informarse en los medios de este país.

Sobre todo, considerando que la mayoría de los medios occidentales recibe su información sobre el conflicto desde Moscú, y no hay que olvidar que Moscú es parte altamente interesada. Interesada en incorporar a Osetia y Abjasia ya no a su esfera de influencia, sino a su propio territorio.

Existe el problema adicional: que al conflicto armado sobre Osetia del Sur, se sume el de Abjasia. Rusia ya lo ha anunciado.

Los recientes intentos de nuestro ministro de relaciones exteriores, Frank Walter Steinmeier de mediar entre las partes, no fueron escuchados en Moscú; sí en Tiflis... El gobierno de Medvedev (quien ahora, al iniciar su gobierno, debe mostrar fuerza y no debilidad) ni siquiera escuchó la proposición de Steini.

Muchos dicen: ven, si Georgia hubiera entrado a la OTAN, tendríamos ahora un problema mayor. Otros hacen ver que: si Georgia hubiera ingresado ya la la Organización, Rusia no se habría atrevido con ellos.

Es evidente que los intentos de Georgia de cobijarse bajo el paraguas de la OTAN (para más tarde, ingresar a la Unión Eurpea...) ha sido uno de los detonantes que ha llevado a Rusia a actuar, ya que Moscú no puede permitir que uno de sus ex-vasallos se acerque de esta manera a Europa y a los EEUU, los antiguos rivales militares de la URSS.

Sin duda, Georgia tiene poco que ganar y mucho que perder al enfrentarse con Rusia. A Rusia, con su gas y su petróleo, le tiene sin cuidado lo que otros estados puedan pensar o no pensar del nuevo gobierno de Meda.

Y aquí llegamos a otros tema bastante importante y que no se puede dejar de lado: el de la pipeline Baku-Tiflis-Ceyhan, que debiera ser una alternativa para abastecer de energía a Europa. Alternativa frente al petróleo rusos. ¿Adivinen por qué país pasa la pipline?