Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna
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lunes, 19 de noviembre de 2012

Red Dwarf X. Volviendo para bien



Después de una temporada muy larga sin ellas, las series vuelven a aparecer por el Barrilete. Y en concreto, una de las primeras series que pude ver gracias a Internet y que de no ser por el Doctor Who, sería mi producción de ciencia ficción favorita. No es muy difícil, cuando uno de los personajes es nada menos que la evolución del gato doméstico.



Red Dwarf se había quedado en suspenso en 1999 y sin pintas de volver, hasta el 2009, y seguramente por el éxito que estaba teniendo la vuelta del Doctor Who, Doug Naylor, el guionista que había quedado a cargo de ella, decidió volver con una miniserie bastante desastrosa. Tres años después, y seguramente también por el ya exitazo que ha tenido el Doctor Who en todo el mundo, la nave Enano Rojo volvió a aparecer en la tele, sin complicarse la vida como hicieron en la anterior miniserie, y ofreciendo lo que siempre le había dado resultado: ser una comedia de situación en la que aprovechan elementos de ciencia ficción como los universos paralelos, los viajes en el tiempo, los robots, e incluso algo tan poco cómico como que el protagonista sea el último ser humano vivo.

En esta décima temporada vuelven a la fórmula básica, con los protagonistas solos en una enorme nave minera con nombre de estrella (porque la nave no es un Enano Rojo, sino una Enana Roja) y en la que David Lister, el protagonista, intenta volver a la tierra y encontrar a Kristin Kochanski, su interés romántico a lo largo de las otras nueve temporadas, que por lo visto no ha muerto, sino que lo ha dejado por ser un absoluto desastre. Ya tiene gracia que a alguien lo dejen aunque sea el último varón del universo, pero el hacer desaparecer al personaje, y darle de nuevo a los protagonistas un motivo para llegar a un sitio o buscar algo, es un acierto: el universo es bastante grande y es muy probable que tarden mucho en dar con ellos, por lo que mientras, pueden encontrarse en un montón de situaciones absurdas por el camino. E incluso, algunas formas de vida, como las modificadas genéticamente, e incluso unos androides empeñados en acabar con lo que queda la humanidad y que aparecen en el último capítulo de la temporada.


Simulantes (guiño, guiño) persiguiendo a los protagonistas.

Los personajes son más o menos los que quedaron como fijos a partir de la tercera temporada: Lister, el humano, Gato, el …gato, Kryten el robot y Arnold Rimmer, el holograma amargado. Falta Holly, el ordenador de la nave que desapareció hace varios años y que no tiene pinta de ser recuperado. Seguramente, porque desde que los protagonistae se mueven más allá de los decorados, con el aumento de presupuesto, es un poco difícil trabajar con un personaje que está permanentemente flotando en una pantalla. Y aunque se trate de un gag aislado, recuperan alguna de las manías del Gato, como creerse lo más importante de la nave, y sobre todo, disfrutar de lo lindo jugando con un cordel que se mueve. Sospecho que el señor Naylor también ha debido tener algún minino ocupando su casa.

 

Con seis capítulos emitidos, no ha llegado al nivel que alcanzó en los ochenta y noventa, pero eso era ya muy difícil, porque la serie llegó al punto máximo en su quinta temporada, y sobre todo, con un último capítulo en el que conseguía adelantarse varios años a Matrix. De todas formas, y teniendo en cuenta la decepción que supuso el intento de recuperarla hace tres años, ha cumplido muy bien: se recuperan los sketches en los que aprovechan las situaciones de ciencia ficción, que pueden ir desde ordenadores rebotados hasta las paradojas burocráticas que suponen que el protagonista sea su propio padre. No sé si a partir de esta temporada se animarán a continuarla, por aquello de aprovechar el tirón de la ciencia ficción de la tele inglesa, pero si lo deciden, al menos esta temporada les ha dado una segunda oportunidad. Eso sí, que se den prisa, que los años no pasan en balde para los actores, y las dos décadas de diferencia, se les notan.

miércoles, 20 de enero de 2010

Remakes estadounidenses o cuando al productor de turno le hace gracia una serie de fuera

Algo pasa con los británicos. Conducen al revés, han invadido el Levante español, medio mundo les detesta, incluídos los irlandeses y sin embargo, hacen unas series condenadamente buenas.



