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Baviera es conocida por su club de fútbol, el Bayern München, por sus pistas de esquí, por los bellos castillos construidos por el "rey loco", Luis II, que -pese a su locura- sigue siendo objeto de la devoción de muchos bávaros y cuyos castillos son objeto de las visitas de norteamericanos y de japoneses, especialmente.
Dentro de Alemania, Baviera es conocida por el equipo de fútbol mencionado, por el cardenal Ratzinger hoy Papa Benedicto 16, por la llamada Oktoberfest y por la CSU de Baviera.
Hay dos tipos de alemanes: 1) aquellos que admiran incondicionalente a Baviera (como dice un amigo bávaro, mientras más al Norte, más la admiran) y 2) los que la detestan, la encuentra retrógrada, conservadora y folklórica y no soportan, ni siquiera a distancia, el dialecto bávaro.
Por su parte, la soberbia bávara se muestra en, por ej., la frase de Stoiber -que le costó a la CDU bastantes votos en el resto de Alemania- en el sentido que "si todos los alemanes fueran tan cuerdos como los bávaros, las cosas andarían mucho mejor; pero de nuevo, tienen que decidir los Ossis (los del Este de Alemania, ex DDR ó RDA) el futuro del país".
Hubertus von Löwenstein cuenta en sus memorias cuenta que después de la guerra, él se entrevistó (en el marco de una recepción de los norteamericanos en Stuttgart) con quien era algo así como el ministro-presidente de Baviera (cargo que aún no existía), de la socialdemocracia bávara, quien estaba preparando la constitución para es Land. Löwenstein le llamó la atención porque en el texto constitucional en preparación no se mencionaba ni una sola vez a Alemania. Al político socialdemócrata no le importaba.
Se dice que en Baviera los relojes andan distinto. Que la gente es distinta, más alegre y menos rígida que en el Norte, en lo que los bávaros, da lo mismo la procedencia, llaman Prusia.
Bayern tiene otra cocina (¡tiene cocina! más bien centroeuropea) y tiene gastronomía (por acá en las alturas de Prusia, si no fuera por los italianos y los chinos, nos moriríamos de hambre), otros instrumentos musicales (propios), otra cultura, etc., etc.
A los ojos del Norte, Baviera tiene mucho más de Austria que de cualquier otro Land alemán. Aunque, para los bávaros, la relación es al revés: Austria es parecida a Baviera. Y no al revés.
Hay un chiste que ya he contado en alguna oportunidad en la blogósfera, que entenderán sólo quienes lean alemán -lo siento- que dice mucho acerca de esta relación entre Baviera y Alemania. Le preguntan a un bávaro qué significa BRD (la sigla de la Bundesrepublik Deutschland) y contesta: Bayern und Rest Deutschland. (Baviera y el resto de Alemania). Que conste que me lo contó un bávaro en Italia.
Pero hay más diferencias: Bayern obtiene buenos resultados en el estudio Pisa (ese de los colegios) y las mejores universidades de Alemania están en Baviera (no todas).
Culturalmente, en Baviera hay barroco, que fue rechazado en el resto del país (salvo en Sachsen o Sajonia) por los monarcas protestantes. El barroco es un arte eminentemente católico, por así decirlo. La cultura protestante no es una que "entre por la vista". Los protestantes se centraron en la música, dejando la belleza plástica de lado. Esto es innegable y explica incluso la forma de vestirse de los alemanes... Creo que no hacen falta más comentarios.
Aunque Baviera no es solamente un Land católico (como se dice aquí, aunque no me gusta esta denominación), el Norte (Franken y regiones de Suavia) es luterano (gracias a Dios luterano y no calvinista).
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Se dice que en la política, en la CSU, el poder debe estar siempre dividido entre los "bávaros antiguos" (al sur), los suavos y, sobre todo los Franken (al norte).
Los Franken, por su parte, dicen ser la élite de Baviera y se critica que generalmente ejerzan los mejores cargos en la administración bávara.
Hoy acabamos de saber que Stoiber (ministro-presidente de Baviera) dejará todos sus cargos en septiembre próximo (al menos, tal vez lo haga antes) y que será reemplazado por un franke, por Beckstein.
Su segundo hombre deberá entonces ser un bávaro, para mantener el equilibro en la repartición de puestos. Como pueden ver, desde siempre hay un sistema de cuotas en Alemania.