Descendientes de los fundadores de un imperio. Señor, baja y llévatelos...O con que pierda el Arsenal, es suficiente

Y no soy yo sola, sino que tengo a mi favor (no literalmente) a una recua de productores estadounidenses que dieron luz verde varios remakes de series británicas, con mayor o menor fortuna. Y es que esto de versionear no es cosa de los últimos años, si no que ya se estilaba antes de que se inventara bittorrent e incluso cuando muchos de nosotros creíamos que tener un walkman era el colmo de la tecnología portátil.

Por si todavía quedaban dudas, esta entrada es un repaso a las versiones americanas más inesperadas que se llegaron a rodar y emitir. Obviamente, referirme a las versiones IT Crowd, The Office, Life on Mars y las futuras Being Human y Torchwood hubiera sido demasiado fácil. Ja.



The Young Ones. Una comedia gamberra, punk y resultado de la época Tatcher que se emitió de 1982 a 1984 y contaba las (surrealistas) (des)aventuras de cuatro estudiantes en una casa ruinosa: un mod, un punk, un playboy y un hippie. Los gags eran puro anarquismo y consistían la mayoría de las veces en porrazos entre los protagonistas. La Fox, que vaya usted a saber lo que estaba pensando, decidió hacer un piloto de cara a la emisión de la versión estadounidense, que nunca llegó a hacerse. Y no he encontrado vídeo alguno acerca de dicho piloto. Supongo que la cinta original se encuentra en el mismo almacén en el que escondieron el Arca de la Alianza al final de la primera película de Indiana Jones.













Concurso: encuentre las diferencias y gane una tarde sentado en el balancín de Barrilete Cósmico

Enano Rojo. Es la Segunda Serie de Ciencia ficción Británica, ya que todos sabemos que la primera es el Doctor Who, y culpable de que Hewl vaya por ahí diciendo que soy una friki. En 1992, la NBC quiso hacer el piloto correspondiente, con cambios que no gustaban a todo el mundo: un reparto blanco frente a dos protagonistas de color, y un gato de género femenino frente al reparto masculino de la serie inicial. No tuvo éxito, llamaron a Grant y Naylor, guionistas de la versión original, cambiaron un par de actores e hicieron un apaño con metraje de capítulos anteriores. Tampoco tuvo éxito, por si quedaba alguna duda, hasta el extremo de que el piloto nunca se llegó a emitir. Pero Moloch cuida de sus hijos y para eso tenemos al Youtube:




David Delfín patrocina esta fotografía

Doctor Who. La vaca sagrada de la tele inglesa no iba a salvarse, y en 1996, ocho años después de que el Doctor hubiera sido cancelado, la Fox quiso hacer su telefilme para lanzar al personaje en Estados Unidos más allá de los cuatro frikitos que se compraban los vhs a Inglaterra. De nuevo, unos cuantos cambios: el doctor pasa de ser un gallifreyano de pura cepa a medio humano, incluyen algo de atracción entre este y su acompañante (eran los noventa) que Russel T. Davies se limitaría a insinuar en la serie de 2005, y en general, unas cuantas explosiones y presentaciones de personajes de cara a una serie. Ah, y Eric Roberts haciendo de The Master, su mejor papel hasta su aparición en Dead or Alive.
El resultado fue el de siempre: pésima audiencia en Estados Unidos aunque en Inglaterra funcionó sorprendentemente bien, y si bien fue el Doctor con la aparición más corta en tv (exceptuando el especial en el que regeneraba en Rowan Atkinson), la falta de guiones para televisión le permitieron una vida bastante fructífera en cuanto a novelas y cómics. Después vino Russell T. Davies, Christopher Eccleston, David Tennant, Steve Moffat..y el resto ya es historia.

Como puede verse, el que hagan una versión igual de buena que su original británico es un extraño fenómeno que solo debió darse en The Office. Y por supuesto, este repaso nos enseña una valiosa lección: no deberíamos andarnos quejando de la falta de buenas series de los dos últimos años, porque, visto lo visto, antes estábamos mucho peor.

miércoles, 15 de abril de 2009

Dame veneno que quiero morir. Red Dwarf. Back to Earth. Parte 3.

Las series de culto son como las conservas de las tiendas de delicatessen que se guardan para mejor ocasión. Pueden ser una delicia, pero cuando llevan mucho tiempo en la nevera y se abren de nuevo, descubrimos que se han estropeado.
Esta afirmación puede parecer un tanto absurda y arbitraria (y lo es, porque es lo primero que se me ocurrió al ponerme delante del teclado), pero se ajusta bien a lo que me ha parecido el último capítulo de Enano Rojo: de ser una serie de la que guardo grandes recuerdos, capaz de enormes muestras de originalidad tales como adelantarse 10 años a Matrix e incluso poner su toquecito de filosofía, ha quedado un resultado un tanto rancio que intenta mantenerse durante todo el rato a base de homenajes, ya sean autorreferenciales o a la comunidad de fans en general.






Parecidos razonables


En el episodio anterior, los protagonistas recorrían Coronation Street, la actual serie de Craig Charles, a bordo de un Smart tuneado como si fuera el Starbug. Tras su llegada consiguen su objetivo: encontrar al creador de la serie y evitar que este los mate en el final del guión. El encuentro con este será, a partir de entonces, un homenaje seguido a Blade Runner, desde el aspecto del Autor, hasta la persecución en la ciudad e incluso la aparición de Kochanski..Todo ello de un mimetismo con la película original que una se acaba preguntando si los guionistas querían demostrar lo frikotes que eran o si, directamente, no tenían ni la más remota idea de cómo terminar el berenjenal en el que se habían metido. Viendo el desvarío del segundo episodio, con los personajes de Red Dwarf llegando al mundo en el que son una serie, no sé por qué opción inclinarme. Finalmente, se descubre que toda la historia era producto de las alucinaciones causadas por un Calamar de la desesperación que vivía en su tanque de agua. En este caso, el recurso que dio probablemente el mejor episodio de toda la serie, acabó convirtiéndose en el punto final de una historia sin mucho sentido y bastante pagada de si misma.



Si es que es para matarlos...

Una de las mayores ventajas de la serie en sus inicios era la capacidad del factor sorpresa, jugando a menudo con la idea de dimensiones paralelas, realidades virtuales o paradojas temporales, y de emocionar un poquito gracias a un toque de sensibilidad que daba el hecho de que el último humano siguiera dando vueltas por el universo. En este último episodio intentaron tomar todos esos elementos, en un intento de dejar el listón igual de alto que las primeras temporadas, sin conseguirlo lo más mínimo: todo el tema en los tres episodios resulta repetitivo, predecible, y sobre todo, a raíz de todo el tema de la ficción dentro de la ficción, egocéntrico y cansino.
De hecho, Tv Scoop la definió como "La escritura de guión más vaga que he visto en mi vida" y "llena de autorreferencialismo vulgar y autoindulgente", aunque consideraban el segundo episodio el mejor de los dos. Exceptuando en lo último, estoy de acuerdo con ellos.
Red Dwarf. Back to Earth abre, según palabras de Doug Naylor, las puertas para hacer una nueva temporada, con más sentido que esta miniserie. Por su bien, eso espero. Porque de lo contrario, me da que tendría que cargar en su conciencia con el harakiri colectivo de un montón de usuarios de Forbidden Planet

domingo, 12 de abril de 2009

Red Dwarf. Back to Earth. Part 2

Si en un principio los giros autorreferenciales podían parecer un alarde de originalidad y la cosa más inesperada del mundo, hoy son señal inequívoca de que algo falla en la creatividad del guionista. Y si no, que se lo digan al final de la Torre Oscura de King...y al segundo episodio de Enano Rojo.



Aquí un adelanto que llega tarde, mal y a rastras..

Tras un comienzo prometedor en el que lo único chocante resultaba el cambio operado en los actores por el paso del tiempo, encontramos en la segunda parte un giro inesperado de esos a los que los guionistas nos tenían acostumbrados en la serie clásica: en un momento estaban cambiando de dimensión, y en otro descubrían que se encontraban en una realidad simulada. En este caso, deciden ya rizar el rizo y hacer que los sufridos tripulantes acaben nada menos que en una dimensión "real", en la que Enano Rojo es una serie popular de la que se está emitiendo la última temporada, y la tripulación, tras una conversación con un friki dueño de una tienda de comics (trasunto de forbidden planet), deciden buscar a quien les puede revelar por qué mueren al final de la serie. Su búsqueda los llevará nada menos que a Coronation St, donde actualmente trabaja Craig Charles.
Como puede verse, todo el capítulo es una sucesión de juegos autorreferenciales condensados en 25 minutos, que nada tienen que ver con los saltos dimensionales en los que se habían visto envueltos las pasadas temporadas. El tema de una dimensión donde Enano Rojo es una serie podría dar para un chiste de cinco minutos, pero no para una miniserie...
Los personajes siguen más o menos en la línea anterior. El leiv motiv de Lister sigue siendo la vuelta a la Tierra y encontrar a Kochanski, ya muerta en su dimensión, de quien le dan esperanzas dos niños que se confiesan seguidores de las aventuras de Lister. La escena debería resultar enternecedora, pero no es creible en la tónica de la serie, ya que partían de la "realidad" de los personajes en todas las dimensiones.
Otro tema son los homenajes: principalmente, al tema del cambio de la tecnología que se produjo a lo largo de la serie (en un chiste bastante bueno en el que comentan que "en el futuro se usan vhs porque es menos fácil perderlos"), los fans y su fijación con hacer maquetitas y disfrazarse de los personajes de sus series favoritas, referencias a una supuesta novena temporada que en realidad nunca existió, y como siempre, las completas faltas de continuidad: Rimmer vuelve a ser un holograma, Holly no está...Cosas estas últimas que los seguidores de la serie acabamos por tomárnoslas sin dramatismo.
Enano Rojo terminará esta noche, y francamente, esperemos que con mejor sabor de boca que los dos primeros episodios.

Red Dwarf. Back to Earth. Parte 1



Tras once años de espera y varios intentos fallidos, entre ellos una película, ha llegado por fin la última temporada de Enano Rojo, en lo que seguramente sea la temporada más corta de toda la historia: nada menos que tres episodios para cerrar definitivamente la historia.
Y esta parece ser la definitiva, ya que los protagonistas, vagando todavía por un universo vacío en el que David Lister no tiene otra cosa que hacer que añorar a todos los que perdió, encuentran inesperadamente una forma de regresar a la Tierra: nada menos que un calamar con la habilidad de saltar entre dimensiones que será aprovechada por una holograma rusa para poder llevar a Lister a una dimensión habitada.
El argumento, pese a lo absurdo que pueda parecer así escrito, es bastante habitual en la estructura de la serie. En todas las temporadas ha habido más de un viaje interdimensional, ya que lo que caracteriza al universo en el que navega la nave minera Enano Rojo se trata de ser el más desafortunado de todos las realidades alternativas: está completamente vacío, exceptuando algunas formas de vida geneticamente modificadas y unos cuantos animales casi prehistóricos y con todo tipo de habilidades, desde efectuar saltos dimensionales hasta provocar alucinaciones depresivas en sus víctimas. De hecho, toda la tripulación está tan acostumbrada a la idea de universos paralelos que el hecho de saltar a otro distinto les parece lo más normal del mundo, incluso si es una propuesta realizada por una holograma con un marcado acento eslavo.
El argumento que presentan en este primer episodio es 100% Red Dwarf: criaturas absurdas, la evidente ineptitud de sus protagonistas, y una cadena de hechos que va llevando a distintos sucesos. No obstante, hay algunos cambios en los rasgos principales de los personajes: Lister, pese a su gandulería, aparece con un carácter más amargado, al que le pesa el haber perdido a sus compañeros más de una vez y el ser realmente el último humano en el universo, o al menos, en este universo. Rimmer parece un técnico mucho más capaz, al menos, hasta que se muestra su evidente cobardía e ignorancia con la que los fans de la serie lo conocimos. Kryten se comporta ya más como un humano que como un androide servicial, aunque conserva su actitud aprensiva. Y el gato..sigue tan felino como siempre. El comienzo es bastante más dramático de lo que estábamos acostumbrados (con Lister visitando una tumba en la nave), cosa que se abandona casi de golpe en cuanto empiezan los chascarrillos derivados de su encuentro con el calamar interdimensional (y con sus “testículos”, Gato dixit).
La vuelta de la serie después de tanto tiempo ha supuesto adaptarse principalmente a cambios en cuanto a realización y efectos especiales: se abandonan ya los decorados que recuerdan a plástico y gran parte de los primeros planos para evitar que estos se noten. Hay infografía por todos los lados, incluso para los mecs (los robots mecánicos de la nave), y en escasas ocasiones se recurren a los planos teatrales (dos personajes hablando delante de un decorado) habituales en la década anterior.
Por desgracia, la duración es excesivamente escasa: nada menos que unos 25 minutos para una temporada que recuerda más a una serie de acción con toques cómicos que a una sit-com situada en el espacio, y el cliffhanger con el que termina la primera parte, tampoco ayuda. Y, obviamente, con solo dos episodios restantes, no queda mucho tiempo para que mejore asombrosamente.

jueves, 9 de abril de 2009

Red Dwarf. Back to Earth

Los pérfidos albiones son una raza de gentes nada piadosas y descreídas. Prueba de ello es que en esta, nuestra Semana Santa, ni se molestan en ponerle un crespón negro a la Tv ni hacer procesiones con capiruzos. Y no solo eso, sino que son capaces de programar para mañana La vuelta y conclusión de Red Dwarf.
Sí, justo después de diez años, con un final un tanto abierto, sus creadores han decidido dejar de lado sus rencillas, que bien se notaban, y cerrar dignamente la historia del último humano, el holograma más borde y fracasado del planeta, y la evolución del gato doméstico.



¡¡Mundo viejuno!!

Como puede verse en la foto, los años no pasan en vano: Craig Charles está bastante desmejorado (aunque en el barrilete dejamos la moralina para Parentstv.org, no puedo evitar proclamar: Actores, digan no a las drogas. Sobre todo si se deben a un papel en una serie de culto), Chris Barrie (Rimmer) tiene cara de inglés repunantillo y una frente despejada que me hace pensar si en vez de la H de holograma no sería mejor ponerle una H de Aparcamiento para Helicópteros. Por suerte, Danny John-Jules parece conservar el aspecto juvenil adecuado para el gato. Un pequeño adelanto de lo que será la miniserie:



No vemos en esta ocasión a Kochanski, el gran amor de Lister, ya que según el argumento, falleció...O la mataron los guionistas de mutuo acuerdo, ya que la aparición del personaje femenino ha sido desde siempre uno de los mayores puntos de discordia entre Rob Grant y Doug Naylor. Mientras el primero optaba por una visión más pesimista y vacía el universo, Naylor prefería algo más optimista, como pudo verse a partir de la octava temporada, ya sin Rob Grant de por medio, en la que el argumento pasó de situarse en un espacio inmenso y vacío, a la reconstrucción del Enano Rojo, siendo esa temporada bastante más extraña y aburrida comparada con el resto.
La historia de Back to Earth comienza con el reparto de Enano Rojo, ya sin Kochanski y con Kryten estropeado (Lister se dejó abierta la espita del agua), cuando encuentran un leviathan con la capacidad de saltar entre dimensiones dentro del tanque de agua. Los guionistas nos aseguran que en esta última minitemporada Lister podrá conseguir su sueño de volver a la tierra, pero como todo en el universo de Enano Rojo, no será un camino recto.
Como Enano Rojo es una de mis series preferidas, junto con..ehm...el 99% de cosas británicas que he visto, no solo por la minuciosidad con la que tratan las tramas de ciencia ficción, aún tratándose de una comedia, ni por dejarnos a Rimmer, el perdedor cuya capullez lo acaba convirtiendo en un personaje entrañable, sino por el gato. Cualquiera que haya vivido con un felino podrá comprender este vídeo:



Esto es mío, esto es mío, esto es mío y esto también es mío. Menos esto, que no lo quiero para nada.
Hoy ha sido un gran día. Me he adueñado de muchas cosas.

martes, 13 de enero de 2009

Mis series favoritas

Ya hemos hablado de libros, bastante, de cine, un poquito..y ahora tocan las series. Como tampoco estoy viendo ninguna en este momento que me tenga enganchada, voy a hablar de mis series favoritas. También he hecho aquí una criba, sacando las que son demasiado extrañas (ahí se va el Telegato), graciosas sin más (Allo, Allo), dibujos o para las que mi canal de pago mágico que retransmite todo lo que quiero no pudo encontrar una copia decente para verlas de nuevo.
Debo advertir que de mi lista podrían deducirse dos cosas:
- Que al nacer la cigüeña se equivocó y me dejó en España en vez de Gran Bretaña
- Que estoy a comisión de la Pérfida Albión

Doctor Who
La incluyo primero por ser la primera serie con diferencia que recuerde haber visto, en aquellos tiempos de la tvg pre-Xabarín Club y pre-bazofia para jubilados amantes de Ganoso, en los que emitían cosas muy minoritarias…como esta. Debo distinguir dos partes.
La primera, que me enganchó en los años 80 de la TVG, es el Doctor Who clásico, interpretado por Tom Baker y su eterna bufanda y cara de pillado. Para los que no lo sepan todavía o vivan en una caja de galletas, el doctor es un alienígena inmortal que viaja en el tiempo con una nave espacial en forma de cabina, que es más grande en el interior que en el exterior. Entre sus aficiones se cuentan viajar precisamente por el tiempo y espacio, visitar planetas con pinta de haber sido decorados con lo que sobró de las reformas del plató de al lado, enfrentarse a alienígenas hechos de cartón y papel albal y derrotar repetidamente a los Daleks, sus terribles enemigos, que son unos también muy terribles alienígenas híbridos de aspiradora vaporetta y batidora. Pero además de la falta de medios y los argumentos que podrían definirse como aventuras británicas con alienígenas de por medio, la característica más notoria del Doctor era su habilidad para regenerarse en otro cuerpo y carácter, lo que lo convierte en un icono para distintas generaciones y permitía seguir con la serie antes de que el actor se muriera de viejo.
Fue precisamente esta habilidad del Doctor la que permitió su regreso en 2005, encarnado esta vez en Christopher Eccleston, más conocido a partir de ya como el mejor doctor habido nunca. El carácter del doctor se volvió un tanto más sarcástico, la realización de la serie abandonó por fin esa concepción más teatral (decorado + actores moviéndose por él) para ser un poco más dinámica y dotaron a sus protagonistas de un carácter algo más cínico que el de sus versiones previas. Por desgracia, Eccleston no duró mucho, si bien David Tennant resultó un sucesor digno que pronto entregará la cabina al próximo doctor a finales de este año.

Spaced
Si el Doctor Who ya es para cuatro gatos, esta dudo que la conozcan más lejos de Gales. Va de un chico y una chica que para poder alquilar un piso tienen que hacerse pasar por una pareja. Con el tiempo vamos conociendo a sus amigos, las cosas que les pasan, como buscar un trabajo, su separación y posterior reconciliación en desarrollo de su madurez como personas. Así escrito puede parecer aburrido, pero…¿y si dijera que los personajes son incapaces de pensar en términos que no sean los de la cultura popular de los últimos 25 años? Entonces la cosa cambia y tenemos en episodios desde referencias a Matrix o Star Wars a Alguien Voló sobre el nido del cuco o Los cuatro jinetes del Apocalipsis….como todavía es difícil de explicar, mejor dejo un vídeo de la serie



Black Books
La gran revelación del 2008 aunque sea una serie del 2001. Un librero irlandes, misántropo, fumador empedernido y aficionado al vino regenta una pequeña tienda en Londres que se mantiene de puro milagro y gracias a los esfuerzos de su ayudante. Aunque podría parecer de nuevo una comedia de situación con House haciendo de dueño de librería, es mejor, ya que los guiones, bastante enloquecidos de por sí, son coronados por las frases lapidarias de su protagonista y la empanada jovialidad de su empleado.

Robin of Sherwood
Una serie de los ochenta en la que se trataba el mito de Robin Hood enlazándolo con la mitología pagana y la brujería. Las actuaciones eran soberbias, y la falta de medios se suplía, además de mediante los exteriores y decorados que podía proporcionar el campo inglés, mediante bastante imaginación. Aunque tiene más de veinte años, hoy se ve perfectamente y no ha envejecido ni un ápice.

IT Crowd
A los informáticos (un irlandés más vago que la chaqueta de un guardia, aficionado a los comics y un friki sin habilidades sociales) les colocan una jefa de departamento que no tiene ni idea de cómo encender un ordenador. A partir de ahí, las historias cotidianas (subir al piso de arriba a arreglar un portátil, hacer una fiesta) se plantean de una forma mucho más surrealista y mezclada con elementos absurdos: hay caníbales alemanes, progroms en la sala de fumadores y góticos que viven encerrados en las salas de archivo..Más absurdo, el Gato Chesire

Enano Rojo
Serie clásica de ciencia ficción muy en la línea de Douglas Adams, en la que unos pobres diablos se ven condenados a vagar por el universo en una nave minera un millon de años después de que el ser humano se extinguiera. El grupo está compuesto por el último humano, un holograma, el ordenador de a bordo y un gato evolucionado.
Aunque el reparto de por sí es risible, los guionistas se esfuerzan un poco más y basan casi todos los chistes en las consecuencias que tienen los diversos fenómenos físicos que se producen en el espacio, como encontrar realidades alternativas o un planeta habitado por un calamar que causa la desesperación.
Entre sus mejores bazas se encuentran haberse adelantado a Matriz en cuanto a lo de las realidades inventadas y captar de una forma plena el alma de los gatos: esto es mío, esto es mío, esto es mío y esto también es mío. Menos esto de ahí, que no lo quiero para nada.

Y aquí terminan mis series favoritas. Tengo la sensación de que haber escrito esto es el equivalente a ponerme una diana en la frente y repartir postas gratis...


Este es un blog cat-friendly

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